Han pasado varias semanas desde la derrota de Nihil. Las noticias volaron hablando de los héroes que acabaron con un Dios Olvidado, y no pasó mucho tiempo desde que se compusieran epopeyas que exageraron mucho los hechos (salvo, en tu opinión, las referencias a tu belleza).
El reino decidió mantener en el anonimato la identidad de los héroes para proteger vuestro estilo de vida, aunque muchos rumores apuntan hacia ti de todos modos.
El ejército se ocupó de perseguir y capturar a los sectarios que huyeron quedando aún unos cuantos por encontrar, si bien es un asunto que a vosotros no os compete.
En este tiempo por fin habéis podido disfrutar de paz, la cual se veía interrumpida por la explosión de turno en el sótano de la casa de Drake por los experimentos de Eugene y Barafor, quien decidió acoplarse allí. Ambos se cayeron muy bien e incluso hablaron de fundar juntos una empresa donde desarrollarán nuevos objetos para venderlos a la sociedad. Al parecer una empresa de I+D, según dedujo Drake.
Lo que más revuelo causó fue la decisión de Katya de dar un paso al frente y reclamar el trono demoníaco, proclamando que iniciaría un reinado marcado por la paz con los humanos. Al parecer, los regentes de la región demoníaca, antaño oprimidos por la secta de Nihil, van a apoyar su proclamación como nueva Reina Demonio, si bien van a regentar las tierras demoníacas hasta que sea mayor de edad. Mientras eso pase, Katya seguirá viviendo contigo acompañada y protegida por el leal Ozeroth.
Y respecto a Ozeroth, descubriste que finalmente ha caído ante los encantos de Anabella y actualmente son pareja. Y sorprendentemente parece que tu amiga ha decidido que él va a ser el definitivo y ya habla de cómo debería ser su boda, insinuando que se casará antes que tú para picarte.
Quien también se ha echado pareja es Michello, en este caso con Frida. La bárbara se armó de valor y declaró que le gustaba mucho, y lo dijo de tal forma que lo arrinconó totalmente y no le dejó otra opción que aceptar. La cuestión, tras varios días, es que tiene pinta de que esa relación puede durar mucho ya que notáis cierta química entre ambos. Y Frida se está esforzando en volverse una dama culta y educada, y no dudó en pediros ayuda a Anabella y a ti.
Se avecinan tiempos aparentemente felices, aunque ocurre una cosa: el último fragmento no aparece. No tenéis ninguna pista, de hecho los demás fragmentos no reaccionan por nada del mundo.
No hay ninguna urgencia, repite Simon una y otra vez con suma elegancia y aparente tranquilidad, pero sabes que por dentro desea regresar a su mundo para poder volver a ver a su esposa y su hijo. Y eso hace que Drake esté ciertamente triste.
Amanece un nuevo día, y con la asistencia de Lei te preparas y vistes para desayunar. Al bajar al comedor descubres con sorpresa que te visitan Zack y Himiko.
—Buenos días, Rosalia. Espero que no te hayas olvidado de nosotras, oh 'Gran Diva Heroica'— Te saluda Zack aludiendo al mote que te pusieron en las epopeyas que cantan los bardos.
Allí también están presentes Drake, Anabella, Katya, Ozeroth, Eco y Hume.
Himiko te mira fijamente, con ojos llorosos.
—No sabes cuánto os he echado de menos veros. ¡He tenido mucho trabajo!— se queja.
Sobre los demás, te dejo libertad para narrar lo que quieras.
—"Diva Heroica" —repito, poniendo una mueca. No me convence del todo, no sé por qué. Entre todo lo que ha ocurrido desde que falleció Jules, casi que he olvidado que una vez fui artista. Otra que artista, una estrella, más bien. Es como que ya estoy acostumbrada a la fama, pero era fama por cosas vanas. Ahora es por un motivo mayor y más gratificante y se siente muy diferente.
La queja de Himiko me saca otra risa. Ella ha tenido mucho trabajo. ¿Estaba al tanto de lo que estábamos haciendo nosotros?
—Deberías haberte dado una vuelta por el campo de batalla el mes pasado, si estabas tan estresada —respondo con sorna.
Ando sin inspiración. Las dejaremos abiertas para que quede según las imaginaciones.
—No, gracias, ya peleé a mi manera para ayudaros en esa batalla— responde rápidamente Himiko —De todos modos, mi queja es que no he tenido tiempo para veros a Hirokichi o a ti— se gira hacia Drake con expresión desafiante —¡Hiro, me debes la revancha!
Drake enarca una ceja y esboza una media sonrisa.
—¿Tantas ganas tienes de que te dé otra paliza?
—No creas que vencerás fácilmente. ¡He conseguido dos héroes de rango S+ que patearán el culo a los tuyos!
Están hablando de un juego que diseñó Eugene para el Teléfono Arcano, que al parecer puedes entablar combates con cartas de héroes que se consiguen con unas cosas que Drake y Himiko denominaron "gachas".
—Sois demasiado escandalosos para un simple juego— protesta Ozeroth sin perder la compostura.
—¡No es un simple juego! ¡Es el hecho de vencer a Hirokichi! ¿Acaso Anabella ya se quedó con tu orgullo?
—¡Cómo osas, humana!— Ozeroth se levanta molesto —¡Cuando quieras le daré la paliza de su vida!
—¿Por qué tengo que llevarme yo una paliza?
Himiko y Anabella se ríen.
—¡Ah! Casi lo olvido— Himiko vuelve a ponerse seria —Tengo dos noticias: una buena y una mala.
—Empieza por la buena, por favor— le pide Drake.
—Bien. La buena noticia es que he localizado el último fragmento del diapasón. El problema, y ésa es la mala noticia, es que está en manos de Priscilla Salieri. Tengo entendido que Rosalia no se lleva demasiado bien con ella.
—Quizás no tanto desde que estuvimos con los bárbaros de Frida. ¿Sabes dónde está ahora, Himiko?
—Sí. Ahora mismo se aloja en el hotel de LeBlanc.
El LeBlanc es el hotel más lujoso y prestigioso del país, incluso dispone de casino propio al que solo tiene acceso los clientes más distinguidos.
—Insisto que ese juego no debe salir de este círculo amigo cercano, Himiko. Será un problema si masificamos la producción de teléfonos y enganchamos a la juventud con esto.
Pese a decir eso, aún estoy en la duda si jugar yo misma. No quiero agarrarle vicio a esas cosas, pero sí que es tentador. ¿Debería? Lo hacen parecer inofensivo por la manera en que lo comentan, pero también da esa impresión la pipa de papá y...
—¿Perdón? ¿El fragmento lo tienen ella? ¿Después de todo este tiempo? ¡Pero por qué no se ha dignado ha a dármelo! ¡Es noticia en todo el mundo que acabamos con un mal inconmensurable! ¿Sigue esa choriza pensando que es la mejor? ¿Se lo piensa guardar para ella? ¡Vayamos a verla de inmediato!
—Insisto que ese juego no debe salir de este círculo amigo cercano, Himiko. Será un problema si masificamos la producción de teléfonos y enganchamos a la juventud con esto.
—Exageras, no creo que sea para tanto— responde Himiko restándole importancia.
—Yo tengo que estar de acuerdo con Rosalia— interviene Drake —Himiko, tú y yo conocemos los peligros de las adicciones y la ludopatía que pueden provocar esta clase de juegos y sabemos controlarnos más o menos, pero aquí podría causar un impacto importante y causar serios problemas. La gente de este mundo no está preparada para este tipo de cosas.
—Bueno, tienes razón... pero sería una pena que la gente no pueda disfrutar de estas cosas.
—Y lo harán, pero no sería bueno hacerlo de inmediato. Antes hay que concienciarlos para que no se enganchen tanto, y si alguien sufre problemas de adicción tener algo preparado para tratarlos.
Esta conversación entre Drake y Himiko confirma tus sospechas de que ese juego puede tener peligro si uno no se modera.
—¿Perdón? ¿El fragmento lo tienen ella? ¿Después de todo este tiempo? ¡Pero por qué no se ha dignado ha a dármelo! ¡Es noticia en todo el mundo que acabamos con un mal inconmensurable! ¿Sigue esa choriza pensando que es la mejor? ¿Se lo piensa guardar para ella? ¡Vayamos a verla de inmediato!
—Por lo que mis contactos me contaron lo adquirió hace pocos días— informa Himiko.
—Rosalia, calma— trata de tranquilizarte Drake —Estas cosas es mejor tratarlas en frío y con cautela. Recuerda lo que pasó con Tiamat.
A pesar de las advertencias de Drake estás decidida a ir al hotel.
—Si vas a intentar negociar con ella será mejor que vaya yo. Tengo mucha experiencia y muy buena mano con las transacciones. ¡No por nada soy la mejor del departamento de ventas!— exclama Himiko, enérgica.
Viajas hasta el hotel LeBlanc acompañada por Anabella, Drake y Himiko. El lugar lo conoces, pues se trata de una mansión grande y lujosa que rivaliza con la propiedad principal de tu familia, además de que también dispone de mucho terreno para sus diversos servicios.
Al llegar a recepción Himiko te pide que dejes que se ocupe ella de todo y va a tratar con el recepcionista. Poco después se va con un empleado.
Mientras esperáis vais al bar del hotel, cuyo lugar está muy bien cuidado y dispuesto además de estar repleto de lujos, siendo muy elegante. Mientras Anabella y tú degustáis un té Drake se toma un café machiatto.
Veinte minutos después regresa Himiko.
—Hola de nuevo. He podido hablar con Priscilla y... bueno, se niega a negociar si tú no estás presente, Rosalia. Creo que esa tipeja me odia...
La cara de decepción de Himiko es evidente.
—Sí, te comprendo, Himiko, pero Priscilla no te odia, es sólo que es especial. También te pido disculpas, debí haber ido yo contigo en una primera instancia.
—¿Se les ocurre por qué estaría alojándose aquí? ¿Puede ser que me esté toreando? En fin, da igual. Venga, vamos todos. Si de pronto quiere estar a solas conmigo basta que se retiren, pero primero preferiría que me acompañen, sólo por las dudas.
Himiko se encoge de hombros.
—A lo mejor ha comprado el hotel, o quiere sentirse bien dándose un capricho caro. Vete a saber, estos ricos están locos. Cómo se nota que no han tenido que sobrevivir el mes solo con un par de botes de fideos instantáneos...
Todos te acompañan hasta la suite donde está alojada Priscilla, y obviamente está en la más cara. Una suite de dos plantas para un solo cliente, en la parte de abajo hay un salón llena de cómodos y lujosos muebles y decoración, una fuente, una barra de bar atendida por empleados del hotel y unas escaleras que conducen al dormitorio y el baño privado.
Sentada en un trono está sentada Priscilla, quien está disfrutando un té. Tras darle un sorbo deja la taza con delicadeza en una mesita y se incorpora para recibiros. Te llama la atención que hay un pequeño cofre de madera en esa mesita.
—Oh, así que al fin se digna la gran heroína a visitarme— dice con su habitual tono altanero —Veo que no has cambiado mucho, a pesar de los rumores absurdos y exagerados que soltaban algunos comparándote con un ángel. Yo te veo igual de siempre.
—Si quieres puedo tirarle el abanico, confío en poder acertarle en la frente— te murmura Anabella ocultando su rostro con el susodicho objeto.
—¿Tienes algo que compartir con los demás, Anabella?
—Ah, no, solo decía que hace poco usé un vestido muy parecido al tuyo— responde ésta con una sonrisa cabrona.
A Priscilla se le escapa un tic en el ojo pero se controla.
—Qué curioso. Bueno, supongo que no habéis venido a hablar de nuestros armarios, ¿verdad? Tomad asiento.
En cuanto tomáis asiento Priscilla se acerca a la mesita para tomar el pequeño cofre y lo abre. En ese instante tus fragmentos reaccionan con fuerza. ¡El fragmento está ahí! Priscilla lo toma con cuidado y te lo muestra.
—No lo niegues, quieres esto. He hecho mis investigaciones. Sé que el señor Vespucci es el héroe que derrotó al Rey Demonio Darukar hace unos años y por lo que me han dicho parece que sois algo más que amigos.
—Señorita Salieri, agradeceríamos que fuese al grano. ¿Qué quiere por el fragmento?— pide Drake.
—Veamos, qué podría pedir...— Priscilla piensa que está pensándolo, pero parece que está disfrutando de esto.
En ese momento aparece sin previo aviso Ponpón y salta hacia Priscilla, restregándose contra su cara.
—¿Pero qué haces, bichejo? ¡Quita, me haces cosquillas!
—¡Pon!
Priscilla forcejea para atrapar a tu familiar y finalmente consigue agarrarlo. Para tu sorpresa lo hace con cuidado y le dedica unas caricias.
—Eres un bichejo muy adorable y mullidito, pero no deberías ahcer esas cosas de forma tan repentina. Tu maestra podría enfadarse.
Ponpon te mira fijamente y ladea la cabeza de forma adorable.
—¿Pon?
Priscilla deja a tu familia en el suelo y éste vuelve a tu lado para ubicarse en tu regazo.
—Mis disculpas...— dice mientras se arregla un poco y recobra la compostura —¿De qué hablábamos? Ah, sí, el fragmento. Lo que quiero a cambio del fragmento es... que me designes como tu madrina de bodas.
—¡No es justo! ¡Iba a disputar ese puesto con Anabella!— reclama Himiko.
—¿Eh?
Salir con eso, así de la nada, como que no me lo esperaba. ¿Desde cuándo le interesa? ¿Tiene algo entre manos? No entiendo.
—¿Puedo conocer el motivo? Nunca participaste de ninguna fiesta de mi familia, ¿y ahora de pronto quieres un rol importante en nuestro día más feliz? Explícate. Además, no tenemos pensado usar la canción en lo pronto, así que no llevo prisas por recuperar el último fragmento. Me basta sólo con saber que está en un sitio seguro. ¿Qué te hace pensar, por cierto, que estás en situación de negociar?
—¡Eso! Además, yo iba a ser la madrina— afirma convencida Anabella.
—¿Perdona? ¡Yo también quiero ser su madrina!— replica Himiko.
Priscilla se encoge un poco, algo inusual en ella.
—Bueno, es difícil para mí decirlo pero... es que quiero darte el privilegio de ser parte de tu insignificante vida.
—Cómo os cuesta a algunas ser honestas. Di claramente que quieres ser su amiga— le anima Drake.
—¡No me resulta sencillo Vicenzo, o como se llame en realidad, señor héroe!— exclama azorada —En realidad... me conformo con que me aceptaras como amiga. Pensaba entregarte el fragmento como señal de buena voluntad y... regalo de bodas.
Priscilla te mira expectante. De todos los años que la conoces jamás la habías visto así. Anabella y Himiko te miran de reojo y sonríen.
—Uy...
Me llevo una mano a la frente, conteniendo la risa.
—Mira, no voy a recriminarte ya el hecho de que recién ahora hayas decidido eso, tras todo lo que pasamos. Podrías haber sido de gran ayuda, ¿sabes? Ah, cielos, te lo estoy recriminando en fin... Bueno, no, oye, escucha.
¿Por qué estoy hablando tan informal? No es propio de mí esto, cielos.
—La amistad no se compra con regalos ni con condiciones. Si quieres ser amiga nuestra, basta con participar de nuestras actividades y acompañarnos. Vale que no lo hayas hecho antes, pero nunca es tarde para empezar. Puedes traer a tu amigo, em, ¿Pororo, se llamaba? ¡O puedes tú organizar una fiesta! Nunca están de más los festejos y siempre hay motivos para celebrar. ¿Qué cumpleaños es el que tenemos más próximo?
El tema de la boda trato de evadirlo de momento, que aún ni sé en qué fecha lo haremos y esta ya me está pidiendo madrinas.
—Eso ya lo sé. No pensaba entregarte el fragmento como condición para que me aceptases como amiga, solo quería tener un detalle.
Priscilla se entusiasma cuando propones que organice la próxima celebración.
¿Qué cumpleaños es el que tenemos más próximo?
—Ozzy, en la semana que viene— comenta Anabella con una sonrisa perversa —Tengo un par de ideas que le hará pasar vergüenza.
Acto seguido se tapa el rostro con el abanico con mucho estilo.
Echaba de menos poner el gif de Anabella xD
—Es que eso depende. La amistad no es un contrato que se firma, es algo que se cultiva con el tiempo.
En fin, parece que no va a comprenderlo de esa manera, así que voy a dejarla contenta de todos modos. Doy un suspiro de resignación y finalmente sonrío cálidamente.
—Muy bien, Priscilla, seamos amigas. Organicemos juntas ese cumpleaños, ¿te parece?
—Es que eso depende. La amistad no es un contrato que se firma, es algo que se cultiva con el tiempo.
—Entiendo, parece que crear amistades es diferente a crear enemigos. Tendréis que enseñarme poco a poco.
—Muy bien, Priscilla, seamos amigas. Organicemos juntas ese cumpleaños, ¿te parece?
Priscilla te mira airada.
—Tampoco me trates como una idiota a la que contentar. Quiero entender bien de qué va eso de la amistad y ganármelo. Pero acepto el organizar ese cumpleaños. Por cierto, ¿quién es ese Ozzy?
—Mi novio— suelta Anabella sin dudarlo, esbozando una sonrisa perversa.
—Déjame adivinarlo, vas a romper con él en su cumpleaños.
—Si fuese uno de los que suelo tener habitualmente, sería un momento idóneo. Pero con él voy en serio, planeo convertirme en su esposa.
Priscilla se queda boquiabierta. Cualquiera que conozca mínimamente a Anabella se quedaría igual si la escuchara.
La fiesta de Ozeroth fue una celebración por todo lo alto, ideal para cualquier noble. Pero para Ozeroth fue un poco vergonzoso, sabiendo que no es un noble humano sino un soldado de élite infernal. Y que pasara vergüenza era lo que planeaba Anabella. Al menos él encontró refugio en Drake y Michello, echando con ellos algunas partidas de ajedrez y luego a un juego de naipes al que os unisteis los demás. Hay que decir que Priscilla fue de gran ayuda para la organización.
Lo que no esperabas fue que Anabella, Himiko y Priscilla también organizaron tu cumpleaños, y fue la celebración más impresionante del año. Una fiesta de altísimo nivel, repleto de personalidades, orquesta de música amenizando la velada, la comida más deliciosa que los invitados han probado en mucho tiempo y diversos eventos que hicieron la delicia de todos.
Lo que más te sorprendió fue ver a Drake increíblemente elegante y arreglado. ¡Parecía un príncipe de ensueño! Te estuvo acompañando en todo momento y estuvo muy atento a todo lo que pudieras necesitar (y llegado el momento te ayudó a escabullirte).
En ambos eventos Priscilla estuvo mucho más amigable, algo torpe a la hora de hablarte educadamente (alguna pulla venenosa se le escapó pero se disculpó de inmediato -y mucho-).
Y el momento incómodo en tu cumpleaños lo tuviste con Alois, el hermano de Priscilla. Ni corto ni perezoso se plantó delante de ti y te propuso matrimonio, lo que provocó la mirada más feroz, breve y disimulada que jamás ha lanzado Drake a nadie.
Ya una vez pasaron todos estos eventos tienes algo de tranquilidad para proceder con la Canción de la Vida. Ya tienes todos los fragmentos necesarios para convocarla y sabes que nadie más va tras ellos.
Puedes narrar lo que quieras respecto al cumpleaños de Rosalia.
Y también decides dónde convocas la canción y quiénes están presentes.
Has pasado por mucho para llegar hasta aquí, empezando por la repentina muerte de tu prometido Jules, el haber conocido a Drake, las aventuras en pos de la búsqueda de los fragmentos que empezó el propio Jules y que acabó con un enfrentamiento contra una peligrosa secta y un dios olvidado.
Hiciste un montón de amistades nuevas, volviste a conocer el amor, pasaste por peligros inimaginables. Viviste aventuras y escenas inolvidables, pasaste por momentos muy tristes y desgarradores. Estos últimos meses fueron inolvidables y se quedarían grabados en tu memoria.
Tras la derrota definitiva de Nihil se avecina una época de paz y prosperidad. Un futuro que podrás disfrutar junto a tus seres queridos. Ante ti se abre un futuro con una infinidad de posibilidades.
Sobre el tema de Simon Crossford, el propio inspector pidió que no se usase la Canción para devolverlo a su mundo. Quiere darle la oportunidad a Eugene y Barafor para que encuentren otra manera. Y el primero afirmó tener una idea "realmente malota" que podría funcionar (lo dijo justo antes de que volviera a explotar el sótano de la casita de Drake).
Decidido que no se usaría la Canción con Simon, devolviste uno de los fragmentos a Priscilla para que lo custodiara ella y guardaste el resto hasta que llegara el momento oportuno para usarla. ¿Qué deseo sería el que pedirías al final? Solo tú lo sabrás.
FIN