Nikola esboza una sonrisa sarcástica.
—¡Ja! No pienso disculparme por aquello, ni por lo que le hice a Jules, y tú tampoco dejarás de odiarme haga lo que haga. También dudo que te importe lo que me haya pasado así que, por favor querida, dejémonos de conversaciones inútiles. Solo se me ocurren dos motivos por el que vendrías aquí: o vienes a matarme o a preguntarme por mi maestro Barafor— extiende los brazos —Si es lo primero, aquí me tienes. Pero si se trata por lo segundo... ¿qué estarías dispuesta a dar a cambio de la información?
Evito sentarme para poder reaccionar mejor a cualquier cosa que suceda, más bien me recuesto al marco de la puerta, cruzando los brazos. Era obvio que la información me iba a costar, pero no así lo de que tantas ganas tenga de morirse.
Un momento después de que me cuenta eso, se me tuercen los labios, dejando escapar una risotada.
—¿De verdad piensas que me acostaré contigo sólo para saber dónde se esconde el chaparro ese? ¿O mismo que te daré el gusto de matarte para evitar la tortura que te hará tu amo por fracasar en... lo que sea que te haya pedido. Porque, vamos, si estás aquí en este estado, o has caído bien bajo o es una trampa. Si es lo segundo, adelante, dale al gatillo, estoy esperando. Eres un tipo inteligente o al menos trabajas para uno, así que vamos, no perdamos tiempo.
—Y si es lo primero, no estás ni remotamente en posición de negociar. Puedo protegerte, ¿sabes? Pero sólo si a cambio me dices lo que quiero saber. De otro modo, pues, suerte con todo aquello. Sé de demonios que usan control corporal para que sus víctimas se arranquen sus propios ojos usando las manos, estando perfectamente conscientes todo el tiempo, y después rellenan con ácido las cuencas vacías. Si Barafor es uno de esos, con lo retorcido que es, sospecho que se las ingeniará para producir algo tal vez peor.
En el rostro de Nikola se dibuja una sonrisa escalofriante.
—Nada me gustaría más que hacerte mía y tenerte solo para mí, Rosalia, pero sé que jamás aceptarías algo así por nada del mundo. Y tranquila, no hay trampa alguna, o de lo contrario a mí me pillaría de lleno. Y soy consciente de que ahora no podría someter tu voluntad, puedo notar que has cambiado. Te has vuelto más poderosa. Demasiado, no sería rival para ti.
Nikola se da la vuelta para servirse un vaso de vino de dudosa procedencia para darle un sorbo y sentarse.
—Veo que no tienes ni idea de lo que está ocurriendo. Ahora mismo hay una guerra de poder entre seguidores de Nihil, y ese maldito de la máscara de hierro ha ganado demasiado poder. Y para colmo nos ha traicionado Malaquias uniéndose a él. Mi maestro ha perdido toda influencia y ahora está casi desterrado de la secta, pues a parecer ese maldito es un elegido del dios olvidado. Tsk.
Deja el vaso con desgana.
—Mi maestro está pensando la forma de eliminar a esa molestia a la par que quiere eliminar al héroe de los 3 dioses. Sinceramente yo ya paso de todo, solo quiero la Canción de la Vida para conseguir mis aspiraciones. Y una de ellas eres tú. Te deseo por encima de todo, sacrificaría cualquier cosa por hacerte mía— la mirada depredadora y enfermiza que te dedica es espeluznante —Quieres saber dónde se oculta mi maestro? Tendrás que convencerme. Mátame y jamás lo encontrarás.
Bueno, resultó mejor de lo que esperaba. Este tipo es agrandado como alpargata de gordo y se nota.
—Te encanta oír tu propia voz, ¿eh? —le respondo, tranquila, sin moverme del lugar.
—No, no quiero saber dónde se oculta, no lo necesito. Y a ti te sugiero que ventiles un poco esto, tomes aire y leas un libro. En serio, te hará bien.
Con un gesto de la mano me despido y me volteo para abandonar ese sitio.
—Ves, Kay. Es por este tipo que entiendo por qué los elfos se esconden de nosotros. Lo siento mucho, de verdad.
Nikola parpadea un par de veces, patidifuso.
—Espera... ¿eso es todo? ¿Te vas a ir sin más?
Y te vas, dejándolo en su cabaña andrajosa. Te reúnes con los demás y expones lo que has descubierto. Drake te recibe con un abrazo.
—Ya veo. Así que están en una guerra de poder y Máscara de Hierro está ganando poder e influencia. Siendo así no tiene sentido buscar a Barafor para eliminarlo.
—Otra guerra de poder. Siempre igual...
Kayleen sale de entre tu ropa y recobra su aspecto original.
—¿Y qué hay de Nikola? ¿Lo capturamos y entregamos a las autoridades?
—No sólo no tiene sentido, sino que dejarlo como está hasta podría beneficiarnos. Todos sus esfuerzos en debilitar a su enemigo, dado que es nuestro también, nos estaría ayudando, lo quiera él o no. Dejémoslo estar por ahora.
—Sobre Nikola, pues, haz lo que te parezca. No me interesa si va y le cuenta a Barafor todo esto que acaba de sucederle y tampoco es una amenaza para nosotros, además, para él seguro es otra ficha descartable más y lo reemplazará eventualmente. Lo que sí me preocupa es que, dadas las circunstancias, Barafor pretenda "aliarse" con nosotros.
Las comillas las hago con los dedos, ya que todos los presentes entendemos perfectamente el valor verdadero de dicha alianza.
—Debemos ser muy cuidadosos, pero tampoco dejar de vivir por estar todo el tiempo paranoicos. Me lo digo a mí misma, especialmente, que estos últimos meses me he estado a punto de volver loca con estos problemas.
—Con Nikola haremos lo que tú quieras. Si alguien tiene el derecho de decidir qué hacer con él eres tú, pues él estuvo detrás de la muerte de Jules.
—Estoy de acuerdo. Si alguien debe decidir qué hacer con él eres tú.
Drake y Ozeroth fruncen el ceño ante la posibilidad de alianza con Barafor.
—Pues esa opción es muy probable. No me extrañaría que él contactara con nosotros para formar una alianza.
—Espero que no seáis tan tontos como para fiaros de él llegado el momento.
—Para nada. Ya me he enfrentado a sus artimañas para saber perfectamente que no es de fiar, pero podríamos aprovecharlo.
Cuando decidas qué hacer con Nikola cerramos la escena.
—Bueno, eso es cierto. Aún hay un resto que me cuesta olvidar y dejar pasar y que me sigue atormentando. No voy a recurrir al asesinato o de lo contrario no sería diferente de él. Tampoco apruebo la tortura, así que tampoco estaría de acuerdo en "destinos peores que la muerte", digamos.
—Tampoco tenemos calabozos en casa, así que no podremos tenerlo como prisionero, cosa que sería arriesgada también, porque podría espiarnos mientras lo tenemos ahí, quién sabe si Barafor no tiene unión telepática con sus esbirros.
—Que Michello se lo lleve a las autoridades. Es obvio que escapará eventualmente, aunque si nos vuelve a molestar, otras serán las circunstancias y entonces veremos.
Todos asienten con la cabeza.
—Entendido. Drake, acompáñame por si intentara escapar.
Drake y Michello van para arrestar a Nikola, quien acaba saliendo esposado y escoltado por el caballero. Vosotros regresáis a casa para descansar tras un día tan movido e intenso.
Pasamos al siguiente episodio.