Partida Rol por web

 Viste que los quimonos eran de la mejor seda Mantis, Con un tallado muy elaborado y bonito. No te habian metido simplesa trapos de bienvenida en esas cajas.

Con suavidad las doncellas te desvistieron y te pusieron el quimono con cuidado, te quedaba como si fuera echo a medida y a tu acompañante la peinaron de tal manera que parecia una dama echa y derecha, de alta cuna como era, po bella muy bella, nunca habias visto a Sayuki de aquella manera.

Su piel palida con aquellos tonos negros y azules le daban un aire fino y elegante, y su timidez, con un rubor en sus mejillas le daban un color hermoso en su rostro.

-estoy lista, Kansuke....-san - dijo timida mientras no te miraba al rostro.

Kansuke se observó con ojo crítico y no le desagradó el resultado. Sin embargo, al retirarse la puerta y ver a Sayuki-sama adecuadamente vestida y peinada, tuvo que hacer un esfuerzo consciente para mantener la mandíbula en su sitio y que no le llegase a los pies. La voz temblorosa de la chiquilla le devolvió a la realidad: Seguía siendo una jovencita nerviosa. Bajó ligeramente el rostro para ponerlo a la altura de sus ojos y puso una sonrisa que él esperaba resultase confortante.- Sayuki-sama, sería un terrible desperdicio que llevaseis el rostro bajo. Deberíais mantener la cabeza alta y dejar que los demás bajen la suya ante la gloria de tu visión. Eres una Yoritomo, una orgullosa hija del trueno. Y tenéis motivos para estar orgullosa, creedme.

- Gracias.....Kansuke-san, ahora podriamos dirigirnos al salon yesperar allí al Daimyo Fenix. ¿No te parece?

Dijo con una inocencia y vergüenza que nunca le habias visto. La verdad estaba adorabe en aquel momento, hermosa y delicada cual geisha en sus quehaceres. Pero era normal, ya que ella era la hija del daimyo Mantis, la fuerza y el coraje de su padre recorria cada resquicio de su alma, pero...tambien era una mujer, coqueta y timida.

-A ti tambien te queda realmente bien ese quimono Kansuke-san.

Kansuke soltó una pequeña risa por lo bajo, para intentar relajar el ambiente.- Si nos liamos con cumplidos no llegaremos nunca. Detrás de vos, mi señora.- Dijo, con una leve reverencia, para ponerse a su espalda y ligeramente a la derecha, como corresponde a un yojimbo.