Partida Rol por web

Esta ciudad, a pesar de tener establecidas ya unas fundiciones, no tiene ninguna especialización en metalurgia. Voy a construir una herreria para fabricar implementos y armas, para asi poder realizar de forma mas eficiente nuestras labores, sin tener que recurrie a crudas herramientas de madera y piedra, ni a trozos mal formados de metal. Apolo se encargará de la planificación.

En el mercado, daré un discurso, exaltando nuestra nueva y pequeña república. Intentaré asosegar a aquellos que dudan de este nuestro proyecto, e intentaré ganar algo de reputación para mi y mi familia.

Junto a Apolo, planificaremos la construcción próxima de una cantera, buscando terreno apropiado. Si queremos progresar necesitamos mejores casas que estas, y la producción de piedra que tenemos no basta siquiera casi apra manetener nuestras murallas.

Esta ciudad, a pesar de tener establecidas ya unas fundiciones, no tiene ninguna especialización en metalurgia. Voy a construir una herreria para fabricar implementos y armas, para asi poder realizar de forma mas eficiente nuestras labores, sin tener que recurrie a crudas herramientas de madera y piedra, ni a trozos mal formados de metal. Apolo se encargará de la planificación.

En el mercado, daré un discurso, exaltando nuestra nueva y pequeña república. Intentaré asosegar a aquellos que dudan de este nuestro proyecto, e intentaré ganar algo de reputación para mi y mi familia.

Junto a Apolo, planificaremos la construcción próxima de una cantera, buscando terreno apropiado. Si queremos progresar necesitamos mejores casas que estas, y la producción de piedra que tenemos no basta siquiera casi apra manetener nuestras murallas.

1ª O diseñáis los planos o la construís, pero no ambas a la vez XD.  

2ª Diplomacia

3ª Ingeniería Civil, tuya o de Apollo.

Te falta una acción (según la modificación de las acciones que hemos hecho, 3 por personaje +1 de agente por cada agente).

Una casa de tamaño medio, sin ninguna decoración ostentosa, pero hecha completamente de piedra se halla cerca del río, simple y modesta, pero utilitaria y resistente.

Dentro la decoración es sencilla y austera, algo marcial, pero se encuentran algunas viejas herencias de la familia y una pequeña colección de estandartes de las unidades en las que miembros de la familia han servido.

En la primera planta se encuentran todas las dependencias de la casa: cocina, cuarto de baño, sala de estar y comedor, y la segunda esta reservada a un despacho y dormitorios.

No era la mejor hora para presentarse en casa de nadie, según todas las normas de etiqueta y buena educación, pero era la mejor para casi asegurarse la presencia del anfitrión. Así, cuando Roland Graco se disponía a dar el primer bocado a su comida, el consejero Rak Moorag llamaba a su puerta, con la intención de tener una pequeña entrevista.

Graco abre la puerta, visiblemente extrañado y se queda mirando un instante a Rak, aun confuso, antes de decirle.- Buenas tardes consejero Moorag... ¿A que se debe su visita?

Apolo empieza a planificar el alcantarillado de la ciudad, ya que cuanto antes se haga mas facil será implantarlo.

Roland realiza un nuevo discurso en el mercado, intentando apaciguar los ánimos generales de la gente en la república aparte de elevar su imagen.

Roland realiza una planificación de las calles nuevas de la ciudad, haciendo un trazado adecuado que permita construir las viviendas nuevas en el futuro mas rapidamente y con menos costes.

Roland (negocia el precio del puerto)

Graco abre la puerta, visiblemente extrañado y se queda mirando un instante a Rak, aun confuso, antes de decirle.- Buenas tardes consejero Moorag... ¿A que se debe su visita?

Rak se gira, algo sorprendido por la larga tardanza de Roland, y también porque éste le haya abierto la puerta en persona. Sonrió débilmente e inclinó la cabeza a modo de saludo, miró alrededor y calló por un momento; tal vez hubiera esperado tener la charla bajo techo.

El taciturno consejero no había venido solo. Le acompañaba Oigres Kar, una especie de colaborador y amigo al que conocía de antiguo y trabajaba para él.

-Gracias por su amabilidad, consejero Graco. Verá, no quisiera importunarle. He venido porque deseo conocerle mejor, consejero. Quisiera, en realidad, conocer mejor a todos los miembros del consejo. Conocer sus ideas, qué idea de sociedad tiene usted, cómo cree que deberían ser las cosas y cómo llegar a alcanzarlas. Saber, en definitiva, si podemos compartir nuestros pensamientos y, quizás, algún proyecto en común.

Moorag se quedó muy serio, mirando a Graco a los ojos.

-No tengo inconveniente en informarle de mi propia posición. Estoy dispuesto a sacrificar la libertad personal en aras de la seguridad colectiva,* y más todavía a restringir la libertad económica del individuo, pues considero más adecuado un fuerte control del consejo sobre esos asuntos.**

Graco le miró un poco dudoso, sorprendido por la aparente sinceridad del nervioso hombre frente a su puerta.

Por favor, pase... podemos discutir esto dentro si le parece. Habia quedado para comer con Apolo pero ha tenido que marchar pronto, asi que tengo comida de sobra.

Roland le sonrió un poco, intentando hacele sentirse mas cómodo, e invitandole dentro.

Moorag asentió débilmente con una sonrisa forzada en los labios al aceptar la invitación de Graco. Cuando quiso darse cuenta ya estaba sentado a la mesa de su anfitrión. Pero Kar, al advertir la incomodidad de su jefe, sonrió divertido y sugirió esperar fuera, escabulléndose rápidamente.

-Gracias, gracias, no es necesario, se lo agradezco... -farfullaba. -En realidad, no tengo mucho tiempo, debo atender otros asuntos. Pero es cierto que me parece importante conocer lo que piensan los demás consejeros; así sabremos mejor a qué atenernos, ¿no le parece?

Luego los bajó al plato, cogió un cubierto y comenzó a comer. Bocaditos muy pequeños, delicadamente. Como un pajarillo.

Roland continuó comiendo tranquilamente mientras veia a Rak algo mas relajado (al menos aparentemente) ya.

Bien... Respecto a su pregunta anterior, estoy mas o menos de acuerdo con usted en lo que se refiere a política social... en cuanto económica, siento decirle que discrepo ligeramente y pienso que un capital libre trabaja mejor que uno sometido totalmente al interés del estado. Estoy seguro que podemos discutir de esto si usted desea y podemos exponernos nuestras opiniones. ¿Hm? Soy una persona razonable.

Tomó un poco de vino de su caliz de peltre.-¿Quiere mas vino?

Tras pensárselo unos instantes, Moorag rechazó el vino con un gesto de la mano. Parecía entusiasmado por la posibilidad de profundizar en el tema y compartir ideas y argumentos con su interlocutor.

-Entiendo -asintió, reflexivo. -Sepa usted que no soy reacio a las libertades económicas de los individuos por convicción, sino más bien por necesidad; de los "conflictos entre libertadas" suelen proceder buena parte de lo males de una república. Por eso me inclino más por una política económica colectiva y... digamos... guiada.

-Tampoco yo creo que una ideología diferente sea un problema insalvable para poder colaborar puntualmente, señor Graco. Aunque usted no sea un consejero del pueblo creo que, como yo, quiere lo mejor para la mayoría; tal vez diferiremos en cuanto a qué es "lo mejor". Y sepa que soy partidario de formas expeditivas para alcanzar o mantener ese bienestar popular o colectivo.

Moorag calló apra dar opción a Roland a replicar, pero casi sin querer se movió y miró la puerta; parecía que quería bandonar la casa y dar por terminada la reunión.

Roland vio a Rak mirar un poco incómodo hacia la puerta.

No se preocupe, podemos encontrar tiempo otro dia para discutir lo que quiera, si tiene prisa por marcharse, no sea timido, puede hacerlo.

Le sonrió ligeramente y le indicó la puerta con la mano.-Puede venir de nuevo para discutir cuando desee, mis puertas estan abiertas.

Por su expresión se advierte que Rak se ha dado cuenta de que ha sido algo descortés. En ese momento se relaja, y por fin sonríe con una expresión franca.

-Se lo agradezco, consejero. Las puertas de mi casa también estarán abiertas para usted.

Y se despide con un amigable gesto de la mano.