Incluso algunas ratas se niegan a transitar la zona, cualquier sabandija puede aparecer de una esquina y arrebatarte la bolsa de monedas junto a la vida, pero eso mantiene alejado a los curiosos...
En esta escena, por defecto, no esta nadie marcado. Marcad a quién queráis cuando habléis, lo suyo es que hayáis acordado encontraros o narréis que dejáis una carta o algo en la vivienda (para saber si pueden haber interceptado el mensaje).
Entrais ambos en una tasca con algo de calor humano, pese a no estar muy llena. Pese a ello el mobiliario parece algo mas comodo de lo que cabria esperar y Letterio te invita a sentarte al tiempo que pide dos tes.
- Vera, señor Leowich, Ciudad origen es joven y carente de recursos -traen los tes y Letterio agradece al tabernero al tiempo que lo despide- Todos sabemos lo que la guerra trajo consigo ademas de muerte y destruccion. Un retraso en todas las materias, cultural, social, economico... Por poner un ejemplo estoy seguro que en nuestra ciudad hay grandes artistas, filosofos, musicos... que ahora mismo estan mas preocupados de alimentar a sus hijos que desarrollar su arte y su ingenio. Por ello queria proponer en el consejo la creacion de lo que quisiera llamar un "Cuerpo de Accion Republicana".
Da un largo sorbo a su taza.
- Seria, por llamarlo de alguna manera, el brazo ejecutor del consejo. Estaria dividido en tres ramas una de las cuales... -abre la mano hacia ti como una especie de ofrecimiento- estaria encargada de la exploracion y busqueda de recursos allende los mares y tierra adentro.
Cierra la mano en forma de puño elevando un poco el animo en su voz.
- Señor Leowich, ahi fuera hay gemas y minerales preciosos esperando a la Republica ¿No deberiamos ir en su busqueda? Y quien sabe, tal vez encontremos pueblos dispuestos a comerciar con sus conocimientos y sus recursos con nostros.
Duncan sonríe, dando un tentador sorbo a su té.
-Antes de que decida nada, ¿Puede explicarme con detalle su idea de este... "Cuerpo de Acción Republicana"?- Dice dejando el té en la mesa -Aunque la idea de un cuerpo oficial de exploración me parece... Bastante atractiva, me gustaría que profundizara en el concepto-
- Claro -dice sonriente- La idea realmente es sencilla. Actualmente la Republica no tiene lo que llamariamos "agentes de servicio".
Deja la taza a un lado y abre su abanico 3 laminas.
- Este cuerpo de Accion estaria dividido en 3 brazos llamados Yunque, Martillo y Estribo -dice ante la broma- cada uno con tareas especificas y bien definidas. Estribo -señala la primera de las laminas- seria nuestro cuerpo de exploracion. Tendrian competencias tanto en tierra como en mar. Su mision principal seria la de buscar y determinar fuentes de recursos interesantes para nosotros, contactar con nuevos pueblos, encontrar informacion relevante como posiciones estrategicas y serian la primera "fuerza" de contacto ya que su labor se desarrollaria mayoritariamente fuera de nuestras fronteras.
Señala ahora la segunda lamina.
- El segundo brazo de este cuerpo seria Martillo. Estarian mas versados en el combate que Estribo, pero su principal mision seria mas de caracter logistico. Levantar murallas, construir puentes, pavimentar carreteras... Actuarian tambien como guardia fronteriza, protegiendonos de posibles amenazas externes asi como tambien dando apoyo a Estribo. -le escuchas suspirar mientras mira a "Martillo" en la mesa- Podemos ir con la mejor de nuestras intenciones, pero la guerra sobrevino por que hombres que no querian razonar se alzaron en armas, no es mi intencion dejar que vuelva a entrar la guerra en la Republica.
Cierra el abanico dejando la ultima lamina visible.
- Y en ultimo lugar tenemos a Yunque. La violencia no solo se ejerce de fuera, tambien la tenemos presente en Ciudad Origen. Yunque seria donde se cimentaria el orden y la ley urbana. Cuando digo orden, hablo de orden en el mas amplio sentido de la palabra. Su funcion seria mantenerlo dentro de la ciudad actuando como guardianes y previsores de desastres. Si apareciera un incendio ellos irian a apagarlo, si hubiera un altercado ellos serian el brazo ejecutor de las leyes, en un derrumbamiento ellos deberian ir a socorrer los primeros...
Cierra el abanico y lo guarda nuevamente en sus amplias mangas.
- ¿Que le parece? ¿Puedo contar con su voto a favor?
Pregunta levantando una ceja y volviendo a sorber de su taza.
Duncan sonrie abiertamente -Los brazos tendrian que tener sub-divisiones más especializadas para que sean más eficientes, pues por ahora están muy generalizados, por ejemplo, Estribo necesitaria una rama que se especialice en diplomacia para tratar con pueblos civilizados, otra que se centre en exploracion para encontrar dichos pueblos y, quizás, una especializada en negocios para cuando necesitemos hacer tratos y rutas mercantes, pero además de eso y unos cuantos problemás menores que tienen facil solucion, me parece una buena idea... Por ahora, cuente con mi voto-
Letterio le resta importancia sonriendole.
- La estructura interna habria que tratarla evidentemente, pero esto es la idea que quiero presentar al consejo.
Termina su te y posa la taza, le da la mano a Duncan y despues deja un par de monedas en la mesa para pagar ambos tes.
- Gracias por su apoyo pues, si necesita de algo, Kentro Emporiou siempre esta abierto para recibirle.
Le hace un reverencia respetuosa y marcha.
Lo dejo abierto por si quieres decirme algo mas, si no marchare de la taberna.
Duncan sonrie y, sin mucha prisa, se retira de la taberna.
Entrais ambos en una tasca con algo de calor humano, pese a no estar muy llena. Pese a ello el mobiliario parece algo mas comodo de lo que cabria esperar y Letterio te invita a sentarte al tiempo que pide dos tes.
- Y digame señor Dalmar ¿En que desea que profundicemos?
Pregunta al tiempo que sonrie.
Marcus agradeció con una sonrisa la invitación del té y sin perder mucho el tiempo fue directo al grano.-Al escuchar su discurso me he podido dar cuenta de que no tenemos ideas tan diferentes, es más si trabajamos juntos podríamos verlas realizadas. La república necesita funcionarios públicos. Como yo lo veo hay tres elementos en los que deberíamos enfocarnos:
Seguirá preguntándose por qué le he pedido ésta reunión, pues para ofrecerle mi apoyo y animarlo a proponer eso al consejo. Mi voto lo acompañará. Al acabar de decir eso se acercó el encargado con las tazas, justo a tiempo para aliviar la sequedad que Marcus comenzaba a sentir en su garganta.
Letterio toma un largo sorbo de su taza y asiente sonriente.
- Me alegra ver que mas miembros del consejo comparten mi vision, ademas compañero ha tocado un tema exactamente igual que yo lo voy habia pensado.
Deja la taza en la mesa.
- La verdad es que tengo un paquete de medidas que quisiera instaurar, pero poco a poco, es peligroso desde cualquier angulo cambiar de repente el estilo de vida de la gente. Los gremios era una cosa que queria impulsar esta sesion, no, en la siguiente, aunque para evitar desigualdades y castas creo que deberiamos tenerlos mas controlados desde el consejo.
Por otro lado el tema de la seguridad. Como decia yo no hablo de matones, hablo de funcionarios publicos -dice entendiendo que te referias a lo mismo- un cuerpo de funcionariado dispuesto y preparado en diversos ambitos. ¿Tenia usted pensado algo mas?
- Estupendo, nuevamente le reitero mi apoyo sobre éstas medidas. Considero que es justo lo que la república necesita, además que la población comenzará a sentir que en efecto se ésta trabajando por su bienestar y que se los tiene muy en cuenta.
El tiempo había volado mientras conversaban y Marcus tenía otro compromiso al cual asistir. -Señor Gigantino le agradezco mucho por su tiempo y por el té. Espero que pronto podamos reunirnos en mi vivienda para agradecerle la invitación y para charlar sobre otros asuntos. Me alegra que el consejo cuente con miembros como usted. Marcus se levantó y se despidió con un apretón de manos y un.- Que tenga una buena tarde.
Letterio le devolvio el apreton de pie y cuando se marchó volvio a sentarse pidiendo una nueva taza de te. Realmente le agradaba el que preparaban en esa taberna.
Era de noche en los callejones y Marcus caminaba por ahí de encubierto, allí lo esperaba un encapuchado corpulento. -¿Qué lograste reunir? Una voz carrasposa se dejo escuchar.- No mucho, pero tenga cuidado jefe. Parece que se acerca un gran ola de crimen. Marcus respondió algo molesto. Eso no me sirve mucho, necesito información más concreta, nombres no sólo rumores, cuanta veces tengo que decírtelo. Dio un suspiro de decepción y añadió antes de alejarse.- Espero algo mejor la próxima vez.
Kar llegó un poco tarde a su punto de encuentro, una pequeña casucha de las afueras que apenas se tenía en fie. Dentro le esperaban cuatro hombres apenas visibles a la escasa luz de dos velas. Olía a tocino rancio y a mierda de bebé. Oigres alcanzó a distinguir por su poderosa situelta a uno de los mineros con los que había hablado días antes. Los otros debían ser representantes de los artesanos que habían prometido cudir a la cita.
Tras disculparse por su retraso, el agente de Moorag expuso a los presentes las razones por las que los mineros y otros artesanos debían confiar en el consejero y brindarle su apoyo en los casos en los que fuera necesario. Moorag miraba por el bienestar de todos, pero especialmente por el de aquellos que le ayudaban. Aquellos hombres que producían y transformaban bienes tenían en sus manos las llaves de la ciudad, y Moorag quería que se dieran cuenta de ello y le ayudaran, con esas llaves, a mejorar la situación. Tal vez no hiciera flata hacer nada, pero quizás, en algún momento concreto, hiciese falta una demostración de fuerza por su parte.
La taberna de la Rosa Pálida se erguía oscura y rígida en una pequeña plaza de los callejones, junto al nauseabundo olor de porquería y los gritos irregulares de los ingenuos que se movían solos por los callejones, venía el canto de los borrachos.
Letterio se aproximó junto a Moena, que ya podía acariciar sus armas, pero que esperaban en sus fundas, como un depredador en la maleza, hacia la taberna. Una vez allí sentado, esperó...
Tras unos diez minutos esperando, un hombre con una capa de cuero dura y ropas de lino oscuras, se acercó escoltado por dos rufianes hacia Letterio:
- Vaya, vaya... así que tu eres el gatito, dime gatito, eres tu el gatito, o es la niña la gatita... - Los rufianes rieron como acostumbrados a aumentar la burda mofa que su jefe hacía - Espero que tengas algo bueno que explicarme, tengo trabajo, ¿sabes?
Letterio le invito a sentarse.
- Entiendo que tenga prisa, "Señor Sombra" pero querra oir lo que tengo que hablar con usted -Letterio llama al mesonero y pide dos vasos pequeños de vino- como le explicaba en mi carta, sus movimientos no han pasado desapercibidos a ojos del gobierno y ya se estan tomando medidas.
La mayor parte del consejo esta dispuesta a apoyar la formacion de una guardia ciudadana, hay parte que quiere crear una suerte de estado inquisitorial en el que todos seamos vigilantes de todos.
Traen las bebidas y Leterio da un pequeño sorbo a su vaso.
- E incluso parte de ese sector esta a favor de hacer lo que llaman "Castigos ejemplares". Publicos, brutales y claramente efectivos -el consejero suspira- comprenda que a mi en lo personal no me gusta nada de lo definido en ese plan. Hijos que odien a sus padres y los pillen denunciandolos a sabiendas de que moriran, hermanos traicionandose, amigos... se imagina lo que puede traer eso ¿Verdad?. Por otro lado la guardia que esta defendiendo la otra opcion de los consejeros, aunque menos brutal, ha de hacer cumplir las leyes y segun tengo entendido... -se echa hacia delante mirandole fijamente- actualmente sus intenciones los llevarian al destierro de todos ustedes.
Asi que venia a negociar, soy mercader al fin y al cabo ademas de politico. La guerra y el miedo lo entorpece todo. Necesito que ustedes detengan sus planes y rebajen sus esfuerzos por vaciar los bolsillos de la gente. Yo les ofrezco informacion de las rutas de las patrullas y tratar de organizar las mismas para evitar lo que podriamos considerar... sitios sensibles para ustedes.
Como comprendera esto todo en el mas absoluto secreto y con la confidencialidad del "si te he visto no me acuerdo".
¿Que le parece a usted?
-Esto es lo prometido. Tú mantén los oídos bien abiertos y no te olvides de contarme todo lo que averigües.
Oigres se despidió sin más trámite de un hombre de aspecto patibulario saliendo de la ruinosa y discreta taberna en la que se habían encontrado. Optó por darse una vuelta por los mentideros de la ciudad, atento a cualquier rumor sobre la acciones más encubiertas de los consejeros de Ciudad Origen...