Estáis a punto de marcharos de la sala cuando escucháis un debate entre el Ventrue Roland du Rocher y el Lasombra Tommaso Brexiano. El discurso de Roland es similar al de Lanzo von Sachsen, aunque usando la lógica para desarmar a su oponente, en vez de tratar de humillar al otro, como suele hacer Lanzo.

-...y por eso afirmo que es preferible atacar Egipto. Un ataque directo contra Tierra Santa pondría a todos los musulmanes en contra de los cruzados, mientras que un ataque contra el Cairo sería un golpe táctico que haría más difícil que originara la lealtad musulmana...

En ese momento, Roland se da cuenta de que, aunque de forma casual, estáis atentos a la conversación y os invita a participar en ella, buscando un apoyo a sus palabras.

-Ved, mi buen Tommaso, que mi postura es la más acertada. -Y dirigiéndose a vosotros. -Veo que el debate os atrae, ¿qué opináis? ¿Es mi postura descabellada? ¿Acaso es más razonable la postura de Tommaso, que desea atacar Palestina?

Hago un gesto de asentimiento con la cabeza y me acerco a ellos. Me presento con la cortesía asociada a un noble pero sin que sea demasiado. Dando a entender que, pese a ser noble, no me importa mancharme las manos.

Gracias por la invitación caballeros. Mi nombre es Asenoc Zibanitum. Ciertamente Egipto parece un objetivo más apropiado. Constantinopla y yo mismo estaremos encantados de apoyar la cruzada suministrando moneda y recursos para financiar esta causa.

-A mi me gustaría conocer que beneficios nos aportaría enfocar la 4ª cruzada hacia Egipto o hacia Tierra Santa antes de defender una de las posturas –Dice el fornido marino con gesto serio cruzado de brazos tras Asenoc.

Miro de reojo a Paolo, sean cuáles sean los beneficios, no deben marchar sobre Constantinopla.

-Creo que Egipto es un objetivo no solo más asequible, sino un punto estratégico desde el que emprender la próxima cruzada si se toma. No hay que olvidar que Tierra Santa no está poblada de moros solo, sino que también esos herejes judíos campan a sus anchas y son una fuerza a tener en cuenta. Una cosa es luchar contra un ejército y otra contra dos, una guerra a tres bandas no lo veo como algo deseable...

-¡Hete aquí una mujer inteligente como pocas! Una exposición interesante que confirma mis palabras, respondiendo al buen Paolo, el motivo por el que es preferible atacar Egipto es porque dividimos a los infieles en dos, y luego desde ahí podemos ir recuperando posiciones hacia Tierra Santa, de modo que cuando lleguemos no sea necesario un enfrentamiento. Con aportaciones como la del Noble Asenoc y la ciudad de Constantinopla, la Cruzada sería un rotundo éxito.

Tras esta breve exposición, Tommaso lanza un bufido de desaprobación y se aleja sin despedirse. Roland se vuelve hacia vosotros.

-No le hagáis mucho caso, es un poco gruñón y no le gusta perder un debate dialéctico. Ha sido un placer recibir vuestra ayuda para convencerle, aunque me imagino que aún me tocará hablar con él en más de una ocasión para que de su brazo a torcer. Creo que haríamos un buen frente de ideas juntos, estoy convencido de que el Clan Ventrue podría unirse a los emisarios Bizantinos en pro de un objetivo común. Decidme... ¿os quedaréis mucho en Venecia? ¿Tenéis hospedaje? Sería para mí un honor recibiros en una de mis casas.

Agradecemos tus amables palabras y estoy de acuerdo en que la Cruzada puede llegar a buen término con el apoyo adecuado. Por otro lado… tampoco debemos perder el tiempo. Los Cruzados no cumplen ningún objetivo aquí, en Venecia, y cuanto antes partan hacia Egipto mucho mejor para todos.

Venecia tiene un puerto excelente. Estoy seguro de que muchos de mis Capitanes estarán encantados de transportar las tropas hacia su destino cuanto antes.

Respecto a su más que generosa invitación…

Espero a que Carienn opine al respecto. No estoy muy seguro de si deberíamos hospedarnos en su casa. Podría dar la imagen de que apoyamos su postura y no descartamos otras opciones siempre que beneficien a Constantinopla. Hago un gesto invisible para los demás que Carienn puede comprender. ¿Qué hacemos cariño?

Tambien me gustaria saber la opinion de Paolo.

-Sentimos declinar su generosa invitación, señor du Rocher. Ya disponemos de dónde alojarnos y estamos acomodados, no nos gustaría importunaros y tampoco vamos a comenzar ahora una mudanza, con los ajetreos que ello conlleva-enlazo mi brazo al de mi esposo. Confiaba más en la seguridad que pudiera brindarle a nuestro alojamiento, si no teníamos una posible amenaza en él.- Nuestra estancia se alargará lo que duren las negociaciones, pues tenemos otros menesteres que atender en nuestras tierras cuando todo esto acabe.

Que compartamos un punto de vista lo hace estar de nuestro lado, pero no nuestro aliado o compañero.