-Visto desde ese punto de vista... Si, soy un indeseado -Verpus suelta una sonora carcajada- Parece que la fiesta está llegando a su fin, si quieres podemos ir a continuarla al pueblo, ahí abajo son mejor anfitriones, ¡jajaja!

-Bueno, le debo respeto a mi señor, y aquí me siento cómodo. Además, la bebida aquí es gratis y abundante, ¿para qué ir a un pueblo donde solo podemos encontrar cazadores borrachos y campesinos ebrios que por el efecto del vino no dicen más que sandeces. Y ciertamente, prefiero estar aquí en calma, junto a mi señor como es mi deber, que en el pueblo- recapacita y se da cuenta que quizás ha sido demasiado recalcitrante y se disculpa con una frase más amable-. Sino le es molestia- descansa su expresión para no denotar que de quedarse depende realmente su misión. Desvía su mirada al vino con el aguardiente-. Bebamos más para olvidar y perdona, y lo mejor para ello es el vino, ¿le parece?

-Eres precavido... ¿o respetuoso? -Verpus te mira extrañado- hubiera pensado que estabas deseando salir de aquí. Quedémonos pues, y dime. ¿Qué tal tu vida como guardabosques?

-Quizás ambas- deja unos segundos de silencio-. Bueno, pues aunque lleve poco en la profesión ya me he encargado de varios bretes, como es mi deber... Con ello me refiero a algún que otro indeseable que intenta quitarle su bien a mi señor. Al mismo tiempo he vivido andanzas- ríe fuertemente-, lo digo como si fuera un bizarro caballero- dice entre risas-. El caso es que también me he encontrado con señales maliciosas, se podría decir para abreviar. Por otra parte mi único acompañante errante es el leñador de esos terrenos. No llego a entender del todo el por qué de esas lejanía constante que me tienen mis convecinos- de nuevo deja unos segundos de silencio mientras mira fijamente el fondo circular de su jarra-. Aunque en fin, creo que ya hablé demasiado de mí. ¿Y usted?¿Tiene alguna buena nueva? Hable, hable, venimos a eso.

-¿Buena nueva? Que va... de novedades lo único que puedo destacar es la gran cantidad de lobos que hay últimamente en el bosque. Pero supongo que eso ya lo habrás notado. No se que pasa, pero cada vez hay más y parece que no tienen suficiente caza en el bosque, así que salen a los pueblos y matan al ganado... Es sólo cuestión de tiempo que ataquen a algún campesino solitario. -Verpus se pone serio al comentarte ésto último. Te resulta increible el aguante que tiene el joven al alcohol. No sabes las jarras que os habéis bebido ambos, pero no parece afectarle en nada el vino ni el aguardiente.

Me quedo un tanto petrificado al oír lo de los lobos y luego verle. "¿Podrá ser....? No, no...." pienso, seguidamente se me escapa de entre los labios un - Aspasia-. No creo que Verpus lo haya oído, o al menos eso espero. Trago saliva y sigo hablando.

-La naturaleza es sabia, nunca lo olvide. Los lobos se marcharán, esté tranquilo. Además, en estos momentos el pueblo está de buenas y ganado, se podría decir, hay de sobra- río para aligerar tensiones, pero realmente no me creo ninguna de las palabras que he dicho anteriormente- En fin, el Sol cae, será mejor volver a nuestros hogares- me dispongo a marcharme el lugar-. Ha sido una conversación de lo más fructífera- "Aunque no haya sacado mucho, por no decir nada, de provecho", pienso mientras le alargo la mano como gesto de despedida amigable-. Ha sido un placer y encantado estaré de repetir un encuentro como este. Ya sabe que necesite lo que necesite, me puede encontrar en el casería del señor Asenoc.

-Lo mismo digo, Admes. Supongo que nos iremos viendo más adelante. Te deseo suerte en tu nuevo trabajo.

Verpus se despide con un fuerte apretón de manos.