El sátiro apartó un poco la mirada ante el tonteo de la redcap y la troll, sintiendo que sobraba mucho allí en ese momento. Pero volvió a mirar a Amaia cuando habló y asintió a sus palabras, esbozando una súbita sonrisa alegre. - ¡Sí! Vamos a desentrañar este caso... Descubriremos quién está detrás de esto para que no vuelva a ocurrir. - él mismo se estaba motivando con sus propias palabras, ilusionado por resolver un crimen al más puro estilo Colombo
El puente pronto se llenó de gente corriendo y armaduras chirriando, y unos minutos después aparecieron Lord Marcel y Sir Seve, rodeados de guardias que procuraban evitar la mirada furiosa de su señor. Seve, todavía pálido y tembloroso, llevaba al pequeño sluagh en brazos. El niño tenía la cabeza envuelta en el palestino ensangrentado y apoyada en el hombro del pooka, y lloraba suavemente.
-Lleváoslo de mi vista -ordenó Lord Marcel. Le dio un tirón del codo a Seve que estuvo a punto de mandar a Javi al suelo. Un guardia se lo quitó de entre los brazos y desapareció por una puerta-. Seve, vuelve a mis aposentos. Voy a enviarte un sanador.
De inmediato Seve protestó, diciendo que se encontraba bien, pero Lord Marcel no pareció escucharle. El pooka llamó a Amaia con un gesto antes de volver a desaparecer por el puente.
Era evidente que a Seve parecía haberle afectado aquello más de lo entendible, y que a Lord Marcel le importaba más que pudiesen haber herido al pooka que a él mismo. El sátiro se preocuparía en exceso de no ser por la emoción que sentía ante la idea de comenzar a ejercer de detective por la justicia junto a Amaia, así que esperó con los brazos cruzados a que la redcap terminara de hablar con Seve para ponerse en marcha de una santa vez.
Amaia miró al chiquillo con aprensión hasta que lo apartaron de su vista. Entonces se volvió hacia el pooka y le tendió la mano.
-¿Estás bien, Seve? Joder, qué sustazo...
Seve cogió su mano y tiró de ella para apartarla de los guardias. Entonces la soltó y se cruzó de brazos, metiendo las manos en las axilas.
-¡Te dije que no lo tocaras! -siseó-. ¡Te lo dije!
- ¡Eh! - replicó el sátiro molesto al ver como se ponía el pooka - Que Amaia se está preocupando por ti... -
Samuel se cruzó de brazos a la defensiva, aunque pensó por otro lado que igual Seve estaba especialmente sensible por lo ocurrido.
Súbitamente acojonada por la idea de que eso lo hubiese causado ella, Amaia se puso a la defensiva.
-¿Y qué querías que hiciera, que lo dejara ahí? ¿No te daba ni un poquito de pena, joder? ¡Estaba hecho una ruina! Si alguien como... ¡Si uno de esos redcaps oscuros asquerosos le estaba torturando, lo menos que podía hacer era salvarlo!
-Y ya ves cómo ha salido. -Tras ellos se abrió la puerta y Lord Marcel asomó la cabeza con gesto apremiante. Seve asintió y miró a Amaia con genuina preocupación en los ojos-. Me voy. Ten cuidado, ¿vale? Mucho cuidado.
Le dio a la redcap una palmada amistosa en el brazo y se alejó por el puente hacia los aposentos del Conde. Dos guardias pasaron a su lado, siguiendo a Seve, y se quedaron junto a la puerta.
Las palabras de Amaia le dejaron un poco fuera de lugar y mientras Seve se iba miró a la redcap con el ceño fruncido.
- ¿A qué se refería? ¿Acaso rescataste a Javi de los de la Cueva del Tonto o algo así? -
-Que yo sepa, no. La cosa es que en la cueva nos encontramos una especie de hombre pez mordisqueado y encadenado. Me dio pena y lo liberé, y se fue a tomar por culo. Pero no era Javi, joder. -Amaia se cruzó de brazos, rumiando la posibilidad de que hubiese causado el ataque a Lord Marcel-. Psss... Tampoco puedo cambiar lo que hice.
- ¿Hombre...pez...mordisqueado? - automáticamente pensó en dos piernas con cuerpo de sardina a la plancha, varios mordiscos por todo el cuerpo y le entró hambre - Pero eso no se parece a Javi... Aun así seguro que no tiene nada que ver. -
Le dió una palmada en el brazo a la pelirroja y se acercó un poco. - Venga va, no te agobies, que si investigamos ésto descubriremos que ambas cosas no tienen nada que ver y Seve tendrá que pedirte disculpas. -