Partida Rol por web

Jorge le devolvió la sonrisa, pero le tembló la comisura de los labios al tener que esforzarse para mantenerla. Era una reacción que Trini había recibido muchas veces, de gente fundamentalmente educada pero poco acostumbrada a tratar con pookas.

El chaval se sentó y abrió una bolsa de patatas fritas, rasgándola de manera que pudieran coger patatas sin necesidad de coger la bolsa.

-Eres... Eres una pooka, ¿no? Mi tía dice hay que andarse con ojo con lo que decís, y una vez Danica me dijo que sois unos mentirosos. Yo me llamo Jorge.

Trini resopló sonoramente. Alargó la mano y se hizo con un puñado de patatas del que iba picoteando conforme hablaba.

-No saben decir otra cosa: "pookas mentiorosos", "pookas entrometidos", "pookas liantes"... Nunca escucharás nada bueno y, sin embargo, somos los invitados de honor de todas las fiestas. ¿No te parece curioso? Además, no deberías juzgar a la gente por las apariencias. Y menos si te lo dice Danica. ¿Sabes que hace llorar a sus alumnas? ¿Qué clase de persona desalmada hace llorar a los niños?

Trini le miró horrorizada.

Jorge respondió con un asentimiento una risa educada, pero poco sentida. Abrió una lata de coca-cola y dio un largo trago.

-¿De verdad hace eso? A mí me parece una señora muy simpática. Bueno, simpática no, pero... Ya sabes. No, bueno, da igual. ¿Como es que conoces a mi tía? ¿Trabajas aquí o...?

-Soy la diseñadora oficial. ¿No lo sabías? -Se giró en busca de alguna de sus "obras" y la señaló- Eso lo hice yo. No es mi mejor obra y desde luego no brilla por su elegancia, pero está hecho con materiales reciclables y ya sabes lo importante que es mantener la casa limpia. En palabras de Liliana: Soy una artista revelación.

Jorge miró el taburete de madera reciclada que Trini le señalaba y asintió como asienten las personas cuando quieren ser educadas y no saben qué decir.

-Qué guay. Es muy chulo. Es... es muy bonito. ¿Haces muebles? No tienes pinta de hacer muebles.

A estas alturas de la conversación Trini tenía la impresión de que Jorge seguía hablando únicamente por miedo a quedarse en silencio.

-Prfff... Sí, bueno. Hago de todo un poco y de nada a la vez. Pero, ¿por qué estamos hablando de esto? Hacer muebles es como lo más aburrido del mundo. ¿Qué haces tu por estos lares? ¿Te trajo tu tía?

-Sí. Me trae a veces, me parece. Por mi santo y cosas así. A veces se me olvida -respondió encogiéndose de hombros.