Partida Rol por web

Daha tragó saliva. Acababa de aceptar una gran responsabilidad y tendría que entrevistarse con otra de las más importantes personas de la República. Una sensación de vértigo la invadió por un instante, aunque pudo reponerse enseguida. No sabía si realmente estaba preparada para algo como aquello, pero al fin y al cabo ya no había vuelta atrás. No si no quería quedar como una estúpida frente al Patriarca.

- Creo que no, Padre. – Bajó la mirada pensativa.  

Evidentemente que tenía muchas preguntas, pero suponía que ya tendría tiempo de averiguar su respuesta en la reunión que estaba por venir. Sin duda sus compañeros también tendrían inquietudes y suponía que el ministro principal les daría más información acerca de la naturaleza de su misión que debían emprenderé.

- Lo cierto es que infinidad de preguntas sin respuesta rondan ahora mi mente Padre, pero no creía que sea el momento de formular mis dudas. - Ya estaba suficientemente impacientarla ante la idea de formar parte de aquella misión y tan solo necesitaba tranquilidad para digerir todas aquellas novedades que se le avecinaban. – Creo que lo que necesito ahora no son respuestas que darán pie a más preguntas, sino rezar a Alcor para que me permita estar a la altura de lo que se espera de mí.

—Tengo fe en ti Daha—dijo llamándola por su nombre—. Y no lo olvides, sólo haciendo lo que deseemos podemos dar nuestro mejor yo.

Jasor se levantó y acompañó a la semielfa hasta la puerta del despacho. El patriarca la miró de forma paternal y sonrió.

—Que el Sol Radiante ilumine siempre tu camino.

Daha abandonó el Palacio del Sol preocupada. El Patriarca había puesto sobre sus hombros una pesada carga. Sus palabras todavía resonaban en su cabeza. «Sólo haciendo lo que deseamos podemos dar nuestro mejor yo». ¿Lo estaba haciendo ella? ¿O había aceptado el encargo por ser una petición de la máxima autoridad de Alcor en Rhovesia? Eso es algo que averiguaría en los próximos días.

De momento sus ancianos le esperaban y que ese fuera su último día no iba a ser excusa para evadirse de sus obligaciones.

Daha continúa aquí.