Mark, Vereya (Moscow Oblast)
Parece ser que ésta ha sido una noche productiva. Llegas a casa con un pequeño saco lleno de joyas, dinero, y otros objetos de valor. Tu última alianza con uno de esos tipos de moralidad cuestionable te ha llevado a perpetrar un bien recompensado robo. "Eso decía tu "última amistad".
Te detienes frente a la puerta y sacas las llaves de detrás de un ladrillo suelto. Es un truco muy común, demasiado, pero así no corres el riesgo de perder las llaves durante tus actividades nocturnas. Si tuvieras que volver a algún lugar en el que hubieras robado a recuperar tus llaves, seguramente la cosa no tendría un muy buen final. Con un chasquido el cerrojo cede ante la llave, y la puerta se abre frente a ti. Entras en casa y respiras profundamente.
Dejas tranquilamente el saco en el suelo y comienzas a quitarte el abrigo que llevas puesto. Aunque esa sensación de comodidad huye de ti tan rápido como ha venido. Puedes escuhar voces, provienen de alguna de las habitaciones de la casa. Pero tienen un tono un tanto extraño. Y se escuchan sonidos parecidos a los de las interferencias.
El televisor... El viejo cacharro que es tu televisor cruza fugazmente tu mente. Pero... ¿Te has dejado la televisión encendida?
Esta tele va como el puto culo - pienso - bah!
Acabo de ponerme cómodo, guardo el botín en el ultimo cajón de la cocina y me acerco al comedor con la intención de apagar la tele.
Cuando me he dejado la tele encendida? no me acuerdo. Ultimamente se me va la cabeza un poco
Necesito unas vacaciones!! - digo en voz alta. Y voy hacia la tele para apagarla.
Te detienes en seco nada más llegas al comedor. Te sobresaltas levemente, pues parece ser que no eres tú el que se ha dejado la televisión encendida. Frente a ella, hay una butaca. Y en esa butaca hay alguien sentado.
Está de espaldas a ti por lo que no reconoces a la persona que tienes en tu comedor. Pero ya es demasiado tarde para intentar pasar desapercibido, ya sabe que estás detrás suyo.
Una extraña sensación te invade. -¿Quien es? ¿Qué hace aquí? ¿Si ha venido por ti, como puede haberse quedado mirando la televisión?- Las dudas te asaltan, e instintivamente te pones a la defensiva. -¿Y si es la pelirroja?- De pronto la televisión se apaga. Y escuchas una voz masculina, que proviene del intruso que está sentado en la butaca.
-Saludos, Mark.- El intruso te habla en inglés, pero consigues entenderle.
Todo esto pasa por mi cabeza en una fracción de segundo:(Mierda, joder. seguro que es uno de los hombres de Ivan, nunca estuvo de acuerdo al repartir el botín)(Un compañero de la pelirroja? claro, se cargaron a mi padre y ahora vienen a por mi) (La policía, mierda me han pillado) (Sea lo que sea tengo que salir de aquí como sea)
Instantáneamente corro hacia la salida pasando fugazmente por la cocina y recogiendo el botín que traía conmigo antes y la pistola, después salgo los mas rápido posible de mi casa.
Sales disparado por la puerta de tu casa. Pero apenas unos segundos después comienzas a sentirte pesado... Todo te empuja hacia el suelo. Tu botín, tu ropa, el aire...
Después de unos segundos te ves completamente estirado en el suelo, incapaz de moverte. Sientes una gran presión que te empuja hacia abajo.
El hombre que te habías encontrado en casa sale por la puerta. Camina despacio, como si no tuviera prisa. Como si estuviera seguro de que no puedes escapar.
Sigo caminando despacio, no me gustan las prisas. Cuando llego junto a Mark me agacho a su lado.
-Como te he dicho... Saludos, Mark. Veo que estás en una situación comprometida...- Le digo, irónicamente. No aflojo la presión ni lo más mínimo.
-No te preocupes, no soy ningún policía. Ni tampoco ninguno de tus amigos de moralidad cuestionable. Puedes llamarme Zack.- Le digo mi nombre, mostrando una sonrisa socarrona. -Y bueno, he venido a buscarte a ti. Pero, aquí a fuera hace algo de frío. ¿Qué tal si volvemos a tu casa y charlamos despreocupadamente?- Arqueo un poco una ceja, enfatizando mi pregunta.
Acto seguido aflojo la presión, y le permito moverse libremente. -No intentes escaparte, chaval. No me gustan los cobardes.- Sentencio, con voz firme. Dicho esto vuelvo a caminar hacia la casa.
Aturdido, conmocionado y no menos confuso, me levanto del suelo lentamente, como si Zack me hubiera contagiado esa tranquilidad característica, me sacudo la nieve de encima y lo sigo hasta dentro de casa pero manteniendo la distancia y observándolo a la espera de cualquier movimiento hostil hacia mí
(Aunque si este tío me ataca no se que podría hacer, es como si...como si pesara mas que antes)
Una vez dentro de casa, cojo una cerveza y me siento en mí sillón y observo al intruso expectante, esperando a escuchar lo que tenga que decir.
(Que querrá? tendrá algo que ver con la muerte de mi padre? JODER! Porque no deja de sonreir? sera capullo. Capullo y peligroso, sera mejor no fiarse demasiado de el)
- Solo quiero que sepas que no me creo para nada esa cara de bueno que pones - le digo en el mejor ingles que pueda pronunciar.
Le doy un largo trago a mi botellín de cerveza Guiness.
Me quedo de pie, frente a él.
-Verás Mark, yo no voy a esperar que te fies de mí o que no. Porque quieras o no, cumpliré con mi misión.- Dejo de sonreír, ahora va lo serio. Aclaro la garganta antes de comenzar.
-Bueno, te preguntarás por qué estoy aquí. Lo que te voy a decir es difícil de creer, así que te agradecería que no pensases de una manera demasiado lógica. Mark, tu padre era especial. Pero no en un sentido cualquiera. Él tenía un poder.- Digo mi última palabra con algo de énfasis. -Al igual que yo, y que muchos otros. Y al igual que, por el bien de los tipos para los que trabajo, tú.
Dejo la intriga en el aire mientras voy a la cocina a buscar una silla. Luego vuelvo y la pongo frente a su butaca, para sentarme. -Tú padre podía almacenar los códigos genéticos de los seres vivos que tocaba. O almenos esa era la teoría del señor Dawson. Gracias a su poder, tu padre era capaz de adquirir las características genéticas de los demás, incluidas las habilidades especiales de la gente como yo.
Me apoyo en el respaldo de la silla y cruzo los brazos. -La habilidad de tu padre podría haber sido crucial para unas investigaciones muy especiales. Pero alguien lo mató...
No digo nada más, dándole tiempo a Mark para que asimile toda la información que le acabo de dar.
..........
Quieres decir.......quieres decir que mataron a mi padre por ser "especial"?
y como iba a ser el especial, solo era un pobre albañil.
Poderes..........te refieres a poderes como Spider-man, o Superman?
(No entiendo nada de nada, este palurdo intenta tomarme el pelo. Pero... y lo de antes? apenas podía respirar, era como tener un gran peso encima)
Mira, digamos que me creo lo que me cuentas, pero..Que pintas exactamente tú aquí?
Porque si has venido a matarme no te lo voy a poner nada fácil.
Y quien coño es el Sr. Dawson?
-Vaya, no parece muy convencido...
-No tengo tiempo para discutir sobre lo que es real y lo que no.- Señalo al botellín que tiene en la mano. Y elimino los efectos de la gravedad sobre él. El botellín se vuelve ligero y comienzaa flotar en el aire. -¿Y bien?
Me quedo mirando a Mark, atentamente. -Tu padre iba a ayudarnos con su habilidad, para las investgaciones. Nosotros, a cambio, le ayudaríamos a dominarla. Aunque también le ofrecimos dinero.- Atraigo el botellín hacia mí, haciéndolo orbitar a mi alrededor.
-Él murió por culpa de Sandra. Ella antes era de los nuestros, pero algo le pasó. Y comenzó a matar a gente con poderes.- Cierro los ojos y me masajeo las sienes. -Se ha convertido en una asesina en serie. Ahora mismo creemos que está en los Estados Unidos. Ya han enviado a alguien a por ella. Pero esa no es la cuestión.- Le miro fijamente a los ojos, mientras dejo que la botella caiga al suelo. -El poder de tu padre era muy importante para nosotros. Fue una gran pérdida. Pero aún tenemos la esperanza de que tú lo hayas heredado.- Le digo estas últimas palabras en el tono más serio posible, no estoy bromeando.
-Así pues, Mark, ¿me acompañarías a la sede de nuestra organización? Ten presente que si te intentas resistir te someteré...- Me levanto de la silla. -Tú decides, por las buenas o por las malas.
(...)
(...)
- Tengo otra alternativa? - le digo mientras me levanto. - pero antes tendre que cojer algunas cosas. Te parece bien?
Hago las maletas y cojo todo lo que pueda serme de ayuda. La pistola, dinero en efectivo, mi documentacion, ropa, etc... Cuando esoy preparado me dirijo hacia la puerta.
- Solo una pregunta más. Si voy contigo, tendre la oportunidad de cargarme a esa zorra del pelo rojo??. Lo miro resignado.
-Sinceramente, no hay otra alternativa.- Vuelvo a sonreir. -Me parece bien, coge lo que necesites.- Me quedo esperando, de mientras saco mi móvil y envío un SMS. "Misión cumplida."
Cuando llega ya lo estoy aguardando en la puerta. Y mientras salgo le respondo a su pregunta. -¡Ja! Chico... Si te enfrentaras a Sandra acabarías hecho mierda en tres segundos. Ella no es una persona normal... Es un monstruo.
Lo guío hasta mi coche. Abro el maletero, y cargo su maleta en él. Luego la abro la puerta del copiloto, invitándle a entrar. Finalmente me siento en el asiento del conductor y introduzco la llave. El motor arranca, rugiendo con fuerza. Unos segundos después ya estoy circulando, a toda velocidad. Nuestro próximo destino es el aeropuerto.
Bueno, puedes ir hablando con él dentro del coche si gustas.
Donde nos dirigimos? Quien es el sr Dawson? Y de donde coño habéis salido tu y esa Sandra? - digo mientras miro como el paisaje pasa a toda velocidad.
Dices que mi padre tenia un poder y que yo puede que lo tenga. Significa eso que vais a encerrarme en un laboratorio a estudiarme como si fuera un conejillo de indias?
(Sinceramente, me importa una mierda lo que me hagais si con eso puedo arrancarle la puta cabeza a la "zorra pelirroja")
Tienes un cigarro? - pregunto mientras me giro hacia mi nuevo "compañero"
-Vamos al aeropuerto. Allí nos espera un avión privado que nos llevará directamente a nuestro destino, en América.- Doy un volantazo, casi nos chocamos con otro coche de frente. Pero mi pulso no se altera, ya he hecho esto muchas veces... -El señor Dawson era uno de los investigadores para los que trabajaba. El más "persona" de todos ellos, sin duda. Por desgracia, se convirtió en la primera víctima de Sandra. Él no tenía poderes, o eso creemos. Por lo que pensamos que sería por algún problema entre ellos.
Doy otro volantazo y piso el acelerador a fondo. La velocidad del vehículo me proyecta un poco hacia atrás. -Chico, no vas a pasar nada por lo que yo no haya pasado. No te preocupes, no es tan duro como lo pintan en las películas y en las novelas.- Giro la cabeza hacia él, mostrando mi sonrisa socarrona otra vez. -Y no, no tengo cigarros. No fumo.- Rápidamente vuelvo a dirigir la mirada hacia la carretera.
Ya estamos llegando, las luces del aeropuerto se divisan no muy lejos...
(Que bien, encerrado en un coche con un lunático de la velocidad y sin tabaco)
Miro por la ventanilla y cierro los ojos, ver como pasa todo a esa velocidad me marea bastante.
(Tranquilo Mark, has salido de situaciones peores. O quizás no?)
Intento relajarme en mi asiento mientras llegamos al aeropuerto.
(Mataría por un cigarro)
Finalmente llegamos a nuestro destino. El aeropuerto. Bajamos del coche, y cojo la maleta del chico del maletero. A paso ligero le guío por la pista, hacia un pequeño avión de la corporación. Preparado para nosotros, exclusivamente. Tardamos apenas unos minutos en llegar a las escaleras para subir. Me planto frente a ellas y me giro hacia Mark.
-Despídete de tu tierra, chico. Seguramente tardes un tiempo en volver a verla...- Comienzo a subir por las escaleras y me introduzco en el avión. Una vez dentro dejo la maleta de Mark en un rincón y me dejo caer sobre mi asiento. (Cabe decir que la Corporación nos ha enviado un jet bastante lujoso...)
Suspiro, cansado. Luego saco mi móvil de mi bolsillo y reviso la agenda. Busco en la lista el número deseado y finalmente aprieto el botón de llamar. Me llevo el móvil a la oreja, esperando pacientemente.
Entro en el avion sin mirar atras. (Dejo más problemas que buenos recuerdos)
Me siento frente a Zack, que parece esperar respuesta en el movil. Guardo silencio.
(Vaya aviones se gasta esta gente. Como poco tienen presupuesto)
(América... seguramente acabemos en un laboratorio en EE.UU)
Por primera vez empiezo a asimilar la información obtenida repentinamente.
(Poderes, que clase de poder espera esta gentuza que tenga yo. Creo que lo sabría, es mas, sería un ladrón de puta madre y no un ratero de mala muerte.)
(Quizá este viaje tenga algo de positivo)
(Pero...y si resulta que no tengo ningún poder? me devolverán a Moscu, o me pegaran un par de tiros y me abandonaran en la primera cuneta? Por si acaso será mejor no bajar la guardia.)
Las puerta del avión se cierra. Ya no hay vuelta atrás. Zack comienza a hablar con alguien sobre una reunión o algo así. Pero no le das mucha importancia. Te acomodas en tu asiento y miras por la ventanilla. El paisaje cambia rápidamente de forma, mostrando las nubes mientras surcáis el cielo.
Ha sido una noche algo movida, y no puedes evitar cerrar los ojos, presa del cansancio. Este asiento no está tan mal, podrías darte un descansito...
Fin del capítulo 1, mañana escribiré un último post.
Un día acaba, y un nuevo amanecer espera. Aquellos que ya han encontrado a su verdadero yo deben superar una dura prueba. La aceptación. Unos se alegran con las nuevas posibilidades, disfrutándolas al máximo, y dando gracias por ser como son. Otros, en cambio, se ven impotentes ante el desarrollo de los sucesos, y se quedan bloqueados sin saber qué hacer. Pero estos no son los peor parados, pues siempre hay alguien que cae más bajo. Alguien que es engullido por la oscuridad más profunda. Y que sin saber ni cómo ni por qué, acaban atrapados en su propia existencia.
Estas personas son las que deben decidir el curso de la historia. Pues han sido elegidas, y bendecidas con un don. Con un regalo... Y está en sus manos usarlo, para bien o para mal.
...
Hace 17 años...
-Bien, los candidatos ya han sido escogidos. Como habíamos acordado se procederá a iniciar el Proyecto Ares. Los 7 escogidos son: Eric Coolidge, Harry Sanders, Jimmy Taylor, Sandra Harriet, Sophie Rousseau, Susan Strauss y Zack Newton.- Dijo el hombre que presidía la mesa.
-Me parece bien, no veo ninguna pega.- Respondió uno de los presentes, el más joven de todos.
-Yo no estoy tan de acuerdo. Me niego rotundamente, eso es una barbaridad.- La mujer que se sentaba al lado del joven dirigió una severa mirada a todos los presentes. -No es correcto. Son niños. Ni siquiera podrán tener una infancia normal.
-Amelia, ya hemos hablado detenidamente sobre el tema. Esto queda aprobado, es por el futuro de la Corporación.
-Sí, pero... ¿A qué precio? Además, ¿quien nos dice que salga bien? Estoy segura de que Harry acabará revelándose. Deberíamos dejar en paz al pobre chaval. ¡Ya le hemos hecho demasiado!
-...- Todos los demás callaron ante el argumento de la mujer. Realmente ella tenía razón.
-¿Y bien?- Amelia desafió nuevamente a todos los presentes.
-Lo siento, Amelia. Pero esto ya está en marcha. No podemos hacer nada.- El hombre que presidía la mesa fue directo y conciso. No hizo falta ninguna otra réplica, sería inútil.
La mujer se quedó en silencio en su sitio, resignada.
CONTINUARÁ...
FIN DEL CAPÍTULO 1