- Un segundo, ahora mismo salgo.- Responde en un susurro.
Mientras la puerta vuelve a entornarse, Walter se incorpora con tiento para no despertar a Margaret. Sorbiendo con la nariz, se pasan las manos por la cara secándose las lágrimas. Y después de lanzar un quedo suspiro se incorpora caminando tan silencioso como le permite su torpeza hasta el revoltijo amontonado en qué consiste su ropa.
Poniéndosela rápidamente, se arregla lo suficiente como para dar un aspecto mínimamente presentable. Acto seguido sale fuera de la habitación cerrando la puerta con suavidad.
Sonrojándose por momentos, como un niño pillado infraganti, se encara hacia Zack y después de aclararse la garganta, le pregunta en voz baja.
- Hola, buenos días Zack… dime ¿Qué ocurre?-
Cuando Walter sale de la habitación de Margaret trato de pasar por alto lo que acabo de ver. Profesionalidad, Zack… Profesionalidad. –Verás, ayer por la noche los fundadores se reunieron. Aunque como algunos están muy lejos de aquí lo hicieron por videoconferencia. Estuvieron discutiendo sobre el tema de Sandra y la posible participación de Sandra.
Lo miro a los ojos, buscando la manera de decirle lo que le tengo que comunicar. –No podemos esperar más. Sandra ha matado a una persona más en Las Vegas. Creemos que está comenzando a moverse en dirección a nuestra sede. Aquí, en Pennsylvania. Tardará aproximadamente una semana en llegar. Aquí tenemos a bastantes personas que figuran en la lista, así que hay que detenerla.
Suspiro, he llegado al plato fuerte. –Walter… Vamos a ir a detenerla. Definitivamente.
Walter permanece unos instantes inmóvil, perturbado por la declaración de Zack. ¿Decía que Sandra se dirigía a Pensilvania? Pero… aquello no es lo que le había dicho el Maestro de los sueños… según esta Sandra se dirigía a Nueva York. Mirando a Zack por unos instantes ve en su rostro lo que verdaderamente le preocupaba.
¿Tan preocupado estaba de tener que matarla? Tal vez no tuviese que tener que hacerlo el mismo después de todo… De alguna manera perversa aquello le hizo sentirse aliviado.
- ¿En serio piensan en eliminarla?- Pregunta dubitativo.- Yo pensaba que tenían toda la intención de capturarla únicamente, y sacarle toda la información posible…-
¿Seria posible que lo que le había explicado aquel “muchacho” en el sueño fuese totalmente mentira? ¿O era tal vez que los componentes de la Corporación se estuviesen equivocando en sus apreciaciones a la hora de estimar donde se dirigía la asesina?
Asiento a las palabras de Walter. –Yo también creía que sólo la querían capturar, pero parece que han cambiado de idea. Mañana mismo partiremos para encontrarnos con Sandra. Nos queda poco tiempo para entrenar la parte física, así que creo que la vamos a tener que obviar.- Me cruzo de brazos. –Lo que realmente puede salvarte de Sandra es tu poder. No lo conocemos exactamente, pero creemos saber de qué tipo es.
Claro que no lo sabemos exactamente. Lo único que tenemos son datos y datos referentes a los poderes de otros. A veces más de una persona tiene el mismo poder, por lo que es fácil establecer una relación. Pero nunca se puede estar seguro. –Vamos a entrenar tu poder. Pero no te preocupes por el poco tiempo que tenemos. A pesar de que mis compañeros están ocupados, quizá nos acompaña alguien más. Vamos, no hay tiempo que perder. Ya vendrán después a por Margaret.
Comienzo a encaminarme por el pasillo, vigilando que Walter me siga. Sé que no está ahora en las mejores condiciones para ponerse a leer mentes, pero tenemos que hacer todo lo que podamos para combatir a esa asesina. Si lo que creemos es cierto, Walter podría ser crucial para desarmar a Sandra…
Walter asiente a las palabras de Zack y le sigue sin rechistar. Con varias zancadas rápidas se pone a su altura caminando a su lado.
- ¿Y como tenéis pensado que me entrene con mi poder?- Pregunta poniéndose nervioso por momentos.
La verdad es que no tenía mucha confianza en su habilidad telepática, después de todo a excepción de algunas personas del trabajo, no había podido leerle la mente a ninguno de los demás “especiales” con los que se había topado. La verdad es que no veía como podría usar su poder contra Sandra… a no ser claro, que lo usase para saber cómo planeaba torturarle antes de darle una horrible muerte. Realmente estaba jodido…
- Quiero decir… el entrenamiento físico es obvio como se hace, pero no me imagino cómo se entrena uno telepáticamente…-
Mirando a Zack de reojo comienza a sudar profusamente debido a la angustia.
Sigo andando por los intrincados pasillos del edificio. Sí que se lo curraron los arquitectos de este sitio. Si no fuera porque llevo años aquí… Después de unos minutos llegamos a una puerta. La abro, es el despacho de uno de nuestros científicos. Él, de unos 50 años pero aún manteniendo una sutil elegancia, aguarda sentado en una butaca. –Oh, bienvenidos.- nos dice mientras cierra el libro que estaba leyendo y lo deja en una mesita. Su marcado acento francés se hace patente desde la primera palabra. –Por favor, sentaos.
Walter y yo nos sentamos en otras dos butacas que hay frente a la del científico. –Walter, este es el señor Voltaire. Es uno de nuestros científicos especializados en telepatía. Él ha estudiado a todas las personas con poderes telepáticos que han pasado por aquí. Él podrá ayudarte a desarrollar tu capacidad telepática.
Ahora el señor Voltaire tiene un informe en sus manos. Guardo silencio para dejarlo trabajar. –Veamos, de momento tu poder sólo te permite escuchar los pensamientos de los demás. Quizá tus poderes telepáticos estén enfocados a la comprensión. O quizá es solo la primera etapa de unas fuerzas telepáticas aún mayores, nunca se sabe. La telepatía es uno de los poderes más intrincados y aleatorios que existen. Nunca sabes en qué pueden acabar evolucionando.
El señor Voltaire observa atentamente a Walter, y le formula una sencilla pregunta, a mi parecer. –A parte de escuchar los pensamientos de los demás. ¿Has notado alguna otra capacidad telepática? Quiero decir… meterte en la mente de los demás, ordenarles cosas, hacerles daño… Cualquier cosa.
Mirando dubitativamente al científico, Walter realizo una mueca nerviosa. Realmente no sabía que decir exactamente. Las experiencias con su habilidad eran tan extrañamente confusas y alienantes…
Yo… bueno, no sé cómo explicarlo exactamente…- Comienza aclarándose la garganta y cruzándose de brazos mientras comienza a sudar a un mas.- Pues para empezar escucho los pensamientos y sentimientos ajenos de los demás, normalmente solo cuando yo lo deseo, pero a veces también surge espontáneamente y sin que yo lo quiera…-
Mordisqueándose los labios inferiores comienza a recordar lo ocurrido en los últimos días.
Luego, también he podido penetrar en mi mente y en el interior de los pensamientos de Sandra… Fue así como descubrí la conexión que tenía con Adam… Y…- Recapacitando unos instantes, intenta calibrar si se arriesgaba demasiado haciendo comentarios relacionados con el extraño “sueño” que había tenido.- Bueno, no sé si tiene relación, pero también… también e estado teniendo últimamente sueños muy reales… como si en realidad estuviese físicamente presente en mi mente…-
Mirando a los dos con gesto ligeramente aterrado Walter se calla finalmente, esperando a su respuesta. Realmente no sabia que esperaban conseguir con aquellas preguntas... Por unos instantes le tienta el espiar en la mente del cientifico, pero finalmente la ética moral le hace contenerse.
El científico no te interrumpe en ninguna ocasión, simplemente va apuntando cosas en una libreta que tiene. Zack también se mantiene callado.
Cuando acabas de explicarle tus experiencias sobre tu poder el señor Voltaire frunce el ceño durante unos segundos. –Comprendo… Parece que tu telepatía puede orientarse a la introspección. Dígame… ¿En esos sueños sentía sensaciones como si las estuviera viviendo en la realidad? ¿Podía sentir olores, tacto, dolor…? Si es así puede que su habilidad telepática se esté orientando a la ilusión mental.
El silencio reina en el despacho. Todos os habéis quedado un poco sin palabras. ¿Era ese el verdadero futuro de Walter? ¿Ser un ilusionista? El señor Voltaire capta un poco tus primeras impresiones. –Pero no se preocupe, la telepatía siempre puede desembocar en algo nuevo y desconocido. Nunca se sabe.
Su agradable sonrisa y su marcado acento francés te inspiran confianza. Es algo gracioso escucharlo hablar. –Si lo desea procederemos a practicar con su telepatía. Por lo que me han dicho conviene que sus capacidades estén el máximo para el encuentro.
Walter asiente un poco reticente. La verdad es que no sabía si se encontraba del todo cómodo con la idea de ser un telepata encantador de mentes. ¡Dios! Ni siquiera sabía exactamente de qué demonios le estaba hablando el Dr. Voltaire.
Ciertamente desde que descubrió sus poderes había estado leyendo extensos libros sobre los estados de la conciencia, el sueño, el pensamiento y la percepción de la realidad. Al final la teórica enrevesada de esos títulos no le habían servido de mucho realmente. Después de todo eran libros de estudios científicos y psicológicos “serios” por lo cual en ninguno de ellos se trataban casos ni remotamente cercanos a la telepatía.
- Si bueno…- Comienza a responder dubitativo.- Supongo que si he de encontrarme con Sandra antes de que acabe la semana e de estar preparado para ella, así que cuanto antes comencemos con… lo que sea que hagamos, mejor que mejor…-
Por unos instantes permanece allí con su mirada saltando de Zack al doctor en una clara muestra de nerviosa indecisión. En ese momento casi desearía tener la habilidad de desaparecerse ante los demás.
El doctor Voltaire sonríe. –Bueno, podemos comenzar con varios ejercicios para entrenar la percepción mental. Es algo que hemos experimentado durante años, y podernos afirmas a ciencia cierta que es algo que funciona entre los sujetos telepáticos.
Voltaire comienza a explicarte lo que vais a hacer durante los siguientes días, con el fin de prepararte al máximo para el enfrentamiento con Sandra. Parece que quiere que trates de enfocar tus poderes hacia la ilusión, ya que parece ser uno de tus puntos fuertes si sus suposiciones son correctas.
No puedes evitar sentir algo de nerviosismo. En enfrentamiento queda ya tan cerca. Y según el maestro de los sueños, la única manera de acabar del todo con esto es matando a Sandra. ¿Pero te ves realmente capacitado para arrebatar una vida, por muy maligna que sea?
...
Hace 15 años…
El despacho estaba apenas iluminado por unos leves haces de luz que se colaban por la ventana. Era noche cerrada, pero las farolas iluminaban la calle y parte del interior de la sala. El hombre yacía sentado sobre una butaca, con un vaso de whisky en la mano. Su mirada estaba perdida, enfocada en algún punto del vacío. Se sentía frustrado, su mayor esfuerzo por evitar lo peor había sido en vano.
-Ya no hay nada que hacer, Amelia. Lo hemos perdido completamente. He tratado de ayudarlo, pero no he conseguido más que aumentar el sufrimiento, y contagiárselo a un inocente. He pagado un precio muy alto para solucionar mi más reciente error. No me queda demasiado tiempo de vida, no podremos celebrar nuestras bodas de oro como te prometí. Lo siento…
Había una mujer, sentada frente al hombre. Su mirada no se veía perdida, estaba posada sobre los ojos de su amado. Ella también sabía que el final era inminente. Su marido había pagado un alto precio por salvar al chico. Incluso ella podía percibir como la muerte se extendía lentamente por el cuerpo de su amado, marchitándolo poco a poco. Una maldad tan pura no podía ser contrarrestada con nada. El intercambio había sido la única vía de escape posible. Al menos un inocente no tendría que pagar por sus errores.
Ella no pudo evitar derramar amargas lágrimas. Él la miró, apenado. Su mujer no tenía palabras para aquello, y a él se le habían acabado. Así que solo la abrazó, con fuerza, como si fuera la última vez.
CONTINUARÁ...
FIN DEL CAPÍTULO 2