Partida Rol por web

Me pongo en pie y hago un gesto con la mano, "vamos, no lo retrasemos más"

Cuando veo que Anna se levanta y hace un gesto con la mano me pilla totalmente descolocado, ni siquiera había escuchado a Marcy. Yo ya estaba dándolo todo como profesor y a punto de llegar a uno de los hitos del curso: "tema 4:emoticonos, uso y aplicaciones", pero al parecer habrá que dejarlo para otro momento...

Me levanto y me estiro para desentumecerme un poco. Es hora de ponerse en marcha.

- Ok, si todo esta bien por vuestra parte - afirmo mirando a Marcy y Michael - pongámonos en marcha...mmm...¿alguien sabe hacia dónde tenemos que ponernos en marcha, exactamente?

Simplemente por curiosidad...

- Vamos andando pues.- Responde, animado, dedicando una mirada particular a Marcy, con una suave sonrisa, una expresión que dura hasta que Adrien realiza uno de sus comentarios.

- Esa es una buena pregunta la verdad... Quizás deberíamos de empezar por buscar alguna cueva o algo, con nuestra suerte, tal vez y conseguimos alguna pista en el camino.- Menciona, recordando con una gracia que no demuestra en sus gestos, para no incomodar a nadie, al recordar los eventos que habían vivido hasta ahora.

No quieren perder el tiempo en descansar más y es algo que agradezco. Debemos de encontrar el artefacto en el islote, pero, ¿dónde puede estar? Lo ideal sería dividirnos los cuatro para cubrir más terreno rápidamente, pero no es nada seguro para ninguno de nosotros. El día se acaba y desconocemos si hay alguien o algo en la isla, además de la Aguja. Michael sugiere buscar si existe alguna cueva o algo similar. Está claro que si quieres preservar y esconder algo en un islote no lo vas a dejar a simple vista, así que tiene bastante sentido lo que dice.

- Es una buena idea -digo mirando a Michael, que es quién ha mencionado lo de la cueva. Desde la conversación con él estoy algo más animada y eso se nota- Podríamos rodear el islote por su cara exterior que es dónde más probablemente haya alguna cueva, por la erosión del mar y del aire, o ir hacia el centro y encontrar algún lugar alto para otear. Casi prefiero ir explorando palmo a palmo que tratar de tomar más atajos.

Siempre, aunque creamos que no hay más camino, siempre existe alguna opción.

El islote es pequeño, árido, sin apenas nada que llame su atención, así que la batida de los cuatro da frutos antes de tener que pasar siquiera al istmo y explorar el pequeño. 

Michael ya ha ido trepando y ascendiendo hasta el cráter. Hay algo en esa formación rocosa que le llena de vigor. Y no sólo es estar entre esas rocas calizas. Al asomarse al cráter ve que el interior del islote está inundado, siendo por tanto semihueco. 

Mientras tanto Marcy ha descubierto varios pozos de agua y orificios en la cara exterior que demuestran también perforaciones del mar en el interior. 

Adrien y Anna han dado con el agujero más grande, aparte del cráter de la cima, en él, con suficiente cabida para que pase un hombre hay un signo de peligro de nuevo: PROHIBIDO EL SUBMARINISMO 

Al juntarse todos y hablar de lo que han visto, Anna escribe en su pizarra

"Bajo el islote Ramos hay multitud de cuevas submarinas conectadas, formando una especie de corredor bajo el mar, con entradas desde diferentes sitios del islote. Algunos nativos hablan de que hacía siglos se podía atravesar buceando y cogiendo aire en algunas de sus grutas, pero para explorarlo tal vez sería mejor tener equipo adecuado". 

- Sea como sea, una gruta submarina legendaria parece ser el lugar que estamos buscando.

- Nuestro nuevo amigo Bali tenía un traje de submarinismo en su barco. Lo he visto antes. ¿Adrien, tú podrías hacerte con otro? - dice Michael

- Antes que eso ¿sabemos hacer submarinismo? - pregunta Marcy- Porque yo temo que jamás me he enfundado uno de esos trajes

- Yo sí- dice Adrien- Durante un tiempo me gané la vida de cazatesoros

Adrien suspira acordándose de los años ochenta, donde con su talento y sumergiéndose cerca de los navíos, podía recuperar la mercancía de barcos hundidos. (submarinismo= 237/3 = 82) 

Anna asiente: Ella también tiene un buen nivel. Siendo nativa de las islas y habiendo estado durante años aislada viviendo de lo que daba la naturaleza, tiene experiencia en usar el respirador y aunque no sabe tanto del manejo de equipo más complejo, no cree que haga falta para la misión encomendada (submarinismo = 69)

Michael lo ha practicado varias veces como diversión, allá en Nuevo Olimpo (submarinismo= 66)

La única que nunca ha tenido oportunidad de practicarlo ha sido Marcy que ni en la desértica Arizona ni en sus viajes ha tenido demasiado interés en aprender (44) 

La distancia del islote a cualquier otro punto hacen muy difícil para Adrien usar su poder para obtener otro traje y aunque pasa veinte minutos intentándolo, no logra dar con él

- Seguimos teniendo un traje. ¿Quién baja? 

Menuda pregunta, ¿quién va a bajar? Pues quién sepa bucear. Aunque por tamaño la más adecuada sería yo. Si hay alguna parte de la gruta que se estrecha demasiado y si Adrien baja se podría quedar atascado. Si bajo yo y hay algún problema con el equipo, no tengo ni idea de cómo solucionarlo. Aunque…

- Bueno… Si me explicáis cómo funciona, me ofrezco voluntaria para intentarlo mientras tratas de encontrar otro equipo de buceo –comento a todos, aunque la última frase va dirigida para nuestro proveedor de artículos extraños.

Medita unos segundos, observando aquel agujero, cruzado de brazos. Se mantiene así hasta que cree encontrar una solución.

- Anna... antes, cuando te conocimos... Potenciaste mis poderes, ¿no? Si es así, podrías potenciar los poderes de Adrien, así quizás podamos conseguir un equipo para cada uno.- Menciona en un tono que hace parecer sus palabras razonables, aunque desconoce las capacidades totales de los poderes de ambos aludidos.

Frustrado, dejo de tratar de traer otro equipo de buceo. Debe de estar haciendo mella el cansancio acumulado.

Realmente no sé que experiencia tienen mis compañeros con el submarinismo, pero su respuesta hubiese sido más entusiasta si hubiesen tenido más que yo... Por otra parte, la idea de Marcy de que me quede yo, que soy el que puede traer otro equipo, me parece también lógica, aunque no me hace ilusión quedarme sentado concentrándome mientras otro está haciendo cosas divertidas. Se impone mi nivel de actividad a la frustración de intento de teleportación...

- Aunque es cierto que el único que puede teletransportar otro equipo soy yo, parece que, por lo que sea, ahora mismo no soy capaz... además, también parece que soy el que más experiencia tiene con el submarinismo, así que si no os importa, me ofrezco voluntario para hacer una primera exploración. Si como dice Anna, hay grutas y sitios donde poder respirar y accesibles buceando, vendré a buscaros. Por otra parte, si el equipo cumple con la normativa, debe de tener dos reguladores, por lo que sería posible ir pasandoos luego de uno en uno o como apoyo por si acaso...

También sería posible ir dos personas con un único equipo de primeras con los dos reguladores, pero es una solución a la que soy reacio, por lo que ni lo planteo. Dos personas consumirán la botella el doble de rápido y será más difícil de maniobrar si hay que pasar por sitios estrechos, y una vez debajo del agua hay mil situaciones que podrían salir mal (por experiencia)... como para no tener oxígeno extra

Asiento enérgicamente a las palabras de Michael y me señalo a mi y luego a Adrien, escribo: "pdms intntarlo :)"

Miro un momento a Adrien y luego añado en la pizarra "si no, bajaré yo, soy la más pequeña de los que saben bucear..."

Anna se concentra mientras lo hacía su compañero y al final tras entender al mytho que habita en su interior usa su don sobre él. 

"No hay límites" le dice. 

Entonces Djinn siente como si algunos muros cayeran cuando usa su poder rastreando en busca de un objeto. Ya no hay un límite de 1 km sino mucho mayor... La experiencia es tan embriagadora y desconcertante que, desafortunadamente, tampoco le ayuda a traer lo que quiere. 

- Gracias, Anna, pero... uf... sigo sin poder... esto es un puto gatillazo en toda regla, así que lo mejor que me puede venir es darme una ducha fría o... en su defecto, entrar ahí abajo. Voy a ir yo. 

Media hora después ya está con el equipo preparado. Bali tuvo más interés en saber qué iba a buscar que en negarse a dejarle el traje.  Por eso tras ayudarle a ponerse el traje, está allí en la entrada del túnel junto a Marcy, Anna y Michael.

Todos le desean suerte y Adrien entra por la abertura. 

La inmersión es menos brusca de lo que esperaba. Estas aguas cálidas del Pacífico y la claridad de la primera cueva a la que da el túnel le ayudan a coger confianza. Sus dotes expertas de submarinista hacen el resto. Efectivamente la cueva no está llena del todo, y podría cogerse aire, sumergirse y llegar hasta el siguiente saliente que no estuviera inundado. Pero con equipo y por debajo el camino es mucho más rápido y directo. 

Atravesando varios túneles y cuevas hermosas con corales llega a una zona más estrecha y por lo que le dicen sus indicadores, a mayor profundidad. Ha debido atravesar la primera formación y estar ahora bajo el istmo que llega al tercer peñasco del islote de Ramos. 

Tras el túnel más largo, de unos quince metros y ascendente, Adrien llega a una cueva oculta emergiendo del agua, puesto que la cueva no está inundada. Aislada y en un paradero desconocido, pero con claridad filtrada por la luminiscencia de los corales y la luz que se filtra de algún lado,  la cueva tiene algo que vuelve loco a la brújula y al GPS del traje. Parece el lugar perfecto para ocultar un tesoro. 

Adrien se quita la mascarilla y respira hondo. En un extremo de la cueva una huella de una mano destaca la pared. Tras inspeccionarla brevemente se da cuenta que es un resorte. Una manera majestuosa de abrir el muro posando la mano sobre ella. 

Tras llegar a la cueva salgo del agua y observo el resorte... seguro que mi mano encaja perfectamente, sin tener que hacer cosas raras como en la peli esa... sería tan fácil. Poner mi mano, abrir la entrada oculta, coger la aguja, desaparecer...sería sencillo. Tengo un equipo de buceo, podría teleportar un aparatejo de esos para que me propulse. Incluso Bali esta esperando en la salida del túnel, seguro que podría llegar hasta el yate por otro lado y pirarme.

Tan fácil. 

Tiendo la mano.

Empiezo a recordar lo que me ha llevado hasta aquí. Los días pasados sin mi poder, mutilado por los mismos que me han enviado. Moth. No puedo evitar pensar en todas las cosas que han pasado hasta llegar aquí. Heimdall, el gigante, la muerte de un compañero...y mientras tanto, ellos esperando. Esperando a que yo realizase su misión... o muriese. Seguro que soy uno más de los prescindibles...¿vas a dejarles que se salgan con la suya?...

Retiro la mano, aún dudando...

¿Soy un titere?, Adrien, ¿¿eres un títere??... ¿vas a dejar que te manejen, Djinn?, ¿vas a dejar que te gobiernen?, y cuando haga esto, aparte de traicionar a tus compañeros, ¿cual será el siguiente encargo?, ¿les estorbare y me volverán a inutilizar?, ¿me enviarán de una misión suicida a otra hasta que muera?...

Mi mano comienza a temblar de pura furia...cerrándose finalmente en un puño.

¿¿¿¿¡¡¡¡ERES UN TÍTERE DJINN!!!!????, RESPONDE!!!!

- NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!!!!! - grito. Necesitaba esto, necesitaba aclararme - no te voy a dar lo que quieres Moth. No lo haré. Acabaré esto a mí manera, y luego, iré a por tí... Lo juro.

Vuelvo al agua. Es el momento de ir a por el resto de mis compañeros sin mirar atrás...y andando como un pato, ¿por qué no me habré quitado las aletas de los pies antes de esta revelación?. Espero que cuando hagan la peli, obvien este detalle.

En un momento como este, todo puede pasar. Las estadísticas dicen que por lo menos había alguna pareja teniendo sexo en algún lugar del mundo en ese preciso instante, un hijo estaba naciendo, y un hombre perdía la vida a manos de otro. Las posibilidades de que algo ocurriese eran tan infinitas y de un repertorio tan amplio que no era raro tampoco pensar que mientras alguien habría sus ojos para despertar, otro los cerraba para dormir; una mujer trabajando en una esquina que espera el coche que la saque de esa vida, y un ejecutivo corriendo apresurado hacía su oficina. Incluso la posibilidad de que ahora, en algún un lugar, un hombre estuviese luchando contra lo que estaba obligado a hacer, luchando consigo mismo para ser fiel a lo que él creía, sin ser un títere de nadie más, gritando enfurecido hacía el universo que no sería esclavo ni juguete de nadie.

Y allí estaba Michael, en ese preciso instante, mirando hacía el agujero, mientras comentaba.

- ¿Saben? ... Acabo de darme de cuenta de que hace años que no pruebo un buen pastel de calabaza... - 

Ha transcurrido poco más de media hora. Fuera de este peñasco nublado azotado por el aire debe hacer calor. A la entrada del túnel todos aguantan la emoción, también algo de hambre. Deben ser las tres y media de la tarde, hora en que murió Cristo según las escrituras, cuando Adrien Emmet, enfundado en su traje de buzo regresa. 

- ¿Ya estás de vuelta? ¿Estás bien?

- ¿Qué hay ahí? ¿Viste...? 

- ¿¿LA TIENES??