El hombre que una vez fue Antares regresa a su pequeño apartamento, justo encima de la tienda de antigüedades, en el Soho.
Se siente terriblemente cansado. ¿Qué hubiera pensado Elisabeth si viviera y hubiera visto a sus hermanos? Probablemente hubiera hecho algún chiste sobre lo de tener un medio hermano japonés y una medio hermana australiana. Gabriel sonríe mientras se deja caer sobre la cama. ¿Pero hubiera estado de acuerdo en su reacción con ellos o se habría entregado a contarles, guiarles y protegerles? Y lo más importante ¿Elisabeth habría perdonado al Consejo?
No podía seguir poniéndose en la piel de ella once años después. Seguía siendo igual de doloroso. Volvió a centrarse en la airada reacción de Próctor cuando no averiguó nada. Era extraño alegrarse por el fracaso de gente que daba sus vidas día a día para proteger a los humanos, pero no podía evitarlo.
En esas estaba cuando una llamada dio una vuelta a todo su planteamiento
- Buenas tardes. Soy Mrs. Demise. Nos conocimos esta mañana en el cementerio- dice una voz de anciana
- ¿Quién? ¿Cómo?- dice Gabriel tratando de aclarar su mente.
- Nos conocimos esta mañana en el cementerio. En el entierro de Cédric. Usted y sus dos amigos llegaron primero. Soy la señora de cierta edad que no venía sólo a ver un espectáculo. La otra. Fui yo quien preparó aquella música frente al féretro. Y quien trajo las flores. Así es cómo me pidió que hiciera.
- ¿Cómo ha conseguido este número? ¿Quién es usted?
- Ya se lo he dicho. Soy Ann Demise. Y su número se lo pedí al Reverendo antes de irme. Y con alguna excusa usted se lo habrá dado a él. Tenía que ser precavida. Soy una mujer mayor pero no estoy exenta de recursos. Me gustaría hablar con usted pero sin el señor de color y la mujer que le acompañaban.
- ¿En su casa? ¿Ocurre algo?
- Claro. Cedric ha muerto. Eso es lo que ocurre. Y yo soy la encargada de leer su testamento. Pero no delante de aquellos otros, que si no me equivoco eran del Consejo ¿verdad? Cedric me pidió que me asegurara primero de quién sentía su muerte y quién venía solo a husmear. Usted no era como los otros dos. Usted ha necesitado estar borracho para poder venir así que creo que tiene que escuchar el testamento. Por favor, sería un placer que aceptaran mi invitación a cenar
Medité la respuesta, seguramente el resto de la familia del Cuco también estaría allí, pero tal vez debía de mandarlo todo a paseo y pasar de todo...
Entonces me fijé en la foto de Elisabeth me había dado y que ahora tenía en un marco sobre mi sala de estar. Me importaba una mierda el consejo y la lucha, pero la gente que había conocido hoy era de su sangre, estaba convencido que ella hubiera querido que los ayudara:
- Está bien, ¿donde y cuando tengo que ir?.
-De acuerdo. Dígame la dirección y la hora. Yen y yo iremos a verla esta noche- seguía sin querer usar la palabra hermano.
Mirando el traje desgastado de Yen y que ya se ha percatado durante la comida que no tiene tarjetas de crédito, ni ropa, ni móvil ni nada, salvo un pasaporte que tuvieron que pasar por el aeropuerto para poder regularizar, Shell piensa que tal vez hasta esa hora sería bueno comprar algo. Prefiere tener que hacer una inversión que el lastre que supone que dependa de él.
Durante ese par de horas hacéis compra de móvil, dos mudas de ropa más cómodas y algo de dinero en efectivo. Yen se sobrecoge por la amabilidad de su hermana. A veces sus gestos de fastidio no acompañan sus acciones, pero en el fondo debe ser tan honorable como el padre que comparten.
Me desperté de golpe, el teléfono sonaba en el otro lado de la sala ¿Cuantas horas habrían pasado? ¿Quién me llamaría a estas horas? Me levanté despacio del sillón, tenía el cuerpo dolorido por la postura. Llevé una de mis manos hacia el hombro masajeándolo mientras caminaba algo apurada hasta el aparato telefónico, puse la mano sobre él descolgando poco después.- ¿Diga? -La voz que sonó al otro lado era completamente desconocida para mí, no la asociaba a nadie por más que pensé. Mientras la mujer hablaba yo daba contestaciones cortas pero certeras, sentía un fuerte dolor de cabeza, era el mismo dolor de cabeza que aparecía tras esos extraños "sueños". Por un momento pensé en colgar el teléfono, pero al escuchar las últimas palabras de ella me quedé muda, no contesté, mi mirada se quedó perdida en el ventanal ¿Por qué? ¿Por qué a mi? Cerré los ojos, quería decir que no, que me quedaría en casa estaba cansada y demasiado triste cómo para acudir a la lectura de un testamento del cual yo jamás había estado interesada, pero en el cual aparecía reflejada pese a todo. Pero pese a todos esos pensamientos mi mente pareció obligarme a responder todo lo contrario, algo mayor a mis deseos me hacía ceder siempre.- Oh dios mío... Está bien Mrs. Demise, aceptaré su invitación, pero quiero que tenga clara una cosa, jamás busqué en Cedric una herencia. Le quería de verdad...-Mi voz se rompió en llanto, cubrí mis labios con la mano para no emitir ningún sonido. Estuve así largo rato, pero cuando sentí que aquello cedía volví a retomar el hilo de la conversación.- Debe disculparme... Esto está siendo más complicado de lo que jamás pude imaginar.-Miré el reloj, para después hablar.
-Allí estaré entonces, señora... -Suspiré lentamente, mientras limpiaba las lágrimas con mis yemas lentamente.- ¿Dónde debo acudir?.-Era extraño, pese a no querer ir, yo estaba haciendo todo lo contrario. No entendía nada, cada vez estaba más confusa ¿Pero era raro? Quizás solo la ausencia de él estuviera causándome estos estragos.- Espero que después de leer eso que quedó en tu poder... Podamos mantener una conversación nosotras dos solas, después de todo, cómo usted dijo "Éramos las dos mujeres que lo amaban"
Si Yen se despista podías dejarme usar poder para no gastar demasiado ;) es broma, no me hace falta
Pero yo creo que lo harías, en plan cabreada, en plan "pues si mis poderes me hacen llevar esta carga, pues ahora lo peto"
Pero mira, no te sale... Sencillamente lo que ocurre es que el vendedor se ríe cortesmente cuando le dices que si te puede hacer un descuento importante al tocarle la mano. Nada importante.
Motivo: Poder
Tirada: 1d100
Dificultad: 70-
Resultado: 73 (Fracaso)
- Lo haremos al revés- dice Mrs. Demise- Venga usted primero, así me ayudará a preparar la cena y podremos hablar a solas
Así lo haces y una hora antes de que lleguen los demás te presentas en la casa y habláis.
(Puedes preguntar lo que quieras en ese tiempo y lo haremos de manera paralela privada. Lo que sí es importante en esa hora que ella quiera decirte es:
- Cedric me dijo que me fiara de mi intuición a la hora de invitarles ¿sabe? Y en su caso no quise hacerlo. Había algo en usted que no me gustaba, pero luego comprendí que probablemente no le perdonaba que usted fuera tan joven como él y le tuviera cómo yo hace más de sesenta años que no le tengo. Debieron ser mis celos de mujer, únicamente. Así que aquí estoy rectificando.
A las 20:00 de la noche Gabriel entra en casa de Mrs. Denise. Una pequeña casa de campo de las afueras, a una hora en coche de la ciudad. La vieja casa es acogedora y agradable olor inunda la cocina y se abre al saloncito donde todos esperan. Shell y Yen han llegado hace poco. Y Evolet debió llegar antes.
- Evolet me ha ayudado con el postre. Tiene unas manos extraordinarias para la cocina. Pasad y poneos cómodos, por favor, creo que ahora podemos hablar con más tranquilidad.
La idea fue de Cédric, claro. Le conozco desde que yo era niña, y de eso hace ya ochenta años. Cuando supo que su hora estaba cerca vino para repasar conmigo este plan que lleva años pensado. "El Consejo jamás pensaría que la clave estaría en una antigua amiga humana, yo creo que han olvidado lo que es vivir como las personas normales, y de eso sacaremos ventaja". Me parece que le estoy viendo ahí, donde está Yen sentado, diciéndome esto mismo. Ha sido muy doloroso comprobar que tenía razón pero no tenerle ahora para poder reírnos de ese entierro. Lo de ese abogado del banco ha sido una genial coincidencia. No quiero ser descortés pero no quiero profundizar demasiado en mi vida y en mi relación con él. Mi dolor siempre era ver que yo envejecía y él no, y que él estaría aquí siempre mientras yo partía a la otra vida. Al final parece que me ha adelantado en el último tramo. Y creo que no ha sido en vano. Cédric quería enmendar los errores de su vida y hace unos meses lo consiguió. Había encontrado algo que llevaba años buscando. Sabía que vendrían a por ello y tenía que guardarlo antes de que le mataran. Creo que lo consiguió. Quiero creerlo, y espero que algún día ustedes me confirmen esto. Mientras acabamos el postre, si quieren que conversemos brevemente lo haremos, pero cuando estén preparados me dicen y saco el sobre que he guardado: El testamento".
Me surgió una pequeña duda, la conversación que mantuvieron Demise y Evolet, ¿la narro por aquí enviándotela solo a ti?
Eso es. Date cuenta que ella no será muy discreta y cosas como "ya le dije a Evolet" puede decir luego en público.
Cuando colgué el teléfono suspiré, miré de nuevo el reloj y salí hacia el recibidor. Allí cogí mi abrigo y las llaves del coche, me miré en el espejo y atusando un poco mis largos cabellos rojizos con los dedos, salí de allí. No tardé demasiado, el viaje se me hizo incluso corto, demasiado corto. Al llegar toqué el timbre y pronto salió la mujer para recibirme, la verdad es que el lugar era acogedor, por lo que me sentí cómoda o lo más cómoda posible.- Buenas tardes y.. Gracias por la invitación señora.
Una vez dentro me quité el abrigo colgándolo en la entrada, tras eso entré dentro de la cocina siguiéndola a ella. Mientras la ayudaba surgieron en mi mente millones de preguntas, pero no sabía ni siquiera por donde empezar, todo era tan extraño que hasta para ella eso era incómodo.-No sé ni siquiera por donde empezar... Mi idea era hablar con usted, aclarar la multitud de dudas que tengo, pero ahora, ahora no encuentro las fuerzas suficientes cómo para atacar el tema.-Empecé diciendo mientras le pasaba un par de cosas que me había encargado.- ¿Por qué...-Me quedé en silencio, buscando las palabras correctas.- Se alejó de él si lo amaba?.-Pregunté dudosa, mirándole. La mirada que yo le dirigía era insegura, triste e incluso escurridiza en ciertas ocasiones. Creo que no esperé a que ella respondiera, en realidad ahora que había agarrado las fuerzas suficientes cómo para formular las preguntas, terminaría toda la ronda sin interrupciones.
-Estoy segura de que usted conocía mejor que nadie a Cedric... Y a pesar de ser su pareja hay cosas que él nunca mencionó ¿Qué querían todos esos hombres? ¿Por qué estaban tan interesados en la última voluntad de él? .-
Está bien. Gracias por la aclaración.
antes de la cena......
shell, muchisimas gracias por tu hospitalidad y por cuidar de mi este cuidad, gracias por traerme de compras y caompañarme a todos lo sitios si tu ayuda habria sido mucho mas dificil para mi
no quiero tampoco ser una carga mi idea era venir al entierro de nuestro padre y volver a japon cuanto antes, pero me da que esto se va a alargar un poco, me temo que necesitare tu ayuda aun, aqui solo tengo un puñado de yenes, creo que lo antes posible tendria que pasar por alguna susursal de mi banco japones donde pueda hacerme con alguna tarjeta o alguna forma de poder disponer de mi dinero japones, no soy una persona rica pero bueno llevo muchos años ahorrando, tambien seria bueno que buscara un sitio para alojarme, es tu casa me he encontrado muy bien acojido pero no quiero ser una molestia has hecho por mi mas de hubiera podido imaginar
con la ropa que me ha ayudado a elegir Shell me encuentro un poco raro, pero sera que aqui van vestidos asi, me dejo aconsejar que seguro que de esto sabe mas que yo
nunca pense que estos occidentales serian tan hospitalarios, me siento muy agusto en la cena atendiendo a todas las conversaciones, hacia tiempo que no tenia una velada tan agradable,
estoy un poco nervioso por los acontecimientos anunciados para los postres, pero no tengo prisa y no quiero forzar la situacion, sere paciente y respetuoso con el resto de los comensales durante toda la cena,estare encantado de que se tomen todo el tiempo del mundo
me ofrezco a la anciana a ayudar en lo que sea posible , llevando o trayendo cosas de la mesa...
Apenas hablo durante todo el tiempo que dura la cena, aunque, por respeto a nuestra anfitriona, la petaca y su contenido permanece todo el tiempo en mi bolsillo.
Finalmente, después de los postres, aguardo a que la anciana diga el gran secreto...
- Estoy listo...
Antes de la cena...
- Bueno, Yen, esperemos a ver que sorpresas nos depara la noche y mañana nos organizamos mejor-
Ya me empieza a inquietar esta situación. Estoy deseando saber que pone en el testamento de mi padre... Qué mierdas querrá de nosotros pero antes tengo una duda...
-Disculpé Mrs Demise, con todo el aluvión de noticias olvidé preguntar una cosa - dejo ese silencio que anuncia algo importante.
-¿Cómo murió nuestro padre?
Yo es soy muy de La Llamada de Cthulhu y allí estas cosas importan mucho ;)
Duda. Evolet sabe que fue asesinado ¿Cierto? Es que ahora al preguntar Shell me surgió duda al responder. =/
- No me alejé. Nos alejó el tiempo. Yo era una niña enamorada de él, después fuimos amantes, novios, compañeros, amigos... Yo envejecía y él no. Él tenía poderes y yo no. Yo buscaba un futuro y él luchaba una guerra. Yo quería comerme la vida y él llevaba de vuelta de ella desde hacía siglos. Lo nuestro era imposible y lo único que me enorgullece es darme cuenta de ello lo bastante pronto como para que no me hiciera daño y seguir siendo su amiga casi medio siglo.
- Respecto a lo que El Consejo quería de Cédric lo contaré más tarde, querida, precisamente cuando lea su voluntad.
Sabes que le han matado los Correctores, al menos eso te dijo Penitencia.
- Fue asesinado. No sé por quién. Su cuerpo apareció flotando en el río. Mi pobre Cédric...
La voz de Mrs. Denise se quiebra. Rápidamente se obliga a recuperar la compostura como si supiera que no puede fallar ahora. Temblorosa se aproxima a un tarro en la esquina de la cocina y lo abre extrayendo un sobre.
Ese es el testamento. Un sobre con una carta doblada no más larga que un folio