Partida Rol por web

Así que el plan de Proctor es volver a ponerme en peligro, salir fuera, que me enfrente a los que me persiguen y con suerte podré localizar a Michael aunque sea más fácil desde el otro mundo una vez muerta. Dibujo una media sonrisa pensando en ello. Aunque quizás mis pensamientos son tan funestos por culpa de las malas noticias sobre la situación de mi hija y la relación que puede tener con dicho artefacto:

- Sí, será mejor que le busque... Luego te llamaremos -dicho esto, guardo de nuevo el talismán en el bolsillo.

 Cuento las balas que me quedan. Solo he disparado una. Me vuelvo a guardar el revólver y salgo de mi escondrijo para buscar a Michael, rehaciendo mis pasos estando alerta de mi entorno por si veo su coche a lo lejos o a él por alguna parte.

Marcy sale de su escondite en el páramo y vuelve sobre sus pasos. Ya es de noche. En la carretera secundaria que rodea la zona se fija, por tanto, en el ruido de un coche que pasa cerca. No sabe quién es pero tendrá que arriesgarse y asomarse  al camino para ver qué coche es. 

Corre y agazapada lo espera un poco más adelante. Si es Michael le llamará, pero podría no serlo... Efectivamente es uno de los vehículos. Mierda. Han sobrevivido. ¿Habrá muerto su rescatador? Ella no pidió que nadie acudiera en su ayuda, se dice para tranquilizar su conciencia. 

Un frenazo seco le interrumpe de sus pensamientos. El vehículo ha parado. Creía estar bien escondida pero la han visto de pleno. Dos hombres, con linternas y armas salen tras ella, que desde el arcén intenta volver al páramo. 

Michael conduce el abollado coche siguiendo el rastro del otro vehículo, pero la noche cae sobre Arizona y aún no es capaz de encontrar nada. Pone las luces y toma una de las carreteras secundarias. Va más bien guiado por su intuición y por la suerte pero tampoco debería haber tantas salidas por esta zona. 

Al cabo de cinco minutos ve el vehículo aparcado en el arcén con las puertas traseras abiertas. El motor está en marcha y las luces encendidas aún. Él aminora la marcha y apaga las suyas. 

Han debido bajar porque han podido ver a Marcy en algún lado cercano... 

Se detiene tras el vehículo que perseguía a Marcy, aún malherido y agotado, viendo donde podrían estar los hombres y la chica. 

Se agarra el pecho con el brazo izquierdo mientras se acerca al lado de la carretera donde el vehículo se detuvo, avanzando luego en la búsqueda de las personas.

Al aparcar detrás del coche y salir para buscarla se da cuenta de un error que  ha cometido. Aunque las puertas traseras están abiertas, eso no significa que el conductor se haya ido, al igual que pasó la otra vez. Así que en aquella oscuridad ve como alguien sale del coche

- Disculpe... no se puede... 

Él también ha tardado en reaccionar y no se ha dado cuenta de quién era. La ventaja vuelve a ser de Michael

Mira hacía el cielo al escuchar al hombre a su espalda, dibujando una expresión de ironía en su rostro.

- Vamos, dame un respiro... -

Se gira a ver al sujeto, con las manos en alto, mientras se acerca a él, con una notable expresión de dolor en su rostro y con el cuerpo visiblemente magullado.

- Podemos hacer esto de la forma fácil amigo. - Tras sus palabras, intenta transmutarse en piedra.

- Joder.... -maldigo antes de salir corriendo tras ser descubierta y ser perseguida de nuevo. Al menos esta vez todos vamos a pie.

Echo a correr de nuevo hacia el páramo, pero no puedo volver al escondite de antes. Me persiguen con linternas y armas, obviamente. He de buscar algún lugar elevado para ganar ventaja táctica. Un lugar en el que me pueda refugiar de sus balas y pueda ganar tiempo para encontrar a Michael. La rescatada tiene que rescatar al rescatador. Menuda ironía. "No, más bien menuda porquería de días estoy teniendo. Tenía una buena vida... Vale, ya basta de autocompasión", pienso mientras sigo corriendo como alma que lleva al diablo.

Quizás pueda dar un pequeño rodeo y volver a la carretera, montarme en su coche y dejarles mordiendo el polvo. Ni que fuera flashman... pero se va a intentar.

Conociendo el lugar, Marcy empieza a ladear el terraplen por el que ha descendido. Si ella fuera sus perseguidores trataría de abrir en V a la que bajan así que permaneciendo en el vértice, tras un árbol y echando a correr terraplen arriba justo cuando han descendido, la policía es capaz de despistarles y volver al coche. 

Mientras tanto Michael se encara con su asaltante, caminando fuera del asfalto, por la cuneta de tierra,  a la que se transforma en piedra de nuevo. Pero nota como su poder no llega aún. 

El asaltante, que tarda en reaccionar entra en el coche y saca una pistola para salir desenfundando de nuevo. Michael trata de nuevo de convertirse pero el dolor es demasiado grande. "Oh, no... no me digas que voy... a desmay... "

Michael cae al suelo. A los pies de Marcy Wright que justo acaba de aparecer. 

Soy como las malas noticias, llego en el peor momento.

Tal y como consigo llegar de nuevo a la carretera secundaria, donde el coche de los "malos" estaba parado, me encuentro a Michael en el suelo y a otro de ellos armado, saliendo del coche.

Me coloco junto a Michael y desenfundo mi arma de manera instintiva, apuntando al tipo. Los disparos oficiales se efectúan en la tríada de la muerte, es decir, tres disparos consecutivos en el corazón, en forma piramidal. Es un disparo esencial en la vida de todo policía. No todos pueden conseguirlo, pero quiénes se atreven a efectuarlo consiguen su propósito mortal; es por ello, que es uno de los últimos recursos que un policía debe de...

"¡Basta! Es muy probable que toda mi vida no vuelva a ser ya nunca más lo que era antes. A la mierda. A la mierda con todo. Ellos han hecho todo lo que han podido para joderme; no me van a dar pena ahora".

Instintivamente, de reojo, miro la ventanilla del coche. Salgo reflejada en él y siento como ha vuelto, esa sensación ha vuelto. Me agacho rápidamente para ponerme junto a Michael. Le doy un par de palmaditas en las mejillas, bastante bruscas y apresuradas; no hay tiempo para remilgos. Mi idea es hacerle volver en sí o levantarle, aunque es más grande que yo. Tenemos que cruzar la puñetera ventanilla.

- Vale, vale, cálmate, tú ganas... -digo mientras trato de hacerle volver en sí o ponerle en pie si es que ya ha vuelto en sí antes- Sé quiénes sois y sé qué quereis... Y también sé quiénes son, y qué quieren -le digo, refiriéndome a Michael y su grupo- Y yo, lo único que quiero, es ver a mi hija. Estoy segura que no avanzareis demasiado sin mí, me necesita. Vosotros me necesitais. Dejadme ayudaros.

El hombre cae seco y mudo al suelo. Pero los disparos se han oído. No tardarán en subir. Michael no reacciona. Así que empiezas a arrastrarle hasta el coche. O hasta su ventanilla. 

Tras disparar contengo la respiración unos segundos. Ya está hecho. No hay que darle más vueltas. Era él o yo.

Me vuelvo a agachar y arrastro a Michael hasta el coche. Ahora que no está el tipo creo que puedo probar otra cosa. Abro la puerta del copiloto y trato de meter a Michael dentro, en el asiento.

Mi idea es meterme también dentro con él, en el mismo asiento, sentarme en el salpicadero y sujetándole por los brazos tirar de él para pasar por el cristal frontal (luna) del coche juntos. Creo que será más fácil así y tenemos la protección adicional de estar en el interior del coche.