Akane bajo al primer piso acompañada del chico afeminado que llego junto a Akira quien llevaba a Claudio jalándolo por el cabello sin delicadeza alguna, haciendo que el Italiano gritase de dolor y maldiciese al aire en dos idiomas distintos. Su hermano volteó a verla cuando ella lo llamo por su nombre, y por un segundo Yu, (quien estaba mas cerca del yakusa en el momento) pudo ver como su expresión cambio ligeramente por un instante mientras volteaba a hacia la dirección de su hermana, incluso comenzó a abrir la boca como si fuese a decir algo, pero justamente sus ojos hicieron contacto con Akane, su expresión se torno seria nuevamente y se guardo lo que sea que halla estado a punto de decir.
A diferencia de antes, la expresión de Akira no parecía estar completamente vacía de cualquier emoción, esta vez era fácil notar en su cara el tremendo disgusto que sentía a causa de lo que sus ojos estaban viendo en ese momento. La mirada del Yakusa se clavo en Akane de forma agresiva y con intensidad suficiente como para hacer que cualquier persona en una situación peligrosa como esta cayese de rodillas con solo verlo.
Ignorando por completo las palabras de Yu, Akira caminó lentamente hacia su hermana sin dejar de atormentar a la chica con su mirada durante todo el camino. Al ver que el joven líder Yakusa ignoro a Yu, el hombre con la cicatriz en la cara dio un paso al frente y hablo por parte del joven.
- Por favor disculpen a nuestro joven líder, -Dijo el hombre- últimamente ha tenido un par de días difíciles.
- うるさい -Dijo Akira en voz alta al escuchar las palabras del hombre de la cicatriz.
Akane vio la imagen de su hermano caminando hasta a ella sin dejar de mirarla ni por el mas breve instante por mas tiempo del que le hubiese gustado. El chico era una persona estoica por naturaleza, pero era en estos momentos en los que su falta de emociones resultaba simplemente terrorífica. Akira simplemente caminaba hacia ella con esa expresión de disgusto y sin dejar salir ni una sola palabra, incluso cuando se paró frente a ella ni siquiera abrió la boca y solo miro a su hermana menor hacia abajo como si estuviese castigandola sin decir nada.
Cluadio, quien llevaba todo el rato insultando al aire y forcejeando contra el chico afeminado intentando zafarse, entendió que Akira parecía ser el líder de los intrusos. Puede que el dueño del bar sea un imbécil de arriba a abajo, pero es un imbécil que a aprendido a sobrevivir en un lugar como el nivel 3, sabe como moverse en una situación como esta. Haciendo un esfuerzo y sacando fuerza de algún lugar misterioso, a costa de un mecho de su cabello, Claudio logro soltarse del agarre del agente afeminado y dio un par de pasos hacia el joven Yakuza antes de tropezar ligeramente y caer de rodillas frente a Akira desde donde comenzó a dar un pequeño discurzo con el que esperaba salvarse la vida.
- Oye, escucha amigo, -Articulo Claudio entre jadeos- yo no tengo nada que ver con estos chicos. No se que carajos te habrán hecho o si tienen algo que ver contigo o lo que sea, pero mira, ¡yo solo soy el dueño del lugar! ¡Aparte de eso no tengo nada que ver con estos marmocchi! -Akira ni siquiera volteo a ver a Claudio mientras este rogaba por su vida. Lo único que hizo fue lanzarle sobre la cabeza el sobre de papel que habia sacado de su chaqueta durante su corta conversación con Yu. Cuando el sobre callo al suelo se abrió y se pudo ver unos cuantos Chips de Creditos saliendo desde dentro, pero Claudio estaba tan alarmado que no se dio cuenta y siguió hablando- Yo lo único que estaba haciendo aquí era follar con una la puta esta y mas nad-
Bang
Un destello acompañado de un fuerte ruido que inundo los oídos de todos los presentes silencio cualquier palabra que estuviese apunto de ser dicha. Erica se llevo las manos a la boca al ver lo que acababa de pasar y Sato paro de moverse se y quedo en su lugar congelado. Tan pronto como la palabra “Puta” salió de la boca de Claudio, Akane pudo ver en primera fila como su hermano sacaba de su chaqueta un arma a gran velocidad y, antes de que alguien pudiese decir o hacer algo, hacia saltar los sesos del dueño del bar por los aires. Todo sin dejar de mirarla directamente. Entonces, uno cuantos segundos después, cuando la sangre del italiano se esparció por el suelo, formando un charco tan grande que comenzó a manchar los pies descalzos de Akane, Akira abrió la boca y preguntó:
- ¿Que haces vestida así?
Sus ojos seguían siendo los mismos que ha tenido desde que vio a su hermana y su expresión era todo lo que contrario a lo que cualquiera pensaría que tendría un hermano mayor al reencontrarse con su hermana menor que no ha visto desde hace un par de años.
Una sola mirada bastó para volver al pasado, al eterno martirio del cual intentó escapar hacia unos meses siquiera. Había comenzado una nueva vida, que en sí no podía decir que era mejor en comparación con la que tenía, pero era suficiente como para salir adelante, como para alejarse del veneno familiar que bebía sorbo a sorbo a diario. Por ello es que avanzó al fin de cuentas como la hija de quién era, no bajó la mirada delante su hermano porque le habían enseñado a respetar y también a mantener la actitud pese a que estaba casi desnuda, vestida con apenas algo que la hacía ver más puta.
No fue capaz siquiera de desviar un solo instante aquellos bonitos ojos, se mantuvo estoica por mucho que las piernas le tiemblen porque evitó esto de tantas maneras que podría estar horas explicando sobre ello. Pero no, Akira era peligroso, era letal, era el hijo perfecto de un padre psicópata y no tendría problema alguno en bajar a todo aquel que se le cruce entre él y su objetivo: es decir, entre él y la misma Akane.
Por ello no dijo nada cuando el disparo la terminó por salpicar con una vitae ajena, solo intentó encontrar algo de humanidad en aquellos ojos y rápido se dió cuenta de que era imposible. Era su maldita familia, los odiaba con todo su ser y cuando la pregunta se dirigió hacia ella mientras sus pies se ensuciaron, inhaló profundo.
—Sobrevivo, llévame de una vez.
No quiso enturbiar más el asunto, sabía que le esperaba lo peor que podría imaginar y aún así, adoraba a esos chicos, a sus compañeros, amigos, lo que sea que fueran para ella. Miró a Yu a modo de despedida y esperó que la saquen de allí, no tenía más opciones. Toda huida, todo cambio, había sido en vano.
Las cosas habían escalado demasiado rápido.
Sabía que Akane pertenecía a la mafia, pero no esperaba que ESA mafia decidiese venir a por ella personalmente. Incluso con todo el odio que le tenía, la muerte de Claudio resultó chocante, pues demostraba el tipo de persona que tenían delante y las pocas dudas que tenían sobre que podían aplastarles en cualquier momento.
Para Yu seria imposible no tragar saliva mientras intercambiaba mirada con el resto de su grupo: Incluso Sato tendría pocas posibilidades contra esa gente, Erika y él no serian más que un estorbo, y aún así...
-Espera -extendería entonces una mano hacia la chica que se ofrecía a irse sin dar más problemas, aunque no llegaría a sujetarla pues rápidamente recogería el brazo, más que todo por temor a que el grupo de su hermano reaccionase. -. ¿Por qué es todo esto? ¿Acaso Akane-san no puede tomar sus propias decisiones? Esperaba un poco más de la Yakuza...
Tenía claro que no dejar ir a la chica solo le provocaría problemas, muchos, demasiados... Pero estaba en deuda con ella, y era el tipo de persona al que no podía negarle una mano.
Mientras intentaba alargar lo más posible el secuestro de la chica, Yu no perdería tiempo en sacar y empezar a trastear con su teléfono: seria inútil intentar usar un arma contra ellos, por lo que si algo sucedía al menos se encontraría conectado a la red electrica del refugio, y tal vez eso les diese una pequeña ventaja...
Cuando Akira escucho la respuesta de su hermana, su cara se torno hostil e inmediatamente respondió dándole un golpe en la cara con el dorso de la mano con fuerza suficiente como para romper el labio inferior de Akane.
- そのように私に話しかけないで! あなたが私たちの家族に恥をかかせたときにあなたは没収されました
El golpe fue rápido y vino acompañado de fuertes palabras. Al ver el golpe que Akira le habia dado a su hermana, el hombre calvo abrió los ojos de par en par y dio un paso hacia el frente como si quisiera decir algo que decidió guardarse a mitad de camino y la mujer que llego también con los Yakusa dejo salir una pequeña sonrisa y no dijo nada, simplemente se quedo donde estaba, sonriendo como si estuviese disfrutando de un Show. El chico que habia forzado a Akane a bajar no reacciono en absoluto ante el golpe, pero si reaccionó cuando Yu alzo la voz apuntándole con su arma por reflejo. Akira volvió a Ignorar al chico, hasta que menciono lo de que esperaba mas de la Yakusa. Justamente cuando esas ultimas palabras salieron de la boca del muchacho, el peligroso hermano mayor se dio la vuelta para encararlo y comenzó a caminar hacia el con calma, pero con cara de querer hacerle daño.
Al ver la escena, Sato se movió rápidamente y agarró su bate, pero justo cuando se dio la vuelta y comenzó a correr hacia Yu, el chico afeminado disparó. Erica también dejo salir un grito cuando vio que el disparo estaba dirigido hacia su amigo. Por suerte la bala no le dio a Sato, pero paso lo suficientemente cerca de el como para que sintiese como el aire azotaba su cara al paso de la bala, lo cual fue suficiente como para detenerlo en su lugar y dejarlo con una expresión de terror en la cara.
Antes de que Yu pudiese reaccionar de alguna forma, Akira ya estaba frente a el, mirándolo hacia abajo aun con una expresión que dejaba claro lo que quería hacer.
- ¿Y tu que crees que sabes de nosotros? -Dijo Akira, y antes de que Yu pudiese responder, el joven Yakusa agarró al chico del cabello y le jaló la cabeza hacia abajo a la vez que subía su pierna con fuerza. Haciendo que la cara de Yu se encontrase con su rodilla a mitad de camino.
Sato y Erica gritaron el nombre de su líder desde donde estaban, pero no fueron capaces de moverse a causa del miedo. Por su parte, Yu quedó tirado en el suelo con una nariz sangrante pero aun consciente.
- Vuelve a abrir la boca y me estarás dando una razón para matarte. -Dijo Akira mientras ponia un pie sobre la cabeza de Yu.
Akane no pudo evitar notar que Akira estaba particularmente agresivo el día de hoy. El de por si es una persona violenta, pero normalmente no reaccionaria a una provocación como la de Yu de esa forma. ¿Era por culpa de ella que estaba así o tal vez era algo mas?
Traducción: No me hables de esa forma! perdiste el derecho cuando te convertiste en una desgracia para nuestra familia
La bofetada sí que dolió, aunque no tanto como la actitud de su hermano. Aún así no dijo nada debido a las circunstancias, manteniéndose con la mirada hacia abajo, en total sumisión. No respondió a nadie, tampoco reaccionó antes las movidas agresivas de Akira, sólo deseó que esto acabe pronto. Al fin de cuentas han venido para llevársela, así que todo el daño colateral, era innecesario. Pero... ¿Cómo le haces entender esto a un Yakuza?
Menos al ver el humor que se había echado el líder, así que poco quedaría para buscar a través de las palabras algo más que ceder ante su voluntad. No quería enfrentarse a su padre, ni volver a la mierda que había dejado atrás porque ese lugar era un infierno y si bien, no necesitaba vestirse como una prostituta, algunos la trataban y usaron como tal. No hubo diferencia, sólo que aquello era un prisión, una de la que sólo podías salir muerto. Akane tuvo muchísima suerte, ahora estaba lejos de tenerla.
El sudor frío recorría la frente del chico luego de atreverse a abrir la boca en una situación así, apenas siendo capaz de ver muy de reojo como Sato casi fue victima de un veloz disparo que nadie habría podido anticipar. Para cuando tuvo al hombre de frente, ni siquiera pudo responder antes de recibir de lleno su rodilla contra el rostro, acabando en el suelo con la cara sangrante y un pie sobre la cabeza.
-Argh... Cof... -el dolor definitivamente no era lo suyo, tosiendo un poco por la sangre que caía por su nariz mientras intentaba contener sus ganas de maldecir en voz alta.
Por donde se viese estaban en una situación desfavorable, e incluso la idea de provocar un apagón en la sala se le hacía demasiado arriesgada como para intentarla...
-No respondiste mi pregunta... -diría desde el suelo. -. ¿Akane... no puede tomar sus propias decisiones...?
Tal vez si Akane hubiese reaccionado, o si Yu hubiese intentado hacer algo para detener a Akira, las cosas no hubiesen terminado como terminaron. Después de ser provocado una segunda vez por el chico que tenia bajo su pie, el joven Yakusa decidió mantenerse fiel a sus palabras.
Akira volteo la cabeza para ver a su hermana nuevamente a la vez que metía la mano nuevamente en su chaqueta y lentamente sacaba su arma. Akane pudo ver el reflejo de la luz rebotando en la pistola mientras esta se deslizaba fuera de la chaqueta negra de su hermano. Una lagrima se escapo de la cara de Erica cuando el Yakusa le exhibió el arma a su hermana para dejarle claro lo que estaba a punto de pasar a la vez que se tomaba un par de segundos para contestar la pregunta del chico que estaba a punto de morir.
- No... Ya no.
El arma apunto hacia abajo y la mano que la sostenía estaba repleta de intensiones asesinas, pero antes de que pudiese apretar el gatillo, el bate de Sato salió volando por los aires e impacto en la cabeza de Akira quien dio un paso hacia atrás por culpa del golpe quitando su pie sobre la cabeza de Yu mientras dejaba salir un corto alarido de furia mezclada con dolor. Una bala que estaba destinada a el chico que estuvo bajo su pie fue disparada pero perdió su curso y dio a parar al suelo. Un grito desesperado y furioso se escucho fuerte y claro en la sala. Sato corría con velocidad hacia los Yakusa con un cuchillo en la mano mientras gritaba con vagas esperanzas de salvar a su amigo de alguna manera. El chico afeminado disparo y la bala dio en su objetivo. Un pequeño chorro de sangre que mancho el suelo pero salio desde el cuerpo de Sato pero, por suerte, el disparó dio nada mas que un hombro del chico y eso no fue suficiente como para detenerlo. El chico siguió corriendo y gritando, estaba a apenas un par de metros de su amigo, pero eso fue lo mas lejos que llegó.
El resto de los Yakusas reaccionaron. El hombre calvo sacó un revolver de su chaqueta, la mujer de cabello negro sacó una pistola pequeña de su bolso de mano, el chico afeminado aun tenia a Sato en la mira y Akira se recupero de su golpe a tiempo. En un abrir y cerrar de ojos, cuatro armas estaban apuntando a un mismo objetivo y en menos de misero instante, cuatro detonaciones prácticamente simultaneas golpearon los oídos de los chicos a la vez que todos veían como el pecho y la espalda de Sato prácticamente explotaban en sangre dejando salir trozos de hueso, carne y órganos por los aires a la vez que todo el costado izquierdo de su cara era arrancado con violencia. Tres balas impactaron en su pecho y una en la cabeza, la sangre se esparció por todos lados, pero los Yakusa no se detuvieron. Antes de que Sato cayese al suelo por completo, mas detonaciones se escucharon y mas trozos del cuerpo del chico eran arrancados. Una bala del revolver del calvo hizo que una mano explotara, Akira le metió otra bala en el otro ojo que le quedaba, la mujer le abrió otro agujero en las costillas y el chico afeminado hizo que mucha mas sangre saltara por los aires. Los Yakusa no se detuvieron hasta que el cadáver calló de espaldas en el suelo haciendo al instante una piscina de sangre que fácilmente rodeaba todo lo que quedaba de Sato.
Erica ni siquiera grito, solamente se quedo allí parada sin decir ni hacer nada, llorando en shock con la boca abierta.
Ante la situación, Akane se quedó estática y cubrió sus ojos en medio de un llanto que intentó contener. No fue capaz de siquiera ver lo que estaba haciendo su amigo allí porque era doloroso, fuerte e incómodo. Con esta gente había compartido tanto y se sintió una idiota total al no poder hacer nada. Pero como todo, se quedó sumisa y pendiente de los movimientos, las palabras y gestos de su hermano cuando esa ráfaga de disparos dejó más consecuencias que instantes buenos a los que apreciar.
Esperó, nerviosa y sin poder hablar siquiera. Odió profundamente a su hermano, a todo su linaje y sintió en lo más profundo de su corazón que algo se había roto de nuevo, muy a su pesar estar con su familia significaba eso y cuando creyó que tendría un descanso, allí volvieron a por todas. Como siempre la impotencia, la necesidad misma de irse de allí, la bronca que acumulada solo provocó más desazón, estaban en su cuerpo y en su interior, lo sentía mucho en verdad.
Los disparos te dejaron aturdida. No solo por el sonido, si no por la imagen tan horrible que estabas viendo en ese momento. Sabias que tu hermano es la clase de persona que se mantiene fiel a su palabra a toda costa, así que desde que Akira dijo que si Yu abría la boca una vez mas lo iba a matar, sabias que iba a correr sangre, pero esto estaba convirtiéndose en una masacre innecesaria.
Al ver a Sato caer al suelo despedazado, Yu se levantó gritando enfurecido y con lagrimas en sus ojos. No podías culparlo, nadie que estuviese en su posición reaccionaria de una forma distinta al ver tal atrocidad. Fue entonces cuando tu hermano se mantuvo fiel a su palabra. Akira reacciono rápidamente y entonces sonó un disparo mas. Nuevamente viste en primera fila como otro de tus amigos caía al suelo sin ningún rastro de vida en sus ojos mientras un chorro de sangre salia de su cabeza.
Esto es lo que es tu familia. La vida humana no tiene importancia para los miembros del clan Shiranui, y esto no es nada mas que un recordatorio de esa realidad.
Después de matar a Yu, Akira bajo el arma que aun humeaba un poco y se llevo su mano libre a la cabeza. El golpe que el bate de Sato le dio en la cabeza lo habia hecho sangrar un poco. Entonces miró a su alrededor como si estuviese asegurándose de que no hubiese mas nadie que quisiese intentar matarlo en esa sala, y solo se detuvo cuando su mirada dio contigo. El calvo, por su parte, guardo su revolver y camino apresurado hacia tu hermano con una cara de preocupación mientras sacaba un pañuelo de un bolsillo de su pantalón.
- ¿¡Akira-sama, se encuentra bien!? -Pregunto alarmado mientras le ponía el pañuelo en la frente a tu hermano para limpiar la sangre que tenia en la cabeza.
Akira no parecía estar de buen humor en ese momento, así que le quitó la mano al calvo de forma bastante brusca. Y luego comenzó a caminar nuevamente hacia ti mientras hablaba.
- Estoy bien. -Dijo molesto.
Al llegar frente a ti, Akira te agarró bruscamente de un brazo y comenzó a jalarte para obligarte a caminar en dirección a la salida. El calvo simplemente dio un suspiro y comenzó a caminar tras el, mientras que el chico afeminado guardo sus armas y también comenzó a seguir a su líder. La unica que no se movió en un principio fue la mujer que llego con los Yakusa, pero después de un rato comenzó a caminar solo que en dirección opuesta a la de Akira y los demas.
- Tsubaki, ¿que estas haciendo? -Preguntó Akira al percatarse de que ella no lo estaba siguiendo.
La mujer, quien aparentemente se llama Tsubaki, no se detuvo al escuchar a tu hermano y siguió caminando. La tipa camino hacia el otro lado del refugio, pasando junto a al cadáver de Claudio, Yu y lo que quedaba de Sato hasta pararse frente a Erica quien aun estaba congelada en su lugar. La mujer miro a la niña por un par de segundos y luego se dio la vuelta hacia ustedes con una sonrisa en la cara.
- Esta niña me pareció linda. -Dijo- Me la quiero quedar. Digo, seria un desperdició dejarla abandonada en un lugar como este.
Akira chasqueó la lengua a la vez que se daba la vuelta y comenzaba a caminar nuevamente .
- Has lo que quieras. -Dijo no tan molesto como cuando le hablo al calvo.
Al escuchar la respuesta de Akira, la mujer tomo a Erica de una mano y comenzó a guiarla fuera del refugio. La niña estaba completamente destruida, las lagrimas no paraban de caer de sus ojos y no reaccionaba a absolutamente nada. Verla en ese estado te rompía el corazón.
Akira te saco a la fuerza del refugio, dejando atrás los cadáveres de tus amigos, y te hizo salir al bar. Allá arriba no habia ni una sola alma. Tal vez se fueron todos los clientes junto al ayudante de Claudio al escuchar los disparos o tal vez Akira habia hecho que todos se fuesen recién entró. Por lo menos, así nadie llegó a ver la humilladora escena en la que te encontrabas ahora mismo.
Akira te agarraba con fuerza, su agarre dolía y no parecía tener intensiones de soltarte hasta que estuvieron fuera del bar, donde un par de miembros del clan los esperaban junto a dos autos negros que los recibieron abriendo sus puertas automáticamente. Prácticamente fuiste lanzada dentro de uno de esos autos por tu hermano, y luego, sin decir nada, el se montó junto a ti. En el asiendo de copiloto se montó el hombre calvo, mientras que en el asiento del conductor se montó uno de los hombres del clan. En el auto de atrás, se montaron el chico afeminado, Erica, Tsubaki y el hombre calvo.
Akira no dijo nada, simplemente estaba sentado junto a ti apoyando su cabeza sobre su puño mientras el auto se ponía en marcha a donde sea que los fuesen a llevar ahora.
Las opciones fueron más bien escasas desde el momento en que el despliegue de decisiones funestas provocaron tantas muertes bajo un río de sangre innecesario. Así era la Yakuza, por esa razón y muchas es que Akane había huido y ahora que se encontraba con la terrible verdad de regresar al horror de aquella vida, no pudo evitar sentir una desolación inmensa. Le esperaban muchísimos horrores, unos que desde la mirada de su hermano y de su padre, se merecía.
Muy dolida por lo sucedido, ni siquiera miró los cuerpos de sus amigos y tras sentir el agarre fuerte de su brazo, obedeció a sabiendas de que esto no era nada. Todo se pondría peor, ni hablar si ofrecía resistencia. Así que por esa razón fue prácticamente arrastrada hasta la salida de aquel bar, no emitió sonido puesto que se le veía los ojos rojos de llorar, pero tenía que mantener fuerte. No existía otra alternativa.
Ya cuando el aire frío del exterior la arropó con ese atuendo tan poco abrigado, buscó la mirada de su hermano y solo encontró frialdad en ella. Negó con la cabeza y en cuanto fue arrojada al interior del auto, tuvo que acomodar su ropa ya que se le había levantado la enorme sudadera que llevaba sola. Resignada cómo se mostró, miró las calles como despidiéndose de todo y luego rompió su silencio.
—¿Ahora estás al mando? ¿Qué quieres conmigo?
Esas preguntas seguro tenían consecuencias, era sabido. Aún así, se arriesgaría.
Por un momento Akaria no dijo nada. Volteó a verte cuando hablaste, pero después de verte en silencio por un par de segundos, volvió a apartar la mirada hacia la calle. Ya lo habia dejado bastante claro en el refugió, no le gustaba lo que veía cuando te miraba.
- ¿No te enteraste? -Dijo al cabo de un rato en silencio- Nuestro padre murió hace dos semanas. Yo heredé el mandato de la familia.
¿Tu padre habia muerto? Era una noticia inesperada. Tu padre, el gran y temido Ryu Shiranui habia muerto hace dos semanas y tu no te habías enterado, ¿como habia muerto?, ¿bajo que circunstancias? ¿Lo mataron o murió de otra forma?. Tal vez era por eso que Akira habia ido a buscarte en este momento. Sin tu padre dando ordenes, ya podías regresar a la casa de la familia sin necesidad de ser llevada ante tu padre para que el te ejecute en persona por traidora. Ahora tu hermano podía llevarte de regreso a ese infierno para usarte de la forma que mas le plazca. La verdad, hasta cierto punto preferías regresar para ser ejecutada a regresar para ser esclavizada como lo fue tu madre durante tantos años hasta que ya no fue de utilidad y su vida no tenia valor alguno para el clan.
- Desde entonces, -Continuó Akira- otras organizaciones han intentado retarme creyendo que soy mas débil que nuestro padre. Incluso nuestro tío se reveló contra mi. Dijo que un hombre que no es capaz de mantener unida a su familia no merece ser líder del clan. El muy bastardo hipócrita se llevo la mitad de mis hombres y ahora anda intentando apoderarse del resto de la familia. Tengo que recuperar a todos los hombres que Torajiro se llevo cuando dividió el clan si quiero tener fuerza suficiente como para enfrentarme a las demas organizaciones que creen que esta es su oportunidad de acabar con nosotros. Quiero retarlo y matarlo yo mismo frente a todos los hombres que se llevó para demostrarles que yo soy el líder, pero para retarlo necesito demostrar que soy mejor de lo que el dice que soy para forzarlo a aceptar un duelo... Akane, -Dijo tu nombre con seriedad pero no con la misma frialdad con la que ha hablado hasta ahora- necesito de ti para cumplir mi objetivo.
Sentada allí en aquel auto, la pregunta fue muy directa y también la respuesta, aunque jamás se la imaginó. En ese abanico de posibilidades, nunca estaría la muerte de su padre y no supo en verdad como reaccionar. Por un lado entendía a su hermano, la inmensa responsabilidad que caía sobre sus espaldas y el hecho de hacerse fuerte entre las otras familias, podría ser un problema. Más aún cuando la misma sangre intentaba boicotear ese legado.
—Vaya... ¿Lo asesinaron?
No pudo evitar querer saber aquello, incluso cuando el panorama era muy malo. Pero en la intimidad de un coche que sabe a peligro, pudo ver un pequeño atisbo de aquel hombre que conocía y quería por igual. Al estar al tanto de que necesitaba algo de ella, alzó una ceja y se preguntó el qué. Siempre había sido la muñeca al uso de su padre, de todos los que rodeaban y más allá de que sabía usar un arma, una katana a la perfección, no era de esas chicas que derraman sangre como Akira.
Esto había quedado muy atrás, lejos, no quería esa vida y sintió que ninguno de los dos se la merecía. Aún así, intentó empatizar con la situación y se atrevió a ir más allá.
—¿Qué quieres de mi? No me digas, que me harás casarme contigo...
Puso los ojos en blanco, si bien estaba prohibido, en esta sociedad corrupta todo lo vale y no le extrañaría que vaya por ahí los tiros. Más aún cuando le pedían unión familiar, y ella era el último eslabón perdido que le quedaba.
Tu hermano no contesto ante tu pregunta sobre la muerte de tu padre. Era lógico que no quisiese hablar de eso de todas formas, mucho menos contigo considerando lo molesto que estaba respecto a ti. Pero lo que si lo hizo reaccionar fue tu comentario sobre que si quería hacer que te casaras con el. Por la expresión que tenia en su cara cuando volteo a verte podías notar que tu comentario no le hizo ni la mas mínima gracia. Esa seria una de las bromas por las que tu padre te soltaría una dolorosa bofetada o tal vez dos si es que estaba de buen humor, así que por ende, tu esperarías que Akira, el hijo estrella que aprendió todo lo que sabe sobre como tratar a la familia de la boca de su padre, te soltase dos o hasta tres golpes considerando lo molesto que está, pero, por alguna razón, aparte de mirarte de mala forma otra vez, no hizo nada, y simplemente regreso su mirada a la ventana, donde no podía ver ni tu reflejo.
- No digas estupideces. -Dijo amargamente- Un matrimonio entre hermanos no haría nada mas que arruinar mi imagen… Ademas, yo ya tengo una prometida. Estoy comprometido con ella desde antes de que todo esto comenzara… Y no la cambiaría por una sucia prostituta como tu ni por que mi vida dependiese de ello.
Akira seguía empeñado en hacerte sentir mal de todas las formas que encontraba. Ya sea insultándote o matando a dos de tus amigos frente a ti. Definitivamente tenia rencores bien arraigados profundo dentro de el, cortesía de tu padre seguro.
- Aun no he decido que hacer contigo. -Siguió hablando después de una pausa- De todas formas, lo único que necesito para hacer callar a mi tío es mostrarle que estas de regreso en el hogar y dar un discurso acerca de eso. De todas formas, si todo sale bien, puede que mas adelante te ofrezca para casarte con alguno de los demas lideres de las otras organizaciones como muestra de confianza o algo así. Al fin y al cabo, no sirves para nada mas aparte de acompañar a gente en la cama ¿no?
—Una sucia prostituta de la cual necesitas su ayuda, considerando que has venido personalmente a crear una masacre y con todo tu odio, tuviste que humillarte a la hora de llevarme de nuevo a casa—dijo ya un poco mejor posicionada, su hermano no le había pegado—. Es evidente que estás desesperado.
Sin más desvió la mirada hacia las calles, podía ser sumisa, estar toda vulnerable pero de tonta no tenía un pelo y a su vez, fue criada para que estas cosas sean fáciles de interpretar. Al menos su padre debería estar orgulloso de que alguna que otra lección, sí que la había aprendido. Quizás por las malas, pero ya estaba. Después alzó una ceja, sorprendida por la situación ya que su hermano estaba improvisando a medida que hacía, esto era un problema.
Ni se inmutó cuando supo que quizás la comprometería con alguien, estaba claro que era una moneda de cambio y su presencia en la familia, tenía que ser un fiel representante para todos.
—Un discurso... No. Ponme al tanto con todas las movidas y seré tu mano derecha, no servirá de nada un discurso, que ellos son astutos y llevan años jodiendo a la gente.
Tras decir aquello, buscó su mirada. Si debían hacerlo, tenía que ser para bien.
—Entre otras cosas, ya te enterarás.
- Mano derecha…-dijo Akira para si mismo cuando terminaste de hablar- ¿Crees que soy estúpido? ¿Confiar en ti después de haberme traicionado? Ni que estuviese loco.
Cuando Akira hablaba de tu traición se refería a cuando huiste de la casa. Todos te odiaban por eso, estabas segura, pero de todas formas te sorprendió que tu hermano hablase de que lo traicionaste a el en vez de hablar de como traicionaste a la familia. Tu padre hubiese hablado de forma distinta, el no hubiese hablado de traición personal, si no hacia la organización. Al parecer, la mente de tu hermano funcionaba de una forma distinta a la de tu padre, aunque de todas formas habría que ver hasta que punto ese era el caso.
- Ademas, -Siguió hablando- ¿de verdad crees que pienso que todo se va a arreglar con solo dar un discurso? No me subestimes. Desde un principio he tenido claro que la única solución a todo esto es matar a nuestro Tío. El discurso ni siquiera es realmente para el, es para todos los demas lideres. Ellos aun están pensando con quien es mejor unirse entre mi Tío y yo. Están intentado ver quien es mejor, por eso es que tengo que destruir su imagen y fortalecer la miá durante este enfrentamiento. Que tu regreses es solo parte de la estrategia para desacreditarlo, también tengo otras cartas bajo la manga para debilitarlo. Mis próximos movimientos le van a doler, y después de eso lo voy a provocar, y el hará algo en respuesta, estoy seguro, y sea lo que sea que haga me dará una excusa para atacar su oficina y matarlo. Esto se va a resolver con una guerra entre el y yo. Puede que el tenga a la mitad de los hombres de la familia, pero eso no será suficiente para detenerme. Mataré a cada uno de esos traidores con mis propias si es que tengo que hacerlo.
Akira parecía tener un plan formulado, pero de todas formas, podías notar cierta duda en su voz. Así como tu pensabas, el estaba desesperado. No solo habia perdido a la mitad de la organización, si no que también estaba bajo la presión del juicio de los demas lideres criminales del nivel 3.
Akira apenas tenia 22 años, y nadie fuera de la familia sabia quien era el. Desde la perspectiva del mundo exterior, el estaba recién apareciendo justo después de la muerte de tu padre, a diferencia de Torajiro, quien es bastante respetado dentro y fuera del clan por los años de reputación que le proceden. Lo mas probable es que justo en este momento, entre tu tío y el, tu hermano sea el que este perdiendo en popularidad en las calles. Si tu tío logra establecer negocios con las demas organizaciones, seria Jaque mate para Akira.
En cierta forma le dió muchísima pena su hermano y esas ambiciones que tenía, era todo un riesgo pero ella al fin de cuentas no era quien para decir nada. Había escapado de toda esa mierda por una razón de peso y ahora la necesitaba como una mera imagen para hacerles creer algo que no era. Las otras familias no eran estúpidas, se iban a dar cuenta porque tenían espías en todos lados y posiblemente alguien cercano estaba con alguno de ellos.
Por esa razón, negó con la cabeza y lo escuchó sin emitir sonido, hasta hizo un gesto con su mano como si le estuviera dándole a entender que si, que lo hará. Es que no tenía la astucia de su padre, menos la inteligencia y esta falta de esas dotes, podría condenarlo de por vida arrastrando consigo un legado que era difícil de levantar.
—Como quieras, total debo hacer lo que pretendes. Esta conversación ha perdido el sentido, solo te diré que cuidado, no por mi... Por los otros.
Tras dejar en claro si postura, se encogió de hombros y siguió contemplando por la ventanilla del auto, a ver qué caos se encontraba allí.
Sorry, vacaciones!
Al escuchar tu respuesta, Akira no contesto mas nada y te dejo tranquila. Era evidente que no estaba en una situación en la que quisiese hablar sobre el tema, y mucho menos contigo. Pero de todas formas, si quería sobre vivir a esto tendría que pensar mejor sobre sus planes y tal vez hablarlo con alguien mas seria una buena idea, pero por lo que pareciera estar pasando ahora, su orgullo párese estar entrometiéndose y si algo sabes de tu hermano, es que si su orgullo estaba en la linea, seria capaz de hacer hasta las cosas mas estúpidas. Parecía como si estuviese tratando de encargarse de todo esto completamente por si solo. Quien sabe quien la habrá dicho que para que se halla planteado manejar la situación así, alguien tuvo que haberlo provocado en algún momento.
Por ahora la situación no pintaba bien para tu hermano ni para la familia Shiranui, pero la verdad, ¿que tanto te podía importar eso a ti? Desde un principió tu no querías estar involucrada en todo esto, lo ultimo que querías era regresar a el cruel mundo de tu familia del que habías escapado, pero pareciese como si eso nunca hubiese sido una opción que pudieses tomar desde el principió. Escapar de las garras de tu familia es imposible, siempre regresarían por ti y destruirían todo lo que tengan que destruir para recuperarte.
Después de un rato mas de estar viendo hacia la calle en desde la ventana del auto, comenzaste a reconocer los caminos que tomaban, y poco a poco fuiste capaz de deducir a donde estaban yendo. Justo ahora estaban pasando por las calles del distrito 1, el distrito central del nivel 3 y el lugar donde creciste. Ahora estaban cada vez mas cerca de la mansión de la familia. El gigantesco edificio de la familia Shiranui se alzaba imponente frente a ti. La empresa fundada por los patriarcas originales de tu familia ha crecido por décadas hasta convertirse en una de las mas grandes de todo el nivel 3.
Dentro de ese edificio, el los niveles mas altos pasaste los primeros años de tu vida. Allí fuiste forjada y educada como una miembro del clan Shiranui, algo que definitivamente preferirías olvidar, pero que definitivamente te hizo ser la persona que eres hoy en día.
El auto se detuvo frente al edificio, habían llegado a su destino. El hombre calvo se bajó del asiento del copiloto e inmediatamente fue a abrirle la puerta a Akira. Recién la puerta se abrió, tu hermano no se bajó, si no que se quedo sentado un por de segundos como si estuviese pensando algo y luego volteo a verte sin decir nada.
- ¿Akira-sama? ¿Todo esta bien? -Pregunto el calvo.
- Si, no hay problema. -Dijo Akira como si las palabras del calvo lo acabasen de sacar de el mundo de sus pensamientos.
Diciendo eso, Akira se bajo del auto y se quedo parado junto a la puerta esperando a que tu bajases.
Definitivamente había algo raro en el. Por la forma en que lo viste en ese par de segundos antes de que se bajase, algo de esa imagen te recordó a ti misma, años antes cuando querías escapar de ese maldito edificio.
- ¿Que estas esperando? Baja. -Te ordenó Akira.