Era una mañana normal, fría y oscura como lo eran todos los días y noches en el nivel 3. Tu teléfono marcaba las 06:00am, la jornada estaba por comenzar. Desde que bajaste del nivel 2 y entraste a la academia has estado viviendo en el edificio de apartamentos de la central del cuerpo, así que todas las mañanas eres despertado por la alarma del complejo. En un principio te parecía una completa molestia, pero con el tiempo te fuiste acostumbrando hasta que llegaste al punto en que cada mañana abrías los ojos en el exacto momento en que el reloj pasaba de las 05:59 a las 06:00.
Al igual que tu, tus compañeros comenzaron a levantarse de sus camas. Todos dormían en un solo pasillo inmenso, lleno unicamente de las literas en que ustedes dormían y poco mas. Los que dormían aquí eran los que, o bien no tenían dinero para pagarse un lugar afuera, o porque simplemente estaban lo suficientemente locos como para preferir este lugar sobre algún otro afuera. Este lugar era incomodo, no solo porque las camas en si parecían sentirse como que si fuesen unas planchas de piedra, si no también porque vivían en constante monitoreo de los instructores y superiores de la central. La gente de los altos mandos los trataban como que si fuesen sus mascotas o algo así como una macabra colección de animales adiestrados que solo tienen por mero capricho. Llegaban a ser un verdadero dolor en el culo de vez en cuando.
En el dormitorio ya estaban comenzado a moverse los mas mañaneros y responsables que no pierden ningún segundo por las mañanas. Varios de esos chicos mas activos ya estaban comenzando a prepararse para el día de hoy con mas entusiasmo de lo normal, pues hoy es el primer día de servicio de muchos de ustedes, incluyéndote a ti.
La ceremonia de graduación fue hace tres días, y hoy ya es el día en que los sacaran a la calle con uniformes nuevos y en el que a cada quien le asignaran sus dos compañeros de trabajo. Así era como funcionaba la policía en el nivel tres. En vez de ir de a dos, iban de a tres.
Tu ropa y tu equipaje estaban todos en tu casillero junto a la litera, así que todo era cuestión de bajarte, arreglarte y salir a reportarte por primera vez a la azotea. Tu primer día como miembro oficial del cuerpo estaba apunto de comenzar.
Perdón por la abismal tardanza, pero bueno, shit happens. De todas formas, ¡acá esta tu post! ¿Listo para comenzar?
Estaba soñando de mis recuerdos en el nivel 2, sin alguna duda fue un buen sueño, estando con mi hermana y mi padre, pero como si mi sexto sentido estuviera, me terminé de despertar en una realidad dura. Las camas estaban igual de incómodas como rocas, siendo que la mejor comodidad es tu mismo, estando en una posición fetal y enrollado en la cama.
Mi juventud se nota demasiado, por luego de despertar, no pierdo el tiempo para hacer mi cama, arreglarla y incluso mido centímetro por centímetro, para asegurarme que no exista un error. Pará luego terminar hacer mi cama marche a los casilleros.
Los casilleros eran lo más cómodo en estos tres días, me llena de orgullo y enticiamos cuando me pongo la ropa, la medalla de policia y equipar mi arma. Pará segurarme que todo esté el orden, inicio a contar las balas, limpiar mi revolver como me enseñaron en la academia y luego terminar de darle su mantenimiento.
Terminando de cambiar, dejar las cosas el orden y saludar a mis compañeros que llegaba a topar, inicio caminar a la sala de reuniones, donde me van asignar a mi primera misión. La simple idea me hace dar una sonrisa, la cual no pasaba por de alto al resto.
Era curioso. Ni siquiera entre los reclutas mas jóvenes habían tantos que eran tan detallistas y ordenados como tu. Habían varios que se tomaban el trabajo en serio, a diferencia de la mayoría, pero tu sobresalías incluso entre ese grupo de novatos prometedores. Tenias la dedicación, el talento y la actitud. Muchos de los instructores de la academia tenían altas esperanzas puestas en ti. Decían que ibas a llegar a ser capitán en poco tiempo, y que serias exactamente el tipo de policía que esta ciudad necesitaba. A veces sentías que tus instructores estaban exagerando un poco, pero la verdad era que habías terminado por creerles en algún momento. El fin y al cabo, Azariel Zinno, el mejor policía del nivel 3, era algo que sonaba bien cuando lo escuchabas.
Después de ponerte el uniforme y preparar tu arma para el servicio de hoy, saliste de los casilleros directo hacia la sala de reuniones, preparándote mentalmente para tu primer día de trabajo. Decir que estabas emocionado era decir poco para como te sentías en verdad. Caminaste por toda la estación, sintiéndote orgulloso de ti mismo por lograr llegar hasta aquí.
Tus compañeros también estaban con una buena actitud… Bueno, la mayoría por lo menos. Aun habían varios de los rebeldes malhumorados que evidentemente estaban allí solo para aprovecharse de los privilegios que ser un policía les proporcionaba. Esa gente te molestaba, no eran nada mas que criminales tratando de disfrazarse de policías. Gente falsa y desagradable, incluso se podrían considerar traidores. No tenían ética ni moral, no eran dignos de llevar ese uniforme. De todas formas, tus compañeros de verdad, aquellos que si tienen derecho a llamarse policías, si estaban de buen humor hoy. Te saludaron por los pasillos amistosamente y te acompañaron hasta la sala de reuniones de buena gana. Todos ellos estaban tan emocionados como tu sobre esto. Por fin podrían ser oficiales de la ley.
La sala de reuniones era enorme. Era la mas grande de toda la academia, y esta vez estaba llena hasta el tope. Un espacio llano vació y sin ninguna silla, lleno solo de policías recién graduados, y un escenario al final de todo, donde estaban sentados los instructores. Todos los años se gradúan de allí al rededor de 500 oficiales, pero este año por alguna razón, esos números llegaron hasta los 700. Este es el segundo año con mas graduados, y todas esas 700 personas estaban allí paradas unas junto a otras de forma tal que parecían como figuras de fabrica, todos listos y preparados para ser empacados.
Aun faltaban unos 10 minutos para que comenzara la distribución de grupos, y todos los recién graduados aun estaban llegando, así que aun no habían llamado a formación todavía. Todos los presentes estaban caminando libres por la sala, hablando unos con otros y disfrutando la emoción del momento. Era un ambiente ruidoso, pero emanaba una sensación satisfactoria estar allí. Era algo así como la sensación de victoria.
- ¡Hey, Aza! -Sonó una voz cerca de ti. Volteaste a ver quien era y reconociste a la persona que te llamo de inmediato- ¿Listo para el día de hoy?
Se trataba de Xiu Yan, la Top Star de esta promoción quien, junto a ti, tuvo las mejores calificaciones en absolutamente todas las pruebas de la academia. La única diferencia entre ella y tu, era que tu lograste sacar algunas calificaciones perfectas en las pruebas, mientras que ella simplemente hizo todas las pruebas con calificación perfecta. Ella era la segunda persona que habia logrado hacer tal hazaña en toda la historia de la academia. Una genio la llamaban algunos, y otros simplemente le decían bruja.
En algún punto se llegaron a conocer. Los instructores los juntaban cada vez que podían para lo que fuera. Ya sea una prueba o una foto para el álbum anual. Ustedes eran las caras de la 82ava promoción de la academia 03 del distrito 3. En otras palabras, eran esos dos chicos que todos conocían allí, ya sea para bien, o para mal.
Cuando estaba caminando a la área de conferencia, me llegue a topar con varias personas, que para bien o para mal, no era gente de confiar, si siquiera se podían considerar personas con honor y etica, no eran mas que criminales con uniforme, sin embargo, ya sabía desde lo profundo de mi corazón, que por ahora no se podía hacer algo al respeto, solo podía observar, en todo lo que podía. Aun recuerdo las palabras de mi padre, que dice: No luches contra el sistema, juega sus reglas, para así conseguir un cambio, desde el interior del sistema. Esas palabras se me quedaron en mi mente, por eso me he esforzado demasiado, para poder ser uno de los mejores de mi clase.
Cuando entre a la sala de reuniones, pude notar, la gran cantidad de personas que estaban, porque al parecer, ester año fue con mas reclutas haya tenido la policía. Veo por donde sentarme, entre las personas que llego a saludar, termina siendo Xiu Yan, la que le regreso en saludo mas largo. Muchos de mis compañeros, fueron groseras con ella, por llamarla bruja o similar, sin embargo, yo siempre reconoci a Xiu Yan, como alguien digna de ocupar mi lugar, incluso se le podía notar, las ojeras y el cabello descuidado, sin mencionar que no tiene maquillaje, era lo suficiente, para decirme que trabaja el doble, para poder ser una de las mejores, por eso siempre fui buena con ella. Cuando dice que si estoy listo, le respondo.
Algo nervioso, pero espero que nada salga sal. Mientras, busco algunos asientos donde sentarme y invitar a Xiu. Oye, creo que vi algunos asientos ¿Me acompañas? La estaba invitando a sentarse conmigo, mientras veo la gente pasar y darles un mirada, para que no le dijeran algo veo a Xiu, estoy seguro que mas de uno, tenga la envidia en sus corazones.
Xiu tenia talento para el oficio y uno que podría llegar a ser impresionante, eso nadie se lo podía negar. Pero lo que la gente a veces ignora, es el hecho de que ella no es solo eso. En esta academia, si hay alguien que se deje la piel y se esfuerce tanto, o hasta mas que tu, por convertirse en una oficial ejemplar, sin duda es ella. Las ojeras bajo sus ojos demuestran las horas y horas sin descanso que ella invierte en mejorar por cuenta propia, lo desarreglado de su cabello deja claro que a ella no le importa su imagen o parecer algo que no es, ella no es una persona que aparenta ser una persona diligente y responsable, ella es una persona diligente y responsable. Si en esta academia habia alguien que mereciera llevar el titulo de policía con el mismo orgullo que tu, esa era ella.
- Tienes ojos de águila. -Dijo ella cuando le ofreciste ir a sentarse juntos- Yo tengo rato aquí y no he encontrado ninguna silla disponible.
La reunión iba a comenzar dentro de poco. Pero aun tenían tiempo de hablar un poco si querían. Por suerte, tu habías divisado a la distancia un par de sillas desocupadas en una esquina a la que nadie parecía haber volteado a ver por alguna razón.