- ¡Entonces voy obligarte a que dejes de pesar en eso! -Dijo Erika con una sonrisa de oreja a oreja cuando vio que comenzaste a bailar con ella.
La música no paraba, y las luces parpadeaban sin cesar. El olor a sudor de todos en la pista de baile se mezclaba con el de cigarrillo, licor y varias otras drogas distintas que podías percibir en el ambiente. Todo se volvía confuso, y simplemente no entendías nada de lo que ocurría, pero esta era una confusión que disfrutabas. Te sentías de verdad como si estuvieses en el paraíso. Un paraíso en el que todo momento, sin importar lo que pasase, era un momento de placer puro. Sin preocupación alguna.
De todas las personas a tu alrededor Erika era la única que podías reconocer. Ella también estaba desatada en ese descontrol, Bailando como loca, dejándose llevar completamente por el momento. Para ti ella parecía ser la única estrella en el cielo nocturno, la luz que te guiaba por los caminos del nivel 3. Y en estos momentos, de cierta forma recordabas que tu hermana era mas que tu guiá, si no también una persona normal a la que le gusta ir de fiesta y olvidarse de todas sus preocupaciones de vez en cuando, ahogándose en los placeres mundanos de la vida. Ella también era humana. Frágil y vulnerable como todos los demas.
En momentos como este es cuando todos pierden el control y se dejan llevar por el placer, los instintos y las perversiones humanas mas básicas que han estado con la raza desde el inicio de los tiempos. Y entre tanta fiesta, solo era cuestión de tiempo para que tu también cayeses por ese camino.
No estas muy segura de donde la sacó, pero Erika de repente tenia una botella en la mano. Tal vez se la quito a alguien, o tal vez simplemente alguna de las personas que estaba bailando en la pista se la dio sin razón alguna. Sea lo que sea que halla pasado, lo siguiente que viste fue a tu hermana bajandose media botella de un solo trago, y luego, te ofreció a ti un poco por si querías.
Esto estaba apunto de comenzar a descontrolarse.
Puedes narra el resto de al fiesta como quieras hasta que te vallas de allí o pierdas la conciencia XD
Vik puso los ojos en blanco al escuchar a su “hermana”. No había manera de que la hiciera olvidar, no cuando tenía muchas cosas de las que preocuparse. Era el tormento eterno de un líder. Preocuparse por todo o fracasar en su camino mientras lideraba. - Imposible. - Le dijo con total seriedad en aquella palabra, si bien eso no evitó que disfrutara un poco del momento, bailando con ella y siguiendo el ritmo de la música a pesar de lo que continuaba presente en su cabeza.
Era verdad que necesitaba divertirse, o al menos relajarse un poco, por lo que no lo dudó, si eso significaba que haría feliz a Erika en cierta manera. Continuó moviendo su cuerpo con cierto frenesí, mientras esbozaba una amplia sonrisa al ver a su mano derecha de buen humor. Aquello la alegró a ella también, ignorando a aquellos a su alrededor cuya presencia no hacía más que cabrearla. Odiaba los sitios con mucha gente, pero en ese momento, nada importaba, sólo su “hermana”.
Cuando la vio beber de aquella botella, y bajarse la mitad de la misma, no pudo evitar reírse. No había duda de que se arrepentiría de ello en la mañana. Aún así, no tardó mucho en aceptar la botella, y disfrutar de aquella sensación cálida que recorría su cuello mientras bebía. El alcohol no tardó mucho en hacer su efecto, luego de que bebiera más de lo que debía. La joven perdió el control de su cuerpo, dejándose llevar por la música, volviéndose más atrevida y alocada mientras bailaba junto a Erika.
En un momento de la noche, algo ocurrió, alguien le chocó por detrás mientras bailaba, y la joven asesina no tardó mucho en empujar al cabrón que lo había hecho. Un idiota que le sacaba al menos tres cabezas de altura y que poseía bastante cromo en su rostro. Aquello no tardó demasiado en terminar en una pelea, en la que Smiley optó por partirle la mandíbula a golpes y dejarlo inconsciente en el piso del establecimiento. Cabreada, respirando profundo, consideró la idea de reventarle la cabeza.
No obstante, no tuvo tiempo de terminar su trabajo, viéndose obligada a abandonar el lugar junto a su “hermana” mientras reía como una maldita loca de mierda, sus puños bañados en sangre y magullados por los golpes que le había propinado al cabrón que la había cabreado en demasía. Le dedicó una mirada a su mano derecha, una sonrisa pícara en su rostro, a pesar de que ella también había recibido un buen puñetazo en la nariz y los dientes.
Una sonrisa sangrienta, producto del sangrado de su nariz y un labio partido, se dibujó en su rostro, antes de que la joven optara por beber de su tercera botella que aún llevaba en una de sus manos. Simplemente observó a su “hermana” por un buen instante, y sin decir palabra alguna, lanzó la botella contra una pared, provocando que la misma estallara en varios fragmentos de cristal, antes de abalanzarse sobre su compañera y presionar sus labios contra los de ella.
El resto de la noche fue nada más que un caos de memorias difusas. Tan sólo recordó regresar a su apartamento junto a su “hermana”. Sus manos recorriendo su cuerpo con nada más que puro deseo por ella, mientras se concentraba en desnudarle, deseosa por disfrutar de todo lo que podía ofrecerle. Una noche alocada de pasión desenfrenada, el alcohol y el frenesí de todo lo que había ocurrido con anterioridad tomando control de su mente. Al final, ambas terminaron derrumbándose sobre la cama y el sueño tomó control de sus mentes mientras yacían abrazadas con sus cuerpos desnudos.
Venga, noche alocada xD ah, dire, me gustaría poder relacionarme un poco con Annie. Con ella habíamos quedado que Vik y Annie ya se conocían, porque Annie ha hecho algunos trabajos para ella. ¿Es posible comunicarme con ella?
Tu memoria esta un poco borrosa desde la parte en la que comenzaste a golpear al tipo en adelante, en ese punto tu ya estabas bastante ebria, así que algo así era de esperar. Aun así, una de las cosas que recuerdas claramente, fue lo que ocurrió después de que las sacaran del club por estar poniendote violenta.
Recién te lanzaste sobre Erika por primera vez, aun estando ambas en el callejón tras al club, la reacción inmediata de tu hermana fue recibirte y besarte con tantas ganas como tu también tenias mientras paseaba sus manos por todo tu cuerpo. Si hubiesen estado en un lugar mas apropiado, definitivamente hubiesen llegado hasta la siguiente etapa allí mismo, pero ese no era el lugar.
Hicieron un esfuerzo para separar sus bocas y pudiste ver a Erika a los ojos. Brillaban con una luz que solo era para ti y para nadie mas. No podías negar que eran preciosos. No hizo falta decir nada para que ambas fueran de regreso a tu moto. Justo ahora, solo habia una misma cosa en la cabeza de ambas, así que no habia forma de que se detuvieran.
Los colores de la ciudad se distorsionaron mientras manejabas por la calle. Bombillos y puntos estáticos de luz se estiraron hasta convertirse en estelas de colores que llegaron a ser todo lo que podías ver. Te sentías como si estuvieses en un sueño, en un mundo hecho de luces de infinitos colores y de sonidos irreconocibles. Era desesperante por alguna razón, pero toda tu tensión desaparecía cuando sentías las manos de Erika sujetándose de ti, y cuando escuchabas su risa que en este momento parecía ser un canto angelical en tus oídos.
De alguna forma llegaron a tu apartamento, y no se tardaron en dejar la moto en el estacionamiento y subir a tu apartamento. Para ese momento ya estaban ambas al limite, así que recién cerraste la puerta, no pasó ni un segundo hasta que Erika se tiró sobre ti allí mismo en la entrada. Besándote y manoseándote con pasión y deseo.
Allí mismo donde estaban te quitó el top que llevabas puesto y lo lanzo hacia quien sabe donde ya sin poder controlarse a si misma. Separó sus labios de tu boca, y comenzó a besarte el cuello bajando poco por tu cuerpo con cada beso un poco mas, dejando marcas de su pintalabios negro sobre ti que marcaban el camino que habia recorrido.
De allí a que terminaran ambas desnudas en la cama no pasó mucho tiempo. Y fue poco después de eso que tu memoria ya falla hasta el punto que no recuerdas con claridad lo que ocurrió. Aunque tampoco era muy difícil adivinar.
No era mucha la frecuencia en la que Erika y tu terminaban haciendo esa clase de cosas, pero tampoco era como que si nunca hubiese ocurrido antes, y definitivamente no seria la ultima. La relación que llevaban ustedes era un tanto extraña. ¿Eran amigas? ¿Hermanas? ¿Novias? Ponerle un nombre a lo que tenían ustedes era complicado, así que simplemente se quedaron con el termino “Compañeras” y listo. Bueno, la verdad, tampoco es como que si en algún momento hubiesen tenido una conversación sobre esto.
Cuando abriste los ojos lo primero que viste fue el rostro de Erika dormida plácidamente junto a ti con una ligera sonrisa pintada en su cara. Por alguna razón, despertar desnuda junto a ella sabiendo lo que hicieron anoche se sentía mejor que cuando lo mismo te pasaba con cualquier otra persona. Era extraño. Solamente te sentías así de bien cuando la tenias a ella de tu lado. Era un pequeño momento de algo a lo que tal vez se le podría llamar “felicidad”.
¿Que hora era? No podías saberlo estando allí tirada. Cuando intentaste levantarte de tu cama, sentiste como una mano te agarro del brazo. Te diste la vuelta para encontrar que Erika ya despierta.
- Good morning Vicky. -Te saludo en ingles por broma.
Claro. Puedes dejarle un mensaje o algo así.
Lo que había hecho con Erika, no era algo que acostumbrara hacer. Bueno, lo había hecho un par de veces, pero siempre se sentía extraño que lo hiciera, incluso si al mismo tiempo se sentía bien. Aún así, no dejaba de ser alguien a quien consideraba como una hermana, por lo que siempre había ese factor “raro” cuando se dejaba llevar por el alcohol o las drogas que consumía. Rara vez lo hacía completamente consciente, siempre bajo influencia de algo, como si necesitara romper toda cadena para siquiera considerar hacerlo. Una vez más, lo había hecho, y no pudo evitar suspirar mientras observaba el techo de su propia habitación, pensativa.
Intentó levantarse de su cama, pero fue detenida por Erika, quien la agarró del brazo. La mirada de Vik paseó por su cuerpo desnudo por un buen instante, sintiendo cómo aquello despertaba la lujuria en su interior una vez más, si bien esta vez se contuvo. No estaba embriagada, ni bajo el efecto de alguna droga. Tenía algo de autocontrol. Siempre se sentía bien, lo sabía de sobra, tal vez más que hacerlo con cualquier otra persona, y aún así, no dejaba de ser raro, esa clase de relación que no sabía muy bien qué hacer al respecto. Smiley no era alguien que acostumbrara a mantener una relación seria. Casi nadie lo hacía en esos tiempos. Todos pensaban en sí mismos.
No obstante, no podía negar que verla de esa forma, a su lado en su cama, no hacía otra cosa más que mejorar su humor. - Dobroye utro. - Le dijo en respuesta a sus buenos días en inglés, haciendo uso de su pobre ruso, antes de dedicarle una sonrisa cálida. No tardó mucho en inclinarse hacia ella para presionar sus labios contra los de ella en un beso afectuoso, algo que acostumbraba a hacer cada vez que terminaban acostándose de esa manera. Era lo mínimo que podía dedicarle cuando lo hacían, una especie de gesto de respeto, para que no pensara que simplemente la había usado como a otras personas. Siempre era difícil para ella, el volver a la “normalidad”.
Nunca sabía muy bien qué decir al respecto. La idea de que fueran novias era una tontería. ¿Cómo podía tener una? Vik era una loca de mierda. No había lugar para esa clase de relaciones, pero sabía muy bien que Erika era lo más cercano que tenía a ese concepto, una chica que ciertamente la quería, y que se mantenía a su lado a pesar de todo, a pesar de que era una cabrona, o a pesar de muchas otras cosas. Su mano derecha acarició la mejilla de la muchacha con cierta delicadeza, a medida que continuó besándola con denotado afecto por ella, disfrutando de la sensación de sus labios. Sin embargo, no tardó demasiado en apartarse de los mismos.
Tras hacerlo, intentó volver a levantarse de su cama, suponiendo que el día había comenzado. Caminó desnuda a lo largo de su habitación, sin molestarse en vestirse de momento, al tiempo que habría la puerta de su nevera y sacaba una pequeña botella de cerveza de la misma. Permaneció pensativa por un instante frente a la nevera, antes de destapar la botella y guiarla a sus labios para disfrutar de aquel sabor. Era la mejor manera de combatir la resaca, agregando más alcohol, pero algo más leve en comparación. - Deberíamos averiguar dónde está ese cabrón. - Estaba claro a quién se refería. Bostezó, aún un tanto afectada por el sueño, la pereza de levantarse de su cama.
Sea lo que fuera, no se demoró en enviar un mensaje a Annie. Aquella muchacha siempre había sido de utilidad, tal vez podría ayudarla con su búsqueda, era posible que supiera algo que ella no sabía. - Tengo que someterlo antes de que lama sus heridas. - Había acabado con muchos de sus hombros, y con alguien importante de su grupo, no había duda de que tardaría en recuperarse de aquella pérdida, por lo que era el mejor momento para golpear con toda su ira y someter a ese maldito grupo de una maldita vez. - También es hora de que comencemos a apoderarnos de algún sitio en el que podamos hacer algo de dinero, Eri. Nada bajo el control de un sindicato. No quiero meterme con las grandes ligas de momento. - Le explicó a aquella chica que era una extraña mezcla de amante, asistente e incluso hermana.
Mientras tanto, el mensaje a Annie fue enviado.
Deberíamos juntarnos, tengo un trabajo para ti.
Erika dejo salir una sonrisa cuando la saludaste en Ruso. A ella siempre le divertía escuchar tus intentos de hablar el idioma de tu descendencia. Le parecía graciosa la forma en que te esforzabas por hablar en una lengua que no manejabas bien, sobre todo cuando te confundías y terminabas enrredandote con alguna palabra.
Tu hermana recibió tu corto beso con entusiasmo, cerrando los ojos y dejando salir un par de risillas juguetonas mientras disfrutaba del placer que le generaba tenerte a ti para ella sola. Sin duda la relación que llevaba ambas era extraña. Pero justo ahora no querías detenerte mucho tiempo a pensar en ese tema, pues aun tenias negocios que atender después del tiroteo de anoche.
Cuando te separaste de Erika para ir a buscar algo que tomar en tu nevera, tu “hermana” se sentó sobre la cama estirando los brazos hacia arriba mientras bostezaba para terminar de despertarse. Así como indicaba toda la ropa que estaba regada por todo el suelo de tu apartamento, ella estaba completamente desnuda, así que pudiste deleitar tus ojos de nuevo con su figura delgada pero atractiva mientras ella terminaba de activar su cerebro para que funcionase bien el día de hoy.
- ¿Otra vez con eso...? Bueno, supongo que ya es hora de trabajar. -Dijo ella al escuchar tu repentino comentario sobre buscar al lider del MM- Podemos mandar a algún grupo a buscarlo por la zona… ¿O quieres hacerlo tu personalmente? -Te preguntó para luego hacer una corta pausa. Y luego de pensar en algo durante ese silencio, siguió hablando- Bueno. Aunque si quieres buscar un lugar donde hacer negocios, lo mejor es que nos concentremos en eso de una vez y dejemos a alguien mas que haga la búsqueda de ese capullo… Por cierto, voy a necesitar que me prestes una camisa o algo hoy. Mi suéter no sobrevivió a ti anoche. -Dijo mientras recogía del suelo un trozo de tela negra desgarrado que, antes la noche anterior, había sido una prenda completa.
La joven asesina volvió a beber de su pequeña botella, mientras pensaba en lo que haría. Le había enviado un mensaje a Annie, pero aún no había recibido una respuesta de ella, por lo que suponía que debía de estar durmiendo. Por su parte, simplemente suspiró al pensar en la extraña relación que mantenía con su “hermana”. No podía decir que era su pareja, ya que Vik no era alguien que pudiera mantener una relación seria, ni mucho menos lo reconocería. Esa clase de cosas tan sólo creaban debilidad en uno, y eso era algo que ella no deseaba para nada.
Su mirada se concentró en el hermoso cuerpo desnudo de Erika, a medida que continuaba bebiendo su cerveza. No pudo evitar sentir cómo su propio cuerpo reaccionaba ante aquella visión, la lujuria despertando en ella poco a poco, tan sólo para negar con la cabeza para despejar su mente de aquellos pensamientos innecesarios. Había tenido su buena dosis de diversión y placer durante la noche anterior. Era hora de concentrarse en lo que era necesario, incluso si su “hermana” era una tentación difícil de resistir en ese preciso instante.
- Siempre con eso. No me gusta dejar los cabos sueltos, Eri. - Le explicó con paciencia el porqué se preocupaba tanto por esa clase de cosas. Prefería dominar aquella banda por completo, y para eso necesitaba someter a su líder, o adquirir su cabeza en una bandeja de plata. No obstante, su mano derecha tenía razón, podía dejar a alguien a cargo de buscar al cabrón, aunque sólo buscarlo. Ella se encargaría del resto cuando supiera dónde se escondía. Volvió a suspirar mientras pensaba en lo que haría al respecto. Era importante comenzar con su intención de hacer negocios.
- Tienes razón. Envía a alguien a buscar ese pedazo de mierda. No quiero que le ataquen, podría salir mal, y tal espantarlo. Quiero saber dónde se esconde. - Le explicó a su “hermana” con un tono que denotaba la seriedad del asunto, para luego dejar la botella vacía de cerveza sobre la mesa. Se revolvió el cabello, a medida que intentaba despertarse, ignorando la completa desnudez de su propio cuerpo. Aquello no era algo que le diera vergüenza, y mucho menos frente a Erika, quien ya estaba acostumbrada a observarla de esa manera.
- Quiero a alguien competente. No envíes a un idiota. Ni tampoco a uno de esos traidores de mierda. - No tardó mucho en pensar en los viejos miembros de la banda, aquellos que le debían más lealtad a su “madre” que a ella. No podía confiar en ellos. - Y sí, coge algo de lo mío, antes de que me excite de nuevo. - Podía sentir aquella necesidad creciendo en ella, poco a poco, y necesitaba poder pensar con claridad. - ¿Tienes algo en mente? Pensaba buscar algún sitio de estos… ya sabes, una casa de prostitutas, pero será mejor que no esté bajo el poder del crimen organizado. Esas son las grandes ligas. - No quería meterse con ellos de momento.
Muy divertida la noche anterior y todo lo que tu quieras pero, la hora de la diversión habia acabado. Habia que regresar a los negocios, y es que si querías que tu pandilla recobrara el poder que tuvieron durante los años de la anterior Smiley, debías dejarte de juegos y montarte en avanzar a la próxima etapa sin perder absolutamente nada de tiempo.
Erika por fin pareció terminar de despertarse mientras te detenías nuevamente en señalar que no querías dejar que el líder del MM vagase libre por allí después de lo que ocurrió anoche. Sacudió un poco la cabeza y se levantó de la cama mientras te escuchaba hablar. Su expresión cambió de ser la lujuriosa que tenia hace un rato y volvió a ser la misma de desdén y ojos perezosos que acostumbra a tener todo el tiempo.
- Ni idiotas ni traidores. -Se repitió a si misma tu hermana mientras comenzaba a caminar hacia tu armario- Está complicado considerando que los mejores que están con nosotros son gente que aun no te respeta lo suficiente… Frida y Don pueden ser una buena opción. No son los mas brillantes pero tampoco son tan estúpidos. Algo sencillo como esto no debería ser problema para ellos.
Frida y Don eran una pareja que se habia unido a ti hace unos meses. Aparecieron un día frente a el edificio abandonado rogando para que los dejaran unirse diciendo que eran fans tuyos, y si bien en un principio no parecían ser la gran cosa, en el poco tiempo que han estado en tu banda han logrado sobresalir en comparación a los demas locos de la banda.
Apenas son mayores que tu y tampoco tienen mucha experiencia que se diga, pero ambos son lo suficientemente inteligentes como para no cagarla en situaciones en que la mayoría de tus chicos si lo harían sobre todo Frida, quien es la que tiene mas cerebro entre los dos. Y si a eso se le suma que ambos están lo suficientemente locos como para recibir una bala por ti si se llegase a dar la situación, se podría decir que son de fiar.
Erika llegó hasta tu armario mientras hablaba y deslizo la puerta hacia un lado, dejando expuesta tu colección de ropa que bien podría tener un par de adiciones nuevas por el bien de estar preparada en caso de alguna formalidad, y se puso a buscar entre tus prendas algo que ponerse.
- Ahora, encontrar un lugar en el que nos podamos meter sin molestar a ninguno de los grandes no debe ser complicado si buscamos algo pequeño. Un club de estriptis que se quiera afiliar con nosotros puede ser fácil de encontrar en el distrito, y también se presta para convertirlo en una casa de putas así como quieres en un par de meses.
Mientras hablaba, Erika rebuscaba entre tu ropa por algo que le gustara. Saco una camisa azul que no pareció gustarle, un suéter morado que tampoco le simpatizo, otra camisa y por ultimo un top negro que la convenció después de mirarlo por un par de segundos.
- Hay un par de lugares que se me vienen a la mente justo ahora. -Explico Erika a la vez que tiraba la prenda que selecciono a la cama- Podríamos ir para allá a ver el lugar una vez te arregles si quieres.
Ya con su prenda seleccionada, Erika camino un poco alrededor de la cama en busca de su ropa interior, pero solo llegó encontrar sus medias y sus bragas antes de rendirse y dar su sostén por perdido. Entonces se sentó en la cama de nuevo y comenzó a vestirse, liberándote de tu deseo lujurioso una vez termino de ponerse su falda y el top.
La joven rebelde frunció el ceño al escuchar que los mejores de la banda no la respetaban lo suficiente. Tenía razón. Tal vez era hora de que tomara las riendas del asunto. - El respeto se gana con la fuerza entre idiotas como ellos. - Declaró con frialdad en su voz, a medida que consideraba lo que podría hacer con aquellos que osaban cuestionarla de esa manera. Su “madre” se había ganado el respeto con temor. Todos sabían de lo que era capaz, las cosas que podía llegar a hacerle a aquellos que la cuestionaban o ponían en duda su sadismo.
Tal vez era hora de que ella hiciera lo mismo. Que diera un ejemplo con uno de ellos. - Tengo que dar un ejemplo, Eri. Lo sabes. - Se expresó con total seriedad mientras caminaba hacia el baño, dejando la puerta abierta para poder hablar con su “hermana”. - Al próximo que me cuestione, le arrancaré la puta cabeza. - Por fortuna, ahora tenía una cabeza, la del cabrón de aquella banda de idiotas. Cuando los miembros de su propia pandilla la vieran con aquel cráneo, usando el mismo como una jarra para beber, no había duda de que la verían de otra manera.
Sea lo que fuera, la mención de Frida y Don despertó una sonrisa por parte de Vik. En efecto, aquellos dos serían una buena elección para lo que quería. Eran más que capaces, y su lealtad no podía ser cuestionada. O al menos eso creía Erika. Por su parte, a Smiley se le hacía difícil confiar en alguien, por más lealtad que demostraran. Siempre habría un indicio de desconfianza en ella, en especial con aquellos que eran demasiado leales en apariencia.
- Bien. Usalos. Aunque sabes que sólo confío en ti, Eri. No tomes nada como un hecho. - Le explicó con paciencia, dejando en claro que debía de ser cautelosa, y no creer incluso en esos dos. - Siempre se precavida. Duda todo lo que oyes de otros y ten un plan B por si intentan joderte. - Advirtió con un tono frío que denotaba que no estaba bromeando al respecto. Nadie podía negar la paranoia de la joven, pero era esa paranoia la que la mantenía viva aún.
Procedió a usar la ducha para limpiar su cuerpo de toda la mierda que había acumulado el día anterior, en especial luego de la noche apasionada que había disfrutado con su mano derecha. No obstante, no perdió demasiado tiempo, y no tardó mucho en salir de la misma una vez que se aseguró de que estaba lo suficientemente limpia. No le gustaban esos momentos de debilidad, incluso si siempre podría contar con la hoja oculta en su brazo. - Un club de esos, ¿eh? No es una mala idea. - Asintió al salir de la ducha, con una sonrisa amplia en su rostro.
Su mirada no tardó mucho en concentrarse en su amante y “hermana”, notando la dificultad que esta tenía con las vestimentas que quería vestir. - Eres muy quisquillosa. Te ves hermosa con cualquier cosa. - Le dijo con cierta picardía en su voz, antes de acercarse a ella para besar su mejilla con cierto cariño. - Sería un buen comienzo, luego podemos convertirlo en una casa de putas, sí. Y más tarde podríamos apropiarnos de un club nocturno. - Siempre había querido tener uno, y no había duda de que no se conformaría con una sola cosa cuando obtuviera suficiente poder en el nivel.
Por su parte, tras echarle una última mirada al cuerpo desnudo de Erika, antes de que esta se vistiera, optó por vestirse también, eligiendo un largo pantalón de estilo militar, junto con un top negro que contenía el símbolo tradicional de anarquismo en el frente del mismo. - Bien. Tú prepárate y vamos, Eri. Muéstrame esos lugares que tienes en mente. - Le guiñó el ojo, divertida, más que dispuesta a comenzar la expansión de su banda. Era hora de que se apropiaran de un lugar, que marcaran su territorio como era debido en el nivel.
Tenias que tomar medidas contra los rebeldes en tu banda. Ahora que estabas comenzando a mover tu grupo al siguiente nivel, era de vital importancia asegurarte de que nadie dentro de los Creepers te fuese a causar problemas, así que dentro de poco debías tener una “charla” con los rebeldes que aun no te respetan, sobre todo con Anton y los demas tenientes. Ellos tienen bastante influencia en la banda, y los mejores peleadores de los Creepers los siguen a ellos, así que, llegados a este punto no podías seguir ignorando su actitud hacia ti.
Pero hacer ese movimiento en la banda requiere delicadeza y cabeza fría. Lo mejor seria quitarte todos los demas problemas que tienes encima para luego encargarte de eso con mas calma, y también estaba el asunto del negocio que van a buscar para ustedes. Tenias que ir una cosa a la vez.
Erika se sorprendió un poco cuando sintió como la besaste en la mejilla una vez mas. La agarraste un poco por desprevenida allí, pero de todas formas te regresó una dulce sonrisa al ver tu muestra de cariño.
- Lo se. -Contestó a tu comentario de que se veía bien en cualquier cosa- Pero el problema es que toda tu ropa me queda apretada en el pecho. -Dijo con una sonrisa- Si voy a tener que soportar eso todo el día, aunque sea tengo que asegurarme de que me voy a ver bien.
Una vez vestida, Erika se arreglo un poco el cabello, aunque la verdad lo único que hizo fue pasarle un cepillo un par de veces para desenredarlo un poco y poco mas. Luego recogió del suelo el collar que habia usado ayer para ponerseló, dando por terminado su look de hoy.
- Bueno, yo ya estoy lista. ¿Nos ponemos en camino?
Vik frunció el ceño al escuchar a su “hermana” expresar aquellas palabras respecto a su ropa. No tardó mucho en guiar su mano derecha a su pecho, como si comparara su tamaño con el de Erika. - Cabrona. - Entrecerró los ojos, en parte molesta, aunque sabía muy bien que su mano derecha buscaba tocarle las narices. - ¿Me estás llamando plana? Bueno, tal vez deberías ir desnuda, a ver si te gusta eso. - Le dedicó una sonrisa divertida, dejando en claro que no dudaría en cumplir aquellas palabras si volvía a mencionar el tamaño de su pecho.
Se encogió de hombros, reconociendo que, en parte, era su culpa por haber acabado con su ropaje tras aquella noche que el atractivo de su “hermana”, junto con el alcohol, habían despertado tal necesidad en la joven asesina. - Te ves bien con todo. - Puso los ojos en blanco, antes de asentir lentamente y encaminar hacia la salida de su apartamento. Le dedicó una mirada silenciosa por un instante, pensando por un instante en lo que haría con los “rebeldes” de la banda, si bien sabía muy bien que primero tendría que poner el resto de las cosas en orden.
Sea lo que fuera, al encaminarse hacia la puerta, no dudó en dedicarle una sonora nalgada a su mano derecha, antes de esbozar otra sonrisa divertida, pícara, como si aquello se tratara de un castigo por haber pronunciado las palabras anteriores. - Sí, vamos ya. Será mejor no perder tiempo. - Se expresó con total determinación, a medida que se movió hacia su moto con la intención de encontrar aquel establecimiento que Erika le había mencionado. Aquello sería un gran paso para su banda. Una pequeña marca en el nivel, una declaración de territorio.
Su sonrisa no hizo más que alargarse ante la idea, en el momento en el que se subía a su moto y le hacía un gesto a su mano derecha para que se subiera también. - Tú me indicas dónde. - Una vez que estuvieron preparadas, no tardó demasiado en darle vida al motor y conducir por aquellas calles del nivel. Como siempre, llevaría con ella sus armas, no sabiendo muy bien con lo que podrían encontrarse. - Será mejor que escuchen la razón. Ósea, a ti. - Declaró con frialdad en su voz, mientras continuaba conduciendo hacia su destino.
A pesar de tu amenaza, Erika lo que hizo fue dejar salir una pequeña sonrisa. Sabia que, aunque si eras capaz de hacer lo que acababas de decir, también estabas medio en broma, así que no tenia razones para guardarse nada ahora que habia terminado de vestirse.
- En serio Viky, -Comenzó a decir ella- deberías dejar de tomarte todo tan a pe- ¡Hey! -Antes de que pudiese terminar con su broma, la nalgada que le dedicaste a su trasero hizo que se detuviera y voltease a verte con el ceño fruncido. Pero al verte tan activa y emocionada por todo este asunto del club, la expresión en su cara se relajó, y volvió a sonreír a la vez que comenzaba a seguirte para ponerse en camino hacia el lugar en cuestión. -Vale, vale. Ya voy. - Dijo antes de dejar salir un bostezo y salir contigo del apartamento.
Por alguna razón, esta vez, ver la ciudad desde tu apartamento te dio una sensación distinta. ¿Desde cuando las calles del nivel 3 se veían tan pequeñas? Antes todo era enorme y hostil, como que si la ciudad fuese capaz de aplastarte o devorarte en cualquier momento. Pero por alguna razón, justo ahora, se siente diferente… Hay algo distinto en las calles que ves hoy frente a ti.
Erika y tu repitieron la ruta de ayer. Bajaron en el ascensor hasta el estacionamiento, pagaste la cuota diaria y tuviste acceso a tu moto nuevamente. Si estas fueran las épocas antiguas, se podría decir que esta moto era algo así como tu fiel caballo, pero esos ya no existían, o por lo menos no aquí en el nivel 3, así que la verdad no estabas segura de que tan buena era la comparación.
En cualquier caso, una vez sobre la moto, le ofreciste a Erika espacio detrás de ti en la moto, pero antes de subirse, ella se inclino sobre la moto justo junto a ti y al igual que la noche anterior, manipuló el panel de control de la moto para introducir la ruta que seguirían hoy.
- Será mas fácil llegar si la moto te dice por donde. -Explico ella antes de subirse por la parte de atrás. Esta vez, agarrándose fuertemente de ti en vez de a la moto para sostenerse cuando aceleraste. Al parecer seguía un poco melosa contigo después de lo que paso en la noche.
El lugar que estaba en las coordenadas que Erika introdujo estaba un tanto lejos. Cerca de el área donde ustedes tenían la base de la banda establecida en aquel almacén abandonado, aunque tampoco estaba completamente al lado. Era una distancia adecuada. Tenia sentido el porque ella habia seleccionado ese lugar.
Aceleraste la moto y te pusiste en marcha. Según lo que te decía la moto, tardarías veinti-tantos minutos en llegar a tu destino. Las calles te esperaban con los brazos abiertos para llevarte al próximo nivel. Ya era hora avanzar a la siguiente etapa.