Partida Rol por web

   Tras despedirse de doc, Kenzo agarró su casco y abandonó el local. Camino de la salida no le pasó por alto la mirada vigilante y cargada de dudas razonables que Filos le dedicó. Kenzo se limitó a devolverle la mirada mientras se volvía a poner sus gafas y sonrió de manera afable al hombre, sin viso de burla si no como para darle a entender que comprendía sus resquemores. Después de todo, el japonés no dejaba de ser un cabrón que se ganaba la vida al otro lado de la ley.

   Pero Kenzo, por muy cabronazo que fuera, no se la iba a jugar a la mujer. Evidentemente, pensaba sacar provecho del asunto y su cabeza ya daba vueltas buscando la mejor manera de ajustar sus objetivos a la situación. Que se iniciara una guerra de bandas en una parte de la ciudad para mantener ocupada a la pasma mientras él hacía sus tejemanejes al otro lado de la urbe subterránea se antojaba una idea bastante suculenta. Kenzo envió un mensaje de respuesta a Flash y se puso en marcha.

   Mientras conducía la moto de vuelta a la Jungla, Kenzo esbozó planes y los descartó a la misma velocidad que la Surya quemaba gasolina. Debía contemplar la situación desde todos los ángulos, tener todas las probabilidades cubiertas y no dejar nada al azar o serían ellos los que acabarían acribillados entre la basura de algún callejón.

   Cuando Kenzo llegó al cubil de N vio que la moto de Flash seguía aparcada en el mismo sitio pero no veía la de Dan. Dejó la Surya al lado de la de colega y se encaminó al edificio. Una vez más, luchó contra la publicidad interactiva y por un segundo estuvo tentado de sacar su arma y vaciar el cargador contra los molestos anuncios flotantes pero se contuvo y, tras escupir al suelo, aceleró el paso.

   Mientras subía las escaleras envió un mensaje de texto cifrado a Clarence, su colega de las FAD.

   < Eh, Big Boss, ¿qué pasa, viejo? Necesito algo de info: el nombre de algún capullo de las FAD que ya tenga tanta mierda en su historial que podamos manchar un poco más relacionándolo con un grupo de terroristas.

   Todavía tenemos pendiente ese par de asaltos, bastardo cabrón. 

Cuidate. >

   Una vez delante de la puerta de N3K0 llamó golpeando con los nudillos tres veces.

Algo bueno se podía sacar de todo esto sin importar el desastre que pareciese ser a primera vez. Solo era cuestión de ponerse creativo y pensar en algo. De todas formas, no hay que olvidar que estamos hablando de la FAD. Tener extremo cuidado es una necesidad si es que de verdad tienes pensado involucrarte en esto.

Al llegar al edificio donde estaba la "oficina" de N, volviste a ser asaltado por la publicidad del lugar. Por alguna razón a los Hackers y Runners les gusta esconderse detrás de anuncios como esos. Era como una barrera que los separaba de el mundo real o algo por el estilo, y sin duda funcionaba. Mucha gente evitaba acercarse a esos nidos de Nerds Criminales solo por que no son capaces de aguantar la jauría de anuncios que plaga esos lugares.

Superando tus impulsos de caerle a tiros a los hologramas, pudiste traversar el edificio hasta llegar a la puerta de N. Esta vez no paso mucho tiempo hasta que alguien abriese, y esta vez fue el propio Flash.

- Apareciste. -Dijo Flash al verte en la puerta- Pasa.

Flash te abrió paso para que entraras al apartamento, que por alguna razón ya no estaba reventando con música japonesa y también habían unas cuantas luces apagadas.

- Entonces, -Te llamó la atención Flash- ¿En que te metiste esta vez?

   - Ey, colega. - dijo Kenzo mientras entraba en la guarida de la cibergatita y chocaba la mano con Flash. El ambiente del lugar parecía más tranquilo sin aquella estridente música de los anuncios japos y una iluminación más tenue.

   - El pasado siempre vuelve, grandullón. Y más si hay viejas cuentas pendientes. ¿Te acuerdas de Ciara? Exacto, el bellezón irlandes. - Epona era una mujer difícil de olvidar - Le ha cogido cariño a un par de críos y, por lo visto, esos mocosos se han metido en un buen lío. Andan trasteando con un grupo de antisistemas y le han debido tocar los cojones a la persona equivocada porque tienen a Petrenko siguiéndoles el rastro. - respondió a la pregunta de su colega mientras que con la mirada iba recorriendo el lugar. Una sonrisa se dibujó en el afilado rostro del japonés cuando deslizó las gafas por el dorso de la nariz y clavó una mirada llena de picardía en su amigo. - ¿Qué ha pasado aquí, Flash? ¿No me digas que la gatita y tú.. eehhh? Que calladito te lo tenías, viejo sátiro.- susurro entre risas y amagó un puñetazo al estómago del gigante antes de seguir contándole toda la movida y como pretendía ayudar a Epona.

   Cuando terminó de hablar, observó con atención a su amigo para ver como reaccionaba a este "imprevisto".

Primero Flash estaba escuchando con su calma característica tu explicación de el cuento de Ciara. El simplemente esta allí sentado, fumando con calma mientras escuchaba. Pero recién el nombre Petrenko salio de tu boca, Leon abrió los ojos de par en par y se congelo donde estaba de la sorpresa.

- ¿Petrenko? -Dijo el- No estas hablando del jodido Petrenko de la FAD ¿verdad?… Mierda… Esos chavales están muertos.

Sin duda la reacción de Flash era la que esperabas de cualquiera que supiese que clase de monstruo era Petrenko. Y es que lo normal es que cuando Vladimir Petrenko te tiene en la mira, solo es cuestión de tiempo para que te agarre. Y cuando lo haga, no te va a gustar... Por fortuna, ustedes no eran los objetivos del soldado ruso, así que podían dormir tranquilos sin tener miedo a que la mañana siguiente amanezcan rodeados por oficiales de la FAD.

Leon estaba dándole una calada a su cigarro cuando de repente hiciste tu comentario sobre N y el. Esta fue la primera vez en tu vida en la que viste como el temido Flash se ahogaba con el humo de su propio cigarro y tosía desesperadamente para sacar el humo de su garganta.

- ¡Carajo! -Se quejo Flash entre gruñidos- ¿¡Que te pasa!? ¡N apenas tiene 17! -Aclaró mientras desesperadamente agarraba una cerveza de la mesa frente a ustedes y le daba un buen trago- Ella siempre duerme al medio día… Mierda… Creo que trague un poco de ceniza.

Era la primera vez que veías a Flash reaccionar así. Y sin duda fue divertido. Pero antes de que pudieses seguir bromeando con el, escuchaste como alguien comenzó a llamar a la puerta.

- Kenzo, Flash. ¿Están allí? -Sonó la voz de Dan por el intercomunicador.

   Kenzo rio ante la reacción de Flash y le dio una par de palmadas en la espalda - ¡Jajajjajaja! jo..joder, Flash. Que te ahogas, cabronazo ¡Jajajajaja! -
   El timbre de la puerta sonó y escucharon la voz de Dan por el pequeño altavoz. - Voy a abrir al Chico - el japonés fue hasta la puerta pero no se quedó frente a ella si no que se quedó a un lado, apoyado en la pared; era un viejo hábito adquirido. Luego giró la manilla y dejó entrar Dan.
   - ¿Qué pasa, granuja? Vaya horitas. Por lo menos traerás algo de papeo o pagar lo que pidamos. ¿Apetece ramen? Y así le damos una sorpresa a la gatita cuando despierte. -

Flash te miro un poco frustrado le diste palmadas en la espalda. Definitivamente el no estaba acostumbrado a ser la persona en esa situación. Pero por lo menos estaba conforme con el hecho de que eras o en vez de cualquier otra persona la que lo estaba ayudando a sacar el humo.

Sea como sea, Dan habia llegado, así que habia que ir a recibirlo.

Dejaste a Flash recuperándose del susto que le dio el cigarro y tu te levantaste a recibir a tu otro compañero en la puerta. Lo primero que viste al abrir la puerta fue que venia con una sonrisa de oreja a oreja, y la verdad, eso solo podía significar cosas buenas viniendo de el.

- Jeje. Es que me encontré con un par de chicas preciosas y la noche se me hizo larga. -Explico el para justificar su ausencia- De todas formas eso no es lo importante. Tengo noticias hermano, y son unas muy interesantes.

Dan se separo de ti y se abrió camino hacia el apartamento de N, viéndose claramente curioso por el peculiar ambiente en que se encontraban.

- ¿Que onda con este lugar?… ¿A que gata te refieres? Ya va. Necesito que alguien me explique.

   - Bueno, creo que Flash podrá contestar mejor a eso. - respondió Kenzo conteniendo una nueva carcajada. Un fuego graneado de variopintos peluches se estrelló contra el japonés. - Vale, vale. Ya lo dejo. - y guiñó un ojo a Dan. 
   Kenzo volvió a sentarse después de cerrar la puerta. - La gatita es una netrunner. Gracias a ella tenemos una tarjeta de memoria llena de información para organizar el encuentro de mañana. Pero primero dispara tú, ¿qué noticias son esas? -

Dan arqueó una ceja al escuchar tu explicación un tanto vaga de el lugar donde se encontraban y su dueña, pero le diste suficientes detalles como para que el entendiese mas o menos que era lo que estaba pasando… Aun así, tal vez una explicación con mas detalles le vendría de perlas.

- Ok… Bueno, mas tarde me siguen explicando. Tienen que escuchar esto.

Dan siguió caminando hasta llegar junto a Flash y ambos chocaron manos para saludarse. Con solo verlo podías notar que Dan venia bastante acelerado. Algo bueno tuvo que haber pasado para que el llegara así de emocionado.

Después de saludar a Flash, tu compañero busco un lugar en donde sentarse, así que termino por empujar un poco una de las almohadas estampadas de N para abrirse campo en uno de los muebles rosados del apartamento. Al sentarse, Leon le ofreció un poco del trago que el estaba disfrutando, pero Dan lo rechazo haciendo una ceña con la mano.

- Escuchen. -Dijo Dan apresuradamente- No se si lo han escuchado pero, esta mañana los locos de la FAD hicieron una redada el distrito 6, creo que era algo así como una fabrica de Toyohisa steel o algo. Como sea -Dijo Dan para no desviarse mucho del tema- el caso es que encontraron un laboratorio de Chílum lleno de terroristas y junto a ellos, encontraron a un capo. Y no fue a nadie mas ni menos que a Julio Montéz. -En efecto, habidas escuchado ese nombre antes. Montéz era uno de los distribuidores mas grandes de la cercanía, y también, su acaparamiento del territorio en el distrito 6, que es uno de esos en los que se mueve mucha mercancía ilegal, era uno de los factores que habían limitado a los distribuidores pequeños como tu a vender en lugares en los que el mercado no es tan fuerte.- Sabes lo que eso significa ¿no? Sin el desgraciado de Montéz a la cabeza, su operación de producción se va a ir a la mierda, así que toda la droga que entre tendrá que venir desde afuera del distrito y, sin nadie que limite a los distribuidores que lleguen desde afuera, pero como la organización de Montéz aun no se ha disuelto por completo, y tardara un rato en desaparecer, los sindicatos grandes aun no pueden entrar, así que nadie va a controlar ese mercado hasta que alguien se alce sobre los demas desde adentro. -Una sonrisa se pinto en la cara de Dan- ¿Y sabes quien se va a alzar? El que traiga el mejor producto. Nada mas imaginatelo, el distrito 6 esta hambriento por mercancía ahora que su capo fue detenido junto a la producción. ¿Que pasaría si llegan unos tres tipos a vender nada mas ni menos que Blue Leaf por allí? -Dan se recostó en el mueble de nuevo dejando salir un suspiro de emoción- Kenzo, Flash, mis hermanos. Los planetas se están alineando. Esta es la oportunidad de nuestras vidas.

   Al escuchar a su colega, una sonrisa vulpina se dibujó en el rostro de Kenzo; eran unas noticias cojonudas y la satisfacción era patente en el tono de voz del japonés - Bien, caballeros, como miembros fundadores y únicos socios de esta empresa parece que va siendo hora de que nos decidamos por expandir el negocio. Controlar todo un distrito no va a resultar sencillo y vamos a tener que ampliar la plantilla. - Kenzo se acomodó en el sofá mientras hablaba - Está claro que nuestra prioridad es cerrar bien el asunto de mañana. Una vez hayamos colocado el primer cargamento y el Blue comience a fluir tendremos pasta suficiente para captar y armar a una de las bandas locales. -
   Kenzo calló unos segundos y se quitó las gafas; en su mirada había un brillo salvaje. - Vamos a tener que golpear con fuerza y borrar los restos de la organización de Montéz. Eso también enviará un mensaje a la competencia. - Si, un mensaje claro y contundente; como el de los “14K” años atrás. Así eran las cosas en el Sub3, así engordaba y crecía la Ciudad Subterránea: con sangre y muerte. Y Kenzo era uno de sus heraldos.

   Había una pregunta subyacente en la movida del Distrito 6: ¿quién había orquestado la caída de Montéz? El D.P.U. y el C.I.C estaban corrompidos hasta la médula, controlados por las grandes familias pero con las F.A.D era diferente. Esos no se vendían a nadie, no buscaban enriquecerse ni pegarse la vida padre. No. Lo que motivaba a esos cabrones era ejercer la violencia amparados en el poder de la autoridad; las F.A.D eran los escuadrones de la muerte al servicio de las elites. Alguien, muy arriba, había movido los hilos para destronar a Montéz. ¿Quién?, ¿por qué?, ¿qué pretendía al cambiar el statu quo?
   Solo eran suposiciones pero, estuviera en lo cierto o no, eran preguntas que iban a necesitar ser respondidas. Y más si se metían a jugar en el patio de los chicos grandes.  
   - Cuando todo esto empiece no va a haber vuelta atrás, ¿estamos? Pues vamos al lío. Flash, el pincho. - Kenzo recogió la tarjeta, que era ridículamente pequeña en la manaza de León, y la insertó en el cogniport que tenía implantando en el cráneo; el directorio referente al Café Bulevar se materializaron en el campo de visión del japonés, que manipuló los permisos del icono para compartirlo con sus socios. Ahora los tres podían ver la información que contenía la carpeta.
   - Vale, tíos, vamos a repartirnos el curro. Flash, la carpeta “Localización”: examina los alrededores del bar, busca un sitio donde dejar las burras fuera de la vista y traza por lo menos tres vías de escape; en caso de separarnos, el punto de reunión es el de siempre. Dan, para ti la de “Planos”. Si ese bar es una ratonera quiero saberlo: localiza todas las salidas y acuerda con Flash la ruta más rápida hasta las motos. Yo le echaré un vistazo al personal. El primero que acabe que se ponga con la de “General”.  Por cierto, Dan, mi Tonkotsu Ramen con doble de huevo. ¿Y para la gatita? - miró a Flash antes de volver su atención al despliegue de iconos entópticos.

   De forma metódica fue analizando cada perfil. Realizó un mapa mental donde fue conectando todas las posibles relaciones entre los empleados del Bulevar más allá del ámbito laboral: quienes se podían conocer de antes, en especial si habían coincidido cumpliendo algún tipo de condena o posibles afiliaciones con grupos subversivos o de los bajos fondos.
   Problemas económicos, deudas, tratamientos médicos caros también solían llevar a la gente a pedir prestado dinero a quien no debía. Quien no podía devolver la pasta terminaba en el río con unos zapatos de cemento o teniendo que trabajar para el prestamista hasta saldar el crédito; a veces con unos intereses tan altos que las pellas pasaban de padres a hijos.
   N3K0 había hecho un buen trabajo consiguiendo datos financiados. Kenzo les echó una mirada rápida pero si alguien estaba recibiendo dinero de los misteriosos distribuidores del Blue no iba a estar reflejado en las cuentas bancarias; los pagos se harían con credisticks no registrados o papelmoneda. Lo mejor sería husmear por las redes sociales. La mayoría de la gente cuando ganaba dinero negro no era capaz de ocultarlo un tiempo prudente y tendía a despilfarrar. Algunos eran tan gilipollas que incluso lo publicaban en la red fardando de ello: cochazo nuevo, trivideo con RV o Icomm de última generación o empezar a llevar un estilo de vida demasiado caro para el sueldo de un jodido camarero fue algunas de las cosas que buscó. 

   Kenzo trabajaba solo sobre hipótesis, puede que nada de esto fuera relevante y que el Café Bulevar tan solo fuera un sitio más, elegido al azar. Pero si el japonés tenía que descartar el lugar como parte de la red de sus futuros socios lo haría de manera fundada, no por indolencia.

Era hora de ponerse manos a la obra. La oportunidad que se les ha presentado justo en este momento es una en un millón, así que dejarla pasar podría ser considerado un crimen y, a pesar de que ustedes son un grupo de personas que viven fuera de los limites de la ley, este era un crimen que preferían no cometer.

- Cuando termine con esto voy a comenzar a buscar mas información sobre la gente restante de Montéz. -Dijo Dan- Lo mejor será ir buscando desde ya esos detalles.

- Entonces yo investigare el panorama de las demás bandas de la zona. -Inquirió Leon- Si vamos a mezclarnos lo mejor es saber quienes son.

La delicadeza sería esencial de ahora en adelante. Un cambio de poder tan grande como el que va a causar la caída de Montéz no va a ser cualquier cosa, y si ustedes se van a involucrar al nivel al que están planeando. Ademas, también estaba la cuestión de que la razón por la cual esto estaba ocurriendo era bastante particular. No todos los días caía un capo tan grande. Si o si, algo importante tuvo que haber ocurrido. Tendrán que moverse con extremo cuidado de ahora en adelante… Pero de todas formas, la reunión de mañana viene primero.

Todos se pusieron a revisar la información que N3K0 habia encontrado para ustedes. Leon se encargaría de trazar el curso de acción en caso de que algo saliese mal mientras que Dan le daría una buena mirada a los datos del lugar para ver si lograba encontrar algo detrás de esa fachada de café de ciudad normal.

Por ultimo, tu comenzaste a revisar el apartado de “General” En esa carpeta mas que todo habían datos legales y otros documentos de ese tipo, como por ejemplo las declaraciones de impuestos o el pago del agua de este mes. Nada fuera de lo normal al mirarlo por encima, pero esta clase de documentos fueron diseñados desde un principio para no decir nada directamente. Si quieres sacar algo de información de ellos, debías leer entre lineas.

- ¿Se te quedo el culo pegado al asiento o que? -Bromeó tu amigo mientras alcazaba la bolsa con el ramen que pediste y te ofrecia lo que habias pedido- Ten.

- N… Ella siempre come mas tarde... -Dijo Flash un tanto pensativo cuando le preguntaste sobre la comida de la Hacker. ¿Quien era N3k0 para Flash que lo ponía a actuar de forma tan extraña?

Aparte de todo eso, viste como a un costado de tu campo visual aparecía un icono rojo con la forma de una carta. Un mensaje acababa de llegar. Muy probablemente era de Clarence, por fin contestando a el que tu le habías dejando hace un par de horas.

Eh, Kenzo colega, tiempo sin hablar ¿he?

Mira que esa pregunta tuya no me la vi venir. ¿un cabrón al que echarle mierda con unos terroristas? La verdad me la pones difícil. Hay rumores de que el capitán Daniels de un escuadrón G1 se mueve con cosas de ese tipo, y también esta el loco de Frederich por allí. Sabes que las malas lenguas siempre dicen cosas de el. Pero a aparte de rumores, no te puedo dar mas nada.

Sabes las medidas de seguridad que toma la gente en el cuartel para atrapar traidores. Si hay alguien en el cuerpo que tenga esas conexiones, debe ser un bastardo muy discreto.

Puedo preguntar un poco, pero no te prometo nada.

   Una parte del adiestramiento en la FAD consistía en los principios básicos de la metodología de investigación. Los reclutas que mostraban pericia en este campo terminaban en la unidad de Inteligencia. Estos analistas elaboraban los dossiers con los que luego se designaban los objetivos para las unidades tácticas, los chicos de las pipas. Kenzo había pertenecido a estos últimos.

   Y por eso, aunque intuía que había algo en todos aquellos datos, ese algo se le escapaba y no terminaba de encontrar la conexión.

   La voz de Dan le sacó de su abstracción. Kenzo pausó la proyección de RA y cogió la bolsa que le tendía el chico. - Gracias, tío. Joder, el culo lo tengo cuadrado de estar sentado y la cabeza me va explotar, parece que estoy analizando un puñetero Big Data. ¿Qué tal os va a vosotros? - preguntó y luego abrió con los dientes el envoltorio de los palillos. El ramen olía de puta madre y Kenzo dió buena cuenta de él. 

   Mientras absorbía con fruición unos cuantos fideos, el icono de un mensaje entrante parpadeó en la periferia de su visión. Era Clarence. Kenzo sonrió y escribió una respuesta rápida a su viejo contacto de la FAD agradeciendo cualquier información que le pudiera facilitar.

Manejar datos definitivamente no era tu fuerte. Tu eras mas el tipo de los que se lucen en la acción, no en la logística, así que después de un rato de mirar confusamente los datos que N recopiló sin llegar a ninguna conclusión satisfactoria, decidiste dejar de lado tu búsqueda de información y descansar un poco el cerebro mientras te disfrutabas tu Ramen y hablabas con tus colegas.

- Tomando en cuenta lo que estoy viendo, -Comenzó Flash- si la cosa se pone chunga no creo que sea mucho problema escapar. El lugar es pequeño y las ventanas son grandes. Veo cuatro posibles salidas: Puerta principal, ventanas, puerta trasera y azotea. Estoy viendo cuales son las mas convenientes, pero no nos quedaremos cortos de opciones si llegase a pasar algo.

Hasta el momento, toda la información que tenían indicaba que el lugar al que iban no era la gran cosa, y tenia sentido. A pesar de que se trataba de un negocio tan grande como este, lo normal en estos casos era hacer estos tratos en lugares públicos bastante frecuentados. Esa era la forma menos sospechosa de hacer esta clase de negocios.

- Pues si, -Dijo dan después de que Flash terminara con su explicación.- En los alrededores tampoco hay nada que me llame la atención… Por como se ve la cosa, podríamos dejar las motos frente al lugar. Dudo mucho que pase algo.

Todo parecía indicar que el lugar era seguro. Tal vez no habia razón para alarmarse tanto en este caso.

- No veo nada sospechoso. -Dijo Dan a la vez que el brillo azul en sus ojos dejaba de parpadear y ce centraba de nuevo en su comida- Yo digo que no hace falta tanto alboroto. Vamos y ya.

Después de escuchar a Dan, Flash volteo a verte. Mas o menos preguntándote con la mirada tu opinión. Era bueno tomar precauciones, si, pero aveces simplemente no hacia falta. Y según Dan, esta era una de esas ocasiones.

  De haber estado sentado en una blanca y aséptica habitación, sometido al test mensual de un neuroCorp, este habría determinado que tantas suspicacias eran un claro patrón de desconfianza propio de la paranoia; nada que no se solucione con un tratamiento a base de SynthoMind y CogniSafe. Pero para Kenzo, ese punto de monomanía era un seguro de vida en el sórdido mundo en el que se movía. 

  El japonés sonrió a su impetuoso amigo. Por eso trabajan bien los tres. Cada uno potenciaba las cualidades o compensaba los defectos de los otros dos. Eran los tres vértices de un triángulo, eran el Kamae.

  - Entonces, está bien por hoy. No sé que haréis vosotros. Yo voy a entrenar un rato y luego me dejaré caer un rato por el Tech Noir. Actúa ese grupo de divas k-pop, las Crystal Vixens. Intentaré colar algo de material.-