La luz de los dos monitores de tu computadora eran las únicas fuentes de luz que habían en tu cuarto a estas horas de la mañana. La computadora decía que eran las 6:37 de la mañana, no habías dormido absolutamente nada desde ayer. Ya llevas al rededor de una semana sin que ninguno de tus contactos te envié algún mensaje ofreciéndote un trabajo o algo por el estilo, aun te queda dinero en la cuenta, pero si no te llegaba un trabajo pronto, tendrías que comenzar a tomar medidas para evitar quedarte sin dinero.
Habías tratado de contactar con tu gente en la prensa y la policía, pero casi ninguno te habia contestado, y los que si te contestaron te dejaron claro que no tenían ningún trabajo para ti en estos momentos. Ya se acercaba la fecha en que tenias que hacer el deposito a la clínica para comprar las medicinas de tu padre, así que agradecerías mucho si te llegaba algún trabajillo por allí. Siempre podías navegar por la red un poco en busca de algún cliente provisional, pero la verdad eso nunca era la mejor idea que podías tener. En la web hay muchos impostores que te ofrecerían un trabajo para luego desaparecerse y hacerte perder el tiempo y también habían muchos mafiosos y gangsters con los que no es bueno interactuar por regla general, así que preferías esperar a ver si tus contactos se aparecían antes de sumergirte en la red a jugártela buscando un trabajo con alguien extraño.
Toda esta preocupación estaba llegando ya a tu cabeza. Tal vez era una buena idea salir a dar una vuelta por allí para desconectarte de todo esto por un rato. Ya has estado mucho tiempo pegada a la computadora, así que un ligero cambio de ambiente no te podría venir mal. Otra buena idea podía ser conectarte a algún chat virtual o algo por el estilo, allí siempre habia gente con la que hablar. Tenias varias opciones, pero la verdad, al final no importa mucho cual elijas siempre y cuando eso te saque aunque sea por un momento de todo este predicamento con el dinero.
Distraerse estaba bien de vez en cuando, incluso en una situación un tanto apretada como esta.
Listo
Matisse se frotó los ojos. A pesar de retocar sus monitores para que sus luces no fuesen tan dañinas y así poder estar pegada a ellos durante más horas, sentía que necesitaba un respiro.
Por un momento se sintió tentada de entrar en un chat grupal, fantaseando con un misterioso desconocido que pudiese solucionar todos sus problemas. Desistió en el último segundo, cuando su cursor ya estaba sobre la pantalla de inicio de la aplicación.
No, si voy a perder el tiempo, debería hacerlo alejada de la pantalla, pensó. La casa de empeños que solía frecuentar no estaba lejos y le vendría bien estirar las piernas dando un paseo.
Cogió una sudadera de las muchas que tenía amontonadas sobre una silla "gamer" —te machacan tanto la espalda que solo sirven para dejar ahí la ropa usada—, la bolsa donde guardaba sus cosas y procuró salir sin hacer ruido para no despertar a su padre. Al quitarse los casos, la recorrió un escalofrío. No estaba acostumbrada a que sus orejas percibiesen el frío del exterior.
La ciudad te recibió fríamente cuando saliste de tu departamento. Recién abriste la puerta a la calle, una ola de aire frio azoto tu cara como que si se tratase de alguna clase de saludo. El ruido de las calles no era para nada agradable y el olor mucho menos, sobre todo en esta parte de la ciudad, donde tienen dos fabricas masivas de Toyohisa Steel y de Empresas Del Sur llenando el aire con un montón de Químicos que no huelen muy bien precisamente. Esas dos fabricas abarcaban literalmente la mitad del distrito completo de lo exageradamente grandes que eran. ¿De verdad hacia falta que los humanos construyen monumentos como ese? De seguro algún historiador de esos del nivel 2 seria capaz de darte una respuesta medio convincente de porque es que los humanos tienen la necesidad de hacer edificios que representen el “Avance” de la sociedad o alguna otra porquería de esas que se inventan para tratar de hacer que la gente ignore el hecho de que toda esa ciudad es una completa locura.
Ya habia gente caminando por la calle a esta hora, la mayoría estaban yendo a trabajar a sus puestos en alguna de las fabricas. Esa era la razón por la que este distrito era uno de los mas habitados, era relativamente fácil encontrar trabajo en una zona tan brutalmente industrializada como esta, tu familia se mudó aquí en un principio por esa misma razón incluso antes de que tu nacieras. Este era uno de esos distritos que parecía ser un matadero de proporciones inauditas, gente nueva entrá todos los días y nadie vuelve a salir.
Tenias muchas cosas que poder hacer en la calle durante las mañanas, podías comenzar por ir a buscar comida empaquetada a una tienda, o si querias ahorrar dinero, a uno de esos centros de “Nutrición” de esos que puso la gobernación del distrito. Allí la comida es barata, pero decir que el sabor que ofrecen deja mucho que desear se queda corto ante tremenda aberración que son las cosas que venden allí.
También podías ir a pasar el rato en algún club de la zona, o si te sentías con pocas ganas de vivir, incluso podías ir a un bar. Las posibilidades eran muchas.
Matisse se quedó mirando las grandes fábricas cuyos químicos habían contribuido a la enfermedad de sus padre y eran un recordatorio constante de que estaba atada a aquel infecto lugar. Solía fantasear con el nivel 2. A veces se pasaba horas mirando las viejas fotos de su madre y el antiguo apartamento que les habían obligado a abandonar. Un cielo azul le resultaba algo de otro mundo. Un sueño lejano, cada día más inalcanzable. Especialmente si no encontraba trabajo pronto.
Vagabundeó por las calles cercanas. En teoría estaba descansando, disfrutando de su "tiempo libre", pero no podía dejar de sentirse inútil sin un contrato a la vista. La policía le llamaría tarde o temprano, pero no conseguiría ahorrar ni una mísera migaja si se gastaba lo poco que tenían en los tratamientos de su padre.
Malditas facturas.
Malditos matasanos chupasangre.
Se sentía lo suficientemente culpable como para evitar los locales de ocio habituales. Detestaba los ruidos fuertes y las luces parpadeantes de los clubs, aunque los toleraba mejor cuando podía aporrear botones en las recreativas. Los videojuegos eran lo único que conseguían abstraerla por completo de sí misma y de su situación.
Si salto en la piel de un fontanero, dejo de sentirme como un parásito.
Siguió caminando hasta la tienda de empeños de Rick. Con suerte, sabría de algún trabajo para ella.
Con más suerte aún, tendría videjuegos nuevos a la venta.
Hace años escuchaste a alguien decir que este mundo odiaba a las personas como tu. No podias estar mas de acuerdo.Encerrada en esta jaula de metal y concreto, en este mundo falso que no tiene ni una sola pizca de autentico por ningun lado donde ni siquiera las personas que caminaban por la calle son naturales, incluyendote por supuesto, quien no pensaria lo mismo. La carne es remplazada por el metal y la sangre por aceite y electricidad, en un lugar tan anti-natural como este, lo ultimo que se respeta es la vida de los demas. A nadie le importaba si los perdidos como tu sobrevivian o eran devorados por el nivel 3. No eras nadie, y nunca lo serias, y son presisamente los sinnombre como tu los que ven una de las peores caras del nivel 3.
La desesperación era abrumante, pero si te dejabas undir en ella perderias completamente todo lo poco que tienes. Nesesitabas algo que te permitiese alejarte de todo esto, incluso si fuese por un misero instante, querias olvidar toda la presión que te aplasta. Ultimamente sientes cmo que si fuesen solo esos momentos los que te mantienen andando y luchando esta batalla perdida.
Así que, buscando tu proxima fuente de escapismo, llegaste hasta le tienda de Rick. El tipo estaba allí, con los ojos clavados al telefono. No te vió entrar ni tampoco pareció siquiera escuchar cuando abriste la puerta. Quien sabe que debia estar haciendo, pero aparentemente estaba requiriendo de toda su concentración. Tendrias que hablarle si querias que se percatara de ti.
Domingo a las 9 de la noche, pero sin post esta semana no te vas XD
Perdón por la falta de detalles y por algun que otro error ortografico. Es que estoy desde el telefono.
La tienda de Rick era su refugio en aquella jungla salvaje. Un oasis anacrónico en el que convivía la morralla más absoluta con auténticos tesoros de otra época. Para Matisse era como entrar en su burbuja, donde nadie la molestaba mientras ojeaba colecciones de holocómics y rebuscaba entre la remesa de videojuegos obsoletos. En un mundo cada vez menos analógico, aquellas parecían reliquias cuyo verdadero valor dependía de la nostalgia del comprador.
Y en el nivel 3, donde la nostalgia era una forma de evasión tan potente (y mucho más barata) que muchas dorgas, era fácil perderse entre aquellos estantes.
Al entrar, vio al viejo Rick absorto en la pantalla de su móvil, por lo que Matisse se dio por invitada y empezó a ojear las novedades del escaparate hasta que se aburrió.
—¿Algo nuevo e interesante, Rick?
Perdón por la falta de detalles y por algun que otro error ortografico. Es que estoy desde el telefono.
Tranqui, yo a veces también tengo que rolear a horas intempestivas, ¡xD!
Igual me he tomado demasiadas licencias con la descripción de la tienda. Si hay que cambiar algo, retconeamos, :P
La tienda de Rick era tan silenciosa como siempre. No estaba vaciá, habia uno que otro chico tan jóvenes como tu o un poco mas adultos dando vueltas de aquí para allá revisando los productos que Rick tenia para ofrecer en las vitrinas y estantes de la tienda. El silencio era porque basicamente nadie decía nada. Todos estaban concentrados firmemente en lo que estaban haciendo y no le prestaban atención a las demas personas a su alrededor.
El silencio de este lugar era curiosamente relajador. Era diferente al silencio frio y absoluto de tu habitación, y era una sinfonía discreta comparado a como sonaban las calles del nivel 3 que eran capaces de hacerte sentir que te iban a sangrar los oídos si te quedabas caminando por ellas durante mucho tiempo. El aire aquí también era menos denso y no tenia ese desagradable olor característico del distrito en que vivías, es mas, incluso olía bien en lugar. Rick habia instalado filtros de aire y un pequeño aromatizador para que sus clientes se sintiesen mas cómodos al estar allí. Era un detalle que se agradecía bastante. Tener un lugar que no oliese a mierda en este distrito era algo invaluable.
Rick no alzó la cabeza hasta que le llamaste la atención, e incluso, cuando lo hizo pareció como que si lo hubieses asustado por la forma en que saltó suavemente en su silla.
- ¿¡Eh!? ¿¡Matti!? -Dijo confundido mientras alzaba la cabeza- ¡No me asustes así! Casi tiro mi teléfono al suelo. -Mientras hablaba, Rick se quito los audífonos y los puso junto a su teléfono en el mostrador frente a el- Llevo un par de días sin verte ¿Donde te habías metido? ¿Todo va bien?
Rick la conocía bien. Sabía que verla por allí, especialmente tras varios días desaparecida, no era buena señal. Matisse solía usar la tienda de empeños como una especie de terapia. No era especialmente sano, pero era lo mejor que tenía y no pensaba renunciar a ello.
—Lo de siempre —respondió, encogiéndose de hombros—. Y encima nada de trabajo en el horizonte, así que peor que como siempre, supongo. Mis "proveedores" habituales están demasiado ocupados y no hay ningún encargo a la vista del que pueda ocuparme.
Alzó la vista, percatándose de que había sido desconsiderada con Rick al no darse cuenta de que él mismo parecía absorto por algo que había visto en su teléfono.
—¿Y tú? ¿Ha pasado algo?
Rick era un tipo de fiar. No era alguien a quien le confiaras con tu vida, pero si era alguien con quien podías hablar abiertamente sin tener miedo a que salga a decir cosas tuyas a tus espaldas, el simplemente no era de esos. Así que fácilmente podías hablar sobre el trabajo con el y desquitarte un poco sabiendo que hablar con el no regresará a morderte mas tarde.
- Uy... Suena duro. -Dijo el cuando escucho lo que le dijiste para luego alzar los brazos hacia arriba para estirar su espalda un poco antes de seguir hablando- Pues fijate a mi la cosa tampoco me esta yendo como la seda ¿eh? La tienda sigue dando su plata, claro, pero es que la mercancía se esta haciendo mas difícil de encontrar últimamente. No es como que si yo vendiese cosas que se encuentran en cada esquina así que esto pasa de vez en cuando, pero me preocupa que el catalogo se va haciendo cada vez mas pequeño… -Al decir eso, Rick se inclino sobre el mostrador hasta apoyar su barbilla sobre el- Hace poco escuché que hay otra tienda que vende el mismo tipo de cosas que yo por allí hace poco y que esa si tiene mas cosas… Me pregunto de donde esa gente saca la mierda que vende.
Rick se veía un poco preocupado. No mucho, al igual que tu, pero preocupado sin lugar a dudas. Ahora que te parabas a ver la situación, ustedes dos estaban en un problema parecido. Uno que aun no les estaba jodiendo en gran medida, pero que si no hacían algo pronto, se volvería en algo peligroso.
Normalmente, no ofrecía sus servicios a la ligera. Mucho menos pretendía revelarle todos los detalles aunque fuese a un viejo amigo. Sin embargo, no quería dejar que la situación se convirtiese en desesperada sin intentar algo antes. Al fin y al cabo, a veces tienes que buscar tu propia suerte y no esperar a que llame a tu puerta.
—Digamos que alguien supiese como ayudarte. Es solo una hipótesis, ¿vale? Pongamos que la otra tienda está vendiendo mercancía robada. Quizá alguien con las capacidades y los contactos adecuados te ayudase de tapadillo a cambio de algunos créditos a que se destapase el pastel. ¿Crees que, en ese caso, tú y esa persona podríais rascaros mutuamente la espalda? Asumiendo, por supuesto, que el otro local esté haciendo algo ilegal y que nadie te vincularía con "esa persona que puede ayudarte".
Rick alzo una ceja cuando escucho lo que dijiste. A juzgar por su expresión, al parecer el no comprendió a la primera lo que querías decir con esa pequeña propuesta que le hiciste, o por lo menos no pareció tomárselo en enserio. Pero después de que te miró fijamente a los ojos por un rato y vio lo seria que estabas hablando, su actitud cambió. Alzo la cabeza del mostrador y enderezo la espalda a la vez que miraba a su alrededor de forma un tanto disimulada para verificar que no hubiese nadie lo suficientemente cerca como para escucharlos.
- Pueeees… -Comenzó a decir- Creo que si podría echarle una mano a esa persona. Aunque también le diría por adelantado que no tengo tanto dinero como pagar mucho… P-pero claro que le pagaría. -Se apresuro a decir eso ultimo.
Esto era algo bueno. Ahora tenias algo que hacer y algo de dinero que ganar. Ademas, ahora no estabas ayudando a la policía y esas gentes si no mas bien a un amigo en un aprieto. Tenias la oportunidad de usar tus habilidades por el bien de una persona que te caía bien. Era uno de esos extraños casos en los que sabias que las cosas que hacías iban a ser usadas por el bien de alguien mas y no para quien sabe que. Es un ganar-ganar
Matisse asintió, sonriendo tras su mascarilla. Contempló con aire distraído la vitrina donde exponía videoconsolas y visores antiguos de realidad virtual, de los que te disparaban las dioptrías por las nubes si los usabas durante demasiadas horas seguidas.
—¿Y cómo se llama la tienda? ¿Hay algo más que sepas de ella? —preguntó tan casualmente como si estuviese hablando de uno de los cartuchos que tenía a la venta.
Le gustaba la idea de trabajar para alguien conocido y majo para variar. Y si podía desmontarle el chiringuito a unos delincuentes, tanto mejor. El nivel tres ya era lo bastante miserable como para tener que lidiar con el crimen organizado y demás alimañas. Aunque, irónicamente, mucha gente consideraría aún más delictivo el trabajo de Matisse.
Era evidente que Rick no estaba acostumbrado a hacer esta clase de negocios. En un principio se te quedo mirando fijamente, pero al ver como tu te pusiste a hablar de forma disimulada mientras revisabas las cosas la vitrina, el decidió copiarte se se puso a arreglar la disposición de los artículos que tenia presentados sobre la vitrina mientras hablaba.
- Si mal no recuerdo, -Comenzó a hablar- se llama Mundo Retro. No estoy muy seguro de donde está exactamente, pero se que es uno de los negocios de la colmena Mont Blanc.
El edificio Mont Blanc era una Colmena de 120 pisos, y al parecer era la única colmena del distrito, lo cual es bastante raro considerando que en cada uno hay al rededor de 10. Según habías leído por allí en la red, la razón por la que este distrito solo tenia una colmena era porque la gente de Toyohisa Steel y de Empresas Del Sur evito que el gobierno construyese mas de una para así tener aun mas espacio para extender sus fabricas, lo cual causo que esta colmena se viese excepcionalmente sobre-explotada en cuanto a las personas que viven desde el piso 40 en adelante y en cuanto a los negocios que se establecieron en los primeros 39 niveles. Si la tienda en cuestión de la que estaba hablando Rick estaba en ese lugar, tendría sentido. No es como que si los negocios de la colmena Mont Blanc fuesen especiales o algo pro el estilo, pero al estar ubicados en el la edificación central del distrito, si gozan de ciertos privilegios en cuanto a la atención que revisen por parte de los productores de mercancía.
- Pues la verdad no se mucho del lugar. -Continuó explicando Rick- Solo se que tiene mas cosas que yo. Tendría que ir a investigar para ver si descubro algo.
Ahora Rick tiene imagen
Matisse escuchó atentamente la información que le daba Rick. Era apenas unos años mayor que ella, pero le gustaba referirse a él como "el viejo"*. Cuando mencionó la colmena Mont Blanc, empezó a sumar dos y dos. En un conglomerado tan grande no era difícil que hubiese algunas manzanas podridas.
—Antes de nada, me gustaría aclarar que a la persona dispuesta a ayudarte no le gusta el sabotaje por el sabotaje. Investigar si hay algún trapo sucio es gratis, pero si están limpios hay poco que pueda hacer.
Atacar a un negocio por puro egoísmo iba en contra de sus principios. Una cosa era hacer caer a un pez gordo que va a comer a uno más pequeño e indefenso, pero hacer caer a alguien honrado era pasarse de la raya. Por muy mal que estuviesen las cosas, no quería convertirse en las personas a las que atacaba.
—En caso de que esa persona empezase a trabajar hoy mismo, recibirías información en poco tiempo.
*Me hace gracia el nuevo avatar, porque me lo imaginaba más bien como un señor de mediana edad, pero me mola la imagen y que Matisse le vacile con ese tema.
Rick siguió disimulando lo mejor que pudo mientras hablaba contigo sobre el trabajo que te estaba proponiendo. Normalmente cuando hablas con un cliente que te esta contratando, ellos son los que parecen tener el control de la situación. Te dicen todo lo que necesitas saber inmediatamente y dejan bien claro su posición de superioridad como tu empleador, pero esta vez la sensación fue completamente distinta. Era evidente que tu eras la que estaba en control de la situación y que Rick solo estaba siguiendo tus indicaciones. Fue un cambio agradable en la formula común, y no pudiste evitar pensar en que seria genial si mas tratos se diesen de esa forma sabiendo claramente lo imposible que eso es.
- Claro claro. -Dijo Rick cuando mencionaste tu posición frente al sabotaje por sabotaje- Si no hay razón para hacer algo, no voy a pedir que esa persona lo haga…
Pudiste notar que habia un poco de insinceridad en sus palabras, pero era mas por ignorancia que otra cosa. El estaba preocupado por su negocio, así que lo normal era que buscase una forma de resolver sus problemas, incluso si eso significaba atacar al otro negocio rival. El único problema era que el no sabia que clase de cosas conllevaba hacer algo como eso. De seguro estaba pensando que incluso si saboteabas a el otro negocio solo por que el te lo pidiese nada muy malo o irreversible le ocurriría a las demas personas. La verdad no podías culparlo por su ignorancia. Al fin y al cabo, a diferencia de ti, el es una persona que no ha tenido que experimentar la parte cruel de este mundo, y todo gracias a el negocio que heredo de su padre, el viejo Jhonny, que en paz descanse, y no ha tenido que luchar tanto como tu solamente por sobrevivir.
- ¿Hoy mismo? -Dijo el- G-genial… Estaré esperando entonces… Y… ¿Como se haría para el pago?
Te soy sincero.
Se me olvido que la idea original era la de un viejo después de el segundo Post que escribí como el y por alguna razón lo cambié a un chico de 20 XD Pero oye, no me quejo.
Matisse comparó los precios de dos tamagochis. ¿Que si podía encargarse hoy mismo? En realidad no tenía nada que hacer, por eso había ido a distraerse a la tienda. Era una forma de pasar el tiempo y, si salía bien, podía matar dos pájaros de un tiro mientras ayudaba a un viejo amigo.
—Efectivo*, más difícil de rastrear. Nunca sabes quién puede estar mirando. Yo me podría encargar de la entrega.
Aunque le preocupaba que no hubiese nada donde rascar. En un lugar como aquel era prácticamente imposible prosperar sin tener trapos sucios, pero no quería perjudicar a alguien inocente por un capricho.
Aunque a veces podría permitirme ser un poco más egoísta, ¿pero en qué me convertiría eso?
Ah, perdón. No sé que pasó, pero no me salía la notificación -_-
*En ambientación no he visto mención al tipo de dinero. No sé si existe alguna forma de efectivo. En caso de que no, cambiamos el post.
Rick asintió ligeramente cuando escucho tus indicaciones de por que era preferible un pago en efectivo. Un pago electrónico era fácil de rastrear incluso para alguien medianamente decente en el mundo electrónico. Todo lo que hacia falta para saber la dirección exacta de alguien en el nivel 3 era buscar una cuenta de banco con un pago a su nombre, y en 1 hora o hasta menos, ya podías saber incluso el nombre de su mascota dependiendo de que tan bien estuviese protegida la información.
Para la gente con trabajos como los tuyos, hacer transacciones digitales era un peligro cuando no se estaba tratando con un cliente competente, así que tu precaución no estaba fuera de lugar.
- Efectivo, vale. -Dijo Rick- O-okey. No creo que eso represente un problema... -Se veía poco convencido mientras decía eso- Hace falta mas información o...
Por los momentos iba pareciendo un trabajo sencillo. Te ganarías un buen dinero y y de paso ayudarías a un amigo con su negocio. Era un buen plan.
Con parte del dinero ya podía ponerse manos a la obra. Solo tendría que buscar un terminal seguro desde el que conectarse, tal vez un portátil para que un rastreo de IP no la conectase con ningún lugar relacionado a ella, y una biblioteca o un café. Preferiblemente un local con rutas de escape por si se torcían las cosas. Un hacker lo suficientemente habilidoso podía actuar hasta desde una videoconsola de última generación, pero a ella le gustaba ir a lo seguro. No esperaba encontrarse con tantas trabas, pero las precauciones excesivas eran parte de un trabajo tan arriesgado como aquel. Mejor prevenir que lamentarlo más tarde.
—Creo que con eso tengo todo, a menos que se te ocurra algo que pueda ser importante —contestó, encogiéndose de hombros.
Rick asintió cuando le dijiste que ya tenias todo lo que necesitabas.
- O-okey. Entonces estamos bien. Yo tampoco tengo mas información así que… Si, estamos bien.
Bien, con el dinero prometido en la linea, ahora tenias que ponerte manos a la obra, y para eso, primero tenias que buscar un lugar adecuado para conectarte de forma segura y anónima.
Un Hack sencillo como este no debía requerir mucho hardware, así que un local como uno de esos centros de conexión debería ser suficiente. Podías alquilar una computadora decente por un par de horas por poco dinero, y si se diese el caso de que te pillasen infiltrandote en la red, rastrearte solo los llevaría a ese lugar, lo cual seria un punto muerto para quien sea que te busque. Esos centros de conexión siempre eran una opción bastante viable para Hackers como tu haciendo un trabajo sencillo como este.
Seria cuestión de nada mas llegar, alquilar un cubículo, conectarte, entrar a la red de la colmena Mont Blanc y ponerte a husmear por allí sobre este “Mundo Retro” a ver que encuentras.
A Matisse le gustaba que aquel tipo de locales todavía siguiesen existiendo o que, de hecho, hubiesen cobrado una segunda vida gracias a profesiones como la suya. Cualquiera pensaría que en un mundo en el que cualquier hijo de vecino podía tener conexión a internet en la palma de su mano o incluso desde un reloj de pulsera no necesitaría acudir a un sitio relajado y discreto para hacerlo teniendo ya su propia casa. Sin embargo, con el auge de hackers profesionales, aquellos negocios proporcionaban un lugar seguro y evitar que rastreasen tu IP. Había pisos francos dedicados a este tipo de negocios, por supuesto, pero solo si tenías el dinero para costearte los firewalls y las VPN.
Sin embargo, pese a sentirse cómoda en aquel ambiente retro y pasado de moda, el ordenador que le habían proporcionado se le estaba resistiendo.
Motivo: Hackear
Tirada: 1d20
Resultado: 2(+6)=8 [2]