Partida Rol por web

Tu teléfono marcaba las 10:12 PM. Era una noche como cualquier otra, oscura y fría como lo eran todas las noches en el nivel 3. Las calles estaban sospechosamente silenciosas y calmadas esta vez, lo único que podías escuchar era algún que otro auto pasando frente al edificio de tu apartamento de cuando en cuando y aveces los ladridos del perro del señor del piso de arriba. Era cierto que no vivías en una de las zonas pobladas y activas del nivel tres, y que, en comparación a las zonas centrales o industriales, esta zona de la ciudad era mucho mas tranquila y menos ruidosa que las demas, pero aun así, este nivel de silencio es extraño incluso por esta zona donde tu vives.

Nada interesante ha pasado en los últimos días, has estado aburrida y tu ultimo trabajo fue hace un par de meses. Esa vez Zoe te consiguió un contrato que consistía en robarle un reloj a un abogado. Al parecer el reloj en cuestión tenia algún tipo de significado especial para tu cliente, o por lo menos eso fue lo que te dijeron, pero tenias tus dudas de que ese fuera el verdadero caso, pues para empezar, el supuesto abogado no era un abogado, sino el fiscal del distrito 12, y también creías que el hecho de que el fiscal halla enviado a su propio guarda espaldas personal a perseguirte después de que le robaras el reloj era un método un tanto exagerado para recuperar un simple reloj que le robaron.

Al final de todo, el cliente que te contrató a través de Zoe se hizo cargo de la situación del guarda espaldas, no sin antes advertirte que lo mejor era que te desaparecieses del mapa por uno o dos meses para evitar algún tipo de “secuela” como el las llamo. La verdad no sabes en que clase de royo te metieron esa vez, pero por suerte ya parecía haber terminado todo. Hace un mes, cuando salias a la calle, podías sentir la mirada de alguien siguiendote a todas partes, y podías jurar que la misma moto pasaba junto a ti como cuatro veces en una misma hora, pero después de un tiempo ya no pasaba nada de eso. Muy probablemente el problema con el fiscal ya estaba resuelto. ¿Que habia pasado? Quien sabe, y lo mas probable es que tu jamas te enteres. Por desgracia, en tu linea de trabajo, ese tipo de cosas pasan con mas frecuencia de la querrías.

Por mas contradictorio que parezca, ese silencio extraño en el ambiente te estaba poniendo nerviosa. Era una cuestión de costumbre, ya has pasado tanto tiempo en lugares rodeados de gente y ruido que estar rodeada de este silencio extraño era algo que se podía considerar bizarro. Lo mejor que podías hacer era salir de tu apartamento y salir por allí, concentrarte en otra cosa, enfocar tus pensamientos en algo distinto. Tenias varias opciones, podías tomártelo con calma y salir a comprar comida, tu nevera estaba casi vaciá al fin y al cabo. Ir al bar de Zoe también era una opción, tal vez buscar algún trabajito sencillo era lo que necesitabas en un momento como este.

No conocer los detalles de un trabajo resultaba tedioso, pero era una medida de protección adecuada. No solo para el contratista, si no para ella misma. Siempre había creído que si se distanciaba lo suficiente de las distintas facciones y obraba como una mera herramienta, evadiría los ajustes de cuentas. Al fin y al cabo, ¿qué mejor que probarse útil ante alguien que te consideraba su enemigo?

En la práctica aquel planteamiento había pecado de idealista, y Dihya era consciente de que debía mantenerse alerta a todas horas del día. Al fin y al cabo trabajaba enmascarada, y vivía alejada de sus padres para evitar que recibieran las represalias de su modo de vida. Era inevitable que con el paso de los días, semanas y meses se estuviera volviendo cada vez más paranoica, y aunque era una muchacha de trato extrovertido, solía marcar las distancias con los desconocidos.

Y es por eso que aquel día el silencio la estaba matando. Podría haberse relajado con un poco de música, quizás una buena dosis de opiáceos... pero desde el último trabajo había estado particularmente alerta como para abandonarse y deteriorar sus sentidos. La amenaza aún estaba allí fuera, pero tampoco podía recluirse en casa indefinidamente.

Aunque empezaba a ser necesario llenar la nevera, supo que eso solo la tensaría más en esos momentos. Implicaría moverse entre tumultos, y quería exponerse públicamente lo justo. Necesitaba mantenerse activa, y a poder ser en un ámbito que la permitiera mantenerse inlocalizable. No tardó entonces en preparar su equipo de trabajo, con intención de dejarse caer por el local de su 'nueva amiga' Zoe. 

Por el momento se había probado una intermediaria profesional y de confianza, al fin y al cabo tampoco ganaría mucho traicionándola... ¿pero hasta cuánto duraría eso? Nah, era imposible. Al fin y al cabo quizás Dihya robaba, pero ella señalaba el qué... estaban en el mismo lodazal.

Se movería con sus ropas habituales, solo que en esta ocasión cubierta por una chaqueta de motero que disimulaba sus formas al abultar de más. Por las calles andaría con fingida despreocupación, aunque sus sentidos no abandonarían su permanente estado de alerta en ningún momento. Sin duda, Dihya estaba estresada y necesitaba centrar su mente pronto antes de que sus preocupaciones la devoraran por dentro.

El camino hacia al bar de Zoe fue… Peculiar. Tal vez estabas mas nerviosa de lo que tenias que estar de verdad, pero cada tanto alguien pasaba junto a ti, o alguien se quedaba mirándote por unos cuantos segundos de tal forma que no podías evitar ponerte alerta. Tal vez si estabas tan nerviosa como de verdad tenias que estarlo. Sea cual sea el caso, por alguna razón u otra, terminaste de llegar al bar de Zoe sin ningún problema.

“Made In Haven” decía el cartel del bar. Por mas que el nombre del establecimiento sugiriese que estabas entrando a un lugar divino, la verdad no era mas que otro agujero frio y oscuro del basurero en que vivían. Cuando recien llegaste al nivel 3 con tu familia hace todos esos años, no podías soportar esta clase de lugares, pero ya sea para bien o para mal, en algún momento terminaste por acostumbrarte a vivir esta vida, rodeada de ratas y asesinos. Una vida en la que tienes mas chances de morir que de sobrevivir, pero aun así, eso es lo mejor que puedes tener.

A estas horas el bar siempre esta lleno de gente, haciendo estruendo y pidiendo licor. Algunos festejando y otros simplemente pasando el rato, pero hoy, para seguir con el tema del silencio, nada mas habían cuatro o cinco clientes esparcidos entre las mesas del local bebiendo o comiendo en silenció. ¿Que demonios estaba pasando? Este ambiente ya no es para nada normal.

Zoe estaba allí, sentada detrás de la barra donde siempre la encontrabas. Parecía estar aburrida con tan poco trabajo. Solamente estaba fumando y jugueteando con su teléfono. Debía estar tan aburrida que ni siquiera volteó a ver cuando la campana de la puerta sonó cuando entraste al local, ¿Negligencia laboral? Tal vez, pero tampoco es como si alguien pudiese poner una queja con el dueño por su comportamiento cuando la jefa y dueña del lugar es ella misma.

Aunque el andar de Dihya era grácil y en cierta manera hasta marcial, propio de alguien con una gran seguridad, cada paso en la calle alimentaba a los demonios de su mente. ¿Por qué todo resultaba tan amenazante? Mirar discretamente de un lado a otro solo la emparanoiaba más, pero el mundo no giraba en torno a ella, por advertida que estuviera. Debía haber ocurrido algo de lo que no estaba al tanto... debía remediarlo pronto.

Al fin, para su alivio, llegó a Made in Haven. No es que ese lugar le fuera especialmente agradable... en realidad, poco del nivel 3 era santo de su devoción, pero dadas las circunstancias agradecía encontrarse en un entorno cerrado y relativamente conocido. Pero el hecho de que el ambiente estuviera enrarecido también ahí activó un ligero tic en el ojo que pronto controló. Dejó escapar un levísimo suspiro antes de acercarse a la barra.

—Zoe —dijo tanto a modo de saludo como para captar su atención— Ponme lo de siempre... —solicitó de manera directa aunque en un tono suave. 'Lo de siempre' no era más que un cóctel afrutado aderezado con químicos de dudosa procedencia que la ayudaban a mantenerse centrada. ¿Antidepresivos, tratamiento para la ansiedad? Poco importaba, no es como si ningún médico hubiera hecho la receta.

—¿Qué ocurre hoy, me he perdido algún funeral? Está todo desierto. —preguntaría después, según se dejaba caer en uno de los taburetes frente la barra.

Los pocos ojos que habia en el bar repararon en ti cuando entraste por un instante antes de volver a perderse en la oscuridad. Esta clase de tensión no era normal en un bar como este. Como mínimo no parecía que estuvieses en peligro, conocías este lugar de cierta forma y sabias que se podía sentir en el aire cuando alguien quería matar a otra persona, y justo ahora no tenias esa sensación, así que de alguna forma estas segura de que nadie va a intentar algo peligroso… Por lo menos no ahora.

Cuando llamaste la atención de Zoe, la dueña volteo a verte por un segundo para verificar quien eras y luego regreso la mirada al teléfono. Sea lo que sea que estaba haciendo parecía ser bastante entretenido.

- Ah, Dihya… Dame un segundo… Estoy a punto de subir de nivel… -Dijo desde su puesto.

Aun no comprendías bien a Zoe, era egoísta y parecía que pocas cosas le importasen, pero al mismo tiempo era una persona capaz y diligente. No solo se encargaba de su bar prácticamente sola, si no que también le buscaba trabajos a gente como tu. De no ser por su personalidad nihilista seria fácil decir que es confiable. Definitivamente ella no es una de esas personas que encontrabas por allí con facilidad.

Zoe siguió con la mirada fija en su teléfono hasta que te sentaste en la barra. Fue una coincidencia total, pero en el momento exacto en que te sentaste Zoe chasqueo la lengua y guardó su teléfono con un poco de frustración. ¿Mala suerte en el juego tal vez? Solo ella sabe. Después de guardar el teléfono, se puso manos a la obra con tu bebida. El proceso para hacer tu cóctel no tardaba mucho tiempo, era cuestión de mezclar un poco una que otra bebida, agregarle un poco de limón por encima para subirle un poco el preció y listo, no se tomaba mas de un par de minutos. Mientras ella mezclaba las bebidas escucho tu comentario acerca del perturbador silenció que se apodero del ambiente desde esta mañana.

- Bueno, la verdad no estoy muy segura, pero escuche a alguien decir que la policía puso un cordón cerca y cerraron unas cuantas calles. Al parecer un escuadrón o algo así de la FAD anda por allí buscando a unos terroristas en la zona o algo por el estilo. -Dijo mientras terminaba de mezclar la bebida y comenzaba servirla frente a ti- Esa gente no se preocupan por los demas, mira que me están arruinando las ventas.

Si lo que decía Zoe era cierto, debería ser una situación bastante peligrosa. La FAD no se involucra en cualquier cosa, pero cuando lo hacen, gente sale muerta, siempre. Pero eso no tiene nada que ver contigo o Zoe, así que no tienes razones para preocuparte por eso. En este momento tu simplemente tienes que encargarte de tu bebida y poco mas.

- ¿Y bien? -Preguntó Zoe después de terminar de servirte- ¿Como te ha ido después del ultimo trabajo? La cosa se le puso un poco intensa al cliente después de lo que paso contigo pero creo que lo resolvió de alguna forma… Eso o lo mataron. Sea cual sea el caso, no se ha vuelto a pasar por aquí.

—Mmhh. —Asintió lentamente, sin mostrarse especialmente insistente a la hora de requerir atención. A Dihya no le gustaba presionar a nadie, y aunque podía resultar poco profesional que Zoe estuviera manipulando su móvil en aquellos momentos no le dió mayor importancia. Aunque siempre había pensado que lo de los juegos era pura fachada y realmente se comunicaba con alguien importante.

En cualquier caso cruzó las piernas, acomodada junto la barra y tomando parsimoniosamente su bebida cuando terminó de servirla. Eso ayudaría a que sus ánimos se calmaran, o al menos era lo que esperaba. Por lo pronto había confirmado que el hecho de que las calles estuvieran raras no era cosa suya.

—Estoy segura de que cazan a gente al azar para fingir que merecen los impuestos que se les destina. —sonrió de manera amarga, pero por el momento se mostró calmada. La situación no era la idónea, pero al fin y al cabo nunca lo era en aquel nivel del sector, así que... ¿qué importancia tenía?

—Leí el ambiente y desaparecí. —dijo con un encogimiento de hombros— Mal asunto que el cliente no dé señales de vida. —añadió con una mueca agria. No es que le importara demasiado el estado de salud de quien había requerido sus servicios, pero si había muerto estaba claro que no volvería a contratarla. Aunque a juzgar por cómo fueron las cosas, quizás habría preferido una tarea más sencilla.

—En fin, si ya no está en el tablero habrá que buscar nuevas piezas. —se pasó una mano por el cuello, antes de volver a dar un trago a su bebida— ¿Crees que tienes algo para mí? Necesito desentumecerme.

Zoe tomo la libertad de sentarse frente a ti desde su lado de la barra. Saco un cigarrillo de su chaleco y después de encenderlo puso su codo sobre la barra y apoyó su barbilla sobre su mano. Se sentó de forma tal que le daba la espalda a la puerta, o bien queria ignorar el trabajo un rato, o es que simplemente no creía que alguien mas fuese a entrar.

- La verdad no es ni tan mal asunto -Dijo en relación a tu comentario del cliente-. Ese tipo se metió en algo complicado, y no solo te involucro a ti si no que casi a mi también sin decir nada. No es bueno hacer negocios que esa clase de gente, nunca sabes en que te pueden estar metiendo.

Zoe era una persona franca que se guardaba pocas cosas a la hora de hablar. El hecho de que siga en su linea de trabajo con esa personalidad era impresionante. No son pocas las personas que matan por tener la lengua floja. O bien Zoe era muy importante para alguien de poder, o simplemente era lo suficientemente buena con las palabras como para mantenerse viva a pesar de todo lo que dice.

- Bueno, hay un par de clientes que estaban buscando a alguien como tu. Esta vez tienes para elegir. Uno de los dos quiere que "recuperes" unos documentos de un militante del PPU. El cliente es un político que le quiere dar una puñalada a un colega o algo así. El otro quiere que robes una moto de un vendedor de drogas en el centro de la ciudad. Al parecer es una venganza personal o algo por el estilo.

Ambos trabajos eran interesantes, el del político por su rareza. No todos los días escuchas sobre trabajos de ese tipo, aunque era cierto que muchas veces has escuchado de casos similares en las noticias, esta era la primera vez que te llegaba un trabajo así. Por otro lado, el de robar una moto sonaba divertido, ir al centro de la ciudad siempre lo era. Era el lugar mas ruidoso y alocado de toda la reserve. Nunca habia perdida en ir para allá, aunque la idea de meterse con un narcotraficante podría ser un tanto peligrosa.

- ¿Cual te gusta mas?

Dihya no parecía especialmente herida por el carácter y las palabras que solía emplear Zoe, de hecho, agradecía que al menos en apariencia fuera honesta con sus pensamientos. Ante la nueva mención del anterior trabajo simplemente se encogió de hombros: ya era agua pasada, pero ladeó ligeramente el rostro cuando comentó las dos nuevas alternativas.

—Un lío político y una moto. —repitió por lo bajo como si aclarara sus ideas— Me decantaría por lo segundo, es un trabajo más rápido y directo. Pero estoy segura que el que paga mejor es el primero, ¿mmh? —inquirió con un suspiro de resignación.

—Cuéntame más de esos documentos. —decidió rápidamente. Al fin y al cabo necesitaba mantener la mente ocupada para distraerse, sí, pero no dejaba de ser un trabajo y dejarse llevar por el entretenimiento resultaba poco profesional en sus pensamientos.

La bereber terminó sentada de lado, con un brazo apoyado en la barra y el otro aún sosteniendo su bebida. Estiró ligeramente las piernas como si buscara desentumecerse, aunque devolvió la vista a Zoe cuando fue su turno de hablar.

- No puedo decir que te equivocas con eso. -Dijo Zoe en respuesta a tu comentario del pago- La diferencia tampoco es muy grande, pero si, están pagando mas por un montón de papeles que por una moto.

Mientras tu pensabas en las razones para elegir un trabajo u otro, Zoe se tomó la libertad de sacar una botella de Vodka por debajo de la barra y servirse un baso a si misma. Era su propia mercancía al fin y al cabo, podía hacer con ella lo que quisiera, pero aun así se veía un tanto extraño que una bartender se estuviese sirviendo una bebida a si misma en vez de a un cliente. Ni siquiera te ofreció de su bebida ni nada, solamente se metió un trago y siguió hablando sobre el trabajo.

- ¿Que son esos documentos? No se, el cliente no escatimo en detalles sobre eso. Pero si me dijo de quien se trataba. ¿Haz escuchado de Ramon Baldez? Bueno, al parecer el cliente es un colega de Baldez y quiere hacerle una jugada sucia. Según dijo el cliente, el quiere “desenmascarar los actos de corrupción de Baldez y llevarlo ante la justicia” -Dijo haciendo gestos exagerados para imitar al cliente- No son mas que palabras bonitas si me preguntas. De seguro solo quiere frenar su avance en el partido o algo por el estilo. Baldez se ha vuelto popular últimamente, no es extraño que salga alguien como nuestro cliente.Aceptar

Esta clase de riñas políticas eran comunes. Un miembro de algún partido comenzaba a hacer un buen trabajo y salia otro que intentaba frenarlo a como de lugar. Era de esperar que esto pasase con Baldez en algún punto, el tipo se ha vuelto tan popular que hasta tu sabes algo del tipo. Ha coordinado varios proyectos sociales y ha dado varios discursos públicos por allí. No estas muy segura que es lo ha dicho, pero no te cabe duda de que lo que dice Zoe es cierto, el tipo su ha vuelto popular últimamente.

- Bueno, si vas a aceptar, voy a cuadrar una reunión con el cliente. ¿Cuando puedes venir de nuevo?