Descripción: Englobando el West Village y conocida como "The Village", Greenwigh Village es uno de los barrios más emblemáticos de Nueva York por ser uno de los típicos que se suele ver en películas o series. Bastante similar a la zona de Chelsea, es una zona LGTB+ friendly y bastante multicultural, aunque suele ser más tranquila por las noches. Aparte de las zonas con referencias cinematográficas, lo más característico de esta zona es el Washington Square Park, The Cage (una gran zona de canchas de baloncesto) y el Christopher Park, con el Monumento a la Liberación Gay.

Botín y premios: (Armas clase 1 y 2. Dinero y saqueo. Información en el bar de Jessie)

Personajes: Jessie

Eventos: 15. Bar de Jessie

Otras características: Ocultación media, bastante gente por las calles,...

Puntos de entrada:

• Norte (Chelsea/Gramercy): Christopher Park
• Este (East Village): Washington Square Park
• Sur (Soho): The Cage

Imágenes relevantes:

• Washington Square Park: 
• The Cage: 
• Christopher Park: 

GREENWICH VILLAGE

Englobando el West Village y conocida como "The Village", Greenwigh Village es uno de los barrios más emblemáticos de Nueva York por ser uno de los típicos que se suele ver en películas o series. Bastante similar a la zona de Chelsea, es una zona LGTB+ friendly y bastante multicultural, aunque suele ser más tranquila por las noches. Aparte de las zonas con referencias cinematográficas, lo más característico de esta zona es el Washington Square Park, The Cage (una gran zona de canchas de baloncesto) y el Christopher Park, con el Monumento a la Liberación Gay.

Entradas/Salidas:

• Norte: Chelsea / Gramercy
• Este: East Village
• Sur: Soho

Tamaño de zona: Grande 

La temida, y a la vez, ansiada noche ha llegado. Aunque aún no ha sonado la alarma por lo que de momento solo hay trasiego de gente disfrazada, la mayoria en grupos grandes. Otros pocos se desplazan apresurados sabiendo que ya van justos de tiempo para ponerse a salvo en sus respectivos hogares, pero incluso el dia de la Purga se trabaja....

Te encontrabas delante del bar de Jessie, pero aún tenia las luces apagadas. Cinco minutos y en breve te darian acceso, sobre todo porque el segurata de la puerta te conocia. Viste una mujer por la acera aferrada a su bolso y cuyo tacón se rompió haciendola caer debido a la rápidez con la que caminaba. Por el rabillo del ojo apreciaste una figura que de momento aguardaba quieta salvo por aquel saludo que dedicó cuando la mujer miró hacia atrás y lo vió.

La parada por el gimnasio no había sido tan fructífera como esperabas. Ezy hacía tiempo que no pasaba por allí a pesar de las peticiones del dueño; su carrera de boxeador había quedado atrás según él. Poco más podían decirte aparte de que vivía en la zona de Stuyvesant Town, aunque no conocían su dirección como tal porque ya habían borrado sus datos. Sin embargo, lo que sí te dijeron después de usar tus "métodos" fue la dirección de un amigo suyo, conocido como Jacob Williams, que vivía por la misma zona y del que seguramente podrías sacar más información.

Mientras esperas en el coche, puedes ver varias personas corriendo hacia sus casas, aprovechando los pocos minutos que quedan para que sea la hora de la Purga. También hay varios grupos grandes de gente disfrazada, ya preparados para que suene la alarma. Viste una mujer por la acera aferrada a su bolso y cuyo tacón se rompió haciéndola caer debido a la rapidez con la que caminaba. Por el rabillo del ojo apreciaste una figura que de momento aguardaba quieta salvo por aquel saludo que dedicó cuando la mujer miró hacia atrás y lo vió.

Rosen gasto un poco de su tiempo en el gimnasio, y el resultado estuvo dentro de lo esperado. Como era de esperar no sabían mucho de la situación actual del objetivo pero si encontró una dirección: Stuyvesant Town, el nuevo destino de Rosen. Así que, al entrar al auto, saco un mapa de la ciudad y busco en el la mejor ruta para llegar.

El ambiente ya se estaba poniendo peligroso, dentro de poco las cosas empesarian a ponerse feas y la sangre se podría ver, pero a Rosen poco le importaba, no le presto mucha atención a ninguna persona que necesitara ayuda o a alguien que pareciera amenazante, la verdad, apenas y se preocupaba por si mismo. En este momento para el lo primordial era su encomendado y lo llevaría a cabo incluso si le cuesta la vida.

Había pasado el día en el trabajo, un trabajo que había escogido por que estaba en Greenwich Village, lugar donde los mamones de sus ex-compañeros de trabajo tenían la mayoría de sus actividades, eso le permitía tener un rastro significativo de sus actividades y tener un mapa de con que bandas tenían bronca y con cuales no.
El día de la purga su jefe salía de la ciudad y le había dejado todo el negocio encargado a él. Era un almacen y un furgón de reparto, nada dle otro mundo, pero era un refugio y un uniforme que la mayoría de l agente ignoraba y cuando un hombre uniformado pasaba por la calle, la gente ni lo miraba, era como una pieza mas de moviliario humano, sobre todo si ese uniforme no suscitaba miedo ni respeto.

Debajo del mono llevaba ajustado el chaleco y se calaría la gorra. El bueno de Ludge quería ir a una iglesia a pasar la noche, proteger a los desvalidos, buscar consuelo para ese sentimiento de frustración que le invadía de ese modo, quizá fuera, cuando Kevin hubiera cumplido con su agenda. Ludge había perdido la luz mientras organizaba el almacen, Kevin llevaba todo el día al timón y había rondado con el camión de reparto al primero de aquellos mamones, el primer escalón, el hilo del que tirar.
Estaba ansioso por que comenzara aquello, pero el mamón de Bill G. Smith, el más roockie del departamento, y uno de los que mejor se había adaptado al modo en que este operaba, se metió en su casa. Sabía que no se quedaría mucho tiempo.

Kevin puso una gps en su coche cuando este aparcó delante de su casa, hipotéticamente para pasar la noche, pero sabía que no se quedaría ahi toda la noche.

Con una sonrisa histrionica de excitación, de ansiedad y que para nada expresaba alegría o buen rollo decidió ir al Bar de Jessie, una ex poli que le sonaba, a controlar los movimientos del GPS. Tenía que cazar a Will si quería encontrar al resto de la banda, sino .... iba a cazar a Will e iba a matar al resto. Esperaría su oportunidad en el bar de Jessie.
Se detuvo en un comercio a comprar una careta, cuando el dependiente vio lo que compraba se puso nervioso de verdad.

- "No seré al primero al que se la vendes, pero las sigues vendiendo, no?" - Le había dicho - "Yo soy el malo, pero todo el mnudo vende armas, munición y caretas a los asesinos..." - Bufo soltando le dinero sobre el mostrador. 

Mientras esperaba  pudo observar el escarfeo del desconocido enmascarado con aquella mujer. Ludge se revolvió en su interior, no le gustó nada lo que aquello prometía, pero Kevin no quería  hacerse con pesos muertos, una leve lucha interna pero hizo que Ludge se revolviera incomodo.
Miró como se resolvía todo, que hacía la mujer y que hacía el hombre, aun no era la hora, aunque ¿Quién podía echarle en cara cierta ansiedad por comenzar? Desde luego Kevin no.

Por fin el sistema de megafonia del lugar comenzó a retransmitir la señal que daba comienzo a la tan ansiada noche de la Purga.

Justo en ese preciso momento, y sin llegar a concluir el mensaje, aquel desconocido corrió hacia la mujer caida en el suelo y le dió un fuerte golpe en la cabeza, en la parte de atrás, quedando ésta inerte en el suelo. Habia sangre pero no parecia estar muerta, sobre todo porque el tipo se dedicó a maniatarle por la espalda.

Es entonces cuando el segurata te silba para que le mires y sepas que ya está abierto si quieres pasar. Él ignora sin ápice de remordimiento lo que está sucediendo en esa misma calle.

"1st kill of the night" Pensó Kevin pensando que pronto sería él quien cobrara sus victimas, pero el sería menos oportunista, más conciso y quirúrgico.
Ya era tarde para la mujer y mejor dejar aquella escena atrás que poco o ningun remedio tenía ya. Además cuando antes dejara atrás aquello antes se volvería a dormir Ludge. No podía salvar a todos, pero si podía matarle cualquiera, como aquella escena le recordaba.

Entro en el bar con la idea de pedir una birra y hablar con Jessie, supuso que la encontraría allí dentro. Si Jessie no le decía nada tendría que improvisar.

El segurata te cedió el paso a un pequeño recibidor donde había un joven que recogió tus armas y las guardó tras entregarte una pequeña ficha blanca con un número. Sabias que allí nadie pasaba armado y que te las devolverian impolutas cuando te marcharas. Te habian dicho que Jessie era de fiar y sabía lo que se hacia.

Cuando entraste no habia nadie, después de todo acababa de sonar la sirena. Jessie salió de una puerta lateral tras la barra con una caja en los brazos. Si se sorprendió de verte no se le notó. Simplemente dejó la caja sobre la oculta nevera y apoyó las manos a ambos lados.

- No esperaba tener clientes tan pronto pero dime... ¿que te pongo? - sus ojos te sondeaban esperando que le hicieras el pedido.

El neón le llamó la atención, rojo y violento, perfecto para esta noche.

Entro en el local vacío, camino despacio por aquella habitación hacia la única persona que había en la sala.

- ¿Pronto incluso para una noche como ésta?- Pregunto Kevin - Es la primera vez que salgo en una noche como esta, estoy algo desorientado, la verdad. - Reconoció - Creo que ya he presenciado una purga. Ojalá la víctima hubiera entrado en lugar de correr en otra dirección. 

Se acercó a la barra. Se sentó y se quitó la gorra. Dejo la bolsa de plástico en que llevaba la mascara para purgar en el taburete de al lado.

- Cerveza y conversación no estaría mal. ¿Como suelen ser las noches de la purga?- Kevin la miró un tanto frío mientras le decía aquello.

- Es pronto si - miró alrededor todo el espacio vacio, ocupado solo por las mesas de madera de hiroco envejecido con algunas mellas en sus bordes y algunas manchas de quemaduras de cigarrillos, los pequeños reservados de las esquinas, con los sofás en rinconera en tono verde oscuro y sus lamparas bajas, separados por sobrias mamparas de madera generando cierta intimidad.

- ¿Botellín? ¿Alguna en especial? - Tras responderle, su rostro se endureció ligeramente mientras te ponia la cerveza - No todo el mundo conoce este sitio... me gustaria, pero entonces dejaria de ser seguro... no se si me entiendes - empezó a sacar los refrescos de la caja que llevaba antes y a guardarlos en la nevera que habia tras la barra

- Aqui bastante tranquilas. Los Purgadores respetan mis reglas, quien me lo iba a decir - sonrió mirando hacia abajo como si estuviera pensando algo muy gracioso para luego volver a alzar sus ojos hacia los tuyos - Entonces dime.. ¿has venido a pedir consejo sobre como Purgar o que... porque yo no he salido ahí fuera a matar nunca - chasqueó la lengua antes de retirar la caja vacia y ponerla a un lado en el suelo

Señalo uno de los grifos de cerveza.

- Una caña normal estará bien. - Dijo Kevin

Luego siguió escuchandola, sonrió cuando ella sonrió

- Preguntaría sobre el porqué será que respetan tus reglas... Seguro que es toda una historia esa que te arranca esa sonrisa...- Dijo Kevin sin más.

Suspiró mirando la barra.

- Pero bueno, yo nunca había salido a matar a nadie ahí fuera nunca y eso no impidió que el año pasado irrumpieran en mi casa, mataran a mi mujer e hijos delante mío, no sin divertirse con ellos y obligarme a mirar, les parecio divertido dejarme con vida cuando sonó la alarma por la mañana después de divertirse a mi costa durante horas, con la promesa de que este año volverían a finalizar el asunto. - La miró a los ojos - ¿Te horroriza que yo también quiera acabar con ese asunto? ¿caso no es lógico? Justicia, protección... venganza....salud mental(pues no puedo pensar en otra cosa que esa noche)... escoge la palabra que quieras.

Mientras hablaba su mirada se llenaba de rabia, frustración, rencor.... a saber, había un montón de emociones que le consumían por dentro. Para nada aquello iba con ella, eso quedaba claro, que en un momento dado mientras recordaba lo acontecido ni siquiera la estaba viendo, sino que estaba atrapado en algún recuerdo que le hacía mucho daño y que arrastraba como una piedra.

Preguntaste el por que respetaban sus reglas y ella se cruzó de brazos para apoyar la espalda en la pared, quedando su silueta enmarcada por la estanteria de madera oscura llena de cientos de bebidas diferentes. - No hay ninguna historia. Simplemente creo que incluso ellos saben que se necesita un lugar donde tender la bandera blanca. Después de todo son humanos y se cansan - su sonrisa se fue desdibujando según ibas relatando lo sucedido la Purga del año pasado.

Se volvió a acercar a la barra para cubrir una de tus manos con la suya mientras buscaba tu rabiosa y dolida mirada

- No lo hagas. La venganza no va a resolver nada. Además... ¿sabes quienes son? ¿Como sabes que vas a dar con ellos? - te dió una suave palmada antes de coger dos vasos de chupitos y colocarlos entre ambos.

- Venga, tomemos tequila juntos. Aquí no te tocarán si te buscan - te sonrió mientras los llenaba con maestria y esperaba que brindaras con ella

La mano de ella sobre la suya le sorprendió, no esperaba simpatía por parte de nadie, no estaba ni remotamente preparado para aquel gesto. Antes de darse cuenta tenía un chupito delante. Miró el chupito de Tequila ensimismado, tomándolo en la mano para mirarlo antes de seguir hablando.
- Claro que los conozco, eran mis compañeros de trabajo ¿Sabes? - Le explicó con voz funesta - Trabajaba en la comisaría 33, eramos policías y debieron pensar que era incomodo que no pusiera la mano cada vez que ellos hacían algo "extra oficial", pensaron que no tardaría en delatarlos, supongo. Se curaron en salud.- Sonrió con cinismo amargo que no pretendía ser gracioso, sencillamente necesario para poder decirlo.

Jugaba con el chupito en su mano, estaba atento a su reacción, pues creía que ella también los conocía, estaba allí por información y no por la birra o el Tequila.

- Tras el suceso me suspendieron, supongo que ellos tuvieron algo que ver, pero lo cierto es que no volví a ser el mismo...- Reconoció - A veces me sorprendo repitiendo sus nombres, atrapado en esa noche. Holland, Gicks, Brown y Ching... - La rabia era evidente - Aprovechan esta noche para encargarse de sus problemas, de sus cabos sueltos. Están ahi fuera, solo los tengo que encontrar.  - Había una parte de él que quería parar, encontrar una forma de seguir otro camino. - ¿Cómo puedo seguir adelante con ellos por ahí? ¿Cómo lo harías tú? - Preguntó mirándola, "ojalá hubiera una salida diferente", pensó Ludge en algún lugar, aquel gesto había desentumecido a Ludge en su interior.

Kevin era consciente de que aunque ella hiciera prevalecer sus normas en su local, lo haría mediante la fuerza, pues era la única ley que se imponía esta noche, la ley de los fuertes sobre los débiles. Y podía decidir quebrantarlas con impunidad. Se la estaba jugando pidiéndole ayuda de aquella forma velada. Podía pegarle un tiro allí mismo o avisarles y enviarle a una trampa. Pero era la única forma de encontrarles que tenía, Nueva York era demasiado grande.

Sacó una foto del departamento, Kevin aparecía uniformado, afeitado, más en forma, parecía otra persona, incluso sonreía de una forma muy distinta, costaba reconocerlo. Había 4 rostros rodeados a rotulador. 3 Hombres y una mujer oriental. La dejó sobre la barra.

Tus primeras palabras lograron tensarla. Su rostro se endureció y recogió en sus finos dedos el vaso de chupito. Lo miró un segundo antes de llevarselo del tirón a los labios. Ni sal, ni limón, ni nada. A pelo. Lo dejó con cuidado sobre la barra y lo rellenó.

- Los conozco... - dijo con voz oscura - bueno, a Ching y Brown. Hace muchos años estuvimos en un asunto juntos - un segundo de silencio - yo era policia también - se bebió el otro chupito y te hizo una seña para que la siguieras. No habia nadie de momento, así que os dirigisteis a una puerta que habia en un lado, no la de la barra, sino otra.

Era una habitación pequeña, con muchas televisiones decorando una de las paredes y una mesa, sobre la que habia una especie de emisora con algunos walki talkies cargando a un lado. Una silla giratoria completaba el conjunto. En otra de las paredes habia un mapa de nueva york, y algunas chinchetas rojas marcando algunas zonas.

En uno de los televisores se veia la zona de tu antigua comisaria, y comenzó a rebobinar la imagen, mientras en los otros monitores comenzaban a verse escenas bastante grotescas y sangrientas en las calles de la gran manzana. La Purga estaba ya en su pleno apogeo....

Asintió cuando Jessie dijo que ella también era una ex-poli.

- Vaya... - Dijo - No me esperaba esto... - Reconoció Kevin desde detrás de Jessie al entrar en la sala de control. Toda la zona estaba vigilada. ¿Para que usaba todo aquello? ¿Quién lo vigilaba? Por que ella necesitaría de alguien mas para controlar todo aquello si se quedaba detrás de la barra.

Pero enmudeció y esas preguntas se vieron olvidadas al ver a sus objetivos. Llevaban, como el año pasado, material robado de la policía, tapaban los emblemas con spray y llevaban mascaras de los últimos presidentes. Trumph, Obama, Bush, Clinton. Su respiración se hizo profunda de rabia y odio por igual.

- Un despliegue impresionante -Dijo mirando las pantallas. Pero miraba fijamente una. Tras un instante en que usaban un mapa para señalar su itinerario, cosa que genero algún intercambio de pareceres hasta que Clinton se impuso y señalando un itinerario. No se podía ver el mapa, por estar demasiado lejos. Pero quedaba claro que iban a hacer al menos 4 paradas.

- ¿No se puede ampliar, verdad? - Preguntó sabiendo que las cámaras de seguridad no solían ser de alta definición. Lo bueno es que la furgo era llamativa bastante como para poder seguirla. ¿Pero a dónde iban a ir?

Exhibian las armas, mientras bromeaban. Risas, cervezas, algún empujón y se embrutecían unos a otros para prepararse para la noche que tenían por delante. Dispararon a unas cervezas para pasar el rato antes de detenerse a celebrar la cuenta atrás cuando empezara el mensaje del canal de emergencia.

No tardaron mucho en dirigirse a un vehículo del departamento. Sobre él habían pintado con spray para tapar el emblema de la NYPD y habían puesto con spray unas letras rojas enormes: "Murder INC."

- Vaya pedazo de cabrones - dijo con la decepción y cierta rabia preñando sus palabras. Evidentemente le jodia que existieran policias que pudieran ensuciar el buen nombre de la policia de NY. Giró el rostro para mirarte a los ojos. Apenas unos milimetros de separación entre ambos - Podemos intentarlo. Estoy conectada directamente a las cámaras que tiene la NFFA por toda la ciudad pero la definición de e la imagen es la que es -

Volvió a centrarse en las pantallas y siguió tus indicaciones de lo que quisieras ampliar y fijarte. Tras unos segundos giró su trasero sobre el asiento para que gran parte de su cuerpo se encarar a ti mientras apoyaba las manos en el reposabrazos izquierdo de la silla

- ¿Qué piensas hacer? Son demasiados - sentenció con gravedad - puedo pasarte el número de un tipo que conozco que puede ayudarte si quieres. Participa en la Purga todos los años y por un precio razonable.... -

Sonrió cuando dijo que se había conectado a las cámaras ¿Para que lo habría hecho? ¿Por que le ayudaba? La miró tratando de resolver aquél enigma, pero no tenía una oferta mejor.

Kevin sostuvo su mirada, en ella había intensidad y estaba clavada en la de ella.

- Seguirlos y esperar mi oportunidad - Dijo Kevin - En algún momento se pondrán en una posición de vulnerabilidad...  Y actuar en ese momento.- Expuso Kevin enseñando un gps con fijación magnética. - Solo necesitaba encontrarlos en mi primera idea.

Escuchó cómo ella le hablaba de ese otro tío.

- Si ese tipo es de fiar, pero seguro que ellos pueden pagar más ¿Cambiaría de bando ante un mejor postor? - Preguntó suspicaz, ya lo había pensado y había llegado a aquella. - No engaño a nadie... estoy desesperado, pagaré lo que sea, llámale. El riesgo es el mismo de un modo u otro.

Siguió al coche de la muchacha, aquello de ir haciendo sonar el claxon en determinadas ocasiones le resultó extraño. 

Intentó buscar un patrón, quizá fuera algún tipo de código. 

¿Una encerrona? si era así, había picado como un puto principiante…

Se mantuvo alerta, la escopeta preparada, cinturón de seguridad ajustado y los sentidos agudizados. Al menor indicio de peligro, se daría el piro de allí rápidamente...