Partida Rol por web

- ¡Es nuestra noche de diversión y de ganar mucha pasta! - chilla una de las chicas.

Consigues apartarte a tiempo del latigazo, que tintinea pesadamente contra el suelo, pero la otra chica se lanza hacia ti con el cuchillo aún lleno de sangre del doctor al que tienen atado y amordazado.

Un paso a un lado me ayudo a esquivar ese pisado látigo y algo me dice que si fuera mas ligero o ella mas fuerte estaría en graves problemas, por suerte no era el caso, pero los problemas nunca llegan solos y la chica que estaba trinchando el pavo hacia un segundo, ahora me atacaba torpemente con el cuchillo, acto que frene con el mango del fusil poniéndolo en medio y desviando su ataque.

Si quería salir de una pieza de allí, debía acabar rápido con ellas y terminar lo que habían empezado, porque al parecer no era simple diversión ellas también querían la recompensa.

Di uno o dos pasos atrás, levante el rifle y dispare tras cada respiración una vez a cada una de ellas, debía ser rápido y certero, algo que no estaba seguro de lograrlo en un sitio tan pequeño.

Consigues apartar el cuchillo por los pelos interponiendo el fusil y te da tiempo a apartar a la chica lo suficiente como para intentar pillar a las dos con el disparo del rifle. La chica del látigo cadena hace tintinear éste, preparándose para azotarte otra vez, justo antes de que dispares y ésta caiga al suelo con media cabeza volada. 

La otra chica, que ha conseguido hacerse a un lado a tiempo, mira a su compañera horrorizada y perdiendo las ganas de reírse. Apretando el mango del cuchillo en su mano, se lanza contra ti de nuevo. 

- ¡HIJO DE PUTAAAA!

Doy un respingo al notar el acelerón de Candy y me echo para atrás en el asiento, empezando a comer como si nada. Sabe curioso... bah será la salsa de soja.

- Pues no esta malo. Le debía tener cariño la señora a su cerdito. - comento mientras sigo comiendo y le ofrezco a los otros dos - Si teneis hambre podéis decirlo, jeje.

En cuanto llegamos al sitio, miro a Candy, esperando que esté segura de que este es el sitio. Jo, sí que parece lujoso... Y si que podria ser del estilo de Tony pero... Decidida, me termino la comida y me arreglo un poco el pelo.

- Bueno pues cual es el plan? ¿Entramos a que me lleveis para allá? Y qué hago si veo a Tony?? ¡Ay, qué nervios! - digo cada vez más emocionada por todo esto.

Durante el camino Wendy iba comiendo lo que había comprado a la vieja. Incluso les ofreció, pero John rechazó la oferta con un gesto de la mano.

Miraba de reojo a Candy, tratando de evaluar su estado de ánimo. Parecía concentrada en la conducción y eso le dejaba más tranquilo…

El edificio Prasada… Sin duda allí se movían las élites… Se preguntaba si habría alguien de alto nivel allí aunque, al ver al segurata de la entrada, sus dudas se disiparon. Habría que ir con pies de plomo. Pero el edificio era muy grande, quizá no habían acudido a esa fiesta en particular… <sí, claro...>

El nerviosismo de Wendy se hizo patente en su tono de voz, las palabras se atropellaban saliendo precipitadamente de su boca.

Con tantas paradas e interrupciones no había conseguido tener la mente despejada para urdir un plan… Aunque tampoco disponía de la información necesaria hasta el momento. - Creo que hasta que no veamos lo que hay ahí dentro iremos a ciegas... No me gusta, pero vamos a tener que improvisar sobre la marcha. - 

Estaba convencido que el gorila de la puerta no era más que uno de múltiples vigilantes, aunque también era posible que, en su arrogancia, no previeran un ataque y dentro estuviera el ambiente más relajado y ese segurata fuera una medida disuasoria.

Lo que estaba claro era que no podrían entrar armados… y lo más probable fuera que necesitaran invitación.

Indicó a Candy que detuviera el coche a un par de edificios de distancia. - A parte de la información ¿Tu contacto puede proporcionarnos un modo de entrar? La idea es llevar a Wendy como objeto de muestra para la muestra - se giró hacia la "novia" - no te ofendas, pero vas a ser tratada como un "objeto" allí dentro, necesitamos que aceptes eso y que te "resistas" un poco, no colaría que fueras de buena gana... En cuanto a Tony, me preocupa más su reacción en cuanto te vea... Ese tema de la orden de alejamiento puede resultar un problema. -

Se giró hacia el edificio de nuevo para estudiarlo y los alrededores. - Lo mejor sería poder aislarlo para no disparar alarmas, de otra forma, podría liarse un buen jaleo...- Le dio a Candy un toquecito en el hombro - Tu reputación como cazadora puede ser una buena baza para entrar, yo seré tu matón, y ella el trofeo...¿Tú cómo lo ves?- 

Había comenzado la noche eliminando a un ricachón… con suerte, la acabaría de la misma manera...

La primera había caído y me sorprendió lo fácil que había sido. Seguramente era porque yo tenia un arma de verdad mientras ella usaba la de Indi, o puede que realmente tuviera buena puntería, claro que estar a menos de dos metros seguramente ayudase a darle en un punto vital.

Con una menos, la otra se había vuelto mas rabiosa y peligrosa, ojala hubiera caído con la primera bala, me hubiera ahorrado el insulto y una segunda bala. Sin dejarme siquiera situarme a una distancia prudencial la chica se lanza una vez mas con el cuchillo en riste y una vez mas antepuse el arma entre mi cuerpo y el filo, pero esta vez finte a un lado, para poder tener la distancia suficiente como para levantar el arma y disparar una vez mas contra la segunda chica.

La bala pareció impactar y esta vez esperaba que fuera suficiente, no quería seguir gastando balas del fusil, después de todo no sabia cuando encontrara mas y aun quedaba noche.

Consigues evitar nuevamente el ataque a costa de que tu arma reciba otra marca en el metal. La chica gruñe y se gira para intentar atravesarte con el cuchillo de nuevo, pero el disparo esta vez acierta en pleno pecho. La sadomasoquista se lleva las manos a la herida, tosiendo y cayendo al suelo. Su agonía apenas dura unos segundos antes de apagarse completamente. Lo cual te deja solo en la habitación con el doctor atado, con el silencio roto por sus lloros apagados por la mordaza. El móvil de las chicas ha caído al suelo, todavía grabando el vídeo que parecía que iban a entregar como prueba de la muerte del doctor.

Al ver el ultimo suspiro de la segunda chica resople aliviado bajo mi mascara, parecía que ya estaba todo acabado, pero recordando las películas de terror donde los malos entran en la casa y el asesino de turno le da el susto final tras pensar que estaban muertos, lo primero que hice fue agacharme y cortarle el cuello a la chica, de la muerte de la primera me fiaba mas, después de todo nadie sobrevive sin media cabeza. Luego vi el móvil y lo pise con fuerza, lo ultimo que quisiera es que me grabaran y se confundieran a quien ingresar la recompensa, después de todo me lo había ganado.

Fue entonces cuando repare en el tipo, amordazado y sin poderse mover.
-Oye, ¿Eres el dueño de la casa no? Tendrás una caja fuerte o algún sitio donde estén las cosas de valor, dime donde y puede que lleguemos a un trato, que te parece. -Pregunte, esperando que cabeceara de manera afirmativa, para quitarle el paño y que pudiera hablar.

Os percatais que en aquella zona no se ve gente disfrazada por las calles. No hay destrozos, ni contenedores ardiendo ni se oyen gritos por las calles, salvo alguno ocasional acompañado de un disparo o dos normalmente. Ruidos amortiguados y lejandos que indican que seguramente aquellos asesinatos se harán a puerta cerrada, a escondidas y sin levantar revuelo.

También hay muchas camaras de seguridad. En las farolas, en las esquinas y portales de los edificios. Las ventanas no outilizan el sistema de seguridad que otras zonas adineradas si, como son las persianas metálicas.

Lancé una mirada de disgusto a Wendy cuando la ví masticar aquello pero no añadí nada más, sino que simplemente intenté no pensar en ello. A veces es mejor "ojos que no ven..." Siguiendo las indicaciones de John aparco a una distancia prudencial y me giré en el asiento para poder mirar a ambos de frente mientras debatiamos que hacer

- Ella estará dentro, pero es leal a su jefe.  - no pude evitar que un relámpago de tristeza tiñera el azul de mis ojos por un momento - No quiero involucrarla de más, pero creo que con Wendy nos dejarán entrar, eso si... - apoyé la mano en el muslo de John para llamar su atención - quizás tengas que fingir que quieres ver a las chicas para que nos dejen subir -

Abrí la puerta para empezar a movernos. Era momento de poner alguna pega antes de hablar con el tipo de la puerta.

El hombre sigue chillando cuando te acercas y tarda unos segundos en guardar silencio mientras hablas. Ves que sigue llorando, sudando y retorciéndose, pero consigue asentir con la cabeza. En cuanto le quitas la mordaza, bastante más pringosa de lo que sería normal, el hombre vuelve a gritar.

- ¡AAAAAAH! ¡AAAAAAAAAAAAH, AYUDAAAAA! ¡AAAAaaaah...! - al cabo de unos segundos consigue tranquilizarse otra vez - ¿No me vas a... Snif... No me vas a matar? ¿Si te pago no me matarás? Están... Están en mi despacho. Detrás del título, a la derecha. La... La combinación es 1968. - dice medio jadeante, mirándote con los ojos llorosos - ¿Pero por qué yo? ¡¿Qué he hecho yo?! ¡Hay mucha más gente fuera a la que matar! Esto... ¡Esto no debería pasarme a mí! ¡Soy un buen ciudadano!

- Ah no te preocupes. Seguro que Tony estará contentisimo de verme. Seguro que no ha podido dejar de pensar en mí, jiji! - le respondo sonriente a John. ¿Por que no iba a querer verme?

Mientras habla con Candy me preparo, peinandome, colocándome la ropa y dejando a un lado mi querida escopeta pero guardando bien el puñal entre la falda. Despues miro a los dos, aún sonriente y pongo las manos entre ellos. 

- A lo mejor tendríais que atarme o algo. Puede que quede un poco raro si voy por mi cuenta tan contenta. No os preocupeis, que sé actuar bien. - les guiño el ojo, mirando en especial a John con un pequeño gesto de pena - Ha sido una buena noche contigo, cariño. Y espero que no pero si pasa algo ahi dentro, solo quería que lo supieras. Y que me fio de ti para que me lleves atadita. Se nota que sabes cuidar a una dama, jejeje. 

En cuanto me aten o decidan no hacerlo, me portare bien y me quedare calladita mientras se encargan de hablar con el de la entrada.

-Derecha 1 9 6 8... Gracias. -Comente mientras repasaba mentalmente la combinación dada y me cercioraba que no estaba en su despacho, por lo que me tocaría buscarlo.

-Al parecer alguien te quiere muerto, o le has jodido o te la han jugado. Lo siento, pero necesito el dinero. -Dicho eso, saque mi beretta y le cerraje un par de disparos en el pecho, esperando que su muerte fuera rápida, no disfrutaba con todo aquello solo quería terminar lo antes posible, para salir de allí por lo que pudiera pasar, así que tras los disparo y comprobar que estaba muerto, le saque la pertinente foto, para mandarla a la web y recoger el pago, como la ultima vez.

Después aun con cautela, por quien pudiera seguir en la casa, fue a buscar ese despacho.

- Y-ya te he dicho que puedes quedártelo, no hay... 

Al doctor no le da tiempo a contestar antes de que dispares contra él. Puedes ver un último gesto de sorpresa en su rostro, mientras tose un par de veces hasta quedar en silencio para siempre. Con tu foto del nuevo trofeo, el anuncio de la Dark Web queda como completado y al minuto llega un mensaje de una nueva transferencia de 50,000$ a tu cuenta bancaria, así como una nota, aunque algo más "amable" que la que venía con la chica del otro encargo.

Puedes quedarte sus órganos y venderlos si quieres. Estoy segura de que son mejores que los que le quitó a mi hijo. X.

Antes de guardar el móvil, te das cuenta de que queda menos de media hora para que termine la Purga, pero está claro que te daría tiempo a recoger un último botín como el de la caja... O tal vez para llevarte y vender algún órgano como decía la persona que había puesto el encargo. Pero lo primero es ver esa caja fuerte. La casa ahora sí que parece vacía, no se oyen ruidos de ninguna de las habitaciones. No te cuesta encontrar el despacho, con el título de medicina y su fecha de nacimiento en bolígrafo: 1968. Efectivamente, detrás de él hay una caja fuerte con un teclado numérico. 

Mas que satisfecho por la cantidad del encargo, mas del doble de la anterior vez y ademas con un mensaje mucho mas optimista que el de la chica, después de todo, esta vez era el baboso quien palmaba y no al reves.
Me sentí mas aliviado, aunque no dejaba de ser duro matar a sangre fría, nunca he tenido problemas reales con todo aquello y menos cuando sucede durante la purga donde es matar o te matan, no es culpa mía que decidiera jugar al sumiso y le saliera rana.

-Tranquilo tío, los órganos son tuyos, no sabría que hacer con ellos, ni a quien vendérselos... Ademas creo que los buenos los tienes agujereados. -Conversaba con el muerto, mientras recargaba el arma, por seguridad.

Eche un vistazo a las tías muertas y frene el impulso de sobarle las tetas. -Venga Jousi, que diría tu madre compórtate coño. -Me rasque la nuca, ante de mi propia regañina y salí de la habitación procurando no pisar sangre.-Aunque estas igual valían para la feria de carne ¿No? Pero supongo que debía llevarlas vivas. -Continué hasta lo que fuera el despacho del fiambre.

-Coño 1968, este es de los míos, no se comía mucho la cabeza, supongo que por eso esta, donde esta ahora.-Intentando quitar grueso al hecho de que acababa de matar a otras tres personas, quite el cuadro y con la culata de la beretta marque los números en el teclado numérico, con suerte podría llenar la mochila y salir de allí antes de que sonaran las sirenas.

Ya era hora de entrar, el plan más o menos estaba esbozado con lo que tenían.La idea de Candy de ser él quien llevara la voz cantante no ke agradaba demasiado, pero podría llevar algo de razón, a parte de llevar un "objeto" más a la exposición, podría ser un motivo añadido el querer pasar un buen rato.

Igualmente, habría que mencionar a la amiga de Candy, era el único contacto que tenían allí dentro. Se giró hacia su compañera y asintió con un gesto de la cabeza.

Wendy se arregló y mientras hablaba, John sacó una de las bridas que usaba para atar a sus presas. Con la punta de una llave, rompió la pestaña del gancho, de esa manera, podría quitársela cuando fuera necesario.

Le pidió las manos a Wendy con un gesto mientras le mostraba la brida y se la colocaba en sus muñecas -sujétala mientras la lleves puesta con los pulgares, no queremos que se suelten antes de tiempo. - le mostró cómo podía deslizar la tira de la brida por la presilla para ponerla y sacarla. - hasta ese momento, haremos el truco de "prisionero wookie"... Pórtate bien, pero no estaría de más que aparentases disgusto porque te metemos ahí - 

Echó un último vistazo a la calle, para asegurar los alrededores... Abrió la puerta y salió del coche. - que comience el espectáculo. - 

​​​​Se colgó la escopeta a la espalda, dejando el fusil de asalto escondido bajo el asiento.  Empuñó el machete y bruscamente abrió la puerta trasera, asiendo por el hombro a Wendy y prácticamente arrastrándola fuera del coche. 

Se colocó tras ella, sin soltarla y poniendo la punta del machete en su espalda. Se acercó un poco más, para que pudiera escucharle y susurró - Hasta ahora ha sido una buena noche... Hagamos que merezca la pena... -

​​​​​​A base de empujones la fue guiando hasta la entrada, a punto para salvar el primer obstáculo: el segurata.

No fue dificil. De hecho, fue demasiado fácil que os cediera el paso. Candy solo tuvo que mencionar a su amiga, John poner su pose de "como me toques mucho los cojones..." y a Wendy le bastó con forcejear un poco para llamar la atención del segurata sobre el canalillo que mostraba el escote de su vestido.

El hall del edificio era puro lujo. En el ascensor que os subía sonaba una musiquita y una voz relajante os indicó cuando llegasteis al piso. El segurata ya había avisado por lo que en la puerta una mujer recibió a Wendy con un gran abrazo pero con un gesto algo preocupado.

- ¿Cómo que traes una chica? Ha sido... inesperado. - sonrió de todas formas - Bueno, no importa. Seguidme. Os llevaré hasta el señor Marshall -

Nada más entrar ya sentís el ambiente obsceno. Las mujeres expuestas. La luz atenuada. El olor a embriaguez y a depravación...

En cuanto pulsas el botón de abrir la caja fuerte tras haber introducido el código, una estridente sirena suena en la habitación pero no es la del final de la Purga. Las luces empiezan a parpadear frenéticamente de color rojo y ves cómo por dentro de la ventana del despacho cae una gruesa verja de barrotes metálicos. Un ruido similar se escucha en las otras habitaciones, aunque es difícil de escuchar por la sirena. Parece que la ventana ha dejado de ser una buena ruta de escape...