Partida Rol por web

Parece que aquí todos están en las ultimas, mira que entrar en una zona de césped con un coche será desvergonzado, espero poder combatir con ese vacilón porque como suelen decir a mucho ruido pocas nueces.

-Si me disculpas y se encuentra usted mejor voy a ir entrando.  Concluye el erizo albino y se dirige al interior del estadio.

Que bien, esto se pone interesante, ya tengo a mi pareja de lucha... -Pero claro que vengo preparado, no sea que me vaya de aquí con un brazo roto y no tenga con que arreglarlo- doy un guiño al sujeto y me siento en uno de los sillines donde se encuentra el público.

Monrak llegó a los exteriores del Torneo mascando una rama de bambú y muy pasotamente, en su expresión se podia entre ver que no estaba muy animado.

Es increíble que el Maestro William no me deje participar... decía para él mismo mientras buscaba los asientos del público para empezar a presenciar el torneo, se paró un instante cabizbajo

¿Que no estoy preparado? ... ¿acaso cree que puede controlarme? Bah acabó diciendo en voz alta a la vez que inconscientemente había encontrado por dónde estaba situado el público. Su atención fue directa a el resultado del sorteo

Aha... Con que el Maestro combatirá contra una mujer se fijó en el tercer ojo bastante especial...

En fin, voy a sentarme y a relajar mis nervios.

El joven Wobi estaba realmente deseando participar en el Torneo, y nada le puetaba más que el por orden de su maestro, no poder combatir. Estubo sentado observando y analizando a los luchadores a la espera de que empezara el primer combate.

Jobanjin contra Myikormikell, parece interesante, espero que no me decpcione.

Delgado y menudo, Murasaki se abrió paso entre el público dedicando cautelosas miradas a su alrededor. La multitud se agolpaba alrededor del patio de combates como una enorme masa viviente donde cada bolsillo podía ocultar un arma y cada ojo podía estar espiando sus movimientos.

Sus instintos, afilados por años de práctica, siempre se mantenían alerta. Le gustaba pensar que eso era lo que le mantenía vivo.

-¿Quién demonios pelea ahora?-murmuró apartando a la gente en busca de un buen puesto de observación.