Partida Rol por web

Sin pensarlo dos veces, reúno completamente la energía y la descargo en dirección a Jobanjin, direccionándola hacia la parte inferior de su cuerpo, por si llega  a esquivar la energía choque contra el suelo y le haga un poco de daño el impacto.

Jobanjin esbozó una sonrisa observando a su rival:

-¿Eso es todo que sabes hacer? ¿Juegos de lucecitas? ¡Prepárate a recibir, aficionado!

Y se lanzó a la carrera hacia su rival moviendo las piernas tan rápido que era difícil seguirlas con la mirada. Jobanjin se transformó en un borrón azul que corría sobre las baldosas a toda velocidad.

Vio el rostro de su enemigo  acercarse...

Aprovechando el impulso de su carrera, Jobanjin dio un salto para coger impulso y giró dos veces en el aire para dar velocidad a su tacón. Su objetivo, la frente de su adversario:

Su pierna bajo con un silbido que terminó con un estampido brutal. Sin detenerse a observar el efecto de su ataque, Jobanjin atacó de nuevo para no darle ni un segundo de respiro a Mykormikell.

-¡Esto es lo que le ocurre a los aficionados que se inscriben a un torneo de artes marciales!

Repentinamente y sin previo aviso, el joven de cabellos rubios ya se encontraba enfrente de mí, lo único que puedo hacer tras de ver el impulso con el que venía es intentar esquivar su ataque haciéndome hacia un lado suyo, e intentando aprovechar su propio impulso para hacer un empujón. 

El juego de piernas de Jobanjin, pilla por completa sorpresa a su adversario el cual recibe la primera patada sin apenas poder hace nada para evadirlas…

-Ooohhh!!!!!!!! Impresionante Jobanjin es muy rápido y golpea letalmente a su adversario Myikormikell, rompiendo por completo su ataque. El golpe es tan duro que empuja a Myikormikell varios metros por el suelo.

¡¡Esto se pone realmente interesante!!!

Los golpes que acierta Jobanjin son bastante fuertes, hacen que mi cabeza casi gire en su eje y luego al salir volando estrellándome luego contra el suelo hace que me desubique por completo, pero eso no iba a retener mi ataque, así que sin pensarlo dos veces concentro la energía e intento lanzarla hacia él.

El fulgor provocado por el rayo de Mykormikell se equipara durante un instante a una estrella: todo el ring y el público quedan momentaneamente deslumbrados antes de que una ensordecedora explosión se trague a Jobanjin y haga retumbar la arena, las gradas y las instalaciones en un radio de cincuenta metros.

Pasan unos segundos en los que una enorme nube de humo ocupa el centro del ring. Las piedras y la grava repiquetean al caer como una granizada.

De entre la humareda surge Jobanjin. La chaqueta de su kimono está hecha jirones y el pantalón está chamuscado y lleno de agujeros. Sorprendentemente, su melena rubia sigue impoluta. Aunque parece que se ha llevado un buen castigo, Jobanjin mantiene su sonrisa arrogante.

-No está mal para un principiante-dice sacudiéndose el polvo de sus musculosos hombros-¿Sabes hacer algo más aparte de lanzar rayitos? Ya sabes, artes marciales, jiu-jitsu, patadas, puñetazos, kiai-kiai y todo eso...

Con un resoplido, Jobanjin se arranca lo que queda de su chaqueta y lo tira a un lado. No se sabe cómo se las ha apañado pero está perfectamente limpio debajo de la ropa y untado en aceite. Y está cachas, el tío.

Un suspiro generalizado surge de entre la multitud a medida que las féminas presentes (y algunos hombres) se muerden el labio y ponen ojos tiernos.

-A lo mejor es que todavía no sabes con quién te la estás jugando, chico-dice tensando los músculos con un crujido-Mi nombre es Jobanjin: he entrenado en el dojo Tatsumasa, soy cinturón negro con hebilla verde de la escuela de Kaisen Do Jaiaku, ex-miembro de las fuerzas especiales del Ejército de la Cinta Roja y soldado de fortuna. ¡He librado combates con cien oponentes y los cien han muerto!

Tensa los brazos arrancando nuevos crujidos de su musculatura (y suspiros del público) mientras indica a su adversario que se acerque con la mano.

-Adelante, muéstrame lo que sabes hacer de verdad-dice en tono provocador.

Sin duda la técnica coge desprevenido a Jobanjin, el cual desaparece entre la bola de energía y el polvo que levanta la misma.

-OOOhh!!! Es el fin de Jobanjin. Grita Zurasai. Un momento… No puede ser!!!! Concluye el árbitro, a la vez que increíblemente se vislumbra la forma del joven luchador de cabello rubio entre la nube de polvo.

El ataque ha sido tan fuerte que a desplazado a Jobanjin unos metros y destrozando parte del tatami.

Jobanjin no tenía la menor intención de escuchar a su rival: todo era parte de un truco para distraerle.

No había terminado de hablar y el luchador melenudo ya estaba encima de Mykormikell descargando docenas de puñetazos sin piedad.

-¡Ja!¿Rayos y lucecitas?-se burlaba cambiando a las patadas y atacando las rodillas, los hombros, el cuello, el estómago y la cara de su adversario-¿Nunca te has enfrentado a un luchador de verdad?

El ruido de los impactos se hizo cada vez más rápido a medida que Jobanjin aumentaba el ritmo de sus ataques. Gotas de sangre salpicaban las losas a su alrededor.

-¡Con tus payasadas has destrozado un kimono de seda que me costó una fortuna!-rugió tumbando a su rival de una patada brutal en la mandíbula.

Mykormikell cayó como un tronco rebotando contra las baldosas.

-Te lo dije, aficionado: vas a necesitar más vendas.

Y dedicó una amplia sonrisa al público que estallaba en ovaciones.