Turno 216
Aún llovía cuando despertaron a Gelion y a Oin para la última guardia. Asiente ante las palabras del enano y presa de una extraña melancolía tarda en contestar.
La lluvia llega a la naturaleza como una renovación, como lavando las heridas. Así debemos hacer nosotros Oin, levantarnos y seguir adelante con el viaje. Porque empeñamos nuestra palabra y al final, cuando nos cubra el manto de la muerte sólo nos quedará eso y la huella que nuestras acciones dejaron en la Tierra Media.
Dejó de llover y el hechicero permaneció un rato callado observando los alrededores, intentando descubrir detalles de algún asalto o algún movimiento furtivo. Luego levantó la mirada viendo cómo Siempreviva estiraba las alas, quería estar allí arriba sintiendo el viento y la humedad del aire. Finalmente volvió a hablar.
Y si vuelven con ganas de bronca... les calentaremos el trasero, vaya que sí.
Al enano le pareció ver una sonrisa pícara en el hechicero y junto con ella un pequeño destello en la punta del dedo índice extendido del conjurador, pero tan pronto como apareció desapareció con una ráfaga de viento.
Luego llegaron el desayuno y los planes de un nuevo día...
RESOLUCION TURNO 216
Las guardias pasaron tranquilas, sin sobresaltos ni contratiempos. Un desayuno rapido y enseguida comenzaron los preparativos. Al poco tiempo todo estuvo dispuesto. Nadie objetó nada respecto a la partida, a ninguno parecia preocuparle como sentaria un movido viaje por el rio a los heridos. Siquiera Agranil penso en si mismo.
Letar distribuyo a los ocupantes en cada una de las cuatro secciones que componian la almadia. Aunque en un principio iban a bajar en dos balsas separadas, decicieron unir ambas a la galera, que semisumergida flotaba en medio de la comitiva fluvial. Tres almadieros y Letar giarian con los largos remos la larga embarcación. Seria dificil, pero confiaban en sus artes para la navegación. Letar habia aconsejado a todo el mundo que viajasen livianos, sin armaduras ni pesadas armas atadas al cuerpo. No queria que nadie se ahogase en caso de caer al agua. Asi lo hicieron todos, dejando todos los enseres en unos troncos dispuestos a tal efecto. Troncos que cruzaban de lado a lado la balsa elevados del suelo para evitar mojar las ropas y mochilas. Ahora si estaba todo preparado.
Tras despedirse del resto del campamento, partieron. La corriente era fuerte por las lluvias de los ultimos dias, eso iba en beneficio todos. Comenzaba el viaje por el rio, el agua fluye bajo vosotros…
► FIN DEL CAP. 2: EL AGUA FLUYE”