Partida Rol por web

Después de la conferencia de prensa y la gran gala, algunas cosas cambiaron de forma radical en el Avalon, pues las donaciones no tardaron en llegar, lo mismo que un incremento significativo de fondos, lo que permitió la colaboración de tres científicos externos.

Beatriz Gallard, Ted Frankling y Genji Kamogawa.

Del mismo modo, la iniciativa recibió tres cámaras de regeneración celular que permitieron a la Dra. Parenti tratar las lesiones de Hiroko de forma más eficiente. Sin embargo, el cambio más notable fue la actitud del comandante hacia el personal, pues el hombre pasó de ser un ogro temperamental a un tipo un tanto amable y cordial.

Esa tarde se esperaba la llegada de dos nuevos pilotos y al día siguiente, todo el personal femenino debía presentarse en el ala médica para una inspección de rutina.

El viaje de vuelta transcurre sin problemas, y llegamos a la estación. Nada más llegar pido a Chmielecki que me permita acompañarle para hablar con el comandante.

Una vez ante mi superior le saludo diciendo, Comandante Draken, la alferez Tanaka se presenta lista para el servicio activo. Ante sus quejas respecto a lo dicho por los médicos, le explico que en el hangar hay muchos mechas de muy distintos tipos y que puedo usar, de momento, uno que sea de ataque a distancia y apoyo, uno que no tenga que meterse en combates, pero que no quiero dejar a mis compañeros fuera de eso. Ya con su respuesta definitiva, me despediré.

Otra de las cosas que hago durante este tiempo es ver a la psicóloga para tratar algunas pesadillas que me acontecen y por prescripción médica.

Tras  una semana de haber regresado de sus breves... ¿vacaciones?, si es que se podía considerar de esa manera, la rusa se había mostrado de bastante buen humor, principalmente porque había podido disfrutar de un momento romántico con su pareja, a pesar de los inversores que le habían propuesto matrimonio en su momento, los cuales habían puesto en prueba la paciencia de Tanya, debiendo de reprimir la ira y la necesidad de golpear a los mismos en el rostro. Sin embargo, por lo demás, exceptuando la problemática de Elizabeth, había sido, sin duda, algo relajante para la rubia, e incluso había logrado obtener algo que deseaba compartir con su novia.

Por otro lado, parecía que las lamidas de bota por parte de Drake habían sido de suficiente utilidad como para obtener la inversión deseada, y así incluso poder adquirir algunas cámaras de regeneración que servirían para sanar las heridas de los pilotos en el caso de que fueran heridos, algo que bien recibido por ella. Después de todo, no deseaba que nada le sucediese a su pelirroja, por lo que la posibilidad de tener algo que pudiera sanarla, era un recurso que servía para aliviar su preocupación, al menos en parte, teniendo en cuenta que eso no lo aseguraba todo. Aún así, ahora tendrían una cosa menos por la cual preocuparse. Aún así, aquella adición no eliminaba el desprecio que la joven sentía por su superior, ya que de seguro se habría llenado los bolsillos con una parte de la inversión.

Mientras estaban todos en la cafetería, la rusa miró a su alrededor, notando los pequeños cambios notables a causa de las inversiones, así como el hecho de que incluso la comida era un poco mejor que tiempo atrás. Estaba claro que Drake había hecho un poco su trabajo, por lo que había que reconocer su esfuerzo... sólo un poco. - Parece que no se lo ha gastado todo. - Dijo en un tono de voz bajo, de modo que sólo pudieran escuchar sus compañeros, antes de continuar comiendo de buen humor. De cualquier forma, esperaba que el resto de las inversiones  fueran utilizadas para unos jacuzzis o algo parecido que sirviera para relajarse un poco con su novia, aunque dudaba que aquello fuera algo que le importara mucho a Drake. Como mucho, tendría uno en su habitación sólo para él. De cualquier modo, al menos tenían las cámaras de regeneración, lo que era, en parte, suficiente para que la estúpida conferencia valiera la pena. Parecía que habían indicado que todo el personal femenino tendría que asistir al ala médica, al día siguiente, algo que a la rusa le pareció curioso, teniendo en cuenta que no habían dicho lo mismo respecto a los hombres.

No solo la nave experimenta cambios en ese tiempo, sino también Hiroko. El uso continuado de la máquina de regeneración tiene efectos más que significativos en el cuerpo de la pequeña piloto... que ya no es tan pequeña. Parece haber crecido algo de altura, un par de centímetros, pero más destacable es el crecimiento de su busto, que se ve bastante más abultado que antes. Hasta el punto que en ocasiones va vestida con uniformes porque su ropa de antes no le sirve ya.

Otro cambio notable es que, además de usar la máquina, suele frecuentar el gimnasio mucho má a menudo. Su estado físico es parte de su recuperación, eso es evidente, y se está tomando muy en serio esta recuperación. Su cuerpo mantiene ese aspecto atlético de antes, pero ahora se ve más fibroso y musculado, más... maduro, por decirlo de una forma clara.

Pero el cambio más notable no es físico. El cambio más notable es de actitud. Acostumbro a pasar tiempo hablando con unos y con otros, preguntando detalles, pidiendo a Tanya consejos para entrenar en el gimnasio, si no está presente Michael. Porque esa es otra, se puede ver muy a menudo a Hiroko y Michael juntos, hablando, riendo, jugando al billar o simplemente comiendo juntos.

Como este día en que piden que nos presentemos en la enfermería todas las chicas, para unas pruebas rutinarias. Curioso que seamos solo nosotras, bueno, nuestro cuerpo no es como el de los hombres. Quizá se debe a eso. A saber. Me levanto y sonrío a Michael. Nos vemos luego, mi ca... Michael le digo, poniéndome un poco roja.

   Han pasado unos cuantos días desde nuestro regreso ...Bueno... se que aquella noche no la voy a poder olvidar en mucho tiempo... y aunque fue una experiencia estresante todo aquello de la ronda de preguntas, no podía negar que lo conseguido compensaban cualquier problema de invasión de privacidad ... aunque igual me gustaría saber quien fue el chismoso...

   Al ver que entre los nuevos inversionistas y apoyo para la iniciativa Avalon se encontraban un par de nombres conocidos, no puedo evitar de darle una palmadita en la espalda a Kashii, mientras le decía - ¡Ehhh!... parece que les gusto la chachara sobre los motores...- en tono bastante animado. Gracias a este nuevo impulso monetario un par de cambios se han comenzado a notar en el Avalon, no solo teníamos un par de nuevos aparatos para sanación ... bastante útil para los tratamientos de Tanaka... si no que teníamos bastante detalles en distintos campos que hacían mas amenos la estadia en este lugar.

   Mientras desayunábamos con todos de costumbre el comunicado de que tendríamos nuevos compañeros comenzaba a ser un tanto opacado por el asunto de que las chicas tendrían un inspección medica.

 - puede que sea algún especie de control... digo, aquella maquinita esta haciendo maravillas en ti tanaka... hasta te hizo pegar un estirón tardío...- digo entre bromeando y como quitando cierto peso al asunto, aunque no podía negar sentirme un tanto  envidioso ... joder... seré el mas bajito... pero ahora se me alejan mas aún... . Mientras me concentraba en comer, no podía negar que la calidad de las comida había mejorado lo suyo,pero... lo que mas me alegro todo este nuevo flujo de dinero sobre el Avalon, es que por fin teníamos Té para beber entre las elecciones en la cafetería .... ¡¡yessss!! ... pienso para mi, mientras me servia una taza con una sonrisa de oreja a oreja. 

Tras la conferencia, llegaron unos cuantos días tranquilos que Alanya aprovechó.

Por una parte, Natasha le había invitado a una serie de ejercicios que quería hacer tanto de prácticas con robots como en el gimnasio. Alanya había prometido asistir a los dos, aunque de momento solo se habían hecho los entrenamientos en el gimnasio.

Por otra parte, tenía que practicar en la galería de tiro. Siendo su papel principalmente de exploración y combate a distancia era algo que no podía dejar de lado en ningún momento. Y además estaría Vincent.

Apenas había tenido ocasión de volver a hablar con él más que en grupo junto con los demás, pero quizás era como tenían que ser las cosas. Anunciaron que se iban a incorporar nuevos pilotos y una era una mujer ¿Sería Helen? A Alanya le había caído muy bien y además era amiga de Vincent.

Entonces llegó el anuncio que las pilotos femeninas tenían que pasar revisión médica. ¿Y los chicos no? A Alanya no le hizo ninguna gracia. pero tendría que hacerla.

-No le veo nada de malo.

Eliza había mejorado su humor bastante, como si aquella chica deprimida de los primeros días fuese una fase lejana, ahora con un semblante radiante, parecía su opuesto.

-Buenos días / ¿Cómo estás? / ¿Te ayudo en algo?

Eran sus frases diarias, además de pasar bastante tiempo con su equipo, rara era la vez que no se le veía con sus compañeras, en especial con Tanya.

Esto había afectado su porte, se arreglaba bastante, decir que solo estaba guapa era hablar poco, ya que desde su ropa a su manera de hablar y actuar, la pelirroja parecía decidida a cultivarse en el gimnasio como estudiando, pues varias veces se le veia desaparecer y salir de la zona de habitaciones con libros en mano referentes a los Robots y Monstruos.

-Por cierto, Tanya, tenemos que ir a entrenar. Se me ocurrio que podiamos realizar ataques en conjunto.

Sonriendo belicosamente, sacó una pad/tablet, donde mostró una serie de estrategias donde tanto como con sus robots, como ellas mismas podían hacer movimientos en conjunto ya sea para un ataque de esos monstruos o ellas mismas mejorar.

-Primero debemos coordinarnos, aunque no se como conseguirlo, trabajar en equipo es una cosa, pero creo que ir al simulador o entrenar en el gimnasio bastará.

Después de exponer su plan, se inclina al frente dudando.

-¿O tienes alguna otra idea?

La rusa escuchó algunas de las conversaciones entre el resto de los pilotos, aunque estaba claro que no podía unirse a un par, teniendo en cuenta que el tema de conversación no era algo en lo que la rubia estuviera muy versada, ni que tampoco le interesara mucho. Después de todo, Elliot hablaba de maquinas, entre otras cosas relacionadas, que si bien a Tanya le parecía bien que éste tuviera un interés en esa clase de cosas, eso no significaba que ella pudiera hablar mucho del tema, aunque parecía que el chico se llevaba muy bien con Kashii, el piloto japonés. De cualquier forma, no pensaba hablar mucho del tema, no cuando esos temas se escapaban de su comprensión, prefiriendo algo más relacionado con las peleas, el deporte, la historia o los videojuegos.

Por otro lado, parecía que Hiroko había... mejorado su relación con Michael, o al menos eso era lo que parecía, teniendo en cuenta la forma en la que ésta le miraba, y cómo se sonrojaba cada vez que le dedicaba tan sólo una palabra. Tanya estaba feliz por ella, y también por Michael. Después de todo, había sido ella quien, en cierta forma, se había ganado el cariño de Eliza, algo que había afectado a Michael, por lo que era bueno que éste encontrara a alguien más a quien dedicarle su cariño, incluso si era posible que la relación no fuera tan profunda aún. De cualquier manera, en el momento en el que vio sonrojarse a la pelirrosa, la rusa tuvo que reprimir una risilla, así como el hecho de hacer un comentario al respecto. Era bueno ver que esos dos se llevaran tan bien, y esperaba que todo les fuera bien a partir de ese momento. Teniendo en cuenta el riesgo de lo que hacían, era mejor que disfrutaran de su vida al máximo y fueran honestos con sus sentimientos.

No obstante, mientras pensaba en la relación de esos dos, la voz de su novia llamó su atención al instante, provocando que fijara su mirada sobre los preciosos ojos de su pareja, a quien le sonrió con todo el amor del mundo. Parecía que Eliza quería entrenar con ella, algo a lo que la rubia estaba siempre más que dispuesta a hacer, más cuando aquello dependía de que no fracasaran o... murieran en combate contra los kaijuus. Últimamente, su querida pelirroja había demostrado bastante interés en esa clase de cosas, como si quisiera mejorarse a sí misma, tal vez para el bien del grupo, o para proteger a Tanya. Cualquiera fuera la razón, estaba claro que su pareja quería entrenar como correspondía, y no sería Tanya quien se opusiera a la idea. - Me parece bien, Eli. Podemos entrenar todo lo que quieras. - Afirmó de buen humor tras asentir complacida con la idea, antes de observar con cierta curiosidad la tablet de su novia, un tanto motivada por la actitud entusiasta de la mexicana.

Luego de escucharla con clara atención, la rubia consideró la mejor solución al dilema de su pareja, teniendo en cuenta que ésta deseaba que mejoraran su coordinación durante los combates con los kaijuus. Sería un poco difícil entrenar aquel aspecto entre las dos, al menos en el gimnasio, si no tenía a un equipo contrario al cual enfrentarse, por lo que la solución más apropiada sería hacer uso del simulador, en especial si tenían en cuenta que se enfrentarían a simulaciones de sus oponentes verdaderos. - Podemos hacer lo que prefieras. Aunque creo que el simulador sería mejor para lo que quieres hacer. Aunque... si también quieres entrenar tu cuerpo, no tengo problema en que vayamos primero al gimnasio. - Le aseguró a su novia, antes de dedicarle una sonrisa gentil, dejando en claro que harían lo que ella prefiriera hacer. De una manera u otra, estaría más que entretenida con su compañía, y de paso podrían mejorarse a sí mismas. - Mm, no tengo otra idea. Cualquiera de las dos opciones es buena. No tienes que dudar tanto. - Dijo burlona, en el momento en el que extendía su mano derecha para pellizcar levemente la mejilla de su hermosa pareja.

Eliza se alzó triunfante, incluso ser pellizcada solo causo en ella que aflorara otro tipo de sonrisa en su rostro.

-Entonces vamos.

De pie, no se podía negar que incluso con el entrenamiento, la pelirroja dedicaba bastante tiempo a su imagen, su cabello lucía sedoso en un brillante peinado que lucía un tenue maquillaje, mas su Tablet, la imagen bien podía dar de una estudiante que acababa de entrar a la universidad y no de una piloto que tenía por misión salvar el mundo.

-Tanya, hoy será entrenar entonces, ya en la tarde podremos descansar y jugar algunos videojuegos. Vamos primero al simulador, luego al gym, ahí podremos tomar la ducha para terminar nuestras labores.

Tomándola de la mano, con suavidad encamino a la pelirrubia hacia el simulador.

-¿Por cierto, has visto a Nat?

Al apreciar la motivación que su novia demostró, al levantarse de su asiento, la rubia no pudo evitar sonreír complacida y feliz por su querida pelirroja, antes de asentir, dejando en claro que la acompañaría a cualquier lugar que ésta quisiera ir. Sabía muy bien que, desde aquella noche en el hotel, Eliza se había propuesto entrenar para mejorarse a sí misma, para "avanzar a su lado", por lo que la rusa se había prestado a ayudarla en lo que fuera necesario para que aquello fuera posible. Después de todo, le encantaba estar a su lado, y más si eso significaba que podría ayudarla a entrenar, a hacerse más fuerte y más apta para el combate contra los kaijuus o cualquier otra clase de enemigo que amenazara su vida. - Muy bien... si estás tan decidida... ¿cómo puedo decirte que no? - Preguntó divertida ante el entusiasmo demostrado por su pareja, antes de liberar un risilla encantadora, de buen humor por lo adorable que se veía la mexicana en ese momento.

No tardó mucho en levantarse también de su asiento, mirando al resto de los que continuaban presentes en la cafetería, dedicándoles una sonrisa gentil. - Supongo que nos veremos luego. - Les dijo a sus compañeros, en un tono amable, al no saber si alguien quería unírseles en aquella sesión de entrenamiento, aunque no sabía muy bien si Eliza prefería que aquello fuera algo sólo para las dos, a solas. Por el momento, se abstuvo de decir algo al respecto, prefiriendo seguir la iniciativa demostrada por su preciosa novia. - No tengo problema con eso. Además... entrenar también es una forma de relajarse, al menos para mí. Me ayuda a sentirme... refrescada, supongo. - Aseguró de manera honesta. Después de todo, aquello era algo que venía haciendo desde hacía algunos años, algo que siempre la había ayudado a despejar su mente de ciertas preocupaciones... o memorias tristes. No pudo evitar sonreír con cierta picardía al escuchar la mención de "tomar la ducha". - Me encanta la parte de la ducha. - Comentó divertida, mientras se dejaba tomar de la mano por la pelirroja, acariciando el dorso de la misma con su pulgar, dispuesta a seguirla al simulador como ya se lo había explicado.

Ante la pregunta de su novia, la rusa se encogió de hombros, sin saber muy bien dónde podría estar la otra pelirroja. Después de todo, Nat era como una especie de gato, en el sentido de que solía libre con respecto a lo que hacía, aunque tenía una ligera de dónde podría estar, teniendo en cuenta que ella y Nat pensaban más o menos de la misma manera. - Puede que esté en el gimnasio. Suele estar allí la mayor parte del tiempo... creo que aún quiere ganarme en una pelea. ¿Por qué preguntas? ¿Quieres ir primero allí? - Preguntó, curiosa ante la pregunta de su pareja. Era posible que quisiera invitar a su compañera rusa a entrenar con ellas, aunque Tanya estaba casi segura de que aquello significaría que Nat la retaría a una revancha, luego de que perdiera, la última vez, contra Tanya. La rubia no tenía problema con pelear nuevamente contra Nat, pero tampoco quería arruinar la sesión de entrenamiento de Eliza con el sólo hecho de querer divertirse un poco con su compañera rusa. De cualquier forma, seguiría a su pareja a donde ésta prefiriera ir.

En cuanto llegan a la base los espera la capitana Volger y el mayor Chmielecki para conducir a los líderes ante el comandante, los tres líderes permanecen en la sala de operaciones por varios minutos para luego reunirse con los demás pilotos en el hangar en donde la lanzadera con los nuevos pilotos está por llegar.

Todo el personal estaba listo y expectante, la lanzadera no se hizo esperar, era el modelo de lujo, al parecer esa sería la lanzadera oficial para el transporte de pilotos, la aeronave aterrizo en medio del hangar con gracia y elegancia y de ella descendieron dos jóvenes de unos dieciséis o diecisiete años, ambas iban elegantemente vestidas y llevaban su cabello ensortijado.

Las dos nuevas pilotos tenían un cierto aire aristocrático que dejo encandilado a más de un miembro de la tripulación sin embargo, había un miembro del equipo quien se veía bastante incómodo y hasta molesto con sus nuevas compañeras o tal vez sólo fuera con una de ellas.

Bienvenidas abordo alferez Baker y Villenev, confío en que su viaje haya sido seguro y placentero, síganme por favor, les mostraré sus habitaciones, luego tendrán veinte minutos para cambiarse y las espero en la sala de simulación junto a los demás pilotos. - anunció el comandante dando a entender que todos debían presentarse en la sala de simulación en 20 minutos o menos.

Observo a las dos nuevas pilotos y frunzo el ceño. Luego miro a Michael y de vuelta a las pilotos. Me intento acercar a él, quizá acariciar su mano, hacerle algún gesto para que note que estoy aquí. Si no puedo, simplemente le haré un gesto desde donde esté.

Una vez el comandante Drake nos deja libres, me acerco a Michael. Ven, ¿quieres? Vamos al gimnasio un rato, ¿si?

Si acepta, abandonaremos el hangar.

Nos presentan por fin a las dos nuevas pilotos que formarán parte de nuestro grupo. A una no la conozco de nada, pero sí a Hellen... bueno Villenev, aún no se conocían lo suficiente como para llamarse por el nombre, aunque Alanya, que venía de una clase social mucho más baja, apenas hacía caso de ese tipo de protocolo.

Le alegraba que finalmente hubiera tomado la decisión y dar el paso necesario. No podía saber hasta que punto ella misma había ayudado en esa dirección, pero se sentía satisfecha de tener una nueva compañera. Ahora faltaba ver su desempeño con el simulador para ver su posible valía en combate. Esperaba poder darle la bienvenida después.

Observó de reojo a su jefe de escuadrón, Strauss, para intentar ver cómo se tomaba la nueva incorporación, aunque la que parecía que no se lo había tomado muy bien era Hiroko.

El último combate había sido duro para mi, conseguí salvar mi mecha por muy poco. Pero estaba muy contento con la reacción de mis compañeros, en especial por el nuevo, pues había demostrado estar a la altura y ser uno en el que poder confiar plenamente.

Ya más tarde por fin se decidieron a presentarnos a las nuevas. Las palabras salieron por mi boca automáticamente, tardando solo décimas de segundo en decirlo al verla - ¡¿Pero esa no es la que intentaba secuestrar a Michael?! - Exclamé señalando a la rubia de los rizos de tirabuzón

Supongo que mis palabras llamarían la atención del comandante, pero sinceramente me importaba un pimiento. Ya que como poco de nos debía una explicación.

Yo pensaba haber sido más discreta al ver la reacción de Michael, pero las palabras de Kyoga no me dan opción.

Me paro de inmediato, girando la cabeza para mirar a la susodicha, mientras me acerco a Michael. Luego mi vista se fija en Drake, esperando su reacción o la de Michael.

Alanya parecía confusa ante las palabras de Kyoga, hasta darse cuenta que se refería a la rubia, que no conocía de nada.

Al ver el movimiento de Hiroko, se sitúa a su lado, protegiendo a su jefe de escuadrón y esperando igualmente a su reacción.

Tanya estaba agotada, principalmente en el aspecto mental, luego de todo lo que habían tenido que hacer durante aquella misión, y el hecho de que hubieran fracasado en algo que, para ella, había sido realmente importante. Lo peor de todo, es que, cuando condujeron a los líderes de escuadrón a solas con el comandante, la rusa supuso que este no tardaría en criticar a Eliza, y el problema sería que no podría estar a su lado para defenderla de las falsas acusaciones. No obstante, al menos podría apoyarla una vez que ésta saliera de la sala de operaciones. Al menos, habían salvado a todos los civiles que habían salido afectados, por lo que no todo había salido tan mal, incluso si el kaijuu se había escapado. Era algo por lo cual debían de estar orgullosos, tanto Elliot como su novia. Aún así, estaba agotada, y no veía la hora de relajarse jugando algún juego o pasando un buen momento con su pareja.

Lamentablemente, por el momento, debían de esperar a los nuevos pilotos que no tardarían en llegar, por lo que la rubia tuvo que soportar la necesidad de retirarse, ya que no quería meter en más aprietos a su querida pelirroja. Además, debía de reconocer que tenía un poco de curiosidad por saber cómo serían los pilotos, incluso si no le importaba demasiado como a otros de sus compañeros. De cualquier forma, cuando vio salir a los líderes de escuadrón de la sala, la joven aguerrida no se demoró en acercarse a su novia, con la intención de saber lo que le había dicho el bastardo de Drake. Esperaba que no hubiera sido muy dura con ella, o de lo contrario no se lo perdonaría por nada en el mundo. - Eli, ¿cómo te fue? No te insultó, ¿verdad? - Preguntó con cierta seriedad en su voz, dejando en claro que no toleraría esa clase de falta de respeto hacia la mexicana, no cuando la quería tanto como para soportar esa clase de maltrato. Por otro lado, lo que más temía, era la posibilidad de que la removieran de su posición como líder.

No obstante, la llegada de la lanzadera interrumpió las preguntas que la rubia deseaba realizarle a su pareja, llamando su atención por un instante, para ver quiénes serían los nuevos pilotos de la base. Al ver bajar de la lanzadera a dos chicas jóvenes, la rusa se sorprendió ante el aire aristocrático que éstas parecían emitir con la forma en la que se movían, principalmente porque no había esperado a dos posibles niñas mimadas como compañeras contra los kaijuus. Sin embargo, era posible que tuvieran cierto entrenamiento, por lo que no iba a juzgarlas demasiado hasta que no apreciara lo que éstas podían hacer. No obstante, aquella opinión cambió por completo, tras escuchar uno de los apellidos de las jóvenes. Baker. No podía ser verdad... ¿o sí? Bastó con desviar la mirada hacia Michael para saber que estaba en lo cierto, que era la maldita niña mimada que había amenazado con secuestrar a sus compañeros sólo para capturar a Michael. La expresión de la rusa no tardó mucho en oscurecerse, si bien no expresó ninguna palabra al respecto, simplemente porque algo así sólo molestaría a Drake.

- Genial... tenemos una niña mimada entre nosotros. Espero que no sea un problema en las misiones. - Susurró a su novia, evitando llamar demasiado la atención en ese momento, a diferencia de Kyoga, quien no había tardado en gritarlo a todos, probablemente metiéndose en problemas con el comandante. - Si entrena conmigo en el gimnasio... le voy a dar una buena golpiza por todo lo que hizo. - Le aseguró a la pelirroja, dejando en claro que no dejaría que, la rubia de rizos, pensara que tenía poder allí. Ahora eran todos pilotos, por lo que no dudaría en darle una lección si pensaba que podía salirse con la suya sólo porque era la "niña de papá". De cualquier forma, al expresar su frustración por el hecho de tener a alguien así como compañera, la rusa no tardó mucho en callarse, esperando que aquella tontería terminara para poder prepararse para asistir a la sala de simulación como se esperaba de todos. No sabía muy bien lo que les iban a decir en la sala, si bien era posible que se tratara de alguna nueva queja por parte de Drake, o algo igual de molesto.

   A la espera de que terminaran los lideres de escuadrón de entregar sus informes y todo eso, me quedo un poco pensando en lo ocurrido en Gibraltar y que podía interesar a los avances de Montenegro~nee ... tal vez adaptar el sistema aéreo para que también funcione correctamente bajo el agua... un arpón también... pero hasta que no terminara todo esto de las presentaciones, no podíamos abandonar el lugar.

   En cuanto bajaron de su lanzadera ... bueno... no paso mucho para que la gente empezara a dejarse llevar por los recuerdos ... oye... nadie fue secuestrado... soo... y me preocupaba realmente Strauss quien era el que mas de forma extrema podía reaccionar pues la relación con la señorita Baker parecía ser bastante mala por todo lo ocurrido ... o al menos de parte de él...

   Mientras algunos pasaron directamente a intentar contener a Strauss ... lo entiendo perfectamente... Kashii y su boca hablaron del "elefante en la habitación" de manera tan evidente que temia hasta cierto punto cual iba ser el regaño de Drake ... joder mi equipo se lo curro genial allí abajo para evitar que nos regañaran ...

  - Kashii... - miro a  mi compañero como entendiendo su punto, pero aun así, no pudiendo compartir su acción ... no nos corresponde a nosotros compañero... . Viendo que mas se iban situando cerca de Strauss y que esto iba a seguir escalando por un lado un tanto extremo, doy un paso al frente.

  Alferez Elwood - mientras voy haciendo un rápido saludo militar - encantado poder trabajar junto a ustedes en las instalaciones del Avalon - digo como no queriendo, pero sabiendo que si alguien no pasaba un tupido velo sobre ésto, nos iba a tomar mas de veinte minutos llegar a la sala de comunicación.