Partida Rol por web

Alandrel notó una respuesta fría de Arcadia, algo que le haría pensar más tarde. En esos instantes, permaneció a la espera de escuchar a la joven Zid o a su amigo Adler. Su mirada iba de los ojos de la chica a los de su prometido y vuelta.

Los jóvenes estudiosos del Arte experimentan una afable reunión con la añoranza de los viejos tiempos, exponen sus planes más inmediatos, debaten entre ellos y finalmente toman la resolución de encaminarse a la vieja casona, sede de la Escuela Cinetista, para emprender allí ciertos experimentos mágicos que les dotarán de un mayor poder.

La dulce Zid Nerpala decide aguardar en Galin el regreso de su progenitora, dando así discretamente todo el margen necesario a su prometido para obrar como crea adecuado. Puede que la muchacha sea un tanto inocente, o puede que haya escogido parecerlo, pues hay determinadas cosas de las que es mejor no ser testigo directo, si no deseas verte en el dilema de ponerlas en conocimiento de tu maestra antes de tiempo.

De modo que los tres antiguos aprendices del desaparecido Ort Seam parten hacia la casona con un plan en mente.

Una escena familiar se presenta ante los aprendices de la escuela cinetista.

- ¡Bueno, de nuevo en el camino! Recorrer la ruta a paso normal, para no atraer la atención, es lo mejor en estos días. Además, hacía tiempo que no veía estos paisajes y me vienen a la memoria buenos momentos que, en aquellos días, no supe apreciar en su valía.

Tras unos instantes de silencio contemplativo y caminar fatigoso, a prudente distancia de otros caminantes, Alandrel acaba sacando el tema.

- En principio la invocación debería de ser sencilla, el riesgo lo preveo al intentar dominar a la criatura. Si bien Arcadia deberá estar preparada para ello, me tranquiliza tenerte con nosotros, Adler, por si se nos escapa de las manos y necesitamos algún hechizo que pueda contenerla. Yo comenzaré a preparar el hechizo de dominación en cuanto aparezca pero, vosotros tendréis que actuar en primer lugar.

- Quizás deberíamos recoger algunas hierbas de camino a la casona. Hemos comprado viandas pero, si queremos probar con alguna mezcla nueva, que nos ayude frente a este nuevo ser, deberíamos ir fijándonos bien en la vera del camino.

Da un respingo al escuchar la voz de Alan, que le saca de su ensimismamiento. Ha estado dándole vueltas a la conveniencia de poner a Zid al tanto de todo, intentando autoconvencerse de que hace bien manteniéndola apartada. Con un suspiro, se concentra en las palabras de su amigo.

- Tienes razón en todo, Alan, aprovecharé el viaje para intentar encontrar algo que nos permita fabricar una poción que nos sirva en esta invocación tan arriesgada -sonrío, agradecido por poder pensar en otras cosas- ¿Qué crees que nos hará falta además de dominarlo? ¿Qué magia es más efectiva contra una criatura como ésa?

Desvío la mirada hacia los márgenes del camino, buscando alguna planta útil.

Alandrel va a hablar pero, se mantiene unos instantes en silencio, como si hubiera olvidado lo que iba a decir.

- Perdona amigo mio, con todas esas notas de quién disponía de unos u otros hechizos, me temo que ya no tengo tan claro los que aprendiste tú. Sin duda, nos vendría bien disponer de alguien capaz de neutralizar la magia o resistir un espíritu. Como alternativa a controlarlo, siempre será mejor expulsarla y volverla a invocar, que dejar que haga de las suyas.

En cierto momento, Alandrel se acerca a la vereda señalando unos arbustos, como pidiendo confirmación a Arcadia y Adler de que ha encontrado una planta de interés.

Arcadia hace tiempo observando como sus amigos buscan plantas.

Los tres amigos llegan a la vieja casona con tranquilidad pues, en lo que resta del día, no han de hacer nada más que descansar del agotador viaje, refrescarse con la fría agua del pozo y preparar la cena con parte de las viandas que han traido consigo. Deben recuperar fuerzas para lo que les espera, comenzar una invocación aquejado de agotamiento es un error que no pueden permitirse al enfrentarse a lo desconocido.

- Espero que lo encuentres todo en un estado aceptable, Adler. En este tiempo, Arcadia y yo, hemos procurado arreglar todo lo que hemos podido. Incluso he vuelto a tapiar la falsa pared de la bodega. Aunque, eso solo servirá contra aquellos que no descubrieran tal secreto con su derribo.

Alandrel se muestra un poco nervioso cuando se dispone a acostarse. Finalmente no se resiste a soltarlo.

- Quizá mañana descubramos algo importante. -Hace una pausa y acaba en voz baja- Espero que descubramos algo.

Con el tiempo, Arcadia, ha aprendido a defenderse cocinando, y pese a que sus platos no son una exquisitez, sientan bien después de un largo viaje.

Cuando Alandrel se muestra nervioso, su amiga Arcadia intenta tranquilizarle.

- Tranquilo, Alan. El invisible guiará nuestros pasos. Debes descansar y reponer fuerzas para mañana - le dice muy amablemente. Entonces se percata que ahora también está Adler - Oh, y tú también. Perdona, es que desde que estamos solos he asumido el papel de "madre", "hermana", jeje. Ya sabes que no sabe cuidar muy bien de sí mismo -. La chica está recogiendo la mesa, cuando recuerda que le tenía que decir algo a Adler - Por cierto, ahora nos hemos quedado con mucho espacio en la casona. Te he preparado la cama de la buhardilla para que duermas mejor, Adler . Deberiais acostaros. Ahora os llevaré una tisana calentita para que cojais mejor el sueño - les dice.

Esboza una sonrisa triste al ver de nuevo la vieja casona. Son evidentes los esfuerzos de sus compañeros.

- Amigos... habéis hecho un estupendo trabajo -dice con un hilo de voz- El Maestro estaría muy orgulloso de vosotros. Sí, preparémonos para mañana. Será un día intenso. Pero voy a echar un último vistazo... ¿creéis que podemos preparar algo que nos sirva para mañana?

Casi sin querer, encamina sus pasos hacia el viejo laboratorio... tal vez quede algo útil, o sus amigos hayan renovado existencias.

Alandrel vuelve a alegrar la cara conversando con sus amigos, es bueno tener su compañía en estos tiempos.

- Gracias Arcadia, sin ti, esto habría sido muy duro. -algo que, justamente, hace saber a su querida amiga de tanto en tanto.

Ya subiendo las escaleras, habla con su amigo Adler sobre las existencias del laboratorio.

- A decir verdad, no disponemos de la variedad de antaño pero, hemos ido recogiendo en las últimas semanas las hierbas y plantas más útiles de la contornada. Podrías dejar algo macerando hasta mañana para completar una de nuestras mezclas. -se para al llegar a lo alto de las escaleras, pues hablar y respirar a la vez, le supone ahora mayor trabajo.

Bueno, llegó el momento de afontar la realidad.

Hace un año que esto está paralizado, he mantenido mis dos partidas umbrianas en un "limbo" artificioso a base de mensajes vacíos que impidiesen la cancelación, en espera de reunir ánimos para poder retomarlas... pero me veo obligado a reconocer que no va a ser posible. Ni ahora ni en un futuro inmediato. Y es que mi vida ha cambiado, yo he cambiado (y el contexto político en la desgraciada comunidad autónoma en la que vivo también ha cambiado, afectando a todo mi entorno laboral y social) por lo que el Rol por Web ha dejado de ser una de mis prioridades ahora mismo.

Por todo eso, me disculpo con vosotros (los que todavía quedan) y voy a cerrar la partida para que como mínimo algo de todo este proyecto quede guardado como partida finalizada (aunque, como tantas otras, no lo será realmente)

Y es que el mayor peligro de Comunidad Umbría es que nos embarcamos en proyectos muy ambiciosos, que abarcan años de duración, pero nuestras vidas están sujetas a muchos cambios que amenazan con apartarnos de lo planeado...