Unos pasos viajan apresurados en la oscuridad de la noche. A cada zancada, una huella queda marcada en el suelo embarrado por las últimas lluvias caídas al anochecer. Pese a que está bien entrada la Estación del Fuego, la humedad impregna hasta tal punto el aire, en esta tierra ubicada entre dos lagos, que se condensa sobre los objetos expuestos y por todas partes parece surgir la calima, un vapor característico de las tórridas noches estivales. Y hace que el calor que emana del cuerpo de la muchacha se condense en el aire nocturno hasta que parece humear por algún fuego interior…
Desde que saliste a hurtadillas del pequeño cuarto compartido en el segundo piso de la posada de La Grulla Blanca, aprovechando que tu compañera Eli decidió unirse a los trasnochadores y aun no ha regresado, te mueves en un confuso estado mental, entre la vigilia y la ensoñación… tal vez tenga algo que ver el hidromiel que bebiste durante la cena con el viejo maestro y los demás aprendices, aunque hace un rato hubieras jurado que apenas lo habías probado. Sólo una copa, que recuerdes, brindando con los que son ya casi tu familia…
Ahora mismo tienes la extrañísima sensación de estarte moviendo en un sueño, es como si todo lo que te sucede ya lo hubieras vivido antes, en algún momento que no sabes ubicar en el tiempo. Y tienes una fuerte sensación de peligro, imprecisa pero no por eso menos acuciante. Oyes unos pasos ajenos. Tal vez te estén siguiendo…
Al introducirse por el solitario callejón, tira de una especie de cuerdecilla que lleva anudada al cuello y saca de entre sus generosos pechos una especie de colgante. El objeto en sí, dista mucho de ser un bonito collar digno de una dama de alcurnia. Por el contrario, se trata de una especie de trapo mugriento que envuelve una suerte de apéndice repugnante de color negruzco. Tira con fuerza de él hasta arrancarlo y lo lanza al suelo. Como si nunca hubiera sentido apego por aquella baratija, la pisa con rabia, hundiéndola en el barro.
No, espera, todo eso era en el sueño. En realidad el amuleto que llevas colgando es un falso Talismán, destinado a engañar a cualquiera que lo buscase en tu indumentaria, mientras el verdadero estará oculto, tatuado sobre tu piel. Su diseño y confección por un profesional competente y de fiar es uno de los motivos de esta visita nocturna a tus contactos en el Registro Secreto.
Pero entonces… ¿Por qué ibas a tirar el colgante? ¿Y por qué en tu sueño era algo tan repulsivo?
¿Acaso tus sueños te están intentando revelar algo? Es como si sintieras rechazo por algo sin saber bien el motivo… ¿Podría ser el sentimiento de culpa por estar actuando a espaldas del maestro, después de cómo te ha acogido?
Tras desandar sus pasos, asoma uno de sus verdes ojos por la esquina de una vieja casucha. Su respiración está todavía agitada, pero tras observar que la calle está vacía, la joven vuelve a recuperar el tono. Según prosigue el camino las calles ya no son tan oscuras… y aparece ese leve fulgor lejano que emana de las tabernas acompañado por los cánticos de los bardos y el griterío de los borrachos. Pero todo eso queda lejos, al otro extremo de la villa.
Ahí está el estilizado edificio de la Capilla Galvosti de Drom, con su planta triangular y su alta torre blanca.
Lo rodeas con el máximo sigilo, aprovechando que esas calles están prácticamente desiertas a estas horas, pues hasta aquí no parece haber llegado el jolgorio de la Fiesta de la Cosecha. Y sin duda alguna eso se debe a la ausencia de tabernas u otros locales dedicados al ocio nocturno. Esto es el barrio galvosti, ese tipo de diversiones no están bien vistas aquí…
Te diriges a la puerta trasera y con unos escuetos trazos de tiza pintas apresuradamente una marca en la arcada izquierda del marco de piedra: el triángulo equilátero de la Runa de la Ley y en su interior los tres puntos equidistantes de la Runa de la Ilusión.
Ese es el mensaje que debías dejar a tu desconocido contacto. Sospechas que será alguien vinculado de una u otra forma a la propia capilla, en vista del lugar escogido, teniendo en cuenta que seguramente deberá revisar a diario la presencia de las marcas. O tal vez sea un vecino, puede que el propio posadero del Ciervo Blanco, ahí delante…
Porque sabes que mañana tendrás que esperarlo en la buhardilla de esa misma fonda, justo enfrente de la Capilla. Aunque ahora recuerdas que deberías haberte asegurado antes de que el cuarto estuviera libre. Pero a estas horas ya no tiene sentido preocuparse por eso, mañana ya te encargarás de solucionarlo.
Ahora hay que volver a La Grulla…
Estaba deseando llegar a casa y tumbarse en su añorada cama. Cuando abrió la puerta, un intenso olor a vino mezclado con aceite emanó con fuerza de su interior. Todo en esta vieja posada le recuerda a la vida que dejó atrás junto a sus padres, en Belstos. Millones de recuerdos lejanos le venían a la mente cuando sentía el crujir de los tablones de madera, el olor de la tela de sus sábanas... Una época feliz que añora poderosamente…
Espero que te haga gracia el plagio sobre tu historia previa en el apartado de Notas... ;)
En un momento determinado, la joven Arcadia encuentra la oportunidad perfecta para escurrirse discretamente hasta la posada de El Ciervo Blanco, con objeto de reservar la habitación de la buhardilla, donde debería encontrarse con su desconocido contacto del Registro Secreto de los Boristas, en respuesta al símbolo que dejó marcado la noche anterior en la puerta secundaria de la propia Capilla Galvosti. El hecho de estar pasando toda la mañana en esta misma plaza se lo ha puesto tremendamente fácil. Está visto que hoy estamos de suerte.
Sabe que en realidad debería haber reservado el cuarto previamente, pues sin duda en medio de todo este absoluto secretismo, en el que un agente no conoce más que a su superior inmediato, ocupar la estancia acordada es la forma de identificarse ante el contacto, para que pueda reconocerla y dirigirse a ella de forma segura… pero bueno, con la precipitación no ha podido hacerlo antes, así que lo arreglará ahora. Todo va a salir bien.
Hay muy pocas cosas que la manipuladora muchacha no pueda lograr con una sonrisa, unas palabras amables y una bolsa bien cargada de monedas…
Sin embargo le espera una sorpresa cuando se dirige al posadero, al que por azares del destino ha tenido oportunidad de ver hace un rato cuando, compraba una de las pociones de Mirkan:
- Lo siento en el alma, señorita, pero esa habitación en concreto, la de la buhardilla, ya está ocupada… – explica con indisimulada satisfacción por la marcha del negocio – Como todas las demás de mi establecimiento, sólo me quedan algunas plazas abajo, en las salas comunales, pero esas no son para alguien de vuestra alcurnia… Piense que por estas fechas las hosterías bien situadas siempre se llenan hasta arriba, viene mucha gente a Drom por la Feria del Condado – sus palabas caen como una tremenda losa de mármol que entierra tus planes – Esa en particular la había reservado hace unos cuantos días un hombre que por cierto apenas sale de ella… no sé qué manera de disfrutar de la Feria es esa… pero él sabrá…
Parece que habrá que improvisar…
Arcadia debía reunirse con su contacto, así que tendría que sacar todas sus armas para salirse con la suya. Recordó entonces la historia de un muchacho algo maniático, que en su momento le llamó la atención e intentó usar esa argucia:
- Pues sí la verdad es que es una pena. Había pensado que esa habitación tendría mejores vistas, más luz, algo indispensable para mi salud. Verá, tengo un estado de ánimo muy sensible y no puedo hospedarme en cualquier cuartucho. En cuanto me instalo en una habitación oscura tiendo a deprimirme... - Arcadia intenta parecer abrumada por las circunstancias - y por supuesto no he venido hasta aquí para eso - la muchacha pone un gesto de absoluta decepción - Quizás a ese hombre no le importase cambiarse de habitación con tal de hacerle un favor a una señorita. Si me permitiese hablar con él a lo mejor puedo convencerle - en un principio espera a ver la respuesta del posadero. Todavía le queda algún que otro as en la manga.
Motivo: Teatro
Tirada: 1d100
Dificultad: 39-
Resultado: 99 (Fracaso)
Vaya, creo que he pifiado :O
La tentativa era buena, pero parece que esta vez no va a dar resultado…
- Pues lo siento mucho, señorita, pero yo os aconsejaría que buscaseis otra posada que reuniera las condiciones que solicitáis – contesta ya con el ceño fruncido el ventero, harto por anticipado de una cliente que se antoja insufriblemente exigente – No tengo por costumbre molestar a mis huéspedes una vez están instalados y mientras mantengan su pago al día…
La cosa se pone difícil…
Pese a la negativa del posadero, la chica sigue insistiendo:
- Lo cierto es que ya he preguntado en otras posadas y están desbordados con la llegada de tanta gente - le dice la muchacha. Entonces se sube la falda, intentando buscar su bolsita de dinero, mientras le sonríe y le muestra su generoso escote, como la que no quiere la cosa - Nunca me ha fallado esta estrategia - piensa recordando sus días pasados en los que vendía vino y aceites - Podría pagar el doble de lo que paga su huésped - le dice agitando la bolsa para que escuche el sonido de las monedas - Seguro que si me deja hablar con él podríamos llegar a un acuerdo. Y sólo se trataría de un día - vuelve a insistirle de nuevo.
Motivo: Habla fluida
Tirada: 1d100
Dificultad: 49-
Resultado: 79 (Fracaso)
Motivo: Per x 5
Tirada: 1d100
Dificultad: 90-
Resultado: 28 (Exito)
Como le dijiste a Escorpión que se podían hacer varios intentos, he hecho dos tiradas. Si estoy equivocada no la tengas en cuenta.
Al posadero se le van los ojos... pero en ese momento se acerca uno de sus empleados diciéndole algo acerca de que tienen un problema en las cocinas, porque han quedado algo cortos de estofado de buey para la comida de hoy. El ventero suspira con resignación, menea la cabeza y mientras le dedica una última mirada a tu escote, concede:
- Está bien, subid vos misma para hablar con él si queréis, ya os digo que no sale del cuarto... pero igual conseguís convencerle - y añade al irse - Argumentos no os faltan..
La muchacha sube rápido las escaleras, no vaya a ser que el ventero se eche atrás en su propuesta...
Una vez está delante de la puerta, llama dando unos golpecitos y le dice al individuo:
- Hola, Señor. ¿Puede abrirle la puerta a una joven que precisa de su ayuda? - Arcadia acerca el oido para escuchar si se oye algún ruido dentro - Vamos, se que está ahí dentro. Hablemos un momento y si no le parece bien lo que vengo a decirle me voy por donde he venido y no le molesto más - la joven espera a ver si abre la puerta.
Motivo: Habla fluida
Tirada: 1d100
Dificultad: 49-
Resultado: 89 (Fracaso)
Motivo: PERx5
Tirada: 1d100
Dificultad: 90-
Resultado: 35 (Exito)
Motivo: Escuchar
Tirada: 1d100
Dificultad: 46-
Resultado: 25 (Exito)
De súbito se abre la puerta y unas fornidas manos surgen del interior, te agarran antes de que puedas reaccionar y te hacen entrar apresuradamente, inmovilizándote contra una pared. Y la puerta vuelve a cerrarse con brusquedad, dejándote atraprada dentro con tu agresor, que parece un hombre enorme con una fuerza abrumadora…
El susto hace que el corazón casi te salte del pecho, pero cuando tu mirada logra enfocarse sobre el hombretón que tienes delante… suspiras aliviada al reconocer a Fray Ocilegna. Y no está solo en este cuarto.
Motivo: Escuchar
Tirada: 1d100
Dificultad: 85-
Resultado: 24 (Exito)
Motivo: Deslizarse en Silencio
Tirada: 1d100
Dificultad: 75-
Resultado: 16 (Exito)
Motivo: Lucha
Tirada: 1d100
Dificultad: 90-
Resultado: 82 (Exito)
Aflojando la presa, el acolitista da un paso atrás con una sonrisa torcida y te permite recomponerte.
- Arcadia Bellbeth – murmura entre dientes – Debí haberlo imaginado cuando nuestro contacto informó que había aparecido una nueva marca en la puerta trasera – comenta aliviado – Por esta vez no pasa nada, incluso me convenía hablar contigo en breve… pero muchacha, en otra ocasión asegurate de haber alquilado esta estancia antes de convocar una reunión… ¡Esto no es ningún juego!
Es el hombre que te escoltó en tu viaje desde Belstos, el mismo que entonces te hablaba con timidez, casi con reverencia… aunque es obvio que su actitud ha cambiado, ahora parece mucho más decidido y resolutivo.
Y te está echando una reprimenda. Con publico delante.
La otra persona presente en la estancia se dirige a ti dando muestras de que sabe muy bien quién eres:
- Así que la joven infiltrada entre los aprendices de Ort Seam interrumpe nuestra reunión privada – comenta con aire cortante – Puede que a Fray Ocilegna no le importe tu intrusión, pero yo no deseo que mi identidad sea conocida por otros agentes, me ha costado mucho llegar hasta donde estoy sin levantar sospechas…
El acolitista alza una mano e impone paz, demostrando que su autoridad en esto está, al parecer, por encima de la de la elegante mujer con la que se había reunido:
- ¡Basta, Lucrecia! – la corta – Ambas sois agentes valiosas para el Registro y por lo que me estabas contando, probablemente será imprescindible que a partir de ahora colaboréis en vuestra misión, así que tal vez este encuentro en realidad nos haya facilitado bastante las cosas…
Rápidamente vas atando cabos, pero antes de darte tiempo a nada, Fray Ocilegna continúa hablando.
- Arcadia, vamos a tener que modificar los objetivos de tu misión a tenor de los últimos informes que nos han llegado – te sorprende – Parece que tu maestro, el hombre al que debías vigilar, ha mostrado interés por contactar con un Agente del Registro, dando muestras de su voluntad de colaborar con la Logia – espera ¿cómo? – De hecho, ha empezado a dar pasos para unirse a nosotros, mediante sus negociaciones con Lorenzo de Mendaci…
Entonces interviene de nuevo la misteriosa mujer:
- Lorenzo no es un miembro consolidado del Registro Secreto, contactamos con él hace algún tiempo por dar el perfil adecuado para nuestros reclutadores... es poderoso, infuyente… y su ambición no tiene límites, tanto en el terreno más mundano como ante unos conocimientos mágicos que no estaban en principio al alcance de su posición – explica – Pero no podemos confiar plenamente en él, es un converso por interés, no un verdadero creyente – interesante matiz – Precisamente por eso me han puesto a mí a su lado, para supervisarle en secreto… pero ahora está intentando ejercer como mediador ante la Logia para que un Agente del Registro se ponga en contacto con Ort Seam…
Fray Ocilegna vuelve a tomar la palabra:
- De momento le hemos dado largas, no confiamos en el viejo erudito, lleva demasiados años comportándose como un perfecto galvosti, no parece lógico que acudiese a nosotros a estas alturas – razona – Las gentes ambiciosas no tienen tanta paciencia y los conversos por convicción han dado muestras de rebeldía contra su credo durante años… está claro que no comulga con los sermones del Prelado Tovel, pero de ahí a decir que se esté apartando de la Iglesia Galvosti hay un mundo…
Esto te está tomando completamente por sorpresa, es demasiada información de golpe y no sabes qué pensar:
- Date cuenta también, Arcadia – añade el acolitista – de que si Ort Seam se uniese sinceramente a nuestra causa tu misión quedaría completada en el acto, tendríamos acceso a todo su saber, a toda su investigación… pero si esto fuese una treta para infiltrarse… – menea la cabeza con disgusto, negando tal posibilidad – No, nadie en su sano juicio se arriesgaría a ganarse de esa forma la enemistad del Registro Secreto de los Boristas, fingiendo interés para luego traicionar su confianza, eso le generaría demasiados enemigos, no tendría futuro, jamás estaría a salvo… no tiene sentido…
Guarda silencio esperando oir tu opinión al respecto. Al fin y al cabo tú estás dentro desde hace ya cinco años, nadie puede valorar mejor la situación. Y tienes la impresión de que de lo próximo que digas dependen muchas cosas…
Después de recomponerse tras el susto que ha recibido, la chica que está bastante sorprendida, responde a Lucrecia - Señora, nuestro objetivo es el mismo. Jamás la traicionaría. Daría mi vida antes - entonces contesta a un Fray Ocilegna, al que recordaba más callado - Perdone, Fray Ocilegna. Fue un error no haber alquilado antes la habitación, y más cuando estamos en fiestas. Lo siento - la chica sigue escuchando los comentarios entre Lucrecia y Ocilegna y cada vez abre más la boca ante lo que escuchan sus oídos - El maestro...¡pero si siempre ha hablado mal de nosotros! - exclama la joven. Entonces hace una pausa y se queda pensativa - Claro, que en su momento yo también lo hice para no levantar sospechas... - la chica sigue explicándose - Lo cierto es que siempre nos estaba contando historias sobre el “aquel-al-que-no-debe-nombrarse”, sobre Argin el Terror...¿Querrá aprender el hechizo de Succionar Caos por algun motivo? - la chica sigue pensativa, y entonces parece despertarse de un sueño - No tenemos ninguna certeza de que esté diciendo la verdad. Las perlas que he oído por su boca acerca de nosotros han sido "los sepias poseen una lógica implacable pero su odio hacia el enemigo les pierde" "son ambiciosos y el poder les pierde"... - hace una pausa - Yo por el momento no confiaría en él. Seria una locura arriesgarnos. Aunque sí podríamos trazar alguna treta para averiguarlo, o al menos observar cual es su reacción. Lo bueno, es que yo estoy junto a él y podría espiarle. Lo malo es, qué podríamos hacer para averiguarlo...- Arcadia no está segura de que sus pensamientos sean buenos argumentos, pero lo suelta - ¿Y si contratásemos a alguien que se hiciese pasar por Borista y hablase con él para averiguar que pretende?...
Fray Ocilegna escucha con atención tus palabras y parece meditarlas cuidadosamente… aunque luego su respuesta no es la que esperabas:
- Podría ser una buena estrategia, cierto, pero el problema es que Lorenzo de Mendaci ya ha hablado sobre él a algunos de nuestros miembros – parece que la cosa ya sobrepasa vuestro nivel – Y les ha tentado con un nuevo hechizo que supuestamente está investigando… un descubrimiento revolucionario, según afirma… y que ha despertado un desmedido interés de determinadas personalidades, ubicadas muy arriba en la escala de mando…
- Según lo poco que he podido averiguar a través de Lorenzo, el Adepto Seam se ha embarcado en una nueva investigación que de alguna forma tiene algo que ver con ese extraño muchacho que recogió de las calles – aporta la dama Lucrecia – Ese al que llaman el Duende…
El acolitista frunce el ceño y añade una nueva nota discordante:
- Para acabar de complicar las cosas, hay otra personalidad en los altos niveles de la organización que se muestra particularmente suspicaz con respecto a Ort Seam – te informa – En concreto, es quién recomendó hace algunos años infiltrar a una joven y prometedora agente en su escuela, para mantenerlo vigilado de cerca – interesante revelación – Pero ahora se opone firmemente hasta a la simple idea de que se entreviste con un Agente del Registro… de hecho no creo ni que aceptase tantearle con un impostor, tal como has sugerido… Insiste en que lo mantengamos completamente al margen…
Esta falta de unidad en la Logia resulta desconcertante, se supone que vosotros estáis trabajando duramente por vuestra sagrada causa, precisamente para garantizar la seguridad… y la decisión debería ser vuestra. Pero no lo es.
- Por eso, supongo que ahora todo depende de si ese fabuloso nuevo hechizo se convierte en una realidad – concluye con pragmatismo – Mientras no haya nada palpable, supongo que pesará más la prudencia, nuestra seguridad interna… pero el Adepto Ort Seam ya ha demostrado antes un singular talento investigador, así que si su proyecto acaba siendo un éxito y verdaderamente vale la pena…
De modo que así funciona la cosa, todo depende de cómo se equilibren los platos de la balanza de riesgo/beneficio. Aunque el descubrimiento de que existen diferentes facciones dentro de la organización te inquieta…
- Y eso quiere decir, Arcadia, que tu misión como agente infiltrada pasa a ser decisiva – mira tú por dónde – Permanece muy atenta a los avances de esa investigación, averigua tanto como te sea posible sobre su naturaleza, esto pasa a ser lo prioritario, pero no te arriesgues a ser descubierta… e informanos cuando obtenga resultados concretos – concluye – Porque será el momento de tomar una decisión.
Realmente resultan desconcertantes las noticias que de pronto le han transmitido. No hay nada peor que la logia se disocie, pero así estan las cosas, y ella hará todo lo posible por ser una pieza clave en la investigación - Haré todo lo posible por averiguar que se traen entra manos, pero les aviso que el maestro es muy celoso de su intimidad. Sin embargo, puede que Alandrel sepa algo... Verá, se trata del chico al que llaman el duende... tuvo un error y la magia se volvió contra él. Pareció envejecer de pronto, y aunque su aspecto era bastante aterrador, su poder se vio incrementado... - entonces hace una pequeña pausa - Lo cierto, es que nuestra relación no es muy cordial que digamos... pero no hay nada que no se pueda volver a recomponer con tiempo y paciencia - la chica esperará más indicaciones, y si ya no tienen nada más que decirle, volverá a su posada. No quiere levantar ninguna sospecha entre los suyos.
Antes de despediros y salir discretamente por turnos, el corpulento Acolitista hace un último comentario:
- Y ahora que hemos acabado con ese asunto, a ver si puedo centrarme en mi propia misión… – focaliza la vista en vosotras un instante y añade con gesto torvo – Lo único que debo deciros al respecto es que podría haber algunos agentes extranjeros intentando infiltrarse desde hace cierto tiempo en nuestra área de infuencia… y a mí me corresponde identificarlos y neutralizarlos.
Ahora tienes un poco más claras cuáles son las funciones de Fray Ocilegna en vuestra organización.
FIN DE LA ESCENA