Mirkan Skelirnen se despide de su amigo con una inclinación de cabeza pero sin proferir palabra alguna. La tensión del momento es demasiado intensa y no quiere arriesgarse a que le tiemble la voz. Sin embargo, cuando avanza en solitario para adentrarse en el castillo en que nació, y en el que transcurrió su triste infancia, su paso es firme como nunca...
PNJ-tizado
Mirkan atraviesa el oscuro y desierto patio de armas para dirigirse directamente hacia la entrada de la cripta familiar, una puerta de piedra esculpida en el macizo rocoso sobre el que se asienta el castillo de los Skelirnen.
Aún alberga recuerdos muy vivaces de la curiosidad y el miedo que sentía de niño hacia ese tunel, al que la severa autoridad de su padre tenía vedado el acceso, pues aquello no era cosa de niños. Aquella era una sensación ambigua, mezcla de deseo y aversión, con el aliciente de lo prohibido... que se combinaba en un impulso palpitante para desentrañar lo que siempre consideró una suerte de misterio ancestral que le legaban sus más remotos antepasados. Soñó decenas, centenares de veces, con cruzar esa puerta, con bajar a esa cripta... aunque en el mundo onírico la historia siempre devenía en una fantasiosa pesadilla en la que los muertos se alzaban recriminándole con ira el no estar a la altura de las expectativas, el no ser digno de su apellido. Igual que hacía su padre.
No fue hasta la adolescencia que se le permitió descender la empinada y resbaladiza escalera tallada en la roca que lleva a las produndidades de la montaña. Recuerda vivamente a aprensión que le generaba recorrer ese empinado corredor, la sorprendente diferencia de temperatura con el soleado exterior... ahí abajo hace mucho frío, el aire huele a moho y a corrupción. Cosa lógica si consideramos que se trata de un osario sin la menor ventilación, pero claro, ahora lo ve con otros ojos. Con racionalidad. Apenas hace unas semanas que recorrió de nuevo ese camino, durante el entierro de su señor padre. En compañía de su hermano mayor y de todos los barones que habían acudido a sus honras fúnebres. Todos los que le acompañarían en la muerte aquella misma noche de autos. Y luego otra vez más, hace unos pocos días, para conducir personalmente al sepulcro el cuerpo destrozado de dicho primogénito. Por eso ahora mismo sabe con total precisión dónde reposan los restos mortales que tiene intención de mancillar, profanando su carcasa física para atraer al espíritu vengativo que se niega a abandonar este mundo.
Esta vez sabe a ciencia cierta que la antigua pesadilla infantil se ha transformado en realidad. Sabe que le espera literalmente un enfrentamiento con sus fantasmas familiares, con su odioso padre y su no menos hostil hermano. Sin embargo, tiene pleno convencimiento de estar preparado para hacerles frente con garantías. Más que eso, su sofisticado dominio del Arte de la Hechicería le coloca en un nivel de fuerza, de poder, tan abrumadoramente superior que no van a suponer reto alguno para él. Sabe que va a aplastarlos... y sinceramente, lo ansía.
Está dispuesto a hacer lo que debe para anular el peligro que esos espíritus extraviados suponen para los vivos. Los expulsará definitivamente hasta el Otro Lado asegurándose de que no regresen jamás.
Desenvaina la espada y la clava con saña en los inermes cadáveres, destrozando las articulaciones y revolviendo la carne putrefacta que aún se mantiene adherida a las castigadas osamentas. Y mientras lo hace, murmura con salvaje convicción:
- No tenéis derecho a permanecer aquí. Puede que me hayas engendrado, padre, puede que compartas mi misma sangre, hermano, pero ni uno ni otro fuisteis nunca mi verdadera familia. Mi mentor y padre espiritual fue Ort Seam. Mis hermanos reales son los aprendices que compartieron bajo su tutela mis años mozos, aquellos que viví lejos de estas paredes, los únicos que por fin, gracias a la distancia con vosotros dos, me permitieron alcanzar algo parecido a la felicidad. Pero todo eso ya ha acabado. Ahora este castillo es mi casa, todas estas tierras me pertenecen. Y vosotros dos vais a ser expulsados para siempre. Yo os rechazo. Reniego de vosotros.
Los dos fantasmas, con PER 14 y 16 respectivamente, no son rival para un hechicero succionador con 26 PM, eso sin contar con que además cuenta con la protección de un Resistencia a Espíritus de intensidad 8 que le proporciona un 40% a defensa en combate espiritual...
En definitiva, que su única posibilidad era la huída, pero si al profanar sus restos mundanos uno se asegura de que se enfurecen lo suficiente como para luchar ciegamente hasta el fin... la conclusión solo puede ser una: LA VICTORIA.
Aunque con un cierto coste sentimental y simbólico...
Varias horas más tarde, cuando las primeras luces del alba ya despuntan por el horizonte, Mirkan Skelirnen regresa a la entrada de la vieja fortaleza para reunirse con Mordecai Grobton, que montaba guardia allí. Su aspecto es demacrado, sucio, lleva algunas telarañas enredadas en los rizados cabellos y oscuras manchas de moho u otras inmundicias en las manos y en las ropas que apresuradamente se puso anoche, cuando se desató la alarma en el castillo.
Ha transcurrido mucho tiempo, sin duda bastante más de lo necesario, de lo que se deduce que habrá estado aguardando en el interior, a solas, tal vez sumido en sus lúgubres pensamientos...
Cuando se acerca a su amigo y compañero, sólo pronuncia una breve frase:
- Ya está hecho.
PNJ-tizado
Mord empieza a concentrarse para usar su conjuro de Visión Mística sobre su amigo en cuanto se aproxima, con la mano puesta en la empuñadura de su arma, para comprobar si lo que dice es coherente con lo que vé gracias a la hechicería.
Después deben discutir qué acciones van a tomar, pues habrá que convencer a todas las gentes de la zona de que los espíritus han sido expulsados y ahora tienen el reposo que merecen en el más allá, como manda el Invisible.
Supone que la palabra de dos hombres versados en el Arte bastarán para convencerles, pero puede que pasen algunas semanas antes de que todo vuelva a la "normalidad".
Una inspección minuciosa del áura del joven señor Skelirnen sirve para descartar cualquier temor acerca de una posible posesión, pues no hay mácula alguna en ella... de hecho, es tan poderosa y brillante que casi hace apartar la vista. Detalle que tal vez debería ser cuestionado más adelante, aunque Mordecai es muy consciente de que este no es el mejor momento...
Sin embargo, aunque la amenaza que suponían los fantasmas del castillo haya sido suprimida, el daño que las habladurías pueden causar a su incipiente gobierno de la casa Skelirnen sigue estando dolorosamente presente. Por ello, el joven Mirkan opta por refutar tajantemente lo ocurrido, negar la evidencia, alegando que todo han sido alucinaciones y visiones imaginarias...
Disculpa con tono condescendente a quienes han sido víctima de esas fábulas, descargándoles de toda culpa y de cualquier represalia por su parte, pues reconoce que no han obrado por malicia sino por miedo pueril... pero desmiente una y otra vez lo que dicen haber visto, con una contundencia y tono autoritario que no parece propio de él. O no lo hubiera sido, cuanto menos, del amable muchacho que estudió en la vieja casona de Ort Seam los últimos años. Mas ahora ese joven ha dado paso a un hombre con grandes deberes y responsabilidades, al señor de una casa nobiliaria. Y eso desata cambios inevitables.
De hecho, el nuevo Barón de Skelirnen llega a obligar a las gentes bajo su autoridad a regresar al castillo bajo la atenta vigilancia de sus mercenarios a sueldo de la casa Mendaci, para que sean testigos de una ceremonia religiosa que ofrece al Invisible con objeto de reafirmar la sincera devoción de todas las gentes de Sovreis. Algunos de los siervos están tan aterrados que apenas pueden mantenerse en pie, apretados unos contra otros como un rebaño conducido al matadero... pero como finalmente los oficios se acaban desarrollando con normalidad, sin ningún evento de cáriz sobrenatural que perturbe el acto, incluso los más asustadizos acaban viendose obligados a reconocer que el peligro se ha disipado. O que no ha existido nunca realmente, como proclama con insistencia un señor feudal al que empiezan a temer más que a las habladurías sin fundamento. A veces todo parece cambiar para seguir siendo exactamente igual que antes, o al menos eso es lo que empieza a pensar más de uno...
También se comentan algunos sucesos macabros acaecidos en el pueblo, como extrañas muertes entre el ganado que se atribuyen a algo que no es ni humano ni animal, pues ha degollado a un par de ovejas y las ha despellejado parcialmente, pero sin devorar su carne como haría cualquier bestia salvaje. Y además, cuando han intentado cocinarlas su sabor era inmundo, se han visto obligados a quemar los restos en una pira. Sin embargo, ahora mismo son tantas las preocupaciones que esta no deja de ser una cuestión menor, que sólo sirve para sumarse a los temores de los lugareños. Además el señor del castillo no le ha dado por ahora mayor relevancia. Si los hechos se repitiesen, claro, habrá de realizar algún tipo de batida por los alrededores.
Las celebraciones del Tiempo Sagrado transcurren sin ningún incidente remarcable, con la lánguida parsimonía que parece impregnarlo todo en estas tierras tan apartadas del bullicio de las grandes ciudades. Apenas consisten en un triste remedo de oficio religioso que orquesta Mordecai Grobton, que a estas alturas parece haber asumido el papel oficial de párroco suplente, ya que Mirkan Skelirnen desempeña el cargo de señor de todas estas tierras y tiene su propio cometido ceremonial.
Después se sucede una Estación de Mar en la que los campesinos están completamente volcados en sus tareas agrarias, arando estas resecas tierras y sembrando los extensos campos de cereal.
Las obras emprendidas por el nuevo señor del castillo todavía no han avanzado mucho, pero sin duda estarán completadas para finales de la Estación del Fuego, ya que para entonces la mayor parte de las manos útiles no serán necesarias en los campos y podrán dedicarse a otras cosas.
Insisto en que debéis seleccionar la obra en que centráis vuestro potencial constructor:
- Reparar los daños del castillo y mejorar sus defensas
- Levantar un monumento a los caídos
- Levantar un puesto de mercado en la aldea de Sovreis (por ahora las caravanas pasan de largo)
- Emprender algún otro tipo de mejora en Sovreis como ampliar el molino, construir almacenes, edificar una herrería...
- Construir un fuerte en la linde de vuestras tierras para llevar allí la guarnición de los soldados del marqués de Caravás.
La decisión es toda vuestra. Y si no os pronunciáis, tiraré un dado... ;)
Opino que un mercado podría aumentar la riqueza de la zona, si es que hay algo en estas tierras con lo que se pueda comerciar, claro. Si no es así, entonces habría que crear algún tipo de producción digna de ser comerciada, ya sea alimentos o productos de artesanía o manufacturados) por lo que la prioridad sería mejorar las infraestructuras (molino, herreria, etc.).
Eso debería volver a poner la región en el mapa, y un flujo de comercio enriquece, aparte de poner materiales diversos al alcance de los aldeanos, provenientes de otros lugares o que no se producen aquí.
Para el primer aniversario del ataque al castillo debería construirse el monumento a los caídos para recordarlos, y aprovechando un conveniente discurso que favorezca la predisposición de la gente, reparar los daños del castillo.
Por último, y cumpliendo con el plazo previsto con la casa Mendaci, se construiría un puesto avanzado fronterizo para que se vigilen las caravanas de paso por parte los Mendaci, a quien habría que avisar convenientemente para que dichas caravanas hagan un alto en la región, y pueda prosperar. Para entonces ya debería disponerse de soldados entrenados leales al señor de Skelirnen, por lo que el adiestramiento y adoctrinamiento debería empezar cuanto antes, haciendo una "oferta de empleo" entre los jovenes más aptos, y utilizar a uno o dos de los mercenarios para entrenarlos en combate, o bien contratar a un maestro.
Sigue siendo necesario identificar a los posibles alteradores del orden desleales al Señor. Una respuesta afirmativa por parte del padre de Mord, sería la solución. Ese halconero puede ser un problema. O nos "ganamos" su lealtad, es decir, conseguir hacerle cambiar de opinión, y ser merecedores de sus servicios leales, o pasarlo a un segundo plano con menos responsabilidad. Eso es algo que tal vez habría que dejarle claro de forma directa. Siempre que tengamos un As en la manga con quien sustituirle.
No se, puede que haya algún concepto que no haya visto, alguna consecuencia que no haya previsto o algo que se me pase. Dos mentes piensan mas que una...
Las tierras de los Skelirnen producen únicamete recursos comerciales muy primarios, una cosecha de cereal al año y un pequeño excedente de lana de oveja, aparte de las verduras, hortalizas y frutas que consumen a diario y apenas la carne necesaria para una dieta saludable, pues los rebaños son su principal riqueza y no deben verse mermados. Así pues, la construcción de un puesto de mercado y los almacenes que alberguen las mercancías suponen la primera mejora del nuevo señor del castillo. Sus excelentes relaciones con la casa Mendaci garantizan una breve parada de las caravanas en esta diminuta población, que proporciona grano para las bestias de carga, pan y carne para los viajeros y la posibilidad de comerciar con la lana en bruto que proporciona su explotación ovina.
Un pequeño paso, apenas representativo de momento en las arcas de la casa Skelirnen, pero que sirve para colocar la aldea de Sovreis en el mapa de la Ruta de las Caravanas de Maniria. Y empezar a darla a conocer.
Y respecto a vuestra formación mágica:
¿No tienes "preguntas" que hacerle a Mirkan acerca del recurso que empleó para hacer frente a sus fantasmas?
Vamos, no creo que tengas muchas dudas acerca del hechizo prohibido que ha empleado... ¿no te interesa? ;P
Un día aparentemente corriente de principios de la Estación del Fuego llega hasta el castillo Skelirnen un discreto viajero venido de tierras lejanas, afirmando percenecer al séquito del señor Hendar Grobton, de Uton. Se presenta ante el joven Mordecai para ponerse a su servicio personal, en calidad de asesor de confianza. Parece que la carta enviada hace tantas semanas, con aquella tan peculiar solicitud hecha a su señor padre, acabó por tener una respuesta satisfactoria. Un agente muy bien entrenado y experto conocedor de su oficio, a juzgar por la carta de presentación que le entrega, sin variar un ápice su expresión seria y circunspecta.
Querido hijo, tras haber leído tu anterior misiva y ponderado muy detenidamente lo que en ella reclamabas, tengo a bien concederte tu petición enviándote a uno de nuestros agentes juramentados. Todos ellos han hecho voto de servir hasta la muerte, pues tienen bula eclesiástica para matar sin condenar su alma por esos pecados, y si fuese preciso incluso para quitarse la propia vida con tal de no revelar información sensible contraria a nuestros intereses. Pero recuerda que dichos pecados recaen directamente en el señor al que prestan servicio, por lo que debes tener sumo cuidado con las indicaciones y órdenes que le dispensas.
Recuerda, un hombre es su reputación y la de toda su casa.
El individuo, de una edad difícil de determinar pero sin duda cercana a la cuarentena, realiza una reverencia y susurra unas palabras que tan solo llegan a los oídos de Mordecai Grobton:
- Mi señor Grobton, desde este momento estoy a vuestro servicio -comenta con una sutil sonrisa apenas insinuada en la comisura de los labios- Emplead sabiamente la herramienta que vuestro padre ha tenido a bien confiaros.
Mord habla en privado con el hombre de confianza que su padre le ha enviado, y le pone al tanto de los acontecimientos pasados y le expone los problemas con los que se encuentra el señor del castillo.
Le sugiere que vigile de cerca al halconero, y antiguo hombre de confianza del anterior señor, ya que podría no ser del todo leal, y le mantenga informado de lo que se cuece tanto en el castillo como en el núcleo urbano, cuales son las preocupaciones de la gente y la opinión que tienen del señor.
El agente tarda semanas enteras en volver a contactar con el joven Grobton, de hecho hay periodos en los que se diría que ha abandonado el castillo de Skelirnen o la aldea de Sovreis... pero finalmente reaparece del modo más inesperado, encontrándose en privado con Mordecai cuando este estaba buscando un mozo de cuadra que ensillase para él uno de los caballos de los establos del viejo castillo, para dar un paseo al atardecer tal como ha tomado por costumbre.
- Mi señor Grobton -saluda en un susurro desde las sombras, mientras hace una sucinta reverencia- Tengo novedades acerca de lo que me habíais encargado investigar que sin duda serán de vuestro interés...
No abandona su rincón en las sombras y hace una seña al joven para que permanezca en su posición actual, sin dirigirse directamente hacia él, para que cualquier eventual testigo no les relacione abiertamente.
- He averiguado que la esposa del anterior señor del castillo, Voltar Skelirnen hijo, sobrevivió al ataque de hace dos estaciones... está refugiada en una diminuta cabaña de pastores en la sierra, custodiada por uno de los leales al viejo señor -informa diligente- Y recibe visitas ocasionales del halconero, que evidentemente le reporta informes sobre todo lo que acontece en el castillo. Podemos deducir que preparan algo, tal vez una jugada para recuperar el poder sobre este señorío.
Hace un alto para tomar aliento, aprovechando para analizar la reacción de su señor ante las noticias, antes de añadir un detalle especialmente relevante:
- Apenas sale de la choza, pero he podido observarla desde cierta distancia. La acompañan dos niñas que parecen ser sus hijas, aunque por ser hembras no suponen ninguna amenaza para el actual heredero... pero esa mujer está encinta. Estimo que de casi veinte semanas.
No hace falta que diga más. Si esa criatura que está por nacer resultase ser un varón, sería un heredero legítimo del primogénito de la casa Skelirnen... cosa que podría llegar a cuestionar el nombramiento de Mirkan como señor de la baronía.
- Pero todavía estamos a tiempo de solucionar el problema antes de que se haga público -sugiere con frialdad y cierto tono ominoso- Yo podría encargarme de que esa mujer no llegase a dar a luz, solventando de raíz cualquier futura reclamación. Sólo la protegen dos pastores y un hombre de armas excesivamente confiado en que nadie conoce su actual paradero -propone- Y si no lo deseáis, vuesto amigo Mirkan Skelirnen no tendría por qué enterarse jamás de nada de todo esto...
Mordecai medita unos instantes sobre las consecuencias posibles de cualquiera que sea la decisión que tome.
Eliminar a la cuñada y al futuro sobrino (o sobrina) de su amigo le garantizaría el poder a Mirkan, aunque es sin duda algo despiadado. Además está el hecho de que al final acabará saliendo a la luz la muerte de la mujer, y si Mirkan sospechase que Mordecai ha sido el responsable...
Por otro lado, podría informar a su amigo de la noticia, y dejar que sea él quien tome tan delicada decisión. Parece que es lo más adecuado.
Mirkan no es un hombre malvado, es probable que mande traer a su cuñada y le de protección, permitiendo que nazca su sobrino, asumiendo el gobierno hasta que éste sea mayor de edad.
Si, sin duda es lo que aconsejará a su amigo. Sabe que no es un hombre ambicioso, y que en el fondo, le interesa mucho mas el Arte que la politica y el gobierno de la región. Sería una magnifica forma de mostrar clemencia con la familia que le repudió y de paso poder dedicarse de nuevo a estudiar hechicería. Una lección de humildad y perdón de un hombre santo.
Tras meditar durante casi un minuto, con el caballo ya ensillado, mira alrededor y susurra una respuesta discretamente.
- Es una situación muy delicada. Sin duda eres de la élite de mi padre. Discreto, capaz y sin escrúpulos. Justo lo que hace falta para éste trabajo. -se agacha para revisar el atalaje de la silla y los estribos y continúa.- El Barón debe conocer ésta información y tomar una decisión. Le aconsejaré lo más conveniente. Volveremos a vernos en dos días y te daré más instrucciones, de momento mantén la vigilancia sobre nuestro amigo el halconero y la cuñada del Señor.
En seguida coge las riendas y sale del establo con el caballo para dar su habitual paseo.
En cuanto tiene ocasión, se entrevista en privado con Mirkan en sus aposentos y le cuenta lo que sabe.
P.S.: Perdón, pero creía que había contestado ya sobre esto. Al ver el mensaje de Off-topic miré por aquí y vi que aún no había contestado.
Mord se presenta una mañana en los aposentos de Mirkan.
- Mi señor, -dice a su amigo- he tenido noticias inquietantes, pero tú decidirás si son buenas o malas. -dice olvidándose de las formalidades en seguida.
- He sabido que tu cuñada y tus sobrinas siguen vivas y permanecen ocultas con la ayuda de nuestro amigo Folcan, quien las visita periódicamente. -hace una breve pausa para dejar que Mirkan digiera la primera parte de la noticia y continúa.-Debes saber también, que espera un vástago. Tendrás un sobrino... o tal vez otra sobrina. -hace otra pausa y le relata las obvias conclusiones- Sin duda Folcan conspira en tu contra, con la esperanza de que nazca un varón, y volver repentinamente con un heredero legítimo para quitarte el poder.
- No obstante, -continúa, ahora proponiendo distintas soluciones- tengo capacidad para eliminar esa amenaza de forma totalmente discreta y sin mayores consecuencias. Nadie lo sabría jamás. -examina el rostro de su amigo para ver su reacción ante ésta solución tan drástica- Te pido disculpas por sugerirte esto, pero quiero que sepas que sería posible, y aunque yo no lo apruebo, se hará si es lo que quieres. Sin embargo, yo sugiero otra vía de actuación menos despiadada. Al fin y al cabo son tus sobrinos, sangre de tu sangre. También podrías adelantarte a ese acontecimiento y hacerlas venir aquí, donde lo harás público y les darás protección, prometiendo gobernar la baronía hasta que tu sobrino (si es que nace un varón) sea mayor de edad, momento en el que será nombrado nuevo Barón de Skelirnen. Si no, al menos tu cuñada y tus sobrinas podrán tener algo mas que una choza en la sierra, viviendo como refugiadas. Con esto se demostraría que nunca ha habido intención por tu parte tomar el poder, acallando así las sospechas de aquellos que piensan que has conspirado contra tu padre y tu hermano. De paso, quedarás libre de tus obligaciones como señor y podrás dedicarte al estudio del Arte. -y añade con una mueca- Además, si quieres, podemos descubrir a Folcan, acusarlo de ser el principal impulsor de esta corriente de pensamientos y de conspirar contra ti y desacreditarte. El destino de Folcan no sería muy bueno. Por otro lado, también podemos entrevistarnos con él y comprobar si con ésta decisión aumenta su lealtad hacia ti. Creo que reclutarlo definitivamente sería mucho más provechoso que eliminarlo, y no perdemos nada por intentarlo. -hace otra pausa y concluye- La decisión final la dejo en tus manos. -y lo deja para que medite sobre este asunto.
Mierda, Mordecai se ha convertido en su padre....