Partida Rol por web

Colocar la cuerda fue fácil, por lo que tras comprobar que estuviese bien sujeta me dirigí a la parte del camino cercana a la cuerda más atrasada, prestando atención a la información que Casandra pudiese obtener del bandido, ya que se había puesto a interrogarlo mientras hacia su parte.

También quiero preguntarle un par de cosas, pero ya habrá tiempo para eso después- pensé mientras me ponía a cavar para formar pequeños agujeros donde colocar las estacas -Además, tampoco es que parezca necesitar mucha ayuda- me dije, al escuchar como el bandido empezaba a soltar información. De todas formas, lo principal era cavar lo más rápido posible, por lo que me centré en ello, agradecido de tener un guantelete.

Bueno, no es el uso normal, pero al menos no me destrozo la mano- dije en voz baja mientras seguia cavando.

Erackand perdió dos minutos más recogiendo piedras, puesto que las apropiadas no eran muy comunes por allí cada vez tenía que ir algo más lejos hasta que temeroso de encontrarse lejos cuando llegasen los enemigos volvió y se dispuso a ayudar en alguna otra cosa.

Se dio cuenta de que no habían preparado los huecos para las estacas y se puso a ello. Conforme Sondra le iba pasando las estacas él las iba colocando lo mejor que podía.

Sin perder más tiempo Ciara se toma 5 minutos buscando hojarasca dada la gran cantidad de espacio que hay para llenar. 

Tras colocar las cuerdas, tardando más de la cuenta dado los nervios ante el inminente combate, decido hacer una actividad que me distraiga más.

Observo a mis compañeros y noto la falta de hojarasca para cubrir tanto los fosos de las estacas como las cuerdas y la zona que pretendo quemar. Tras la reflexión me dispongo a recoger todo lo posible y a colocarlo de la forma adecuada, regando las hojas con el combustible de mi linterna, para facilitar la combustión.

Los preparativos continuaban su marcha y el tiempo ya empezaba a venírseles encima a los legionarios. Tenían ya las cuerdas listas y también suficiente hojarasca para empezar. Habían conseguido suficientes ramas y tenían ya muchas estacas.
Sin embargo aun tenían que cavar los hoyos y poner las estacas, lo cual parecía estarles tomando demasiado tiempo. Las piedras también eran insuficientes para defenderse de un posible ataque, aunque era claro que en ese denso y verde bosque conseguir piedras adecuadas era una tarea dificil.

Me levante algo entumecida de la piedra donde había estado trabajando en las estacas. Había preparado una buena cantidad de ellas, que junto  a las de mis compañeros harían un buen numero.

Observe al resto trabajar en silencio, concentrados en su tarea, todos a excepción de Cass que seguía interrogando al bandido.

La tarea de los cavar los agujeros no parecía ir demasiado bien, así que decidí echar una mano.

Me introduje de nuevo en el bosque buscando algún trozo de corteza o piedra que fuera adecuada para ayudarme a cavar. Imaginaba algo poco voluminoso que pudiera sujetar con ambas manos, que fuera suficiente estrecho y resistente para poder ir abriendo hueco en la tierra, sin romperse a las primeras de cambio.
Si encontraba mas de una cosa que pudiera ayudarme con la tarea, la cogería para dársela a alguno de mis compañeros.

Necesitaba una pala por pequeña que fuese y aquello no se encontraba entre sus pertenencias de modo que preguntó a sus compañeros.

¿Quien tiene una pala o algo que sirva para cavar?

Dada la urgencia de la situación y la prisa que tenían se dedicó a remover la tierra con un cuchillo que tenía entre sus útiles de acampada. Su espada no serviría para aquello pues podría ser difícil desclavarla del suelo. Lo ideal habría sido una azada. De este modo, dejaba la tierra suelta, igual que cuando un campesino prepara la tierra para la siembra y que las semillas queden enterradas.

Erackand sabía cavar pero había que hacerlo a medida de las estacas, que debían quedar firmemente asentadas si querían ser de verdadera utilidad. Conforme Sondra le iba pasando las estacas el iba asentándolas con cuidado.

Era un trabajo laborioso, pero merecía la pena hacerlo bien. Después de asentar cada estaca daba un pequeño golpe que terminaba de asentarla comprimiendo la tierra debajo de ella y terminando de asentarla. Luego pisaba alrededor de la estaca. Agradeció la ayuda de Sondra cuando llegó y entre los dos intentaron dejar aquello preparado lo antes posible.

Una vez termino de juntar hojarasca, veo que Gareth está intentando hacer agujeros con sus manos. Me acerco a él, le quito su espada y le hablo:

 - "Inténtalo así. ¿Acaso todos los guerreros piensan con los puños?"

Tomo la espada y comienzo a picar la tierra. Una vez está removida, tomo su escudo y lo utilizo de pala para tomar la tierra y sacarla de manera mucho más rápida que con un guantelete. Luego le devuelvo la espada y me dirijo a buscar ramas de árboles, largas y con varias pequeñas ramas accesorias para hacer el suelo falso sobre los agujeros. Si no recojo de esas ramas, nadie caerá en los hoyos con estacas, por apurados que vayan.

Mientras se amontonaban en el suelo junto a ella las ramas afiladas se alegraba de que el bandido cantara, De Amarantine, interesante… ¿quién os ha contratado? No me trago hayáis aguantado tanto sin ayuda… su voz se alejaba un poco mientras reunía ahora de su alrededor piedras y objetos que necesitaban para sus escondites.

Por una parte, mi idea de usar el guantelete funciono, ya que, pude cavar sin hacerme daño alguno en la mano... por otra parte, pronto me di cuenta de que los agujeros que necesitábamos eran mayores de lo que en un principio había planeado, y a ese ritmo nunca acabaría de prepararlos a tiempo, pero tal vez por la presión de cuándo llegarían los bandidos, o tal vez por el cansancio acumulado de estos días, no se me ocurría nada mejor, por lo que seguí intentándolo arduamente.

Maldita sea, a este ritmo no lo conseguiré- pensé, cada vez más desesperado. Fue entonces cuando Amon vino a mi lado, recordándome que podía usar otras cosas para cavar -Menos mal de que hay alguien que puede mantener la cabeza fría- me dije, avergonzándome de lo obvio que resultaba una vez me lo dijo.

Gracias- dije en voz baja, mientras maldecía para mis adentros el no haber pensado antes en ello, mientras, sin más dilación, me puse a cavar tal y como me lo había sugerido Amon

Observo como Amon tarda más de la cuenta en recoger la hojarasca y que, encima, me está entorpeciendo en parte la tarea. Amon, ayuda a los demás a cavar y colocar las estacas, ya recojo yo toda la hojarasca que necesitemos y la coloco yo.

A continuación sigo trabajando, recolectando más y más hojas secas que prendan bien y tapando con ellas el camino. Aparte, además de la zona que quiero quemar, tapo con menos cuidado las zonas próximas a estas para que los bandidos no encuentren de repente una zona con una gran concentración de hojas que resulte sospechoso.

El enano vio a Gareth usando el escudo para cavar y se dispuso a usar el suyo, maldiciendo su falta de imaginación. De aquel modo se cavaba mucho más rápido.

Se le oía refunfuñar por lo bajo.

El tiempo va corriendo y cada vez nos queda menos, Ciara continúa en su tarea de buscar hojas al ver que Vargad empieza a poner más hojas de las que necesitamos quemar entienden la idea de disimular - Buena idea - le dice al pasar y continúa con la tarea en silencio. 

Mientras las labores continuaban con arduo esfuerzo y un creciente cansancio, Cassandra por su parte continuaba haciendo hablar al prisionero, esta vez intentando descubrir sus posibles intereses externos. Aunque sorpresivamente, esta vez el bandido se hecho a reír.
-Pero que imbecil, ¿que no nos viste?, somos bandidos, robamos y nos escondemos. Nadie nos paga por esto. Ustedes son los mercenarios que trabajan para quien sabe quien-.

Ante las palabras de Vargad y no tengo ánimos para discutir o competir por tenerla más grande, así que asiento a sus palabras y me dirijo a donde está Gareth, a quien veo con problemas para terminar un hoyo. Le quito nuevamente la espada y le hablo:

 - "Te ayudaré, así iremos más rápido. Yo pico y tu retiras. De aquí a allá saldrá más rápido así que mantén el escudo presto."

Comienzo a picar la tierra lo más rápido que puedo y a avanzar a la siguiente zona intentando ir en lineas siempre contiguas para no perder tiempo en retroceder sobre nuestros pasos para comenzar nuevamente. Intento crear un sendero que el guerrero retire y así apresurar lo más posible la producción.

Salgo del bosque de vuelta al camino, lista para ponerme a trabajar sin demora. Me arrodillo y comienzo  a cavar con las herramientas encontradas en el bosque. Ablando la tierra usando el palo y después uso la piedra para quitarla y echarla a un lado.

-Vamos, terminemos esto de una vez o se nos echaran encima. Dije en voz alta al detenerme un momento para secar el sudor de mi frente.

El cansancio acumulado debía estar afectándome, pues a pesar de lo que había dicho Amon, mi ritmo preparando el agujero no se podía decir que hubiese mejorado. Iba demasiado lento, lo sabía, y eso no hacía más que frustrarme, lo cual no ayudaba precisamente.

Madita sea- me dije, maldiciendo mi ineptitud. Por suerte Erackand también llevaba un rato cavando, Amon se había unido a mi mientras me daba instrucciones y Sondra también sese había puesto a ayudarnos... seguía siendo difícil conseguirlo, pero al menos no era imposible.

Erackand seguía cavando ayudado ahora por Sondra y otros pero a pesar de ello no conseguía aparentemente ir más deprisa. Se debatía contra la tierra y gasto todo el tiempo que pudo, luego iba asentando las estacas con cuidado pero los nervios de algún modo le estaban afectando.

Sigo recogiendo hojas y ramitas mientras mis compañeros trabajan y Cassandra continúa con su interrogatorio. Sin girarme a esta le digo -Cassandra, acaba ya con él y ayúdanos a los demás. Si no tendré que hacerlo yo mismo cuanto antes, no podemos dejar que nos alerte.

Además debo atar los caballos lejos de aquí, para que no se pongan nerviosos y alerten de nuestra presencia.

La hoja de su espada se notó fría en la mejilla del bandido, no tenían tiempo para juegos y no los iba a permitir. La apartó con fuerza realizando un pequeño corte en su rostro, un aviso sin mayor importancia. No juegues conmigo bastardo y contesta, ya sé lo que sois, quiero saber para quién está trabajando Waldric, el que mueve los hilos, quien ha permitido que campéis a vuestras anchas, con quién se reúne Waldric, dame ese nombre. Aunque el elfo creía conocer bien ese nombre, no era su deber juzgar sin ofrecer el beneficio de la duda.
Mientras, recogió algunas de las estacas que habían fabricado y las fue colocando en los pequeños fosos que se iban cavando. Es la última oportunidad que tienes para que una de estas no sea para ti. Apenas cruzaba su mirada con el bandido, no merecía más importancia que su repuesta y no ofrecería atisbo alguno de humanidad para acabar con su vida en cuanto lo estimara oportuno, fuera o no la respuesta de su agrado.