Hoy se respira cierta expectación en el ambiente. Nadie quiere ver repetirse el dantesco espectáculo de las dos noches anteriores, pero a la vez, todos sienten que hoy, algo está a punto de rebelarse. Algunos grupillos de gente, los más agitados, incluso parecen protestar tímidamente a Förner, que se sienta tras el podio en silencio, como diciéndolo que empiece de una vez.
Si el hombre se ha apercibido, no lo demuestra. Se limita a reclinarse en el respaldo de su silla de juez, entrelazando los dedos bajo su mentón.
Se les informa de que mañana, empezarán las obras de construcción de una prisión provisional. Nuestras investigaciones están revelando suficientes casos como para que las celdas de la ciudad no den acómodo a todos, y aún hay cierto proceso debido que debe observarse. En contra de lo que muchos ustedes piensan, no soy un matarife.
Hay algunos murmullos, pero los corta con un gesto irritado.
No crean que no soy consciente de lo que se dice de mi. Sí, incluso en las trastiendas y callejones por lo que la guardia no pasa, pero donde otros hacen su labor. Francamente, poco me importa en qué estima me tengan minetras no rompan la paz, y mientras cumplan la ley y entregen a los agentes del Mal a la justicia. Dejemos de perder el tiempo en charla inútil, y procedamos.
Comenzaba un nuevo día y, a diferencia del anterior, Clara no sentía que hubiesen errado al quemar a Wilburg. Al fin y al cabo, el hombre había estado acusando a alguien nuevo cada día, tanto si era inocente como un ayudante de las brujas. El número de los habitantes de Bamberg se reducía y a priori nadie parecía tener claro quienes eran las brujas restantes.
-¿Qué sabemos hasta ahora? -preguntó la costurera a sus restantes compañeros, pensativa-. Muriel bruja, Wilhelm inocente y de Wilburg solo tenemos claras sus acciones... Anoche uno de los barones le dijo a Förner que no sabía lo que hacía al enfrentarse con ellos. -Puede que aquellas palabras no significaran nada, pero le habían intrigado en cierta medida-. ¿Y si Wilburg simplemente era un tercer bando en sí mismo, ajeno a brujas e inocentes aldeanos?
Lo de asistir cada día al juicio parecía que empezaba a convertirse en una tradición, estando ya acostumbrado a esperar a que los últimos rayos de sol asomaran por el horizonte para cerrar su posada y poner rumbo a la plaza. Eso sí, seguía manteniendo la distancia de todos aquellos que le rodeaba menos de Franz, no olvidándose nunca que él era un hombre de ley por su profesión.
Era d’una secta d’esas.- Afirmó, al igual que las otras veces, un tanto alegre de que la presencia de Wilburg no estuviera presente.- ¿Las brujazas se convierten o nacen asín? – Preguntó con curiosidad, mirando al resto.- Si el molinero no era brujazo d’esos pue’ser que las ayudara.- Se encogió de hombros.- Pero non era d’este pueblo. Non era bueno.- Se llevó una mano a los labios para lanzar un beso al aire.- Lo juro por el Señó.
Otra noche en la que alguien era ejecutado. Y otra en la que no soñaba ni sentía que hubieran acertado. ¿Sería inocente? ¿Quizás de una secta pero no brujo? Incluso las palabras de Clara le sonaron muy posibles. En cualquier caso, Edeltraut sólo se sentía insegura con todo aquello.
—Yo ando ahora mismo terriblemente perdida y angustiada. Y además, no tenemos ninguna pista o indicativo, salvo alguna acusación sin pruebas... —pensaba en Eleonora, quien la acusó fervientemente dos o tres días atrás.
Otro día más y otro ejecutado más. En anteriores ocasiones, habían tenido indicios de que aquel sacrificio había sido acertado. Pero esta vez, nada. No ha habido pesadillas ni otras cosas Otro inocente... pensó. Llegó a la sala de los juicios y se sentó.
Escuchó a Clara y la miró - ¿A qué te refieres con que sabíamos las acciones de Wilburg? ¿Las acciones de confundir? ¿De ir diciendo teorías sin ton ni son? Me... me gustaría entenderte - le preguntó - O tal vez, más que otro bando, que pudiese haber sido poseído - añadió.
Cada vez la situación le parecía peor, ya había muerto un inocente y otro que probablemente lo fuera ¿Qué otra cosa puede haber entre nosotros que no sean brujos o brujas? se preguntaba, optaba más que haya una posesión para que la atención recayera sobre él. Quería volver a su granja a seguir con sus quehaceres y ayudando a la gente de su pueblo. Todo era más sencillo antes...
-Eso es justo a lo que me refiero, Eleonora -le indicó la costurera a la granjera-. Las acciones de Wilburg fueron tratar de confundirnos desde el primer día señalando a unos y otros: Horst, Wilhelm y luego Berthold. Si era un brujo, existe la posibilidad de que a quienes haya señalando sean personas inocentes a las que consideraba peligrosas para las brujas y por eso proponía eliminarlas. O bien las investigaba durante la noche y por ello arrojaba un nuevo nombre cada una.
Fuera lo que fuera, para Clara resultaba evidente que el molinero había tratado de diezmarles y que un hombre inocente había pagado por ello.
-De entrada, yo pensaría que es un brujo, pero recordando lo que les dijeron los barones a Förner ayer, no puedo dejar de pensar si Wilburg no estaría colaborando con ellos, ajenos a este conflicto entre brujas y aldeanos inocentes.
El alguacil tomó su lugar como cada noche. Silencioso y reflexivo.
—Sólo la muerte de Muriel tuvo un significado para todos nosotros. Y sólo de ella sabemos que se había entregado a Satanás. Lo que quiero decir es que... no sé si las muertes de Willburg y Willhelm han servido de algo. O si simplemente se dejaron llevar por el miedo exponiéndose de esta manera. Informéis lo que informéis a herr Höfner, hacedlo con cabeza. No quiero seguir viendo como mis vecinos van a la hoguera.
- La verdad es que sería bastante bueno, señor Alguacil, la cosa es que ahora no estamos mejor que antes. Solo nos hemos librado de una bruja, y fue por gracia del señor. Por nosotros mesmos ni siquiera sabemos si hemos conseguido algo. Así que seguimos como pollo sin cabeza, mientras no tengamos nada de lo que tirar. Que yo sigo seguro que algo de bruja tendría el Willburg, pero ya ve usted que de muchas dudas no nos ha sacao tirarle a las llamas
En silencio y sin nada que decir realmente, el ovejero tenia la cara demacrada por falta de sueño, aun sin tener pesadilla en la noche, la incertidumbre y falta de información no eran buenas compañeras de cama, como tampoco lo eran las nuevas de una prisión para todos los acusados. ¿Realmente existían tantas brujas y gente afín a ellas? ¿Entonces no seria mejor ser los pocos inocentes los que por seguridad fueran a las mismas para evitar la muerte? Poco o nada sabían el joven de leyes o sin sentidos, como encerrar a alguien quien entra en tus sueños y enreda entre ellos.
-Si alguno de los varones quemados eran o no ayudantes de las brujas, nada sabemos. Pero sin pruebas poco mas descubriremos... -Alzo entonces la cabeza, pues la mantenía hundida entre los hombros. -Tal vez... y solo tal vez, ¿Si hacemos memoria? ¿Alguien defendió a Muriel, Wilburg o Wilhelm? Que digo yo que entre brujas se conocerán y no querrían que sus camaradas fueran votados o quemados. -Sabia que la muerte de la bruja había sido obra del señor, pero entre ellos seguro que había gente espabilada como el alguacil o mas ducha en la palabra que supiera buscar y sacar algo en claro, por que si no empezaban a buscar pronto, hasta el ultimo de ellos acabaría en la hoguera si el obispo llegara a perder la paciencia, que se empieza con prisiones y se acaban con pueblos quemados, con el cartel de "purificado" en las afueras.
La discusión acaba súbitamente cuando Förner se pone en pie y anuncia que necesita reconvenir con el Consejo.
Se me hace claro que este métido no está fincionando como debiera. Debemos... deshacernos de todo este tedioso aparato legal. Las discusiones se estancan y no llevan a ninguna parte. La justicia de Dios puede esperar, pero está a la vista que la de los hombres debe ser más ágil.
Márchense a sus casas. Mañana en el juicio se les informará de los cambios. La Comisión estará especialmente activa, de modo que recuerden que su autoridad es la mía propia. La desobediencia tendrá consecuencias.
Dicho lo cual se marcha, dejando la clara amenaza en sus palabras como despedidas. Si, sin duda habrá consecuencias si el pueblo de Bamberg no satisface las ideas del vicario del Principe-Obispo...
...lo cual hace más aterrador que absolutamente nadie sepa lo que le pasa a ese hombre por la cabeza.