Voto por Harby
Voto por Clara.
Cuando los escribas accedieron a tomar nota de las votaciones, las alucinaciones infernales de Muriel cesaron para la mayoría de los presentes. No, sin embargo, para aquél al que todavía resultaba una amenaza.
—Harby... —Escuchó el susurro nítidamente desde el fondo, pero cuando se giró hacia esa dirección no era Muriel, se trataba de otra persona diferente quien comunicaba su voto— El ovejero... —Volvió a escuchar a sus espaldas.
Las miradas de los demás alertaban del peligro inminente. Le parecían de enfado o de venganza, como si de repente todos hubiesen decidido acabar con él. La última alucinación vino acompañada de su voz, esta vez al ras a su oído, provocando un desencadenante de escalofríos por todo su cuerpo.
—¿Una tartaleta? —La risotada maligna de Muriel se hizo paso entre el eco de sus pensamientos.
Y en su mano tenía una de esas tartaletas de frambuesa que preparó, gracias a la leche de sus ovejas, los días antes a su hoguera. Esta vez no tenían una pinta deliciosa, sino mohosa, con numerosos gusanos blanquecinos moviéndose por la superficie.
Votación doble para Harby
Loe escribas temrinancon su labor. Al acabar la sesión, mucha gente mira nerviosamente alrededor, pero la presencia que parecía pender de la sala se ha ido.
Förner frunce el ceño antes de hablar, como sopesando las palabras.
Parece que hay una cierta... división entre el pueblo. Una de un tipo distinto. Parece que las dos partes en liza tienen ciertas diferencias, pero por lo demás están notablemente unidas. Bien, veremos los acontecimientos mañana. Por hoy, parece que el pueblo no ha sido capaz de tomar unaa decisión.
Förner se retira, dejando tras de si a los guardias que empiezan a desalojar la sala, y una sensación de desconfianza densa y opresiva.
La votación ha terminado en epate. No se ejecuta a nadie por hoy.