La Historia Oficial:
Desde el año 1300, por causas aún no determinadas, la Tierra estaba epxerimentando un periodo de glaciaciones, avance de las masas polares y cambios estacionales, en lo que se ha venido a llamar la "Pequeña Edad del Hielo". Los ciclos de las estaciones se volvieron inestables, con primaveras y veranos cortos y fríos, tormentas fuera de temporada e inviernos inusualmente crudos y largos, que se iría manfiestando en diferentes ciclos en diferentes partes del mundo, y se extendería desde las primeras manifestaciones en el 1300 hasta su final alrededor del 1850.
En Europa, esto provocó un clima de miedo e incertidumbre generalizada en los periodos cumbre, en los cuales las cosechas sufrían daños importantes y muchos consideraban que Dios, descontento con la raza humana, planeaba el fin de los tiempos.
Uno de estos episodios afectaba Europa en 1625, durante la Guerra de los 30 Años entre las potencias católicas y protestantes. En el Principado-Obispado de Bamberg, en la region de Baviera de la actual Alemania, los campesinos de la zona, temerosos de la crudeza de los inviernos y del daño a sus cosechas, y espoleados por la superstición rampante entre las clases bajas y las arengas de los propios eclesiásticos de mayoría católica de la región se exntendió la creencia de los agentes del Maligno, las brujas y hechiceros, estban provocando con magia este entonces inexplicable cambio climático.
Bajo el príncipe-obispo Johann Gottfried von Aschhausen, sobre el 1622, se celebró el primer juicio oficial por brujería en la región. Apoyado a nivel admisitrativo e ideológico por su principal asistente, el teólogo Friedrich Förner, el juicio empezó como una disputa familiar que acabó en un cruce de acusaciones de prácticas herejes y hechicería, tanto entre familiares como a terceros, que acabó con el arresto de un número indeterminado de personas, de las que 15 fueron ejecutadas en menos de un año.
En 1626, la escarcha acabó con casi toda la cosecha de la región entera. El prínicpe-obispo Johann Georg Fuchs von Dornheim, recibió repetidas misivas de los campesinos de la región exigiendo que se depurasen responsabilidades y se librase a la región delas "brujas y hechiceros" a los que consideraban responsables. Johann vio esto no solo como una oportunidad de hacer méritos de cara al pueblo, sino como una oportunidad para preicar su doctrina de "un Reino de Dios" y conseguir apoyo popular e ideológico para sus propios ideales reformistas pro-católicos. Se lanzó una investigación y una mujer sin identificar fue arrestada y confesó bajo tortura haber provocado la escarcha usando la brujería. A raíz del caso, se conformó una Comisión de Brujería para investigar casos similares, con Förner a la cabeza.
El proceso de caza de brujas empezó ese mismo año. Como muchos otros procesos inquisitoriales, se basó en los principios de denuncia anónima y el uso indiscriminado de la tortura para conseguir confesiones.
Por lo general el acusado sería torturado para que confesase maleficia, o magia dañina, tras lo cual se le torturaría de nuevo para que confesase nombres de maestros, otros practicantes u otra gente que hubiese visto atender a aquelarres, misas negras u otros ritos maléficos, obteniendo así nombres para sus siguientes arrestos y cerrando la condena al cadalso del confesado.
Si bien no hubo apenas oposición al movimiento, respaldado por la autoridad, la política de acpetar acusaciones sin nigún tipo de veto y de usar la tortura indiscriminada, garantizando nuevas acusaciones, eventualmente provocó que miembros de las clases bajas comenzaran a acusar a miembros de las clases altas o la nobleza gobernante llevando al arresto de los susodichos, algo impensable en otras circunstancias o por cualquier otro crimen. En apenas dos años, el número de detenidos era tal que se construyó epxresamente una cárcel solo para ellos.
Eventualmente, los miembros de las clases altas, con más educación legal y recursos para escapar de la Comisión, empezaron a huir de la zona, denunciando ante el Emperador y el Papa que los métidos usados iban en contra de la Constitutio Criminalis Carolina, el código legal de la época. Cosa que, obviamente, era cierta. El propio Emperador intervino en un número de ocasiones exigiendo la liberación de determinados prisioneros, aunque el Príncipe-Obispo no atendió a ninguna de dichas peticiones y la constante distracción de la Guerra de los 30 Años hio que el gobierno imperial no tomase medidas.
El punto de ruptura fue el 17 de Mayo de 1630. Cuando la influyente familia mercante de la acusada Dorothea Flock elevó su caso al Emperador y este mandó una orden de liberación, los oficiales de la Comisión obtuvieron conocimiento de dicha orden mientras viajaba hacia la ciudad. Adelantando la ejecución de la sentencia, quemaron a Flock en la hoguera just el día antes de que llegase la orden para impedir que pudiese ejecutarse.
El escándalo que esto provoco, unido a la magnitud que estba alcanzando el proceso,provocó suficiente indignación de la Dieta Imperial y las cabezas de la Iglesia Católica alemana, que lanzaron una investigación y prohibieron expresamente comenzar más juicios de brujas mientras durase esta.
El apoyo popular a la caza de brujas cayó en picado al darse cuenta la gente de que cualquiera podía acaba en la cárcel o la hoguera, con famosos episodios como los de los campesinos de diversos pueblos negándose a dar madera para las ejecuciones, o las delcaraciones del rey Gustavo Adolfo de Suecia tras haber diezmado a los ejércitos católicos de la zona, amenazando con tomar parte personalmente en el asunto. Sometido a presión por varios frentes, el Príncipe finalmente ordenó detener los arrestos en 1631.
Förner, principal cabeza pensante del proceso, había muerto el año anterior, y el Emperador designó a Anton Winter, reconocido activista en contra de la caza de brujas, como nuevo líder de la Comisión. El Príncipe-Obispo huyó a Austria cuando Winter llegó a la ciudad, y pocos días después, este ordeno que se liberase a todos los prisioneros de la Comisión, cerrando oficialmente el proceso de caza de brujas en 1632, a medida que las tropas suecas se aproximaban a Bamberg.
Los jucios de Bamberg fueron unos de los mayores juicios en masa por brujería de la era moderna y los cuartos más grandes de la historia alemana por detrás de los de Trier, Fulda y Würzburg. Se estima que 900 personas fueron ejecutadas en la hoguera.
La Historia en este mundo:
Si bien es verdad que los métodos de la Comisión son ineficaces y que sentencian a muchos inocentes, lo cierto es que la amenaza que persiguen es real. Las brujas existen, y el clima de confusión y miedo les permite pasar desapercibidas y extender sus mentiras y su veneno mucho más eficazmente de lo que podrían. Sus Familiares se confunden con animales doméstico o criaturas del bosque ante los ojos de los hombres, más ocupados en buscar culpables o pruebas para su absolución que en ver cómo el Maligno se apodera del mundo.
Las brujas no pueden actuar abiertamente por miedo a ser observadas mientras practican sus artes, sellando su destino. Pero cuando la comunidad no consigue actuar como uno, o tienen exito sembrando la duda y evitando que lleguen a un acuerdo entre ellos (o sea, cuando hay dos empates o votos nulos consecutivos), tienen la oportunidad de golpear, usando sus maldiciones para segar vidas. Solo una comunidad que permanzca vigilante y siga entregando hombres y mujeres a la Comisión para que sean purgados tiene la esperanza de sobrevivir.
Pero no son los únicos poderes en liza...
Tanto Dios como el Diablo tienen cartas que jugar. Revelaciones súbitas, momentos de claridad que permiten a la gente discernir la verdadera naturaleza de las cosas, o por contra, locura y hechos inexplicables que confundan a los demás y conviertan lo blanco en negro, y al hombre virtuoso en instrumento del mal. No confieís en nadie. Sabéis como se han acostado un día, pero no cómo se levantaran al siguiente.