Partida Rol por web

12 horas tras el salto de FTL...

Bajas mortales: 2.
-Leoben Conoy, pasajero. Saboteador. Causa de la muerte: contusión en el hueso temporal izquierdo del cráneo.
-Sean Bean, miembro de la tripulación. Mecánico. Causa de la muerte: contusión en el hueso frontal del cráneo.

Heridos graves: 2.
-Danaón Káleros, pasajero. Informático. Contusiones, hemorragias internas.
-Martin Zemus, pasajero. Escritor. Quemaduras.

Estado de la nave:
-Raptor bajo control. Ligeras abolladuras en el casco del morro.
-Carretilla eléctrica fuera de control. Batería agotada. Se puede recargar la batería, pero es necesario retirar la I.A. para evitar que el virus del saboteador permita manejarla manualmente.
-Olympic Carrier. Aterrizaje de emergencia sobre el estómago de la nave. Bloqueada la compuerta por la que salir al exterior con el raptor.
-Sistemas del Olympic Carrier. Niveles de Oxígeno bajando. Dependencias de la tripulación sin gravedad. Compartimentos de pasajeros sin calefacción. 
-Tripulación de la Olympic Carrier. Sin contacto con la cabina de pilotos.

Módulo A17. Habitación clase bussines de Jerry Fallter.

Tras el aterrizaje de emergencia, la Sobrecargo de la Olympic Carrier (Gloria Willmourd) solicitó por megafonía la ayuda de un doctor para atender a los heridos. El material médico de la enfermería (sin gravedad por estar en la zona de las dependencias de la tripulación) y los distintos heridos fueron trasladados a la habitación del médico voluntario.

Los principales protagonistas que trataron de evitar la catástrofe se reunieron también en aquel hospital improvisado. Las camas, algunas traídas de otros módulos de clase bussines, estaban ocupadas por los dos heridos más graves: Martin y Danaón.

Bien... Enhorabuena-dijo al camarero Platodeus Zattou y a la enfermera Clarks-, les voy a dar el alta. Señor Zattou, no se retire el vendaje. Venga a visitarme dentro de seis horas para cambiarlo. Y el tobillo de usted, señorita Clarks... La inflamación del tobillo ha bajado. En condiciones normales, tocaría rehabilitación: empezar a andar con la puntilla, sin cargar el peso sobre el pie. Pero tengo demasiado trabajo con mis otros pacientes para vigilarla, así que use muletas y cuando esté sentada trate de poner el pie en alto.

¡Qué bien, Clarisse! Me alegro de que estés mejor-felicitó, pasando la mano por la espalda de su compañera.

Dido, Oyuyua y Jonas se lanzaron miradas furtivas. Fíjate tú por dónde, al final resulta que sí había una azafata Mindy. ¡No era un nombre inventado!

Señora...-preguntó a la Sobrecargo-¿Cuál es la situación? ¿Ha empezado el partido de los Bucaneros en Cáprica?

No va a disputarse ningún acontecimiento deportivo, caballero. La Humanidad afronta problemas más importantes que un partido de pirámide. Algunos ya saben la situación en Tauron. Según las transmisiones que he podido captar, el resto de planetas están igual. Los Cylon han vuelto, y las Doce Colonias han sido bombardeadas con cabezas nucleares. Todos nuestros familiares han muerto-soltó rudamente-, y las últimas noticias indican que el Gobierno ha caído. En estos momentos, la Olympic Carrier es el lugar más seguro del mundo.

Pero hay mucho que hacer...

El terrorista que mató a Sean Bean puso un aparato electrónico en los motores. Al terminar la cuenta atrás, el artefacto hizo saltar a FTL la Olympic Carrier, lanzándola hasta la atmósfera de un cuerpo celeste, obligando a nuestros pilotos a un aterrizaje de emergencia para no estrellarnos. No responden a la radio, creemos que los pilostos pueden estar inconscientes, o muertos. Steve Sharp, nuestro Jefe de Seguridad, ha escaneado con los sensores del raptor la densidad del cuerpo celeste. Creemos que se trata de Minos, la gigantesca luna del planeta Tauron.

Además, los disparos de naves Cylon han reventado el casco en varios puntos, inhabilitando varios módulos de la clase Bussines. Estamos perdiendo suministro de oxígeno porque nuestros sistemas están bombeando aire a habitaciones que no tienen techo. Es un sistema centralizado. Podemos apagar remotamente el aire de todas las habitaciones Bussines y evacuar a trescientas personas a los pasillos, pero esa situación es inaceptable.

De igual modo, el virus ha bloqueado los sistemas de calefacción de algunas zonas, y los módulos de turista están perdiendo temperatura. Controlamos las puertas. Podemos evacuarlos, realojar tres mil personas en los pasillos, el área de bienvenida y el compartimento de carga. Una situación insostenible. Podemos hacerles salir por turnos, para que recuperen temperatura corporal en el área de descanso, antes de volverles a meter en el congelador, pero se resistirán-los pasajeros presentes recordaron que el número de módulos era tan alto que los turnos para salir al área de descanso tardaban un par de días en producirse.

Mi intención es conservar el máximo área habitable posible de nave, el máximo de vidas y volver a conseguir el control de la nave, por si los Cylon nos localizan y necesitamos despegar.

Necesito voluntarios para realizar dos misiones:

-Acceder al techo de la Olympic Carrier y entrar por los agujeros en el casco para cerrar manualmente e individualmente las rejillas de ventilación de los módulos atacados.

-Acceder al techo de la Olympic Carrier y entrar por la escotilla del módulo de salvamento en la cabina de pilotaje. Allí se tendrá que atender a los heridos, abrir la puerta que separa la cabina de las instancias de la tripulación y desviar la energía del generador de la cabina hacia el sistema de calefacción y la gravedad de la nave. Eso nos permitiría recuperar las habitaciones de la tripulación, lo que incluye la cocina y la enfermería, sin tener que ir flotando. También permitiría salvar la vida de los pasajeros de los módulos turista.

La bodega de carga está sobre la superficie de la luna, lo que significa que no podemos ayudarnos del raptor, ya que el compartimento estanco para salir al exterior no da al espacio. Contamos con otros dos compartimentos estanco en los laterales de la nave, para que algunos hombres puedan salir al espacio. Lamentablemente, nuestro cuerpo de seguridad no tiene los atributos físicos para entrar en un traje espacial...-miró con desaprobación a los barrigudos Stan Nerd y Steve Sharp.

¿Voluntarios?

Lo que había ocurrido al llegar al hangar les había desviado de su propósito de advertir del aparato que habían colocado los "piratas", cuando quisieron reaccionar era demasiado tarde y la nave saltó. Hubo grandes momentos de incertidumbre durante el vuelo y finalmente la nave realizó un aterrizaje de emergencia. No tenían demasiada información pero pronto los pasajeros fueron organizándose para hacer un pequeño hospital gracias a las instrucciones de la sobrecargo y algunas otras personas.

Por lo menos Jisoo parece que está mucho mejor y el resto va a recuperarse.

Al menos era un motivo de alegría. Junto a Dido y otros voluntarios colaboró en acarrear las camas o lo que fuera necesario para atender a todos los heridos.

-Doctor Fallter. ¿Como están Danaón y el señor Martin? ¿Se recuperarán pronto?

Esa era su esperanza, al menos, tras hablar con el doctor se acercó a los recuperados.

-Jisoo, me alegra que estés bien, Dido fue muy valiente, en cuanto vio que teníais problemas salió corriendo a rescataros. -Y probablemente de no ser así quizás sus amigos hubieran muerto.- Señor Zattou, me alegra que esté mejor y también usted Señorita Clarks.

Dejó sitio a la otra azafata que fue a felicitar a su amiga, aquella era la famosa Mindy y Jonas no pudo evitar intercambiar cómplices miradas con Dido y Oyuyua.

Pues resulta que no era una invención... Quien lo iba a pensar.

Jonas se disculpó a sí mismo y a sus amigas pensando que habían estado a punto de morir y no pensaban con claridad, eso le nubla la mente a cualquiera.
Sonrió cuando Roddy Stern preguntó por el partido de los Bucaneros en Cáprica y le hizo un gesto levantando el pulgar. No es que Jonas tuviera ningunas ganas de ver un partido de pirámide en aquellos momentos, pero pensar en otra cosa no estaba mal, además Roddy le caía bien.

Cuando juegue con los Bucaneros me gustaría que todos fueran como él.

Fue entonces cuando la sobre cargo Gloria Willmourd los reunió y les puso al tanto de la situación. Jonas no podía creerse lo que escuchaba y por lo que veía a su alrededor no era el único.

-¿Más seguro del mundo? Pero si ellos mismos nos han mandado aquí...

Se calló la boca, porque no quería soltar más tonterías, si era verdad lo que Gloria Willmourd decía, aquel lugar era el más seguro simplemente porque...

¡Todas las colonias bombardeadas! ¡Todos muertos! ¡No puede ser!

No había partido de los Bucaneros, ni había Bucaneros, ni había Caprica ni ningún otro planeta. Todo lo que conocía había desaparecido, su familia, sus amigos... Jonas estaba dolido, destrozado y desorientado, no sabía que hacer, donde ir, ni siquiera si valía la pena. ¿Cuando tardarían en rematarlos? No pudo contener la emoción y lloró junto a muchos otros lleno de dolor y rabia y sin entender como habían llegado a aquella situación.

-Pero... no eran Cylons, eran piratas... Nosotros tuvimos que golpear a uno cuando rescatamos a Oyuyua... -Evitó decir la palabra matar, seguía pareciéndose demasiado fuerte e increíble.- No puede ser... Nuestras naves habrán respondido al ataque, habrán evacuado los planetas, la gente se habrá salvado.

Necesitaba tener una esperanza. Pero por más que lo negara o no lo comprendiera los hechos y las pruebas apuntaban a que era así, que la sobrecargo no mentía y que estaban allí estrellados en una luna perdida de Tauron. Y sobre todo necesitaba hacer algo, canalizar su dolor, su rabia, encontrar Cylons y matarlos con sus propias manos sin pensar bien que eran de metal y que de poco servirían. Levantó la mano ofreciéndose voluntario, al menos tenía que hacer algo, ayudar a esa gente a salir de allí y después buscar a su familia.

-Yo voy. Creo que a las rejillas de ventilación, ya tengo experiencia. -Una pésima experiencia, habían salido vivos de milagro y no se habían perdido por otro milagro y unos emanems, pero no tenía ni idea de primeros auxilios así que lo de ir a rescatar a los pilotos quedaba descartado.- Puedo intentarlo.

Esperaba que hubiera muchos otros voluntarios y mucho más capaces, no porque no quisiera colaborar, si no más bien porque si las esperanzas estaban puestas en su éxito seguramente la Olympic Carrier se iría a la mierda, como todo lo demás. Se acercó a sus amigas mientras el resto seguía hablando e hizo un pequeño corrillo.

-Jisoo, tu podrías ayudar con eso de las temperaturas y la informática, díselo, se te dan bien esas cosas ¿No? -Jonas le tendió la tableta de Danaón que el Señor Martin había recuperado.- Toma, es la tableta de Danaón, seguro que te sirve de algo, al menos él así lo pensaba.

Estaría mejor en manos de alguien que supiera usarla, al menos mientras su dueño estuviera incapacitado. Jonas se quedó allí esperando a ver que sucedía finalmente mientras su cabeza no podía parar de pensar en lo que estaba sucediendo, a veces le parecía que era solo una broma, pero luego miraba a su alrededor y se hundía.

Todo este tiempo lo he pasado esquiva, pensando cómo explicarle a mi madre que he matado a un hombre y rezando por que mi familia, mis amigos y la gente de mi pueblo esté bien, confiada en que es un sitio pequeño y sin ningún interés estratégico, salvo que los invasores sean adictos a los productos de la huerta y los animales de granja cuidados con cariño.

Sigo avergonzada aunque a cada rato que pasa me vacío de arrepentimiento y me lleno de orgullo. Sobre todo cuando veo a Jisoo recuperada. Ahora mismo ella es un alivio. Hace que todo haya valido la pena. No sé qué ha pasado pero ahora la sigo viendo pequeña... o más bien joven, muy joven.

Me aguanto la risa cuando veo a la azafata Mindy y las miradas cómplices de Jonas me empujan a hacer una payasada. Ni en un momento así puedo evitarlo.

Le tiendo la mano.

-Mindy. Me complace mucho conocerla.- La frase es una clara alusión a a la conversación telefónica en la que nos convencimos de que era una pirata tratando de liarnos. Cuando se separa de nosotros, otra mirada cómplice de Jonas me hace estallar en una carcajada. Dioses ¡Cómo necesitaba reír!

Ahora no me separo de él. Nos hemos hecho uña y carne.

Me quedo de piedra cuando la sobrecargo habla de Zylons. Paso un momento de confusión y me doy cuenta de que ese hombre al que golpeé en la cabeza, el que saboteó nuestro motor, tenía que ser un colaborador. Estoy a punto de gritarlo a los cuatro vientos “hay una quinta columna zylon” pero me detengo en el último momento. Eso sembraría la paranoia y todos sospecharían de todos. Si algo tenían de bueno esos trastos es que la guerra contra ellos no era una guerra contra hermanos.

Luego se lo diré a mis amigos y a la sobrecargo. A nadie más.

Entonces suelta la bomba.

Todos están muertos.

Me hecho las manos a la cabeza . Luego a la nuca. Pienso en todos, de repente. Desde mi abuela hasta mi prima de cinco meses. O mi cuñada, que está embarazada.

Durante unos segundos es como si no existiera nadie a mi alrededor. Como un silencio. Entonces vuelvo en mi y veo a Jonas llorando.

Quiero llorar pero no puedo. Me da rabia no llorar. Froto mis dedos sobre las palmas de mis manos y me abrazo a mí misma. Algo me duele pero no se qué es.

Y cuando la señora Willmourd pide voluntarios yo doy un paso al frente con Jonas.

A petición de Jonas, el Doctor Fallter da su opinión sobre los estados de Dan y Martin.

Por hacer un símil, el accidente que hirió al señor Káleros fue equivalente a estrellar un coche contra una farola. En principio, sin poder confirmarlo con unas radiografías y un escáner, podría haberse roto algún hueso, tener conmoción cerebral, o las contusiones pudieron causar alguna hemorragia interna. El peor de los escenarios le habría llevado a varios meses encamado, o incluso a pasarse la vida en una silla de ruedas. Por suerte no ha sido así. En unos días podrá volver a las andadas. Si es tan duro como indican sus tatuajes, puede que tarde menos. De momento necesita descansar. Si empeora, significará que necesitará de una cirugía, bien porque esté perdiendo sangre por alguna microrrotura de las paredes de los órganos internos, bien porque algún coágulo haga tapón en los capilares que riegan su cerebro.

El señor Zemus está sedado. Manteniéndole el tratamiento, su piel quemada tardará meses en regenerarse. Ese es el mayor problema: no hay suficientes sedantes en la enfermería de la nave para que el señor Zemus pueda llegar a pasar la segunda fase de su recuperación. Es dentro de un par de semanas cuando vendrá lo más duro... En cuanto se acabe la medicación, tardará solo un par de horas en volver a sentir dolor, y podría entrar en shock.

Ojalá nos hubiésemos conocido en mejores circunstancias-dijo a Dido, estrechándole la mano-. ¿Qué horror, verdad? Pensar en todo el caos y todas las muertes... en todos nuestros conocidos muertos...

La sobrecargo Willmourd tosió para llamar la atención de la azafata y que parase con su descripción de lo obvio.

La mujer y la hija del señor Zemus viajan en el módulo N-1. Deberíamos traerlas para que estén con ese pobre, pobre hombre.

Dezaconcejo abrir el módulo N-1. Zi lo hacemos, loz ocupantez querrán abandonar el habitáculo para ezcapar del frío. Noz enfrentaríamoz a un tumúlto.

La sobrecargo Willmourd asintió.

Ya vamos a tener que abrir uno de los módulos de la clase turista: el que lleva a la exclusa de aire por el que estos dos chicos saldrán al techo de la nave. Iré a la sala de control, en las dependencias de la tripulación, y abriré la compuerta que da al pasillo. Eso dejará a los pasajeros de ese módulo acceder al área de descanso. Son treinta pasajeros que no tenemos más remedio que liberar, y estarán de muy mal humor.

Escoltad a nuestros dos voluntarios, ¿entendido?-ordenó a los guardias Steve y Stan, y ambos asintieron.

 Mientras los demás hablaban, yo todavía estaba en shock por las noticias que habíamos escuchado, ¿Todos los planetas destruidos?. ¿Sería el fin de nuestra especie?.

 Asentí mecánicamente ante las ordenes de Willmourd, mientras mi cabeza era una tormenta de pensamientos y emociones, que iban a mil por hora.

-Gracias Doctor Fallter.

Se alegraba que Danaón fuera a recuperarse pronto, él había presenciado el "accidente" y había sido un golpe muy fuerte. El señor Zemus no tenía tanta suerte y solo de pensar lo que sufriría cuando acabaran la medicación...
Al menos momentos como el saludo entre Dido y Mindy le hacían sacar una sonrisa un poco vergonzosa.

Espero que no le diga que creía que era una pirata.

Jonas no podía hacer otra cosa que admirar a Dido, su determinación y su fortaleza.

Ni siquiera llora... Ella si que es fuerte.

A decir verdad si Jonas seguía vivo y había conseguido hacer algo durante la crisis de la Olympic Carrier era gracias a ella, así que se alegró cuando también se ofreció voluntaria para la operación.

-¿Lista? Supongo que tu tampoco has hecho esto nunca... Si antes de coger el vuelo me cuentan todo esto no me lo creo.

De alguna extraña manera el ser voluntario para intentar hacer algo bueno por la gente de la nave le hacía sentir como una especie de héroe, uno muy pequeño y cutre, sin lugar a dudas, solo esperaba no decepcionarlos. Mientras Steve y Stan se disponían a escoltarlos a Jonas le comenzaron a entrar las primeras dudas sobre la misión que iban a realizar, se acercó a su compañera para susurrarle algo.

-¿Te quedan Emanems? Vamos a necesitarlos...

Si a Dido no le quedaban tendrían que buscar alguna máquina expendedora o arreglárselas de alguna manera para poder marcar los conductos, les había sido muy útil la anterior vez.
Mientras Dido contestaba se volvió hacia el resto y se despidió con la mano.

-Deseadnos suerte. Espero que vaya todo bien por aquí.

Jonas tenía sus dudas, de hecho aún tenía muchísimas preguntas sin responder sobre toda aquella situación, aunque en la mayoría de los casos le asustaban las posibles respuestas, por eso prefería no formularlas en voz alta.

Ese dolor sigue ahí, es como si notara un hueco dentro. Me suenan todas las alarmas, siento como que voy a estallar. Pero no puedo decir nada al respecto ni hacer nada. Las lágrimas siguen sin salir.

Acompaño a Jonas.

—No tío, no quiero volver a cagarla fundiéndolos con mi calor corporal —. Mi madre siempre ha dicho que soy una estufilla. No puedo creer que ya no esté. ¿Así, tan sencillo? ¿Se está acabando el mundo? Quizá no la eche de menos mucho tiempo. Con ese pensamiento nefasto, cuando mi amigo comienza a despedirse, tiro de su brazo.

—Ven Jonas, tenemos que hablar con la señora Willmourd.

Y camino rápido hasta salirle al paso a la sobrecargo.

—Señora Willmourd ¿Podemos contarle una cosa a solas, por favor? —Me inclino hacia ella y bajo el volumen de mi voz—. Es de vital importancia para la seguridad.

Caballeros, si hacen el favor de esperar fuera...

Salieron del módulo cuatro auxiliares de vuelo (Clarks, Lorens, Mindy y una cuarta de la que aún no sabían el nombre), los dos guardias de seguridad, el camarero, y los pasajeros Laffie, Jerry, Jake y Roddy. Cuando estaban a punto de salir al pasillo más pasajeros, Dido les frenó, pues eran de total confianza. Por el umbral, Roddy lanzó una mirada lastimera, como la de un cachorrillo abandonado. No era lo suficientemente guay para estar con el grupo protagonista, el que estaba en todas, el Fan de los Bucaneros era carne de cañón para estar solo por siempre.

La puerta se cerró entre ambos grupos, los del camarote transformado en enfermería y los del corredor.

Dido Isola expuso sus teorías sobre el hombre que había secuestrado a Oyuyua. Dido sospechaba que no se trataba de un pirata, sino que podían estar ante un quintacolumnista que trabajaba para los Cylon con la intención de exterminar la raza humana.

Algunos de los miembros en esa habitación enarcaron una ceja, entre ellos Oyuyua.

Sé lo que estás haciendo... Tratas de deshumanizar al hombre que mataste para tratar de afrontar tu culpa. Es más fácil no tener remordimientos cuando el muerto era un enemigo-Oyuyua puso sus manos en los hombros de Dido-. Pero debes enfocar tus sentimientos de modo más constructivo. En lugar de estigmatizar a ese cabrón hijoputa, debes reafirmarte en lo bueno que han traído tus actos a este mundo: me salvaste. Has salvado una vida. No lo mires como un pecado que necesitas justificar, sino como un logro heroico. No lo veas como si él fuese la raíz de todos los males, sino en el bien que podré hacer en el futuro gracias a lo que hiciste por mí.

Déjame adivinar...-dijo a Oyuyua-¿Eres estudiante de psicología?

Oyuyua asintió, con una sonrisa de orgullo. Demasiado orgullo teniendo en cuenta que solo estudia una rama de Humanidades, y no una carrera de verdad.

Ehm... No sé qué decir. Si al menos hubiésemos capturado a ese hombre con vida, podríamos intentar saber más sobre lo que pretendía hacer. Puede ser un traidor a la raza humana. Puede ser un mercenario que trabajaba para terroristas de Saggitarian y reclamaba la liberación de Tom Zalek. Puede ser un pirata que solo se movía por dinero.

La realidad es que nunca lo sabremos, porque no conocemos sus motivaciones, ni qué pretendía. Solo sabemos que mató a un miembro de la tripulación, tuvo acceso a toda la nave gracias a la tarjeta de empleado del difunto Sean, utilizó un dispositivo para obligar a la nave a dar un salto FTL y que se estrellara contra la luna Minos y que secuestró a esta chica-dijo por Oyuyua-. Si trabajase para los Cylon, ¿qué sentido tendría sabotear la Olympic Carrier si las naves Cylon pueden destruirnos?

No le des más vueltas. Céntrate en la misión, ¿de acuerdo?-dijo, pulsando el botón para abrir la puerta que daba al pasillo.

La conversación solo duró un par de minutos, y la puerta del camarote de Jerry Fallter se volvió a abrir. La mayoría de las personas se habían quedado esperando en el pasillo, salvo las enfermeras y el camarero, que volvieron a sus quehaceres.

Me quedo pasmada con la explicación de Oyuya. Me rasco la cabezota.

—¿Ah, sí? No sé…

Su explicación me deja confusa durante un segundo. Tras dudar durante un instante pienso que su propuesta es bienintencionada pero para nada un consuelo. No estoy de ánimo para entrar a discutir la lógica de su consejo. Ni siquiera tengo tiempo de pensar en ello, la respuesta de la señora Willmourd también me confunde pero en este caso me veo en la obligación de matizar su respuesta.

—No sé qué sentido tiene, señora, alguno tendrá, o quizá no. Pero es demasiada casualidad que ese hombre haya saboteado nuestra nave justo en el mismo instante en que se produjo el ataque. No se preocupe, no le daré más vueltas a eso, estoy centrada en la misión -me temo que miento-. Sólo lo digo para que tenga en cuenta esa posibilidad.