La puerta lateral se abre de nuevo y por ella sale uno de los armarios, que trae a Pascual del brazo. Sin decir nada os dedica una mirada indescifrable y deja al sindicalista en la calle con un papel en la mano, antes de darse la vuelta y volverse a meter por la puerta, cerrando con un portazo tras de sí.
Asunción mira a Pascual y se cruza de brazos - Aún no ha sido hora de votar, así que nos debes una explicación a todos - parecía enojada y ¿Cómo no estarlo? Había perdido su trabajo y la Justi también había quedado fuera.
A los pocos minutos la puerta se abre otra vez, pero la persona que sale escoltada por los dos armarios no es otra que Enrique Muñoz, el Bulldog, que lleva su propia carta de despido en las manos y expresión derrotada en el rostro.
Da algunos pasos hacia el exterior, con aire de no saber muy bien qué ha pasado o hacia dónde dirigirse y no tarda mucho en sacar su teléfono del bolsillo para pedir un taxi, mirando de reojo a todos los expulsados de estos días, como temeroso de que se abalancen ahora contra él.
Los armarios, tras echar al encargado se miran el uno al otro y ambos portan una enorme sonrisa de alivio. Finalmente levantan ambos su mano derecha y chocan las palmas en el aire. Uno de ellos suelta una risotada mientras el otro exclama - ¡Por fin podremos dormir!
La partida en sí ha terminado, pero podéis hacer vuestros últimos posts hasta que publiquemos el final mañana. Aprovechad para no dejaros nada en el tintero, es vuestra última oportunidad para absurdear en la manifa ^^.
Me puedo despedir de Sara?
Asunción suspiró al ver al Bulldog salir de allí algo extrañado y lo miró con algo de odio en su rostro. Había perdido el trabajo de toda su vida, podía volver a caer en una crisis pero después de tantas cosas sucedidas, ya no sabía si sentir la pérdida de su trabajo o no.
Miró a Justina y se acercó a ella, quien se encontraba cerca de Maricarmen e Hipólito.
- Justi... Yo... Tomé algo para ti antes de salir - sacó uno de los yogures que Maricarmen siempre observaba de su pantalón, ese pantalón que estaba repleto de cosas, a pesar de la gordura de a mujer.
- Me hubiera gustado sacar más cosas pero fue lo que pude tomar - se lo entrega y mira a Maricarmen. - Siento mucho no haber podido cumplir mi promesa - estira su mano para tomarla y sonríe, esperando que la anciana mujer aún sea amable con ella.
Nop, lo sentimos, pero está dentro y tú fuera :-/
Viendo salir al fin al bulldog, kanaka se acerca a Miriam, la coge de la mano y la invita a caminar con él hacia un nuevo amanecer. Eso sí, como el jefe se ha ido y ellos necesitarán provisiones, intentq cruzar de nuevo las puertas del Mercadona para comprar Jodós. Si las puertas de Mercadona no se abren, Kanaka sabe donde se encuentra un carrefour express muy cuco.
-Ooooohhhhh -la emoción embarga a Maricarmen al tener en sus manos el yogur que Asuncion sacó del súper. Si era para Justina, Maricarmen lo vió primero, agarrándolo en plan buitre-..... ¡¡Y es Hacendado!! ¡Y Bífidus! Eres una santa..
Le dió un abrazo en pleno éxtasis emotivo, y, tras quedar con Justina e Hipólito para la petanca de la tarde (eso decían a sus nietos, en realidad los planes eran otros, que incluían cosas no recomendadas por la Seguridad Social), se alejó con su yogur. Ya volvería por el resto de la compra, pero.. ¡al menos ésto no había tenido que pagarlo!
…Las mas porculeras de cara al futuro… tenia gracia, coño.
Miriam se había quedado sin trabajo, sin uno y sin otro… y sin muchas cosas mas, todas sus opciones monetarias se desvanecían reduciendo por momentos su independencia económica a una hucha cerdo. También era destacable que tras varios días sin pasar por casa y con una manifestación del copón en la puerta de su trabajo que no trabajo, ademas de España directo, su numerosa familia ni se hubiera preocupado, meh…
Aun así, cuando Kanaka toma su mano, Miriam se da cuenta de que había ganado algo mas valioso e importante que lo que pudiera haber perdido, y era nada mas y nada menos que el secreto de cómo vivir literalmente del cuento. Sonríe ella con intención de seguirlo hasta el infinito y mas allá, como una lapa. Tras un punto y final llega un espacio, y después otra absurda historia.
A eso se veía reducido. A un mundo sin setas... un mundo donde no tenía sentido vivir. Alberto era alguien impasible, insulso, con sangre de horchata, pero aún así las lágrimas sacudieron a Alberto en ese momento al imaginarse ese mundo en el que no podría trabajar con hongos. Ni con todas sus absurdas mentiras había conseguido complacer al Lidl y esa traición para con el Mercadona también había hecho que perdiera su puesto allí.
Además, sus padres le darían una colleja por perder no uno si no dos empleos, la cosa se ponía chunga para el reponedor. Solo le quedaba un consuelo y miró a la Sholi.
-¿Aliviamos el estrés del despido con "uno" rápido?
Puso ojos de cordero, por si colaba.
Al ver salir a Enrique con sus dos gorilas detrás mira parpadeando hacia la puerta del Mercadona.
-¿Qué zinifica e'o??? ¿EEEH??? -se acerca a la puerta y empieza a dar golpes con las manos- ¡¡Que yo nesesito el traba'o!! ¡¡Ma'ditos!! ¿¿Y o como doy de comé a mi familia??
De repente un enorme trailer azul y amarillo se acerca por el final de la calle Prosperidad, hasta detenerse delante del Mercadona. De él empiezan a descender un gran número de operarios que comienzan a instalar vallas de obra alrededor del edificio, apartando a la gente.
La periodista, se acerca con su constante sonrisa de panoli y se coloca delante del supermercado, con un papel en la mano. - Grábame, Manolo, corre, que tenemos la exclusiva.
En cuanto la cámara la apunta a ella, empieza a hablar emocionada. - ¡Estamos aquí, en directo en la calle Prosperidad para España Directo! Llevamos una semana conviviendo cada minuto con este grupo de indignados por las malas prácticas de este Mercadona en el que ha pasado de todo. Despidos improcedentes, secuestros, drogas, embarazos... Pero por fin, tras tantos días parece que el secuestro por fin llega a su fin. - Sonríe y enseña el papel a la cámara. - Acaba de llegarnos un comunicado con la exclusiva. Por lo que parece el Mercadona ha sufrido grandes bajas económicas debido a este secuestro que nos hemos encargado de retransmitir sin descanso, y han decidido vender su local, que ha sido comprado por la competencia. A partir del lunes los vecinos de la calle Prosperidad podrán disfrutar de un LIDL situado en este mismo lugar. - Lee el papel con cuidado. - Y habrá una gran inauguración, con canapés y grandes ofertas.
Hace una pausa y señala al lugar donde los operarios están bajando el cartel verde del Mercadona y colocando en su lugar uno azul y amarillo. - Hemos preguntado a un señor que pasaba por aquí vestido de traje azul si harán alguna excepción para contratar a los antiguos trabajadores del Mercadona. Y nos han dicho... - vuelve a mirar el papel con su cara de pardillica - que para eso tendrán que hablar con el encargado del nuevo local, el señor Mauricio Malaleche, con la jefa de personal, la señora Eva Sánchez o la amiga de ambos, Sara López. Que ellos mandan en este local. - La joven se encoge de hombros, sin entender muy bien esta parte, pero sin llegar a planteárselo demasiado.
La manifa se va disolviendo poco a poco. Las pro-abortistas destetadas se ponen las camisetas y empiezan a alejarse, las señoras que se quejaban por no poder entrar parecen ir dejando su lugar a algunos ancianos, que aprovechan las sillas de camping que ellas habían traído para sentarse a contemplar las obras que empiezan a tener lugar, señalando a los obreros y comentando todo lo que hacen. "Que esa mezcla la estás haciendo maaaaal." "En mi época sí sabíamos poner ladrillos derechos."
El sol brilla en esta cálida mañana de Junio y los pájaros de la plaza suman sus gorjeos alegres a los sonidos de las obras que van cambiando la fachada del Mercadona, convirtiéndolo en el LIDL de la calle Prosperidad. Todo parece ir volviendo a la normalidad.
- ¡Bulldog cabrón, vamos a asaltar tu casa y te vamos a matar en cuanto te duermas! - Le gritó al encargado cuando se largó con el rabo entre las piernas pasando por delante de todos. Cuando se esfumó, Joel se quedó por allí varias horas más esperando si alguien tenía que decir algo al respecto. ¿La manifestación tiene que continuar, no?
Joel se había quedado en el paro y sin dinero para poder dar la entrada para el coche ¡Sin Subaru! ¿Qué puede haber peor? - Yo... - Miró a su alrededor y se plantó junto a la puerta del supermercado. - Yo siempre he creído que el LIDL es mejor que el Mercadona.
Tenía que conseguir ese curro sin importar lo pelota tuviera que volverse. Cuando viera a Mauricio se agarraría a él y no lo soltaría hasta que le ofreciera un puesto dentro de la nueva franquicia.
- ¿No veis que son alemanes joder? - Dijo como si aquello fuera lo más evidente del mundo.
Al oír que los del lidl se habían apoderado del supermercado, el Seta salió corriendo para entrar, mientras gritaba.
-Eh, que soy compañero... yo también quiero trabajar, que los del lidl me contrataron a mí primero.
A cada paso que daba veía más cerca el sueño de un puesto de setas hasta el punto de que las personas que veía dejaban de ser humanos para ser hongos en su mente. nunca su sueño había estado tan cerca. Sin embargo, antes de entrar, si le dejaban, se giró para atrás y miró a la Sholi.
-Bueno, de ti no me he olvidado, cuando quieras dame un toque.