Partida Rol por web

Oscurece fuera del Mercadona de la calle Prosperidad, y mientras, en el supermercado, los fluorescentes de iluminación casi radioactiva dan resplandor a los packs de yogures cremosos con fruta de Hacendado, que llevan sin ser revisados o repuestos ya cinco largos días, y a los botes de crema hidratante de aceite de oliva Deliplus en oferta, que permanecen impertérritos ante el encierro al que clientes y empleados llevan siendo sometidos desde el momento en el que el Bulldog saliese de su despacho anunciando la presencia de infiltrados del DIA perturbando la paz mercadonil. 

Y precísamente él, Enrique Muñoz, el encargado, aparece nuevamente por los pasillos, acompañado de sus eternos y brutales armarios, que de tanto trabajar en estos últimos días comienzan a tener cara de sueño y algo de desesperación. Casi se diría que se les está quedando la misma expresión permanente del Bulldog a base de verla constantemente.

- ¿Qué? ¿A qué panoli vais a expulsar hoy? Espero que hayáis apuntado bien, porque madre mia, qué cruz, qué harto me tenéis...-se queja, mientras abre la urna dispuesto a contabilizar una vez más los votos, recitándolos en voz alta. En un principio las elecciones parecen algo dispersas. Dos para Sara, uno para Asunción, otro para Shakiro... Pero como si de una broma se tratase, de repente un nombre comienza a repetirse, hasta siete veces. Lourdes.

Enrique sonríe, irónico, y mira a la frutera y a su compañera, la Sholi- Qué poco os ha durado, ¿eh? Si es que... En fin, andando.- El Bulldog hace una seña a sus armarios, que amaestrados como están saben perfectamente lo que deben hacer. Y tal y como la mayoría esperaba, cuando éstos se disponen a llevarse a Lourdes, la Sholi intenta interponerse, mascando chicle casi con violencia delante de los guardias. Pero ni este gesto tan intimidante consigue que no se lleven a su querida Lourdes, y finalmente, se ve obligada a desistir, decidiendo ir con ella para no dejarla sola, cosa que parece hacer reír al encargado, que parecía esperar algo así- Si es que son idiotas, se les calienta lo que no se les tiene que calentar y luego pasa lo que pasa. 

Tras encogerse de hombros, se da la vuelta, y acompaña a sus armarios hacia la salida de almacenes, con paso tranquilo, mientras las dos mujeres abandonan el Mercadona una vez más. 

Asunción espera el recuento de votos con algo de preocupación. Pero sus ojos se abren como platos al ver el voto que aparece dispuesto allí. Ciertamente, se había enojado al ver los resultados y dice a viva voz - ¡ALGUIEN HA CAMBIADO MI VOTO! - saca un atomizador de alguna parte de su pantalón y apunta a los presentes pero a nadie en concreto.

- ¿QUIÉN LO HIZO CONTIGO, JOEL? ¿QUIÉN CAMBIÓ MI VOTO PARA QUE PARECIERA QUE VOTÉ A SARA? APARECE, COBARDE - su puntería era infalible, además que llevaba consigo el mejor quitagrasa del mercado con una mezcla personal que ella había logrado que desmanchaba dálmatas.

Al ver el resultado de las votaciones, el rostro de Sara cambió y se volvió a mirar a la Asun con gesto confuso. Había dicho que votaría a la Lourdes, ellas la habían amenazado, no entendía por qué la había votado a ella. 

Pestañeó un par de veces, sin terminar de comprender, cuando vio la reacción de la Asun. Por una parte se sintió aliviada, pero por otra, la preocupación de nuevo empezó a adueñarse de ella.

Como no salgamos rápido de aquí acabaré con ataques de ansiedad, hostia puta.

- Asun, tranquila, confío en ti, tía. Baja eso, joder - . Le dijo con ambas manos extendidas y mirando el atomizador que llevaba en las manos y con el que apuntaba a todo el mundo. - Quién sea no lo va a decir. Lo que quieren es que nos peleemos y desconfiemos los unos en los otros. Pero hostia, después de lo que he escuchado, confío en ti, tía - . Suspiró y se metió la mano en el bolsillo, sacando el paquete de tabaco, completamente chafado. Cogió un cigarrillo y se lo llevó a los labios, pero antes de prenderle fuego miró al Pascual y se acercó a él. - ¿Quieres uno? Lo siento si están hechos una mierda, pero hostias, tantos días aquí. Suerte que cuando vine a currar había pasado por el estanco y me había comprado tabaco para unos cuantos días - . Le dijo, sonriéndole con el cigarrillo bien sujeto entre los labios. 

- Pascual, tío, joder, sé que lo has debido pasar chungo. Es muy jodido que te quiten el puto trabajo y no poder hacer una mierda. Pero te voy a ser sincera - . Encendió el cigarrillo y aspiró el humo, echándolo después, evitando que le diera al Pascual. - Hostias, tengo una cosita aquí, ¿sabes? - Retomó la conversación, llevándose la mano al estómago y moviendo los dedos, como si estuviera haciéndose cosquillas. - No sabemos cuantos putos infiltrados quedan. Yo espero que no muchos, porque joder, tengo ganas de ir a mi casa y cambiarme la puta ropa - . Sus labios dibujaron una mueca. Aunque se estuviera duchando bastante regularmente, no había podido cambiarse las bragas y no había cosa que le diera más asco. - No sé exactamente cómo lo hizo la Eva, pero también tenía alguna forma de traer a gente. Lo hizo con el Manuel y echó al ruso y a esas dos petardas. Ella sabe como conseguir esas hojas y la necesitamos. Tú dices de esperar a mañana, pero joder, esos cabrones no querrán que vuelva, le tienen miedo, y estoy casi convencida de que irán a por ti esta noche si todavía tienes la hoja en tu posesión. Entonces sí que estaremos todos perdidos - . 

La expulsión de la frutera no me sorprende, pero que la Sholi tambien se fuese me parece curioso... Aunque viendo el ir y venir de la gente durante estos días de dos en dos, no debería sorprenderme.

Aún así, las palabras de Asun no me dejan indiferente.

— ¿Que alguien te ha cambiado el voto? Mierda... Eso quiere decir que aún sigue habiendo infiltrados...

Empiezo a pensar y hago una breve pausa.

— Bueno, asumiendo que ellas eran infiltradas —miro a Joel, como dejándole claro que me había fiado de su palabra— ¿Cuántos se supone que quedan? ¿No había alguien que podía saber cuántos quedaban?

-Sigue habiendo infiltrados porque seguimos aquí. Esto empieza a ser un puto calvario-masculló el Lejía examinando la lista de votos-Y yo me he lucido de cojón votando. En fin, tanto si la Lourdes era buena chica como si no, eliminada ella, eliminada la Sholi: muerto el perro, no le mires el diente. O, si el ojo ofende, patada en los cojones, que decía mi abuela.

El Lejía se sentó en la cinta transportadora de la caja y apoyó su enorme papada en sus manazas: casi deseaba que Asunción le rociara con el atomizador. Al menos así se limpiaría un poco. Aquello empezaba a parecer su casa (Arsenio era muy aficionado a los altramuces, más desde que intentaba dejar de fumar, pero era poco dado a usar ceniceros).

-Estamos bien jodidos: tal y como pinta esto, lo mismo podría haber todavía media docena de infiltrados. La que podía escarbar tumbas y comprobar bien las identidades era precisamente Lourdes pero, si andaba de la mano con la Sholi esa, mal remedio tenía.

Miró a su alrededor y suspiró:

-Ese voto cambiado indica, evidentemente, que alguien lo ha hecho. Infiltrado o no, no sabría decirte. Tampoco sé si es cosa de una vez (como esos documentos de readmisión y expulsión que van de aquí para allá) o sirve para más veces. Asunción, tú que eras agente secreto, ¿puedes volver a hacer, ya sabes, esas cosas que hiciste la primera noche? ¿O estás muy cansada?

Entrecerró un ojo mientras alzaba una ceja. Cuando el Lejía pensaba era como si alguien intentara hacer zumo con piedras:

-Y, ya que estamos, ¿qué coño se cuece ahí afuera? Pascual ha estado allí, Asunción también, el Llagostera igual. A lo mejor podríamos sacar alguna pista interesante.

Joel comprendía de sobra las palabras de Asun, lo mismo le habían hecho a él cuando estaba fuera manifestándose. Por culpa de algún tramposo que había cambiado su voto, expulsaron a Eva. Todavía recordaba con claridad las duras palabras que le había dedicado Eva cuando uno de los armarios la expulsó y se enteró del resultado de la votación. - Que se jodan, nadie debería sentir pena por esas cochinas mentirosas.

- Pascual tráete a la Eva ya, por favor. - Dijo al sindicalista mientras se fregaba un ojo con la mano a causa del cansancio. - No entiendo por qué quieres esperar hasta mañana. ¿Y si alguno de esos cabrones aprovecha y hace que te echen con alguna de esas hojas mientras duermes como hicieron conmigo? 

Después miró a Arsenio y se le acercó con cara de haber presenciado una guerra. - Tio... lo que está pasando ahí fuera no es normal, hay... - Suspiró mientras negaba lentamente con la cabeza. - Una multitud de feminazis pro-abortistas se está manifestando a las puertas del supermercado, hay señoras que están aporreando las puertas para entrar y conseguir los últimos stocks de maquinillas de afeitar... Incluso hay una jodida reportera de España directo cubriendo el secuestro. 

Asunción escuchaba a todos los presentes pero ninguno parecía querer confesar. Sara le dice que se tranquilice y es entonces que ella baja el atomizador, gruñendo aún molesta por lo sucedido.

- Bueno, esto no es una buena señal... - medita un poco y escucha a Damián para responderle - Creo que lo mencioné con anterioridad pero era yo quien podía saber el número de infiltrados de tanto espiarlos en la noche. Desgraciadamente, solo podía hacer eso una vez y ya mi tiempo se acabó. Así quisiera, Lejía, no puedo - dice con algo de tristeza.

Sobre la pregunta de afuera, a Asunción le había tocado poco, así que poco podía decir al respecto - La verdad es que es un gran alboroto, pero estuve poco tiempo. Joel puede contarles más que yo. Pero creo que también es importante traer a Hipólito y Maricarmen, con ellos aquí, no hay ataque nocturno de los infiltrados que pueda dañarlos, aunque es cierto que la Eva merece regresar - le sonríe a Sara y decide ponerse a limpiar el Mercadona, pero dejando trabajo suficiente para soportar la noche.

Las votaciones se suceden, y acaban con el resultado esperado. Las dos mujeres que acababan de entrar se van para la calle, como habían venido, y las sombras empiezan a cubrir el cielo de delante de la puerta acristalada del super. Aun se puede ver la manifa en el exterior, que empieza a disolverse. Y a Pascual, todo el mundo le empieza a meter priasa para que jeugue sus cartas. Literalmente.

- Jo'er, no creo yo que vayan a venir lo' infiltrao' por mi, mandaría huevo. Que yo zoy un recién readmitio, habrá gente con podere' de ezo a quien le hayan echao el ojo de ante'.- Mira con desconfianza a los presentes, pegándose la hoja de readmisión a la chaqueta.- ¡Traidore' de lo huevo'! Ma zu o' vale que no me echei' a mi, cojone! ¡Que aquí monto un pollo de lo' que no tie'n nombre! 

Respira fuertemente durante un par de segundos, pero luego vuelve a relajarse, y se apoya en una pared.

- En fin, no vale de na. El correo ya eztá cerrao, azí que me guzte o no hazta mañana no puedo enviar má carta al zindicato. No hay otra que ezperá a ver que paza.

La Sholi marcha otra vez. Shakiro se queda en shock, ¿cómo es posible que la vida le arrebate a su diosa de lycra dos veces en tan poco tiempo? Una lágrima anormalmente grande resbala -una, no dos, tiene lacrimales independientes, como los ojos de los camaleones- por su cara.

- Cruel destino!

¡Reiterado abandono

rastro de laca!

Se echó a llorar. No le quedaba ni siquiera Arenero, así que se lanzó a los brazos -probablemente no muy receptivos- del Lejía.

Justina miró, satisfecha, como las traidoras se fueron del supermercado. Nunca debieron entrar. Comentó, tan dura como de costumbre. Consiguieron engañar a todos para echar a Eva y entrar ellas a cambio. Negó con la cabeza llena de rabia. Merecen no ser aceptadas, mira que hacerle eso a una compañera a traición...

Miré a Sara y a Asun, frunciendo el ceño. Que hayan cambiado de Asun puede significar dos cosas. O bien que el que lo hizo pensase que Sara era una de las infiltradas y con eso pretendiese echarla, o bien que el que cambia los votos trabaja con ellos. Miró a todos. ¿Quién de vosotros ha sido y porqué lo ha hecho? La papada le temblaba. ¿Y porqué?

Miraba sobre todo a Arsenio, Carmen, Damián, Mauricio y Shakiro, los que aún no sabían que podían hacer. Dad la cara y decid porqué habéis hecho eso. Si es porque pensáis que Sara es una infiltrada no os va a pasar nada.

Negó con la cabeza. Esa panda de cobardes lo hacían todo por la espalda, como cuando la echaron a ella. Pascual, si traes a Maricarmen, ella conseguirá que pueda traer a otro. Domina los ordenadores desde que fuimos al cursillo ese en el que yo me quedaba dormida. Pero ella podrá hacer que traigas a una persona más. Tráela a ella y después trae a quien quieras. Pero podrías traer a Maricarmen y a Hipólito en el mismo día y... Volveríamos a estar protegidos por la noche. Miró a los demás. Luego podrías traer a Eva, pero creo que es importante que los tres estemos juntos y podrías traer a dos personas a la vez.

Por una vez presto atención al lamento de Shakiro. Mi vista se va hacia él, luego al resto de compañeros.

- No tendré poderes como vosotros, pero... ¿soy el único que cree que Shakiro tiene algo que ver con La Sholi? Ya sabéis... algo más que atracción...

Arqueo una ceja tras otro sollozo suyo.

- Además, ha sido el único que no ha votado ni a Lourdes ni a la cajera... Esto me huele mal...

Mientras escucha hablar a Justina, los ojos de Asunción brillan por la expectativa. Se sentía orgullosa de la Justi y lo único que quería era apretar sus mejillas y alzarla en uno de esos abrazos rompehuesos que a la Asun solía dar.

- Si hacemos lo que la Justi dice, tendríamos un fuerte escudo contra los infiltrados - no podía dejar de mirarla, aunque escuchaba lo que los demás decían.

- Oye, yo creo que lo único sospechoso es que afirmes no tener ningún tipo de habilidad, ¿Sabes? Para mí eso sí es extraño -.

-Si ese voto se cambió por sospechar de Sara es hasta razonable: la pillamos mintiendo, cambiando de opinión, defendía a Iker... hemos echado a gente por menos-Arsenio hizo un gesto conciliador antes de que la temperamental cajera le respondiese con un taco cada dos palabras-Por otra parte, todo el mundo la apoya así que darle un solo voto es algo ridículo. No obstante, si afuera se cambian votos y parece que aquí también, lo lógico es suponer que el cambia-votos ha estado fuera y ahora está aquí dentro. O que hay varios.

Dirigió una mirada muy expresiva a Asunción, a Joel, a Justina y a Pascual.

-Sigo diciendo que no me gusta eso de meter gente de nuevo y menos "para sentirme protegido". No se trata tanto de que la gente recupere su trabajo como de expulsar a los infiltrados: una vez hayamos purgado las filas del Mercadona, seguro que el señor Muñoz, que es un tío razonable, readmite a todos los que fueran inocentes. Y, qué coño, yo me protejo solito. ¿Que soy un cabrón egoista? Pues igual sí, mira, pero aquí todos estamos rellenando papeletas para votar a quién echamos sin que nos tiemble el pulso una mierda. Y afuera puede que haya infiltrados pero pringados inocentes también han caído. Al fin y al cabo, todos los que han entrado de nuevo son inocentes, ¿verdad?

La mano del Lejía acarició inconscientemente el bolsillo de su bata amarillenta y sudada.

Efectivamente, cuando el Lejía empezó a hablar, Sara le miró con expresión de cabreo e iba a soltar cuatro perlas por su boca, pero se retuvo, mordiéndose el labio, al ver su gesto.

- Joder, leji - . Empezó a decir cuando el hombre se hubo callado. - Yo no cambié de opinión y lo he explicado, hostias. El Iker no me había dicho nada. Se calló el muy putas y confié en él. ¿O tú no defenderías a un puto colega? - La joven se levantó del suelo, empezaba a dolerle el culo, pasaba demasiadas horas sentada y eso no estaba bien. A este paso me voy a poner como una puta foca. 

- Y sigues pensando sólo en tu puto culo. ¿De verdad crees que el Bulldog va a readmitir a los que estén fuera? Pero si es un hijo puta y está disfrutando con todo esto. Lo que tendría que haber hecho es contratar a un detective o algo así y no retenernos aquí durante días. El tío ese está como una puta cabra y los que están fuera, seguro que se quedan fuera. Y eso es una mierda, joder. Que son compañeros, hostias... -

-Pienso en mi culo porque no me fío ni del cuello de mi camisa. Hemos echado a gente porque creíamos que eran infiltrados. Pero creer no es saber. Lo que sí sabemos es que aquí dentro sigue habiendo peña que no es quien dice ser porque lo único que tenemos para mascar es un montón de declaraciones de buenas intenciones. ¿O es que tú nunca has dicho eso de "No, no, señor agente, le juro que no he bebido ni una gota de alcohol" en un control? Mentir está tirado y vamos dando palos de ciego... hasta que elegimos a alguien y lo echamos a coces.

Se acercó a la pared que había emborronado el día anterior. Asunción la había respetado. De momento.

-¿Qué sugieres tú?-dijo mesándose el bigote mientras miraba la lista de nombres cada vez más reducida.

Maurico que habia estado ocupando rellando el estomago y masticando, trago la ultima crep congelada antes de empezar a dar su opinion, sobre lo actual, sobre Lourdes y su lesbio-amiga no tenia mucho mas que decir.

-Ave, yo toy en parte en deacuwerdo con el Lejia, toy hasta los webos de que llegue gente nueva sin saber una mierda,lo que ta aciendo feura, pero traer a la Eva creo que sera lo mejo que pudamos hacer, endemas. Ella pua hacer mas papelajos de esos pa hechar a peña de este nuestra establecimiento y asin terminar antes con toa esta mierda que empieza a se molesto, la verda.-El Mauricio tenia muy clara sus palabras.

-Cuidao con lo que dice vieja del mocho, que yo a SAra la respecto tanto o ma que la Eva, na malo quiero yo pa la pelochicle y la niña yonki, al contraio.-Contesto a Justina, que tenia alguna idea de que le habia llamado a atención.

Por otra parte no creía una palabra del Pascual, -¿Cerrada la que? Cerrar la boca le azia yo.-Pero por otra parte ya se había confundido una respecto a él, así que no quiso decir nada.

-Agamo recuento, la ultima ve, que se menciono a un infiltrao, sin que sucediera lo del Seta, la Eva y las lesbionicas. Se suponía que era una muyer ¿No? ¿Envolvemos tonces a ese temAaaa?-Arrastro la ultima letra porque le llego un rebujito sin avisar.

- Yo sigo pensando que Eva nos podría ayudar más que ninguna otra persona. - Dijo Joel encogiéndose de hombros. - Yo desconfiaría de aquellos que no nos han dicho hacer nada fuera de lo común. Miré a todos los presentes y levanté las manos en un gesto que venía a decir "Es lo que hay".

- Es que a ver todos tenemos las manos muy largas. A unos les gusta robar, otros en cambio fisgonean en las pertenencias de los que están despedidos, otros tienen llaves de salas y cosas así.

Empezó a corear y animó al resto a que se uniera al cántico. - ¡Que vuelva la Eva! ¡Que vuelva la Eva! ¡Eva peleonaaaaa sooolo hay una! ¡Como nuestra Eva no hay ninguna!

- Leji, yo no tengo el puto carnet, no me han hecho soplar nunca - . Le dijo con un ligero encogimiento de hombros. Claro está, no iba a hablar de las veces que la habían parado por la calle por fumar. O aquella vez que dos putos maderos la acorralaron y se quedaron con su mierda. Mejor no contaba aquellas anécdotas, de las que tampoco se sentía muy orgullosa.

Cuando el Mauri dijo que la respetaba y la defendió delante de todos, le miró con un tenue brillo en sus ojos y le abrazó para darle un enorme beso en la mejilla. - Gracias tío, eres lo puto mejor - .

En ese momento el Joel empezó a clamar por la vuelta de la Eva y Sara se volvió, alzando el puño y empezó a corear a voz en grito sus palabras.

- ¡Que vuelva la Eva! ¡Que vuelva la Eva! ¡Eva peleonaaaaa sooolo hay una! ¡Como nuestra Eva no hay ninguna! -

El atardecer ha sido silencioso y los ecos de la consigna que canturrean Joel y Sara se van dispersando mientras las sombras cubren el Mercadona de la calle Prosperidad. Poco a poco todos van buscando un lugar para pasar la noche y el griterío que llega del exterior también se va atenuando hasta que desaparece. 

Y en la noche algo sigue faltando, esa melodía que arrullaba los sueños de todos ayudándolos a descansar en paz.