Partida Rol por web

Cómo todos los años, las fiestas navideñas -antiguas fiestas de invierno- en la capital rusa eran cómo un día más, pero con muchisimo más frío, llegando alguna vez hasta los -30ºC. 

Aún así, ésto, para una chica a quien hacía más de 25 años que le había dejado de latir el corazón, ya no era un problema. Simplemente, a la hora de cazar daba alguna que otra dificultad, dada la costumbre de ahogar la helada externa con la ingestion de vodka por parte de los moscovitas.

Almenos, pero, la creciente iglesia ortodoxa había, poco a poco, mejorado el sentimiento festivo local pese a la aún próxima caida del comunismo. Quien más y quien menos, había vivido bajo el yugo de Lenin, Stalin o Krushev... eran pocos los que, cómo tu, habían vivido solamente la era de Gorvachov... una próximidad democrática que ayudo a la vuelta del Zar Istvan Donskoi, quien, con mano de hierro bajo guante de seda gobernaba la ciudad, o almenos éso habías oído en la Capilla.

Tu nunca le habías conocido, y poco habías oído hablar de él. Mejor dicho, eran pocos los vástagos con quienes te habías relacionado, a parte de Lazar, el Regente, e Ivan, tu sire.

JUEVES 6 DE ENERO (18:15 horas)

Pese a todo, sabías que las cosas iban a cambiar, lo que no sabías era en cuanto tiempo.

A diferencia de muchos otros vástagos, tras la muerte no habías dejado de soñar. No lo hacías tan a menudo cómo cuando aún respirabas, pero aún irrumpían, incluso despierta, en tu mente.

Despertaste de tu ténue letargo, cómo en cada amanecer, en tu habitación de ése reconstruido santuario, el Monasterio de San Daniel fundado en el 1282 como defensa contra incursiones de los tártaros en los accesos sureños de Moscú, de la cual se han conservado tres iglesias y el pabellón de frailes de los siglos XVI-XVII.

Era en una de ésas iglesias dónde, la Iglesia Ortodoxa mantenía su sede, inconsciente de la próximidad a la que estaban con los malditos del Señor. Encima de tu cama, empezaste a divisar la multitud de libros que había allí, producto de lo único que habías hecho desde el inicio de tu no-vida.

Desde allí, oíste unos ruidos en el piso inferior, en las proximidades al altar, la primera zona de la Capilla Tremere que había en ése lugar, mantenida la mayoría en el pavellón de los frailes, dónde se refugiaban Lazar Lazarus, Regente de la Capilla y un tal Konstantin, por lo que habías podido oír, Patriarca de la ciudad, el segundo al mando de ésta, aún y que, por deseo própio, no era el Primogénito del Clan.

La noche era como otra cualquiera, fria como siempre lo eran en Moscu, pero ya estaba acostumbrada a ello, en realidad desde siemrpe habia pasado mucho frio en las noches de Rusia, al fin y al cabo me crie en una ciudad, bueno, mas bien en un pueblo de la zona rural de mas al norte por lo que el frio era algo habitual para mi, sin embargo, ya no sentia frio, no sentia el frio que sentia en aquel entonces y eso era debido a mi nueva naturaleza, una naturaleza misteriosa para algunos pero que para mi era tan habitual y tan vana en algunos momentos.

Como todas las noches me levante y comence a caminar por la sala, en una silla cercana estaba mi abrigo, en realidad no es que me hiciera mucha falta, pero seria demasiado extraño ver a una chica como yo caminar en camiseta o sin abrigo por la capital moscovita y como todos sabemos debemos de guardar las apariencias con el resto de seres, los que llamamos ganado. Tras coger mi abrigo me encamine hacia el exterior, tengo una profesion, no es muy comun, pero a veces recivo encargos, que yo recuerde no tenia ninguno esa noche, pero me apetecia caminar un rato bajo el frio y la nieve de la capital, quien sabe a lo mejor encontrase algo, y por ello me puse en camino con un andar tranquilo pensando y reflexionando sobre todo un poco

Vagaste por los retumbantes pasillos de ése Templo del Señor, antiguamente habitado por frailes franciscanos con la mision de "catolizar" a la población rusa de la época. Los mismos, que difundieron, no sólo los valores que con el tiempo habían estado perfilando la actual Iglesia Ortodoxa, sino tambien los falsos temores de brujería y herejía que tantos problemas te ocasionaron en el pasado en perfilarse públicamente tus sobrenaturales "dones".

Por suerte, los tiempos habían cambiado, y lo que antes fue tu anterior condena ahora era tu forma de sustento.

Cerca del patio central, te pareció entrever que alguien te hacía un señal para que detuvieras tus pasos. Por la oscuridad del lugar, desprovisto totalmente de luz artificial, sólo viste la silueta de un hombre alto, cercano al metro ochenta, y bastante corpulento. Aún así, sus pasos tranquilos y pausados, así cómo las formas de su antiguo ábito, dando éso toque monacal fruto de su pasado. Ya más cerca, te fijaste en su rostro de facciones angulosas y largo cabello negro decorosamente peinado hacia trás, con sus ojos cerrados, y sus lebes murmuros seguramente de algun rezo.

Efectivamente, se trataba de Lazar, el Regente de la Capilla Tremere, y desde tu conversión de mano de Ivan, tambien tu mentor. Todo lo que sabías, era grácias a ésos dos hombres que tan importantes habían sido para tu corta no-vida. Un segundo porfavor Katerinka -te dijo, con ésa característica voz grabe pero a la vez tranquila que tanto le caracterizaba-, antes de irte quería comentarte una cosa.

Ésas palabras te sorprendieron, más porqué desde hacía unas noches, tenías la extraña percepción de que algo ocurriría en tu vida. No sabías que aún, ni tus visiones ni tus contactos con lo sobrenatural, te habían definido de que se trataba, pero normalmente, tus percepciones no fallaban. Me gustaría que ésta noche vinieras sobre las doce, para partir hacia Pokrovski, nos espera el Patriarca a las dos. Sus palabras fueron rotundas. Por lo que habías oído, la Catedral Pokrovski era un importante Elíseo de la ciudad, frecentemente regentado por el Senescal Konstantin, importante miembro del clan Tremere por su poder e influencia en la ciudad, además de la "mano oculta" que perfilaba todo el clan en la ciudad, pero, ¿por que ahora?

Nunca le habías visto con anterioridad, y sólo habías oído habler de él alguna vez en la Capilla, en las pocas reuniones y rituales del clan en los que se te había permitido asistir.

Era la primera vez que me decian que debia de ir a algun lado, en cierto modo estoy algoo nerviosa ya que nunca antes me han llamado para algo que no sea relacionado con los estudios o con cosas mas mundanas, pero siempre en el interior de la capilla pero ante todo me habian dicho directamente lo que tenia que hacer, esa era la primera vez que me decian que tenia que ir a un sitio y no me decian nada mas directamente, por ello me parecio un poco extraño e inquietante y al mismo tiempo por decirlo de algun modo alucinante.

Mi respuesta se demoro apenas unos segundos:

- De acuerdo, a las 12 en punto estare preparada para partir

Seguidamente continuo mi camino mientras miro la hora que es para ssaber si me daria tiempo a ir a mi "oficina" o no.

Al ver en el reloj que aún era temprano te despediste de Lazar y te dirigiste hacia tu despacho.

Apenas eran las siete menos cuarto de la tarde, por lo que tenías aún cerca de cinco horas libres, algo que te permitía dedicarte algo en tus negocios, y así poder entretener la mente ante las dudas sobre la próxima reunión de la que te había hablado el Regente.

Te dirigiste hacia la Calle Arabat, a algo más de media hora de la Capilla, hacía las afueras de ésa gran ciudad... una de las zonas más bohemias de la capital rusa, dónde los bares y discotecas se juntaban cada noche entre el turismo y el altruismo local; un sitio perfecto para los clientes del mundo esotérico.

Tras abrir la puerta del despacho, recojiste las cartas que estaban en el suelo del recividor dónde había algunas sillas y una mesita al lado de el cuarto de baño, con algunas revistas especializadas, aunque muchas de ellas demasiado cargadas de sensacionalismo, por si se te llenaba demasiado la "consulta", algo que desde hacía ya un tiempo, no acostumbraba a pasar.

Los últimos años de crisis económica, unida a la inestabilidad política de un país aún demasiado arrelado a un comunismo difunto desde hacía apenas veintidos años, propiciaban que la gente tuviera que escoger prioridades, dejando los dilemas místicos y espirituales quizá más arrinconados de lo que harían en otra situación. Aún así, el negocio aún se sustentaba decentemente.

Siempre quedaban caciques y terratenientes, además de antiguos Vástagos, con dudas y ahorros a los que el mundo de los espiritus y la adivinación para ello. Además, el trabajar sólo tu, te permitía que todos los beneficios fueran para ti, a excepción del alquiler y los gastos.

Tras recojer las cartas entraste en el despacho, dejandolas encima del escritorio y encendiendo la luz, observando las dos sillas de los clientes algo polvorientes, mostrando el poco movimiento, además de algunos informes desordenados encima de éstas.

Te sentaste en tu sillón, observando por la ventana la poco concurrida calle, seguramente por la temprana hora que aún era, revisando posteriormente el correo: facturas y más facturas, además de una carta del banco mostrandote que ingreso de 1200€ de un pasado cliente, además de un sobre sin sello, dirigido a ti y sin remite: Señorita Katerinka -empezaste a leer- precisaría de sus servicios. Quedemos en la Plaza Roja a las 22 horas, frente al mausoleo de Lenin. Tengo un trabajo importante para usted, no me falle.

Ésa extraña nota te sorprendió, sobretodo por el secretismo que mostraba su contenido. Aún así, era una oferta de trabajo, o almenos eso era lo que decía, pero, si era trabajo, ¿por que no venir en vez de mandar una nota?

Lo bueno de la situación era que estaba cerca de la Catedral, de tu posterior cita... dos horas antes de que ésta dira inicio. Si no íbas no sabrías de que se trataba, aunque pudiera ser una trampa,... nadie, a parte del anónimo o anónima que escrivió la carta era conocedor.

El despacho estaba como la noche anterior, bastante sucio y algo desordenado, cuando mire el correo me di cuenta de que no eran mas que facturas y cosas similares, es decir nada interesante o al menos por el momento, pesadamente me recoste sobre la silla que tengo para hablar con los posibles clientes y trabajar, pero que ultimamente no usaba demasiado para trabajar. Tras mirar un poco por encima algunas notas y documentos me fijo en una carta, parece ue la han dejado alli directamente, la verdad es que es curiso, hubiese sido mejor esperar a que llegara, pero bueno, ya he visto a muchos tipos raros en este negocio y a fin de cuentas no es que yo sea una chica muy normal al fin y al cabo.

Tras leer la nota me uede un poco mas sorprendida, mire la hora, aun quedaba tiempo y realmente podria ser una buena fuente de ingresos en estos dias tan malos para el negocio, asi pues decidid pasarme, ademas no era mas que un primer contacto, ya se sabe me explica un poco como va la cosa, y seguramente vaya a algun lugar diga un par de palabras y listo porque seguramente no haya nada en la casa como siempre pasa, pero bueno al menos me pagaran.

Tras dejar la nota en uno de los cajones me acerque a la biblioteca o mejor dicho estanteria donde tenia algunos libros y me puse a leer un poco mientras no llegaba la hora a la que tenia que acudir a la reunion que indicaban en la nota

Aprovechaste, cómo siempre, la lectura para poder pasar el tiempo muerto que había entre tu despacho y la cita en la Plaza Roja, generando muchas dudas pero a la vez posibilidades laborales. Aunque las lecturas no fueran nada del otro mundo, tratandose de libros algo sensacionalistas que acostumbraban a gustar a los clientes, almenos verlos allí, a parte de alguna novela esoterica, algo de filosofía oriental y un par de volumenes religiosos, preferías éso a tener que relacionarte demasiado. A fuera, no te esperaba nada, o almenos éso creías ya desde tu vida mortal.

Aún te estabas acostumbrando a ésa nueva realidad que se postró frente a ti en forma de vástago el día en que tu corazón dejó de latir, manteniendo lecturas más interesantes, lejos del ganado, la causa de tu existencia casi hermética.

Cerca ya de las nueve y media de la noche, y trás ver que hoy, tampoco ningún cliente íba a acercarse por allí decidiste empezar a salir para dirigirte junto el Mausoleo. No terminabas de saber que podrías hacer con todo lo referente a tu negocio; estaba claro que algo fallaba y no sabías muy bien que. Quizá ésos barrios a ésas horas en las que podías despertar tu eran el producto de la falta de clientes, o quizá el poco horario de apertura, permitiendote sólo las autoridades moscovitas ejercer hasta las diez de la noche, almenos cara el público, ciertamente, era algo difícil de compajinar. ¿Un secretario humano?, ¿crear un ghoul?,... todo eran posibilidades y más posibilidades que encima de la motocicleta, con el gelido viento invernal dandote en la cara.

A los quince minutos de viaje, a lo lejos, empezaste a vislumbrar el Kremlin y su palacio contiguo, ése mítico edificio, centro de todos los cambios que en pocos años había padecido el país, y dónde habías oído alguna vez que, según los rumores, residia el Ventrue más importante de la ciudad, el Zar Istvan Donskoi.

Ya a las cercanías de la Plaza, y devido a la prohibición de acceder en vehiculo de motor, aparcaste para, al poco, ir avanzando hacia el final de ésta, rodeando las catedrales que, pese y el pasado comunista y el valor ideológico de ésa plaza, aún se mantenían en pie, una, en la que además, dentro de casi dos horas tenías que ir.

Delante del Mausuleo, pero, no había nadie... Cierto que habías llegado algo temprano, pero la verdad, ya cuando empezaron a pasar diez minutos de la hora de la reunión empezaste a pensar que se trataría de alguna broma.

El ambiente, estaba realmente concurrido pese y el frio que hacía, indicado en -22ºC en un termometro cercano, hasta que, por suerte, un hombre se acercó hacia ti. Aparentaba tener unos 30 años, bastante alto, cercano quizás al metro noventa, con larga gabardina negra abrochada hasta el cuello y somrero del mismo color, pese al intenso color verdoso de sus ojos bajo unas cejas claras, algo castañas. Buenas noches -empezó, con un tono relajado en su voz- ¿la señorita Katerinka verdad? -preguntó, pese y que algo en ti sabía que eras la persona que buscaba- tenía para usted un encargo de la señora Bakos, ¿podría robarle unos minutos de su tiempo?

La noche era muy fria, el gelido aire moscovita me da en la cara meintras conduzco mi motocicleta a un ritmo tranquilo, por fortuna el frio ya no me afecta ya que aunque llevo un abrigo y un gorro bajo el casco de la moto, el frio es muy intenso esta noche. Finalmente tras andar unos metros llego al lugar de la cita, alli estoy algo inquieta, no se realmente que tipo de cita me espera y bien podrian intentar atacarme, ya se sabe que el mundo esta cada vez peor y no sera la primera vez que tratan de atracarme o incluso algo peor, lo ironico era que siempre salia bien parada y que la pequeña chica de aspecto fragil era la que finalmente terminaba siendo la que dominaba la situacion.

Mientras me sumergia en esos pensamientos me di cuenta de que el tiempo paso y el tipo o tipa ya que no lo sabia que me habia citado no aparecia, asi que habia sido una tomadura de pelo, ahora no me quedaba mas que estar dos horas por alli esperando a que llegase la hora de la importante reunion. Mientas me iba enfadando escucho algo, un hombre se acercaba a mi y fue entonces cuando pregunto por mi nombre y me hablo, con tranquilidad, la tranquilidad de una profesional que esta hablando con un cliente sobre algo que domina aunque realmente no me siento asi respondo:

- Si, soy yo y supongo que usted es la persona que dejo la nota en mi despacho cierto? Bueno no importa, supongo que tendra un motivo por el que me han citado aqui y deben de necesitar mis servicios, en que puedo ayudarles?

La verdad es que en cierto modo me esperaba algo asi sin duda seria esa tal señora Bakos alguien extravagante, bueno no importa, el 90% demis clientes lo son

Efectivamente señorita -te dijo el joven varón todo encendiendose un cigarrillo, de tabaco americano-. Por su acento, parecía que no era de por hay, siendo posiblemente britanico o estadounidense, aún así, algo en tu interior, te decía que no era el típico cliente. Si pudieramos ir a un sitio algo menos concurrido -todo mirando la parte trasera del mausoleo, todo añadiendo: creo que el tema no le gustará demasiado hablarlo en público. Allí, rodeado por un vallado de cordon rojo, había una extensa zona, con algunas estatuas y con bastantes arboles. Se trataban de las Tumbas de la Nomeklatura y la Gerontocracia, cementerio privado dónde descansaban importantes figuras sacralizadas del comunismo soviético, entre ellos el escritor Máximo Gorka, el astronauta Yuri Gagari y hasta los restos de Stalin, a parte de muchos otros hombres y mujeres importantes en la organización de la Revolución Soviética. Un pequeño homenaje histórico casi olvidado por la población moskovita veintiun años después de la caida del Telón de Acero que, pese y no ser permitida al paso de la gente, a ése chico no le importó travesar, indicandote que hicieras lo mismo.

Estubisteis un rato andando, hasta que la frondosidad de los arboles no permitían que vuestras siluetas se vieran a lo lejos, a excepción de vuestras pisadas sobre la nieve. Supongo que si le hablo del Libro de Nod o del própio Caín, aunque simulará no saber de que le estoy hablando lo conocerá a la perfección -sentenció, sorprendida de cómo un simple, o no tan simple, mortal podía conocer el libro sagrado de los vástagos, con las palabras del Primero, o su própio nombre-. A diferencia de muchos de sus clientes, la señorita Bakos si cree en su "don", pues ella misma más de una vez lo ha padecido en sus própias carnes. La razón por la que me ha pedido que la citara, pero, es algo distinta -puntualizó mientras tiraba el cigarrillo al suelo ya para apagarlo-.

Aunque le gustaría conocerla personalmente, me ha pedido que le pusiera un poco en sintonía con todo el trabajo antes de ello -empezó, dando aún más misterismo a toda la situación- y en ésto nos tenemos que remontar a hace casi 10 años, cuando, trás unos viajes por occidente en que yo mismo la acompañé, una noche, en Brasil, se le acercó un grupo de vástagos -realmente, era sorprendente el dominio que ése hombre tenía del mundo de la estirpe-, supuestamente de la Orden del Wyrm, formada por miembros de su clan señorita Katerinka, los Tremere.

Por lo visto, te habían estudiado bien, sabiendo cosas de ti que, ningún mortal tendría nunca que conocer. Conozco sus Tradiciones -siguió diciendo sin darte tiempo a responder-, y no tiene que temer nada. Simplemente, quisieramos que investigara sobre la existencia de ésta Orden, que, por lo visto, un miembro del Consejo de Viena se apresuro en desmentir. Suponías que con ella se refería al Consejo de los Siete, los Antiguos del Clan que, desde la capital austriaca, gestionaban las acciones y el comportamiento de sus miembros, de la cual te habian hablado en alguna ocasión tanto tu sire cómo Lazar, el Regente.

Por ahora, no le puedo dar más información sobre el contenido del trabajo -te dijo mientras se metía la mano con la que antes había sujetado el cigarrillo en el interior de la gabardina para sacer un sobre blanco-, si acepta el trabajo, será la señorita Bakos quien, personalmente, terminará de contarle todo -todo añadiendo mientras te daba el sobre-. Aquí, a parte de una targeta con su numero de telefono, hay la primera parte de sus honorarios. Espero que le parezca bien...

Por lo demás, si tiene alguna duda más sólo tiene que preguntarmela; hasta dentro de 10 minutos puedo estar aquí. Sinó cuando tenga una decisión comuniquenosla.

Aquel lugar, un lugar donde descansaban los restos de importantes figuras del pasado de Rusia, persoajes que habian pasado a la historia por ser miembros del movimiento de la URSS, aquel sueño que tuvieron algunos hombres y que ahora habia hecho que Rusia estuviera como esta en esos momentos, una situacion que no sabia si era buena o mala, pero que a fin de cuentas era en la que nos encontrabamos en la actualidad. Sin embargo pronto sali de mis pensamientos cuando el hombre que me guiaba se detuvo y comenzo a hablarme.

Lo que habia dicho incurria en muchas cosas, un grupo de Tremeres renegados por asi decirlo, el importante consejo que lo negaba y sobretodo, porque a mi, yo, una simple neonata que se dedica a investigar sucesos paranormales, no, ese trabajo sin duda no era para mi, aunque el dinero me hiciese mucha falta y estoy segura de que el pago sera bastante elevado, no creo que sea un trabajo para mi, aunque por otro lado saben demasiado de mi, cosas que nadie deberia de saber....

Miro durante unos segundos a aquel hombre, parecia muy seguro de si mismo y mientras cojo el sobre ue me hace entrega y saco la tarjeta para devolverle el sobre despues digo:

- Aun no se si aceptare el trabajo, supongo que ya que sabe tanto de mi sabe que mi especialidad es lo paranormal y el espiritismo, que no soy una investigadora privada, sin duda para algo asi podran encontrar alguien mejor y mas adecuado

Era una frase trampa, mi intencion no es otra que tratar de averiguar el porque han acudido a mi, una miembro del clan al que parece ser que desean investigar, lo que si tengo claro es una cosa y es que si acepto el trabajo no sera para contentarles sino en realidad para averiguar quien es esa señora de la que habla y que intereses tiene, pero por el momento espero que el hombre me de alguna informacion mas, asi pues antes de que me conteste le pregunto:

- Ademas si han conseguido tanta inforamacion sobre mi, no les seria mas sencillo usar esos medios que han utilizado para encontrar a las personas que buscan?

En abrir el sobre para coger la tarjeta, observando el nombre de V. Harriet Bakos, seguido de un numero de telefono móbil, y en pequeño, en la parte inferior de la tarjeta, la palabra Heraldos de la Estrella Roja, para posteriormente guardartela y observar cómo dentro del sobre también había bastantes billetes de 100 y 200€, quiza entre unos 1500 o 2000, tirando a lo alto. El funebre ambiente en que estabais, te daba una percepción extraña en tu interior, cómo si en toda tu cercanía miles de tenues murmuros estubieran invadiendo vuestra intimidad, los cuales se acrecentarón bastante cuando el joven nombro la palabra Wyrm.

Aún así, procediste a devolverle el sobre, sólo prestando atención a la tarjeta, pese a que ése mortal metió las manos en los bolsillos, todo escuchando con atención los contras que veías en todo ello, empezando a hablar cuando terminaste: ¿a caso el mundo sobrenatural no es siempre una constante investigación? -preguntó, para posteriormente añadir- Normalmente la señorita Bakos no acostumbra a equivocarse, y si me ha enviado a buscarla debe ser porqué realmente es la persona apropiada para el trabajo -sentenció con total tranquilidad en sus palabras, algo que acrecentaba algo más su presencia enigmática, para posteriormente añadir: referente al sobre, quedeselo, es para usted... lo que haga con el ya es decisión suya. 

En ése momento sacó la mano izquierda de su bolsillo para mirar la hora en el reloj. Eran las 11 menos veinte de la noche, y en ése momento, todo volviendo a poner su mano a cobijo del frío añadió: estoy convencido de que pese a sus negativas, el trabajo lo empezó desde el momento en que vió la nota... En ése momento se empezó a mover de nuevo, saliendo por un lateral del cementerio para, ya fuera, decir: tanto la señorita Bakos cómo yo, cobfiamos en su discreción y su profesionalidad... esperaremos su llamada -añadió a modo de despedida, todo inclinando un poco la parte delantera del sombrere y dirigiendose después hacia el otro lado de la plaza-.

Sin duda esa señora Bakos era un misterio, tenia que conocerla y sobretodo saber que sucedia realmente alli ya que algo me dice que no es para nada sencillo lo que esta sucediendo aqui. Miro la targeta y leo en voz baja  "Heraldos de la estrella roja tendre que averiguar de que se trata, si, aun no se si aceptare el trabajo, pero lo ue si pienso hacer es averiguar algo mas sobre esa tal Bakos y los heralds de la estrella roja y que relacion tienen con mi clan y el porque han acudido a mi.

Miro el relj y me doy cuenta de que aun tengo algo de tiempo antes de ir a la reunion, aunue no es demasiado como para volver a la oficina, por lo que decido cuando ese hombre se marcha simplemente apuntar el numero de telefono de la tarjeta en mi telefono movil, siempre me gusta tener los numeros de los clientes en mas de un lugar apuntados y en ese momento ese momento solo dispongo de mi movil para apuntar. Asi pues doy un a pequeña vuelta por los alrededores para hacer algo de tiempo antes de dirigirme a mi lugar de reunion

Estuviste dándo un cierto rodeo por la Plaza y sus proximidades, reflexionando sobre todo lo que había pasado en las pocas horas del inicio de la noche.

Realmente, tu vida estaba dándo un vuelco de 180º, haciendose nuevamente realidad tus sueños y percepciones. Que algo cambiaria en ti, era normal, pues desde el momento en que fuiste Abrazada por Ivan todo el mundo que te rodeaba se increpementó, y con ello tambien sus dudas pero, ésa cita que habías tenido hacia poco, además de todo el misterismo en que Lazar te había notificado sobre la reunión que tendrías con Konstantin, uno de los Tremer, por no decir el Tremer, más influyente de la ciudad...

Aún así, el enigma que rodeaba a la señora Bakos parecía en ése momento mucho mayor. De su ayudante, o lo que fuera, sólo habías podido sacar un numero de telefono, y un posible trabajo, ademas de 1650€, tal y cómo habías podido comprobar una vez se había ido. Mucho dinero para sólo charlar. Una charla en que no sólo las dudas se postraban en quien era él o quien era ésa tal Harriet, además de cómo sabian tanto de ti, sino porqué se habían cruzado en tu camino, además de ésas dos extrañas organizaciones, los heraldos y los Wyrm... eran tantas las cosas que, al parecer, aún tenían que irse aclarando poco a poco, en tu "reciente" no-vida.

Pero lo que estaba más cercano, almenos al parecer, era la reunión en la Catedral, sabiendo que para todo lo demás tenías aún que realizar una llamada, o eludir el tema cómo si nada de éso hubiera ocurrido... eran tantas las dudas y las opciones que podías seguir... pero una llamada en el móbil te llamó la atención.

Se trataba de Lazar, el Regente, quien, en responder te dijo: Katerinka... ¿dónde éstas? -en ése momento te percataste de que ya eran casi las doce de la noche, y te encontrabas cerca del lugar dónde tenías que ir, pero el Regente te esperaba en la Capilla, tal y cómo habíais quedado... Una vez le dijiste que ya te encontrabas delante de la Catedral, éste añadió: me tenías preocupado, llegar tarde no es algo muy común contigo. Esperame delante, en unos quince minutos estoy allí -añadió éste-.

Aquel encuentro me habia hecho pensar y mucho, sin duda eran unas personas extrañas y con tal vez demasiados conocimientos, en realidad no sabia si acudir o no, mi cabeza decia que no, que podria ser demasiado peligroso y mas que por lo que me habian contado tenia algo que ver con mi clan y algo que el mismo clan habia negado su existencia, es decir, me pedian en cierto modo que actuase a espaldas del clan? eso era demasiado sin duda, pero por otro lado lo que en otro tiempo habria llamado mi corazon, mi curiosidad me decia ue tenia que investiga, al menos saber el motivo del porque han ido a mi, realmente estaba muy confundida.

Fue entonces cuando escuche mi telefono, era Lazar, se me habia ido el santo al cielo entre mis cabilaciones, me pregunto dnde estaba y sin dudar le informe que estaba frente al punot de reunion ue le esperaa alli. El tempo que tardaria en llegar no era demasiado extenso, sin embargo me servio para aclararme un poco, ante todo debia de estar atenta, ese asunto ya lo trataria despues, ahora tenia algo mucho mas importante entre manos, tendria ue investigar un poco a esa Bakos y su lacayo, pero seria despues, ahora tenia un asunot mas importante aun con mi clan.

Cuando ya pasaban cerca de veinte minutos de las doce viste llegar a Lazar, por el otro lado de la plaza, tapado con un largo abrigo negro hasta el cuello y un gorro de lana del mismo color con oregeras que te recordaba los tiempos en que los soviéticos aún gobernaban el país.

En verte ya delante de la Catedral, te saludo desde lejos con la mano, y pareció que empezara a correr un poco todo mirando el reloj, percatandose quizá de que llegabais tarde.

Bien, vamos para adentro -te dijo en llegar a tu lado, todo abriendo la pesada puerta de madera que, por lo visto, estaba abierta pese y tratarse de un Elíseo-. En entrar, pudiste ver un sitio bastante oscurecido por la noche, con algunas velas encendidas que iluminaban la multitud de bancos para los feligreses y un altar al final, de madera tratada. Los ventanales, mostraban escenas del libro del Génesis, así cómo los murales encontrados en el ápice de encima del altar, contrastando con las imagenes que había en los pasillos laterales, sobre los pecados capitales y las condenas de Diós. La Catedral, de lebe aspecto gótico, estaba coronada por un techo piramidal, resultaba una obra única al conferir nueve templos unidos bajo una mísma base arquitectónica.

Os dirigisteis, pese a ello, hacia la sacristía, sala que había a la izquierda del altar, pudiendo ver cómo antes de llamar a la puerta Lazar se santificaba frente a un gran crucifijo de oro situado detrás del altar, para despues dar cinco golpecitos, con distintos ritmos en ella.

Al poco, pudisteis ver cómo un varón de unos cincuenta años os abría la puerta, vestido con ropas negras, supuestamente el encargado de ésa iglesia a los ojos mortales. Buenas noches Padre -dijo el Regente en ver a ése hombre, quien, en ver que era él, os dejó entrar-.

Muy buenas noches Padre Lazarus -respondió éste, percatandote del pasado evangelico de tu mentor-, ¿nos obsequiará hoy con alguno de sus salmos? -le preguntó el mortal, todo respondiendole después Lazar que quizá, que nunca se sabía-.

El Patriarca está terminando de redactar su sermón de ésta noche, ¿quereis tomar algo mientras le esperais? -preguntó muy educadamente, a lo que Lazar le dijo que una copa de sangre fresca no iría mal-

Pudiste ver al hombre irse por una puerta trasera de la sala, bajando por unas escaleras que parecían llevar hacia un tipo de crípta, todo diciendos que aprovecharía para avisar a Konstantin de vuestra llegada, momento en que Lazar aprovechó para explicarte que Konstantin solía organizar algunas misas de medianoche, la mayoría de veces sobre las 3 de la madrugada, y que por lo visto, ésta noche había una. Bien, ahora toca esperarle -te dijo tras terminar de comentartelo-, el trabajo que tal Katerinka, ¿ya pusiste orden en el despacho? -bromeó-

Aquel lugar en cierto modo era extraño y atrallente, no por la fe, puesto que nunca habia sido una chica de mucha fe, realmente eran temas que no me agradaban demasiado tratar ni me gustaba pararme demasiado en pensar en ellos, pero si era lo suficientemente inteligente para saber que en muchas de esas construcciones el patrimonio histrico que podias encontrar era impresionante, ademas que servia como balsamo para muchas personas y eso a mi forma de ver era loable para cualquier organizacion como lo era la iglesia.

Finalmente nos volvimos a quedar solos Lazar y yo esperando a la llegada del hombre que nos habia requerido, realmente estaba empezando a ponerme nerviosa, pero fue entonces cuando Lazar mi mentor y la persona que me ha enseñado practicamente todo lo que se de mi no vida me pregunto por el trabajo, tras pensar durante unos segundos comente:

- Si, estaba todo mas o menos arreglado, de hecho me han ofrecido un posible trabajo aunque realmente no se que hacer, es una persona demasiado misteriosa tal vez. Sinceramente no se que hacer, intentare buscar informacion sobre esa persona antes seguramente

Lazar se mostraba atento a todas tus palabras, cómo si con ésa pregunta condescendente, para pasar quizá el tiempo de espera, hubiera dado en el clavo de tus preocupaciones, mostrandose un poco intrigado en comentarle que era alguien demasiado misterioso, afirmando en comentarle que quizá le investigarías un poco antes, todo diciendo: importante elección, todo y que en tu trabajo pocas veces la clientela no esté envuelta de cierto místerismo -empezó, algo irónicamente- es importante para todos que el nuestro se mantenga intacto.

Los típicos consejos de Lazar, envueltos en una reórica maiéutica própia de alguien con cierto pasado eclesiástico, algo de lo que habías oído poco, quizá porqué el aprendizage recivido durante ésos años que confirieron tu aún "reciente" Abrazo, no te hubieran dado tiempo en profundizar más en todo lo que te envolvía.

Aún así, parecía que las cosas se fueran empezando a mostrar frente a ti. Por primera vez, estabas sentada en ése lugar, dispuesta a conocer al miembro del Clan más influyente en la ciudad, conocedora de que ésa visita no era simplemente de cortesía. Y además, todo ése misterio que embolvía a la señora Bakos, ésos Heraldos, sin contar a ésa extraña Orden, negada a ojos del Consejo ¿estaría tapando algo tu clan? ¿realmente, es todo una farsa? ¿o es que nadie había mentido, y se está empezando a fraguar algun tipo de sociedad agena al Consejo? ¿un intento de rebelión quizá?... Eran muchas las dudas, y poco el tiempo del que podíais disponer en ése lugar, viendo llegar al sacristan con la copa que le había pedido Lazar, todo indicandoos tras entregarsela que podías bajar. El Patriarca les espera en la Crípta -dijo mientras os señalaba la puerta por dónde había entrado, murmurandote tu mentor antes de levantaros- si éso en San Daniel seguimos con la charla -todo poniendote la mano en la rodilla para darte animos, antes de empezar a bajar por la escalera-.

El pasillo, realmente era bastante estrecho, todo picado en piedra viva, cómo un pasillo secreto de los castillos encantados que, en cuentos, te había explicado tu madre de niña. Pero la sorpresa fue mayor en llegar a una sala que se estaba iluminando. Realmente, era otra Catedral bajo a la visible por la gente, con unos trescientos metros de altura, y casi 500 metros cuadrados, aparecía realmente ante tus ojos un gran templo de arquitectura gótica, con grandes arcadas configurando el techo, murales algo macabros que parecían mostrar el infierno y los males del mundo en las paredes, y bancos de madera para unas doscientas o trescientas personas, éso sin contar las que podían estar de pie. Por favor -os dijo el sacristán, mostrandoos una puerta lateral-, por aquí. Os dirigisteis a otra sala, precedida de más escalones, pero en la puerta os indicó que el no podía entrar. Se trata de la Capilla del señor Konstantin, sólo pueden entrar Tremere.

Bajasteis así por las escaleras, llegando a una sala de cerca de la mitad de espacio que la superior, rodeada de libros y más libros en las paredes, cómo si se tratara de una biblioteca privada, pero, ¡qué biblioteca!

Al final, sentado detrás de un escritorio de madera tallada, al igual que su silla a modo de trono, viste sentado a un hombre de unos 60 años de edad, algo rechoncho y no muy alto, cercano al metro setenta, con larga barba blanca al igual que su cabello bien peinado, vestido con largo trage negro y camisa blanca, pero con cierto toque monacal, parecído a las vestimentas de los ortodoxos. En acercaros, os mostró dos sillas vacias delante del escritorio para que os sentarais, todo diciendo, con una voz algo grabe pero relajada. Buenas noches señorita Katerinka... he oído a hablar mucho de usted al señor Lazarus y ya tenía ganas de conocerla, y así poder charlar un poco... En ése momento abrió un cajón y sacó un papel, con un escrito a mano en letras rojas, parecido a sangre, encima de papiro, y otra copia identica, todo murmurandote: por favor, si se lo pudiera ir leyendo mientras hablamos, para luego, una vez dejados frente tuyo añadir: pero bien, aunque haya oído es mucho mejor conocer por uno mismo ¿no cree?, por eso he querido citarla hoy aquí, para que me cuente un poco más de usted, de sus inquietudes, sus preguntas y conocimientos... para trás carraspear un poco añadir: cómo bien sabe, la Casa Tremere sómos una gran família, y cómo tal debemos conocernos para aprender y protegernos.

-Yo, Katerinka, por este acto juro mi eterna lealtad a la Casa y al Clan Tremere y a todos sus miembros. Soy parte de su sangre y ellos son parte de la mía. Compartimos nuestras vidas, nuestras metas y nuestros logros. Obedeceré a aquellos que la Casa a nombrado como mis superiores y trataré a mis inferiores con todo el respeto y cuidado que merecen.

-Yo no despojaré o intentaré despojar a cualquier miembro de la Casa y Clan Tremere de su poder mágico. Hacerlo seria actuar contra el poder de nuestra Casa. No destruiré ni intentaré destruir a ningún miembro de la Casa y Clan excepto en defensa propia, o cuando un magus ha sido expulsado por un tribunal constituido. Si un magus ha sido considerado expulsado, emplearé todos mis esfuerzos para entregar a ese magus a la justicia.

-Yo me atendré a todas las decisiones de los tribunales, y respetuosamente honraré los deseos del Concilio Interior de los Siete y los deseos de mis superiores. Los Tribunales deben estar limitados por el espíritu del Código Tremere, complementado por el Código Periférico e interpretado por una apropiado cuerpo constituido de magi. Tengo el derecho de apelar una decisión al tribunal superior, si ellos aceptan escuchar mi caso.

-Yo no pondré en peligro la Casa y Clan Tremere a consecuencia de mis acciones. No interferiré en los asuntos de los mundanos de ninguna manera que pueda traer deshonra sobre mi Casa y Clan.

Jamas, cuando trate con demonios u otros, provocaré peligro hacia el clan, no molestaré a los faeries de ninguna manera que pueda provocar su venganza sobre la Casa y Clan. También juro apoyar los Valores y metas de la Camarilla y mantendré la Mascarada. En el caso de que esas metas entren en conflicto con las mías, no perseguiré mis propios intereses de ninguna manera que pueda poner en peligro la Mascarada. El poder de la Casa y Clan Tremere depende del poder de la Mascarada.

-Yo no usare mi magia para espiar a miembros de la Casa y Clan Tremere, ni para entrometerme en sus asuntos. Esto esta expresamente prohibido.

-Yo instruiré solamente aprendices que juren sobre este código, y no permitiré que ninguno de ellos se enfrente contra la Casa y Clan, yo seré el primero en detenerlos y traerlos frente a la justicia. Ninguno de mis aprendices podrá ser llamado magus hasta que primero jure respetar el código. Trataré a los aprendices con el cuidado y respeto que merecen.

-Yo concederé a mis antiguos el derecho de tornar a mi aprendiz si encuentra que es necesario para un importante trabajo. Todos somos miembros de la Casa y Clan y valorables según este precepto. Debo atenerme al derecho de mis superiores de tomar estas decisiones.

-Yo fomentaré el conocimiento de la Casa y Clan Tremere y compartiré con sus miembros todo lo que haya encontrado en mi búsqueda de la sabiduría y poder. Ningún secreto sera guardado, o traspasado, con respecto a las artes de la magia, no mantendré en secreto los logros de otros que puedan traer perjuicio a la Casa y Clan Tremere.

-Yo pido, si rompo este juramento, ser expulsado de la Casa y Clan. Si fuera expulsado, pediría a mis hermanos que me encontraran y me destruyeran para no continuar mi vida de degradación e infamia.

-Yo reconozco que los enemigos de la Casa y Clan son mis enemigos, que los amigos de la Casa y Clan son mis amigos, y los aliados de la Casa y Clan son mis aliados. Déjanos trabajar como uno y creceremos sanos y robustos.

Yo por este acto juro este pacto a 6 de Enero de 2011.

Maldigo a aquellos que intenten hacerme romper este pacto y me maldigo a mi mismo si sucumbo a esa tentación.

Me extraño mucho que aquel hombre me diese ese documento, unicamente me hicieron falta leer las primeras lineas para saber de que se trataba pero sus palabras eran aun mas extrañas para mi. Parecia que sabia que habia tenido un misterioso encuentro y que eso me rondaba la cabeza, antes no lo habia hablado con Lard pero en cierto modo era logico, de hecho solo me faltaron unos segundos par darme cuenta de lo evidente, yo antes que investigadora de lo paranormal por asi decirlo era algo paranormal, una orgullosa miembro del clan Tremere y por ello me aclare la gargante y comence a hablar con sumo respeto:

- Si, de hecho habia algo que desearia preguntarle a usted y al que considero mi maestro Lar y no pensaba que tendria la oportunidad tan pronto, pero me alegra poder preguntarles.

Saco la targeta que me dio aquel misterioso hombre y se la extiendo al vastago meintras hablo:

- Esta tarjeta me la ha dado hoy un hombre que decia venir de parte de una tal señora Bakos, no se porque pero sabian demasiadas cosas sobre mi y sobre nuestro clan, de hecho deseaba que investigase sobre una organizacion que segun ellos pertenecen a nuestro clan y que nuestro propio clan, segun ellos esa orden se llamaba del Wyrm y tuvieron un encuentro hace 10 años en Brasil y segun sus propias palabras un miembro del consejo de viena se apresuro a desmentir.

Realizo una pequeña pausa para seguidamente continuar:

- Sgun ese hombre la señora Bakos conoce bien nuestras tradiciones y parece ser algo experta.

Tras estas palabras que sabia supondrian mucho me quedo callada y parada esperando, sin duda era demasiado para una aprendiz como yo y a fin de cuentas estaba involucrado algo relacionado con el consejo, algo que por supuesto me superaba no en años, sino en siglos