Partida Rol por web

Suspira mientras se pasa la mano por la cara. Ahora que lo pienso, nunca antes ha habido una reunión de estas características y yo no lo sabía!

Esta visto que soy un completo ignorante en cuestiones políticas y de relaciones ante clanes, menos mal que mi Sire me conoce. Una pregunta así en otras circustancias me habría convertido en el admereir...

- Así que esta es la primera... será todo un honor para ti. Y pensándolo bien también para mí, aunque eso sabes que no me ahce mucha ilusión. Tampoco había ido antes a ninguna reunión de nuestro clan, pero claro eso ya lo sabías. - No puede evitar sonreir - Bueno como tu has dicho, seremos nosotros mismos pero temo que no sepa representar bien los intereses del clan.

Claro que afortunadamente estás tú conmigo. Si te parece hablaré lo menos posible y actuaré con normalidad...

En ese momento por los altavoces se escucha al capitán anunciando el inminente aterrizaje en el aeropuerto del Prat, anunciando presión, temperatura atmosférica y hora local.

Petrok mira en dirección a los altavoces de la bodega - Vaya jamás hubiese dicho que llevase altavoces en la bodega ¿ será para los animales ? - y vuelve a reirse.

- parece que ya llegamos Sire, espero que esos Ghoauls no se retrasen, ¡ Malditos humanos ! , ¿ cómo podemos venir los vampiros de ellos ? es increíble...

Tu sire sonrió abiertamente en el momento en que le comentaste todas tus preocupaciones, terminando por reír por tu último comentario: si te dijera que yo no me lo he planteado nunca te mentiría -dijo mientras te ponía una mano en el hombro-. Sómos una mejora a la creación de Dios, el trabajo que en su séptimo día se dejó por hacer, pero tampoco devemos menospreciarlos. Notabas cómo el avión ya había tocado tierra y reducía su velocidad a la busqueda de, lo que imagniaste devido a lo mísmo que sucedió la noche anterior, el hangar que tenía definido. No sabías si, al igual que en Holanda, aquí tambien el própio principado tendría el suyo. Su numero es considerable, y gracias a su ignorancia nos podemos permitir nuestro sustento.

Una vez ya dentro del mismo, te fijaste en que apagaban el motor del avión y, tras poneros una escalerilla os abrían la puerta lateral de vuestro compartimento, entrando en el mismo el gohul que ya ahier había tratado durante todo el trayecto con vosotros dos. Ya estamos en Barcelona señores. Os dijo una vez ya dentro. Si son tan amables de seguirme. Mientras salíais del avión te percataste que el hangar era bastante ámplio, con una cabida para tres o cuatro aviones más de un tamaño similar a éste.

Una vez ya de nuevo en suelo firme os pusisteis en camino hacía fuera, extrañandote el hecho de que en ningún momento tuvierais que pasar por ningún tipo de detector ni pasillo junto al ganado. Parecía cómo si se tratara de una parte adicional a la terminal, cómo si algun vástago hubiera hechado mano en su construcción y posterior gestión para que en ninguno momento se pudiera poner bajo sospecha vuestra existencia ni poner en peligro a las Tradiciones, que para la Camarilla, tenían tanto significado.

Antes de atarrar he hecho unas llamadas -os íba contando el gohul de Ezequiel mientras avanzabais por el desierto pasillo. Si no hay ningún contratiempo sus pertenencias llegarán pasado mañana en los camiones. En ése momento te fijaste en otro mortal saliendo por una de las puertas laterales, con un carro con cuatro maletas dirigiendose hacia afuera, un poco más adelantado a vosotros. Por lo demás, he aprovechado para hablar con el ayudante de Voldor, quien en principio les debería estar esperando en la entrada del aeropuerto.

Parecía todo milimetrado, con una gran coordinación entre el avión y el que tendría que ser vuestro siguiente medio de transporte. Las maletas que hay delante -os dijo señalandolas- contienen ropa, y algunas de sus pertenencias que consideramos podrían servirles mientras llega todo lo demás mientras terminamos de empaquetarlo todo.

Una vez ya fuera del lugar os percatasteis de que, cerca vuestro, había un coche oscuro aparcado cerca vuestro, saliendo del mismo un humano que, en ver llegar las maletas procedió a dejarlas al maletero. A primera vista parecía normal, un joven de 30 años, pelo rubio, ojos azules,... todo normal, hasta que, ya una vez terminado de guardar todo se os acercó y te fijaste en su oreja. Parecía cómo si tubiera algun tipo de branqueas o algo extraño detras del lobulo. Bueno, aquí termina mi trabajo. Les deseo suerte señores -os dijo el siervo de Ezequiel antes de volver hacia dentro de la terminal.

Entrasteis en el coche, poco después, y en el momento en que ése mortal ponía en marcha el motor del vehiculo os dijo: Bienvenidos a Barcelona señores. Mi nombre es Samuel, humilde siervo del señor Voldor, quien, por cierto, está deseoso de verles ya en casa.  

Aún disgustado por haber tenido que dejar su casa, sus investigaciones y en definitiva su mundo, aunque no puede evitar sentirse halagado y en cierto sentido superior ante tantas atenciones y comodidades.

Sin duda ha sido un detalle no tener que declarar nuestra entrada. parece que esta gente sabe lo que hace, y sobretodo cuida mucho las formas. Me gusta...

Cuando ve la oreja del siervo de Ezequiel siento curiosidad pero prefiero dejar la pregunta para mi sire en otro momento, cuando estemos sólos.

Al subir al coche saludo con la cabeza al dichoso Ghoaul con un tímido y lacónico:

- Buenas noches.

Estoy deseando llegar de una vez y conocer al tal Voldor, si él está deseoso yo mucho más.

- ¿ cuánto tardaremos Samuel ?

No mucho señor -te dijo el gohul, algo extraño, de Voldor.

Veías cómo desde el Prat evitabais entrar en la ciudad, brillante y elegante a la leganía del parabrisas del coche. En el cielo empezaba a caer una leve llovizna, no muy densa por el momento, mientras observabas que íbais en dirección al Hospitalet.

Espero que no les moleste, pero la residencia del señor se encuentra en un antigua nave industrial en el polígono de Cornellá. Allí es dónde a parte tiene su laboratorio y lugar de trabajo habitual -os dijo el siervo mientras girabais para dirigiros hacia el centro del Hospitalet. No entendías la ruta que seguía ése hombre, y por suerte, hace ya años tu sire te había enseñado, a parte de todos los entrecijos de la condenación, algo de idiomas, centrandote principalmente en el español. Tiene muchas ganas de conocerles saben -os sentenció el mortal y siervo a la vez de ése vástago-, el tambien es originario de Polonia, y por lo que sé hasta ahora no ha mantenido ningun tipo de contacto con nadie procedente de su país.

En ése momento te diste cuenta que casi no sabías nada del vástago que íba a ser vuestro anfitrion durante el proceso de acomodación en la ciudad. Sólo pequeños detalles: su amor por la ciencia, el hecho de que hace tiempo renegara del Sabbat, su actual implicación a una importante capital Camarilla,... sólo cabos sueltos que hasta el momento en que lo vieras no íbas a llegar a cuadrar en tu mente.

Éso si, una cosa te llamó la atención de las palabras de ése hombre. Segun te habían contado, ése vástago hacía ya tiempo que había renegado de los interesas tradicionalistas del clan, pero segun os comentó Samuel, desde su marcha de Polonia no había vuelto a ver a ningún compatriota. ¿Cuanto tiempo en el mundo devería haber estado respirando ése mortal? ¿éstos són los limites de la sangre de caín en las venas de un humano?. Todo ello te podía llegar a parecer increible para tus investigaciones, al igual que el uso de la Vicisitud en los lobulos auditivos de ése siervo mortal.

Éstaba claro que tampoco tenías muy claro tu presente a ésa ciudad, ni tu misión, ni porqué habías sido elejido ése día cómo alguien importante para el clan, al igual que el ataque recivido.

En ésas te fijaste que ya cruzavais hacia el poligono de Cornellá, llegando a observar, no muy a tu lejanía grandes complejos de naves industriales y alguna que otra discoteca en la zona, para terminar entrando en el parquing de una gran nave industrial, dónde Samuel aparcó el coche, y tras sacar dos maletas del maletero os pidio que le siguierais. Mientras esperan al señor iré entrando sus demás pertenencias a sus habitaciones, os dijo el mortal con una total servicialidad, llegandote a soprender cómo el gohul de otra persona podía llegar a comportarse así tambien con los demás.

Te llamó verdaderamente la atención, pero, le hecho de llegar a ver ésa gran cantidad de ventanales en el sitio de trabajo de un vástago, llegando a impresionarte la temeridad que llegaba a tener Voldor sobre las limpitaciones de vuestra condenación.

Tome asiento porfavor -os dijo señalando un sofá de cuero granatoso-, de mientras voy a avisar al señor de su llegada y . ¿Desean algo?

Pudiste ver ése despacho, con estanterías llenas de libros cubriendo las paredes de piedra del lugar, y tras la puerta por dónde salió Samuel había unas escaleras que subian hacia otro piso. Parecía cómo si se tratara de un pequeño apartamento que tubiese situado cerca de su propio trabajo. Delante del sofá, había una mesa de cristal, acompañada por dos sillones de cuero del mismo color, Un pequeño televisor de 15'' de plasma, y cerca de las escaleras pudiste ver un gra nescritorio de madera.

Cuando, al fin, entró ése hombre de unos 40 años de edad, bastante musculado pese a su profesión cómo cientifico. Cabello largo negro, llevaba una bata blanca que mostraba que en ese momento estaba trabajando, y entro limpiandose las manos. Perdonadme chicos -os dijo mientras dejaba el trapo encima del escritorio, estaba terminando un encargo. Te dijo mientras dejaba el trapo encima del escritorio y te daba la mano en señal de saludo. ¿El viaje bien?

Viejo amigo, ven a mis brazos -dijo mientras abarazaba a tu sire, con los cuatro brazos que te percataste, tenía en el torso, y ya dirigiendose a ti, te observo y pregunto, ¿y éste chiquillo? ¿cómo debo llamarte joven?

Voy incómodo en el coche todo el trayecto que pese a ser corto, el mero hecho de haber sido desplazado me sigue incomodando y agriando el carácter. No deja de observar en ningún momento el exterior, fijándome en el paisaje , la poca gente que se ve por la calle e inmerso en mis propios pensamientos. Al parar en un semáforo y ver a una protituta de no más de veinte años no puedo evitar fijarme en sus ojos verdes y en su bonito cuello. Si fuese humano, quizás tuviese algún interés para mí. Pero no ahora...

Al llegar al polígino observo los ventanales de la anve industrial, a mí nunca se me ocurriría trabajar en un sitio así, por lo que este hombre me intriga... Voldor.. Voldor.. No se puede estudiar con luz y además está el peligro de no darse cuenta y achicharrarse.

Me gustaría beber algo , sangre joven preferiblemente. - Contesta sin mirar a su interlocutor a los ojos. Después sigo pensando en ese hombre, cuando por fin aparece salgo de dudas. Cuatro brazos! lleva la marca, está marcado y para mayor colmo es paisano mío. Sin duda es una de las primeras generaciones, vaya... estoy ante toda una eminencia.

- eh..- Lo de chiquillo no me sienta muy bien, aunque desde su perspectiva soy un bebé para él. Tan insegnificante, primerizo e ingenuo... - Me llamo Petrok Privchenko. Para servirle, es un placer.

Al ver cómo se abrazan parece que mi Sire conoce a todos los grandes personajes vampíricos. Nunca deja de sorprenderme.

Buenas noches señor Privichenko -te dijo amablemente Voldor tras oír tu nombre y darte la mano en señal de salutación-.

Una vez terminadas las presentaciones se sentó en el sillón, y se encendió un cigarrillo. Y bien, ¿cómo van las cosas por Polonia? -os preguntó, mostrando un gran interés además para saber cómo íba todo en su antiguo país natal. ¿todo bien en el clan?

Parecía un hombre amable, bastante simpatico, no sólo hacia tu sire a quien ya conocía sino tambien hacia ti.

Te sorprendió observar ése gran dominio de la Vicisitud que tenía ése vástago, al igual que tantos condenados ésos días en la Vaulderie y la posterior reunión, llegando a percaterte por un instante de que ni tu, ni tu sire, habías esculpido nada en vuestro cuerpo.

Espero que Samuel haya sido amable con vosotros durante el trayecto -dijo ahora en un tono algo más serio-. Tendremos que ponernos al día sobre todo -bromeó-. ¿Así que cientifico? -te preguntó dirigiendose a ti, sin darte casi tiempo para responder antes de seguir hablando-.

Te fijaste en el reloj que había en la pared que ya hacía bastante horas que había empezado el viaje desde el Prat hasta el cómodo refugio de Voldor, siendo ya cerca de las diez de la noche.

Espero que tengamos mucho más tiempo para poder conocernos durante vuestra estancia -dijo mirandote-. Aún así tendremos que ponernos al dia Maolmuire, son muchos años que hemos estado sin vernos -dijo mientras le ponía una mano en el hombro-.

En ése momento, después de un rato hablando llegó de nuevo Samuel a la sala, y al veros sentados os saludo, interrumpiendos un momento para informaros de que ya estaba todo en vuestras habitaciones.

Samuel -le dijo Voldor-, acompaña a nuestros invitados a sus estancias. Quizá deseen cambiarse o relajarse un poco después de tan largo viaje.

Subisteis por las escaleras hacia el piso superior, mostrandoos ése mortal las dos habitaciones dónde íbais a poder descansar durante ésas noches. Al abrir la puerta de la tuya entraste y te diste cuenta de que se trataba de una habitación bastante grande, con multitud de estanterías vacias a los lados, una cama de matrimonio en el centro y un escritorio amplio al lado de la puerta, justo delante de la cama, a una distancia de unos seis metros de ésta. Encima de éste había un ordenador que parecía bastante nuevo, y te fijaste que, justo al lado de la cama había una puerta, con un armario empotrado en la pared, bastante amplio, en la única pared sin estanterías del lugar. Allí está el baño -te dijo Samuel mostrandote la puerta que había al lateral de la habitación, cerca de la cama. Espero sea todo de su gusto -terminó de decir antes de salir de la habitación para ir a mostrarle su estancia a tu sire-.

Fue en ése momento que entro Voldor por la puerta y sentandose en los pies de la cama te dijo: Espero poder llegar a saber más de ti Petrok, tu sire está realmente orgulloso de ti y me ha hablado algo de tu potencial cómo cientifico. Me gustaría poder intercambiar opiniones contigo y que llegues a dar un toque de "juventud" a mi trabajo -sonrió después de decir ésto-.

Para todo lo demás, cualquier duda que tengas o pregunta no dudes en hacermelo saber. Y si desearas ir a cualquier sitio dimelo, tengo unos cuantos coches y en caso de no saber conducir puedes disponer cuando quieras de mis gohuls.

Al ver entrar a Voldor, se levanta de su asiento y después de saludarle vuelve a sentarse.

- Polonia sigue donde siempre.- Bromea- ya sabes, tensiones con el ex bloque soviético y demás...- Las cosas en el clan bastante revueltas ¿ verdad ? - dice mirando a su sire.

- Estaba deseando llegar, se me ha hecho muy pesado. Aunque todo sin novedad, también soy científico.Efectivamente, biología molecular y genética. Creo tener entendido que eres un erudito en la materia Voldor.-

Sigue al Ghoaul hasta su habitación, observa las instalaciones y le parecen una verdadera maravilla, todo comodísimo y de primeras calidades. Cuando está desempaquetando la maleta y entra Voldor sonrie , le ha caído en gracia áquel hombre. Tiene mucha curiosidad por preguntarle sobre el tema del anticlan. Es un tema interesantísimo, alguien que no tiene la atadura del clan...

Petrok esos pensamientos son muy peligrosos, y más teniendo a tu sire tan cerca. Debes tener cuidado....

- Estoy deseando mantener una larga charla sobre nuestros respectivos trabajos, quién sabe quizás representemos el nuevo nobel de medicina vampírica- suelta una carcajada - No en serio, Voldor eres muy muy amable y descuida que si necesito cualquier cosa serás el primero en saberlo. Estoy seguro de que mi estancia aquí será de lo más agradable.

Trás oír tu comentario Voldor soltó una leve carcajada viendo entrar a tu sire tambien en la habitación. Tu, a ver que haces con tantas manos -bromeó mirando a Voldor, para luego, dirigiendose a ti añadir- Petrok, vigila con éste personaje... la mitad de lo que te diga no te lo creas, y la otra mitad entiendela al revés. Mientras decía éso se aproximó a dónde estabais y le puso la mano en el hombro a Voldor para murmurarle: Me moria de ganas de pedirtelo... ¿puedo ir a tu laboratorio?. Al ver la carita cómica con ojos llorosos que mostraba tu sire le entró la risa a Voldor... Claro que si cabrón, dile a Samuel que te acompañe -decía mientras intentaba disimular un poco las emociones que le despertaba ésa cómica situación, ni tu habías visto nunca algo así de tu sire, quien siempre se había mostrado serio-. Así aprovecho para hablar un rato con tu chiquillo, que a ti ya te tengo muy visto -bromeó tambien-.

Al ver cómo Maolmuire cerraba la puerta te volvió a mirar, terminando de reír mientras, instintivamente, se pasaba la mano por los ojos cómo intentando ahogar una inexistente lágrima. Pues bien, aunque hago trabajillos para mantener ésta cómoda existencia en mi humilde morada y mejorar el equipo de mi laboratorio tambien hago estudios más profundos -dijo poniendose un poco más serio-, mi estudio principal se basa en la busqueda de las causas que provocan la Sangre Débil, ésta horrible enfermedad que está empezando a surgir entre alguno de nuestros nuevos jovenes.

Su sinceridad y rapidez para hablar de los temas que interesaban te impactaba. No se íba con rodeos cómo muchos de los cientificos que habías conocido durante todo ésto tiempo empezando a hablarte sin ningun rodeo de sus estudios.

Para ello intento buscar una solución para el poco nivel de hemoglobina en la sangre de éstos vástagos, intentando espesirla para hacerlos un poco más proximos al primero. En ése momento te dió una palamda en el hombro para añadir, quizá me podrías ayudar, si tu sire habla bien de un cientifico es que tiene que ser bueno -dijo mientras sonreía-.

Y bien, veo que en tu cuerpo no hay ninguna traza de nuestro linage -dijo abriendo los cuatro brazos-, seguro que el recatado de Maolmuire ni se ha preocupado en enseñarte.

Me gustaría saber un poco más de ti Petrok, pero no del Petrok cientifico solamente, sino tambien del Petrok cainita. Ésas palabras te sorprendieron bastante, ya que no imaginaste en ningún momento encontrarte a un antitrubu tan servicial, un verdadero anfitrión algo curioso. ¿Que piensas del clan?, ¿de nuestra condena?,¿del sabbat?,¿la camarilla?... ¿cómo te sentiste en dejar de oír latir tu corazón? ¿en descubrir tu nuevo sustento?. Sus preguntas se alejaban totalmente de lo que imaginarías, algo comprometidas pero a la vez sinceras. A parte de la ciencia en éste mundo hay más cosas. Si dejas que llegue a llenar tu vida terminarás cómo yo, viviendo en un poligono industrial compartiendo vecindario con narcotraficantes y prostitutas, dejandome llevar solamente por el trabajo y rodeado de gohuls...

Su sinceridad era abrumadora, y no sabías si ésa simpatía era devida a tu sire, pero la verdad es que la imagen de un antitribu cambiaba radicalmente en tu mente, recordando la frase que oíste en el momento de tu vínculo con Ezequiel: ¿seguro que éste es tu sitio?

Pero no me creas una cotilla -bromeó Voldor, volviendote a la realidad-, tu tambien puedes preguntarme a mi lo que quieras. Sin reparos.

Titubeo, no me siento para nada cómodo con esa sarta de preguntas. Jamás he hablado de ciertas cosas, ni siquiera con mi Sire. Pero este personaje, aun así y no obstante, me inspira confianza. Además de ser un científico y aunque me fastidie reconocerlo quizás mejor que yo, tiene inquietudes.

Esas inquetudes respecto al clan, que siento yo ahora mismo Voldor parece haberlas dejado atrás hace tiempo...

Confiado pero un poco reticente a contestar sinceramente comienzo a hablar, con voz firme pero sin mirar directamente a la cara a mi interlocutor:

- Son muchas preguntas para el poco tiempo del que disponemos, podría estar hablando durante días. pero te diré Voldor en relación al clan y al clan de clanes, que... a ciencia cierta y a decir verdad... no estoy del todo seguro. Nunca me ha interesado la política, ni el clan, ni mucho menos el Sabbat... o la Camarilla. Nunca he entrado en considerar al clan , tampoco lo he cuestionado. Simplemente soy un Tmisze y como tal, me comporto. Tengo entendido que eres independiente. No perteneces a ningún clan. Creo que mi opinión y la tuya quizás no sean tan distantes. pareces ser una persona que tampoco está interesada en la política , salvo que yo ni me he molestado en renunciar a mi clan. Si te soy sincero, aún no sé muy bien qué hago aquí. Me he visto inmerso en esta reunión y he ascendido peldaños en el clan sin quererlo y sin estar interesado. Sé que muchos de mis iguales envidian mi posición y darían cualquier cosa por estar en ella, pero no yo...

Perdona que sea tan franco, pero... ¿ Cómo te convertiste en independiente, cuál es tu historia ?- Petrok prefiere reservarse sus preguntas meramente científicas para después, raro en él, prefiere ahondar primero en las cuestiones del clan antes que en las académicas.

Jajajajajaja -oíste reír a Voldor abiertamente en el momento de terminar de hablar, llegando a pensar que tus inoportunas preguntas habían llegado a molestarle-. Eres pastado a Maolmuire -dijo mientras se encendía un cigarrillo y cojía la parte de abajo de una maceta vacía para no ensuciar el suelo-.

Tranquilo Petrok, la pregunta, aunque algo inoportuna no me molesta para nada -dijo mientras te ponía una mano en el hombro mientras te ofrecía un cigarrillo del paquete- ¿quieres?

En ése momento se levantó del borde de la cama, murmurando Clan de clanes... interesante. Realmente, nunca me había parado a ver con tus ojos a nuestro clan, y más siendo los ojos de alguien desinteresado en la política cómo segun dices es tu caso. Sus palabras, aunque fueran delicadas y evitando en todo momento la ofensa resultaban a la vez punzantes y escrutadoras. Eran las palabras de alguien realmente sabio y vivido, fruto seguramente de los años vividos cómo cainita. Ciertamente -siguió- soy independiente, pero éso no significa que no tenga clan, sino que me mantengo al margen de la estupida guerra que existe entre las sectas. Notabas una gran sinceridad en sus afirmaciones, aunque a la vez llegaras a percivir que no te dejaría una respuesta facil-.

En ése momento miró su reloj y volvió a sentarse Aún tengo un par de horas antes de volver al trabajo, por lo que voy a complacer tus dudas sin ningún reparo. Mi historia cómo independiente se remonta a principios de los años 30, poco después de que Hitler y Stalin se repartieran nuestro país. En ése momento, el Sabbat, el gran salvador de la sociedad cainita cómo se postulan, nos giró la espalda a todos los cainitas procedentes de Polonia -hizo una leve pausa para hacer un par de caladas con calma del cigarrillo a medio consumir-, mostrandonos que para ellos los Tzimisce no eramos más que peones prescindibles en sus luchas contra la Camarilla, o más bien dicho, contra los Ventrue.

No fui el único que en ése momento decidió distanciarse de la secta pero, por desgracia, no todos tubimos la misma suerte. Notabas algo de nostalgia en sus palabras, cómo si en todo ése proceso de exilio hubiera sufrido perdidas importantes en su existencia. Fue un Tremer, Montoya, el Príncipe de ésta ciudad quien me acojió y protegió, cómo si de alguien de su mismo clan fuera, mostrandome que lo importante de una persona no recae en su procedencia, sinó en su interior -dijo mientras colocaba una de sus manos sobre dónde tendría que estar latiendo tu corazón-.

Y desde entonces, sigo aquí. He luchado codo con codo con ellos, contra los Garu y contra los Lasombra, ayudé a que ésta ciudad fuera feudo de la Camarilla y por éso tantos me odian, pero no lo hice en nombre de una secta, sino de un gran hombre con una ilusión que ahora os ha llevado a vosotros aquí.

Parecía que, realmente, Voldor supiera de lo que estaba hablando mucho más que tu sire y sobretodo tu mismo, sus palabras eran reveladoras y a la vez trágicas, hasta que canviando radicalmente de tema, conviertiendote ahora a ti en la presa de las dudas. Pero para que llegues a comprender exactamente dónde está mi sitio debes primero encontrar el tuyo, Petrok. Dime, ¿que es para ti ser y comportarte cómo un Tzimisce? -te soltó de golpe justo cuando apagaba el ya consumido cigarrillo-.

(DIA)

Despertaste algo desorientado en la habitaión dónde, hacia nada, estabas hablando con Voldor, o almenos éso te parecía.

Estabas tendido en la cama, vestido, pero tapado por las sabanas, y notabas algo de desorientación, además de algo de hambre.

Intentaste levantarte, pero un extraño mareo empezó a recorrer por tu mente, dejandote algo tambaleante por la habitación, volviendote a sentar en la cama.

Diste un vistazo rápido a la habitación, observando cómo ya todos tus libros estaban en las estanterías, perfectamente colocados, cómo si los días hubieran pasado a tu alrededor.

En ése momento oíste un leve golpeteo en la puerta, entrando posteriormente Voldor, con su típica bata blanca, dejando claro que venía o íba hacia el laboratorio, quien, en verte sentado en la cama entro, cerrando tranquilamente la puerta tras suyo, intentando no hacer ruido.

Buenos días joven Petrok -empezó a decirte mientras se acercaba a la cama, sentandose en el reborde de ésta-. ¿Te encuentras bien?

Una vez mostrada su preocupación, que a primera vista parecía sincera, te puso un poco al día de los sucedido: Por lo visto, la primera noche que estubiste allí, mientras estabais conversando caiste de golpe desplomado encima de la cama, no mostrando ningun tipo de señal de vida. Por lo visto, tu cuerpo, entró en un estado aletargado sin ni siquiera avisar de ello, en cuestión de segundos. Por lo que hable con Moulmuire, no tienes que preocuparte -añadió posando una mano en tu hombro-, con todos los cambios sucedidos en ti en tan poco tiempo no es algo tan extraño -dijo sonriente, fijandote en ése momento, que no sólo la Vaulderie, sinó los viajes, tu diablerie, tu iniciación en el clan y por lo tanto en política, además de ésos extraños cuchcheos... todo en los últimos días había sido un cambio para ti, cuando, volviendo a hablar, Voldor añadió: referente a tu sire, ha tenido que irse. Ezequiel le llamó pidiendole su presencia en la reunión de Moscú y me pidio que me hiciera cargo de ti -algo que, por lo visto, había aceptado-. Estará un tiempo fuera, en principio, por lo que ya me dió todas las indicaciones que eran necesarias saber -puntualizó aún y no decir nada al respecto-, pero bueno, recuperate un poco antes, que debes estar bastante desorientado -bromeó Voldor, cómo si hubiera pasado ya alguna vez por ése trance-.

Entrecerrando los ojos, la mano izquierda jugueteando con las sábanas y con la derecha rascándose la cabeza sin intentar comprender muy bien porqué se siente así.

Es como cuando era mortal y tenía resaca , es la sensación más parecida...

Mirando a Voldor tarda unos segundos en contestar, al fin inspira y exhala un hondo suspiro antes de contestar:

- Buenos días Voldor. Nosé qué me ocurre. Es como si todo me diese vueltas... - Al escuchar las noticias que voldor trae no puedo reprimir un escalofrío y una mueca- a.... ¿ A Moscú? pero... si acabamos de llegar por todos los diablos. Tiene que tratarse de algo muy muy importante para hacerle irse cuando acaba de llegar.

Malditas intrigas del clan... ¿ Qué estarán tramando ahora ? ¿ Qué habrá ocurrido para irse tan pronto?.

A decir verdad no sé que pensar sobre estar tanto tiempo con este perfecto desconocido, es un hombre interesante pero no puedo evitar recelar de él.

- Voldor, y... ¿ Qué hay de la reunión de clanes ? ¿ tendré que asistir yo sólo ?

La mera idea me desconcierta...

Todavía mareado se recuesta mirando al techo, esperando escuchar las contestaciones del científico.

Notaste cómo una de las múltiples manos de Voldor se postraba sobre la tuya en mostrar tu desorientación, acrecentandose un poco más al saber que tu sire había tenido que irse, todo añadiendo éste: bueno... acabar de llegar, así propiamente dicho, tampoco -empezó a decir, intentando suavizar un poco la noticia, algo verdaderamente preocupado-.

Aunque por lo poco que habías podido ver, parecía mantener una buena relación con tu sire, forjada por lo visto desde hacía tiempo, ante ti tenías a lo que aún era un completo desconocido... estamos a viernes, más concretamente las diez y media de la noche, supongo que querras tomar algo para revitalizarte -añadio, pidiendo posteriormente a Samuel, su ghoul, por el pinganillo que trajera algo para ti-. Referente a tu sire, ayer a media tarde, poco después de la puesta, Samuel le acompañó al aeropuerto mientras yo intenté poner un poco a su sitio los paquetes que llegaron con vuestras pertenencias -dijo después, puntualizando posteriormente- espero no haberte ofendido en tocar tus cosas, solo quería que te sintieras un poco más agusto cuando despertaras, más después de contarme Maolmuire cómo pasasteis la última noche. Parecía que tu sire le hubiera contado todos los estragos previos al viaje, así cómo el ataque perpetrado en tu laboratorio y tu posterior diablerie. Aún así sus palabras, así cómo sus pretensiones, parecían sinceras; cómo si ése vástago quisiera tener cura de ti por algun antiguo lazo con tu sire, algo que parecía logico en haberse ido el de allí. Sobre el porqué de las prisas, poca cosa se, pero sus prisas eran notables. Si quieres puedes llamarlo desde el salón, allí ya hace rato que ha oscurecido.

Poco después entro Samuel a la habitación, con una bandeja en sus manos que sostenía una copa de cristal y una jarra con sangre, para que recuperaras las fuerzas perdidas durante ésos días quien, en verte despierto te dió los buenos días y dejó la bandeja encima del escritorio para luego salir. Respecto al Cónclave -añadió Voldor en cerrar la puerta su ghoul- estoy con los tramistes para terminar de cerrar mi asistencia, aún y que para la tuya será algo más delicado -dijo después, haciendo un leve carraspeo en su voz para levantarse y dirigirse hacia el escritorio para llenar una copa y dejartela encima de la mesilla, junto a la cama-. No se si tu sire te había hablado alguna vez de las Tradiciones, pero a diferencia de las ciudades gobernadas por el Sabbat o los Anarquistas, en la Camarilla, por lo que tu diablerie dificultará algo éste proceso. Sus palabras, aunque mezcladas con sutileza para disminuir su grabedad, no dejaban de ser duras, pero su relativa tranquilidad mostraba una puerta abierta quizá a algun as en alguna de sus mangas. Aún así, en Barcelona hay un tramite para éste tipo de situaciones, y así poder solucionar el tema de su permanencia en la ciudad... eso si, el proceso no deja de ser complejo -puntualizó, para trás ello quedarse la habitación en silencio, quizá dandote tiempo para asimilarlo todo o por si tenías alguna duda-.

Tras el ofrecimiento de Voldor , Petrok asiente con la cabeza y al escuchar al científico pedirle un revitalizante seguramente sanguíneo no hace otra cosa que mostrar una ancha sonrisa.

- En efecto si no es mucha molestia, me gustaría llamarle.- Y saber porqué demonios me ha dejado sólo contigo...

Cogiendo la copa de encima de la mesa y tras darle un largo trago se aprecia la nuez de su garganta moviéndose de arriba abajo mientras se refresca.

Una vez apurada la copa y tras escuchar a la par que bebía mira a Voldor con cara de sorpresa.

- Nunca pensé que mi aspecto supusiese un problema...-

- Qué demonios! soy una de las criaturas vampíricas más válidas y va a costar trabajo que me dejen asistir... Vivir para ver. ¡ No entiendo nada !

- En cualquier caso, espero que sea lo más rápido posible, no me gustaría perderme ese cónclave después de haber venido hasta aquí.

En mostrarle tu deseo de poder hablar con tu sire, Voldor rebuscó en los bolsillos de la bata para sacar una targeta, dejandola encima de tu mesita todo comentandote arriba tienes el prefijo de Rúsia, y el numero es el directo a su habitación del hotel... cuando hables con él dale recurdos de mi parte -añadió sonriente, para posteriormente terminar de escuchar tus dudas, tras ver cómo te terminabas de golpe la copa, pidiendote si querías alguna más, todo comentandote al terminar de mostrarle tus dudas sobre el Cónclave, así cómo tu necesidad de asistir tras tanto viaje, todo diciendote a continuación- Moulmuire me comentó tu falta de conocimiento sobre la estirpe, y creo que debido a ello no terminas de comprender la gravedad de la situación -puntualizó el Tzimisce, pudiendose notar en su rostro que hablaba en serio- una de las diferencias principales entre los Principados Camarilla y los Arzobispados Sabbat -empezó, tratando los temas con cierta sutileza para facilitar tu comprensión sobre la política cainita- es que en las primeras, el acto que cometiste -pudiste ver que hablaba de tu diablerie, todo e intentar evitar decir el nombre- es considerado uno de los peores crimenes realizables -dijo negando con la cabeza, no entendiendo si negaba el acto o la política tomada al respecto-, terminando la mayoría de veces en Caza de Sangre.

Habías oído hablar alguna vez de ésa concepto legal, que terminaba en una muerte dolorosa por parte del criminal, siendo diabolizado cómo el hizo en los mejores de los casos, tras ordenarse una busqueda y captura, donde sólo los colmillos solían quedar cómo prueba pero, ¿por qué traerte a Barcelona sabiendo que había ése peligro? ¿sería por éso que se había ido tu sire? ¿a caso no quería Ezequiel que fuera manchado el linage de ninguno de los miembros de su Consejo?... eran muchas las dudas presentadas, y sólo una la persona que te las podía responder, pero, aún así, Voldor siguió hablando, mostrandote quizá una puerta hacia el perdón. Por suerte, Barcelona es diferente -empezó tras un largo silencio-, Montoya, pese y su dureza y su cabeza fría a la hora de decidir, no es muy partidario de la Muerte Definitiva, ya que ésta, no admite redención. Es por ello, que en algunos casos, suele administrar una antigua ley para ello, y así poder comprobar el deseo de redención y de enmendar el error del diabolista... -dijo, no terminando de contarlo, para añadir-, pero no todos tienen la suerte de ser admitidos. Para ello, suele ser necesario que una Antiguo te avale, y desee correr tu misma suerte si fracasaras o huyeras -sus palabras, cargaban de seriedad y dificultad el proceso, pero aún así, por lo que pudiste percivir, estaba dispuesto a hacer lo posible para conseguirtelo-. Intentaré ser yo quien te avale, pero es probable que o Montoya o el própio Consejo no admitan a un antitribu para ello, por lo que tendría que hablar con un amigo  para pedirle el favor... eso si, cuando empieces no puedes hecharte atrás -puntualizó-.

Al cabo de un rato, ya bastante más abanzada la charla Voldor recivió un mensaje, saliendo de tu habitación diciendote que íba a llamar, momento en que aprovechaste para llamar a tu sire. En primer lugar, probaste su móbil personal, pudiendo comprobar que éste se encontraba parado o sin cobertura, para posteriormente llamar al número de la habitación que te había dado Voldor, para tras bastantes tonos, que llegaron a hacerte pensar que no se encontraba allí, respondió: Buenas noches Voldor -dijo en un primer momento, quizá relacionandolo con el número desde el que llamabas, pero en oír tu voz notaste en él un tono de alegría en la voz, todo añadiendo: Petrok hijo, ¿que tal? ¿cómo te encuentras?

Mirando la tarjeta fijamente, intentando memorizar el número de teléfono por si en otro momento necesitaba de aquel sin la tarjeta.

- muy amable, en cuanto a lo que dices, aunque entiendo las palabras no entiendo el fondo de tus palabras. Todos somos vampiros, todos deberíamos estar en el mismo bando, aunque efectivamente, no toda la sangre vampírica sea igual. Esos de la camarilla no saben de qué somos capaces los de mi especie. Por lo que dices puede que sea uno de los sentimientos más humanos y por ende, más impropios de un vampiro: Puro Miedo.

Tras decir esto, Petrok dejó unos segundos de silencio para que Voldor captase todas y cada una de las palabras, las digiriese y las engullese.

Voldor, agradezco tu interés y el gesto que estás apunto de realizar por mí. Debes saber que yo nunca huiría ni me rendiría, aunque tengamos nuestras diferencias somos científicos y vampiros orgullosos. Eso no pasará y espero que tengás razón, tú conoces Barcelona mejor que yo. Espero que así sea.

Después y cuando Voldor desaparece, tras marcar el teléfono de su Sire va directamente al grano:

- Me he despertado algo extraño, pero mi estado no es el motivo de mi llamada Maolmuire , estoy extrañado por tu rápida desaparición. ¿ Es que siempre vas a dejarme sólo ? encima con estos líos de clanes... ¿ Es grave el motivo de tu marcha ? ¿ Puedo hacer algo ? ¿ Alguna instrucción concreta para mí?

En escuchar tus palabras, Voldor te puso una mano en el hombro, apretando un poco para hacerse notar, todo murmurando: así debería ser -en comentarle que todos los Vástagos deberíais ser iguales- y por suerte no eres el único en verlo así -añadió, todo siguiendo escuchandote hablar, para, en agradecerle su gesto de ayuda, además de tu fuerza interna y honor, comentó- aún así, la diablerie es tan difícil de analizar. Cuando tengamos un poco más de tiempo te presentaré a un amigo, un académico. Para él, no hay momento historico que no pase por alto, por lo que creo que hablar con él te podría aclarar un poco las cosas. Pudiste volver a ver en él una intensa pretensión de ayudarte, no observando mucha diferencia entre sus acciones y palabras con las que tu sire tenía hacia ti, pero todo era un cumulo de situaciones y sentimientos, además de dudas y contradicciones que tendrías que ir solucionando antes de pretender observar con más calma tu entorno, volviendote a la realidad cuando dijo: me honra tu sinceridad, pues se que lo dices de corazón, y de corazón yo te digo que haré lo posible para que el perdón te sea dado. Aún así, joven Petrok, cultivar la mente sólo con la ciencia puede desviarnos de nuestro camino, y por lo que veo, aún te queda por recorrer mucho de éste. Cuando hayas terminado de hablar con Maolmuire, antes de colgar, avisame que subiré, quería comentarle una cosa.

Una vez fuera éste, ya hablando tranquilamente con tu sire, y comprobando en responder que estaba bien, empezaste a exponerle tus dudas sobre todo lo que te rodeaba, observandole alegre en saber que tu tambien estabas bien, no queriendo interrumpirte diciendo nada, excepto una disculpa por haberse tenido que ir: siento haberme tenido que ir de éste modo, pero no tuve más opción; a parte, estás en buenas manos y ésto me tranquiliza -empezó, observando que se refería a Voldor-. Por mi no te preocupes, las responsabilidades són lo que tienen, sólo que por lastima hemos comprobado que no todos piensan igual e Istvan, el Príncipe de Moscú, tampoco parece querer ponernoslo demasiado fácil -te comentó por encima, viendo que, pese y no querer que te preocuparas, las cosas no parecían ir del todo bien para el clan y el proyecto ambicioso que tenía con Ezequiel, pero tampoco parecía que quisiera entrar mucho en detalles-. Por el Cónclave, tu haz lo que te diga Voldor, fue mi mentor, y todo lo que se me lo enseñó él. Conoce mucho mejor que yo la ciudad, pues desde las revueltas anarquistas yo no había vuelto. Tan pronto cómo pueda volveré hijo -dijo tu sire, con un tono algo melancólico en la voz, diciendote por primera vez hijo-, mientras, cualquier cosa tienes mis numeros de telefono -un numero de telefono que, por suerte además, no era muy difícil, sabiendo que tras un par de veces de llamarlo se quedaría ya grabado en tu mente-.