Partida Rol por web

Ser Jaime ya estaba listo y perfectamente equipado con su reluciente armadura de cota de mallas fabricada especialmente para aquella contienda, en el brillante peto yacía el león rampante característico propio de su linaje Lannister.

Solicito a su joven escudero resguardara su espada bastarda

Acaricio el cuello de su noble destrero Argento y ayudado por su paje lo monto tranquilo para luego solicitar el escudo grande con los característicos esmaltes de la casa Lannister rojo y amarillo hacia juego con el penacho de iguales colores coronando el yelmo sobre su cabeza el cuál le quedaba justo y con la visera levantada resplandeciente a la luz del sol Jaime Lannister dio una vuelta sobre su eje apretando las piernas sobre su caballo para convertirse en un impresionante centauro el cuál se enfilo a la línea de salida pidiendo la lanza para preparar el embiste en contra de Brienne de Tarth.

Mañana posteo aquí, que todavía tengo que elegir qué escojo de armadura y armas, sorry. He dejado post en la cena y en la justa, que me hago un lío con tantas escenas. Todavía no me aclaro donde tengo que postear cada día, jajajajaja. Un saludo

Ser Jaime se dirige a su escudero y le exige la hermosa espada bastarda que Lord Tywin le hubiera conferido un aquel Torneo de Harrenhal cuando fue nombrado hermano juramentado de la Guardia Real, muchos eran los torneos que aquella espada le había ayudado a alzarlo como campeón de la justa, esta no sería la excepción.

Con dos movimientos de mano sopeso la afilada y hermosamente tallada "Rugido de León" como le había bautizado ya hace bastante tiempo.

Aseguro la visera y a dos manos en posición de guardia se aproximo a su contrincante a paso seguro.

-Tenlo por seguro Brienne de Tarth que escucharás mi rugido.-

Con gran esmero, me estuve colocando la cota de mallas, ayudada por mi escudero. Un chico joven que había traído de Tarth, de buena familia. Era la primera vez que me acompañaba y no lo hacía nada mal, aunque alguna reprimenda se llevó.

Esta era mi especialidad, no las justas. Aquí era completamente dueña de mi cuerpo, en la justa dependía del caballo, el estado del campo de justas, etc. Elegí un mandoble de buena factura, un arma pesada pero poderosa. Podía partir a un cordero en dos de un buen tajo... y a un hombre. Hice unas cuantas cintas y me fui a donde me enfrentaría de nuevo con Ser Jaime.

Al ver acercarse a Brienne de Tarth con la armadura completa Jaime Lannister no puede obviar que será una oponente digna ya que la estatura y corpulencia facílmente podría pasar como cualquier caballero de aquel torneo en vez de la doncella heredera de la casa Tarth.

Jaime borra aquellas especulaciones de su cabeza y se aferra a la empuñadura de Rugido de León en posición de guardia esperando a Brienne quién se acaerca de manera inminente para un choque de espadas frontal.

Había llegado la hora de demostrarle a todo el mundo quien era Brienne de Tarth. Si ganaba el envite, mi fama crecería en todo Poniente y ya no se reirían tanto de mi, al haber vencido al Matarreyes. Me situé enfrente de él con el mandoble listo entre las dos manos. Me incliné y le hice un saludo formal.

-"Buena suerte y que gane el mejor."

Me preparé y empecé a moverme alrededor de él, estudiando sus posturas. Cuando decidí atacar, lancé un espadazo con una fuerza brutal, esperando acabar rápido el combate.

Jaime Lannister asiente con la cabeza aceptando el saludo de Brienne de Tarth al inicio de la contienda cuerpo a cuerpo, Jaime se aferra al mango de su espada Rugido de León y apoya el pie derecho para una guardia más firme, siguiendo los movimientos de Brienne con la mirada.

El brutal tajo al peto de Jaime Lannister le toma por total sorpresa y tal es la fuerza que lo manda a volar medio metro hacia atrás cayendo de espalda sobre la arena la cuál a pesar de amortiguar la caída no aminora el griterío de asombro del público presente ante tal golpe sobre el pecho del Lannister quién yace tendido boca arriba sin moverse.

El silencio ante tal hazaña de Brienne de Tarth al haber derribado al engreído Jaime Lannister solo se rompe cuando el escudero llega corriendo hasta donde se encuentra el caballero tendido para quitarle rápidamente el yelmo de la cabeza, el león rampante que portaba al frente de su peto se encuentra totalmente magullado y partido a la mitad, de no haber sido por la cota de malla Jaime Lannister hubiera sido partido en dos.

El escudero levanta las manos en señal de rendición y solicita ayuda para que saquen al Lannister del campo de aquella contienda.

Con la ayuda de su escudero Ser Jaime se incorpora visiblemente adolorido, cojeando de un pie y con ayuda de su sirviente se acerca hasta Brienne de Tarth y le sonrie de manera genuina haciendo una breve caravana aceptando su derrota con toda la dignidad que le restaba.

-Enhorabuena Lady de Tarth, acepto de buen grado que le subestimé y eso me costo muy caro, ha sido usted una excelente contrincante, el honor y la gloria son suyas.- Jaime Lannister asiente con la cabeza en señal de respeto y le indica a su escudero que lo encamine a su tienda a auscultarle y colocarle algún vendaje y ungüentos que aminoren aquella opresión en el pecho producto del asombroso golpe que le ha propinado Brienne de Tarth.

La hoja del mandoble descendió velozmente hacia el pecho de Ser Jaime, impactando con un sonoro crujido. La armadura se abolló ante el golpe, destrozando el león de los Lannister. Debido a la fuerza del impacto, mi adversario cayó al suelo. El combate había terminado de un solo golpe.

La gente aplaudía asombrada de que una mujer hubiera derrotado al Matarreyes. Hasta yo estaba asombrada. Bajé la espada y esperé a que el escudero ayudara a levantarse a su señor.

-"Gracias Ser Jaime, ha sido todo un honor haber luchado contra usted."

Me giré y me dirigí hacia mi tienda para quitarme la armadura y darme un baño.