Partida Rol por web

Los dos rivales se tentaban con sus posturas y sus movimientos, y Oberyn pudo ver un hueco para lanzar de nuevo su atque, desconfiando de poder resistir mucho más frente a aquella mujer que empezaba a acostumbrarse a su velocidad, acercando un poco más sus mandoblazos al cuerpo del príncipe con cada ataque.

La tensión en el estadio era tan notable que un silencio se escuchaba en las gradas, o al menos, eso era lo percibía el dorniense que enfocaba todos sus sentidos en la pelea. Deseaba acabar ese combate contra su formidable rival, prometiendose a sí mismo una noche de placer y una buena copa fuera cual fuera el resultado de la contienda, pues ya había demostrado todo lo que podía dar y se merecía una recompensa. 

De nuevo la lanza me hirió, haciendo mermar mis fuerzas. Aunque esta vez sí pude alcanzarle en un costado, hundiendo el filo en su armadura de cuero. Poco a poco iba ganando terreno ante este formidable adversario. Si perdía contra él, podría decir que fue ante uno de los mejores guerreros de poniente. Di un paso atrás y miré al público. La gente chillaba como posesos y coreaban nuestros nombres. Volví a mirar a los ojos de Oberyn, quería ver si ahora asomaba el miedo en ellos. El miedo a perder el combate...

Tal como la experiencia de Oberyn preveía, la joven gigante se había acostumbrado a la velocidad del príncipe y acabó hundiendole la espada sobre su cuerpo, y aunque a duras penas pudo aguantar el golpe, por su cuerpo recorría un sudor frío propio de ocasiones en los que se enfrentaba a alguien de gran habilidad, presumiblemente mejor que él en lo que al combate cerrado se refería. Sabiendo que su consciencia pendía de un hilo, abandonó toda defensa para efectuar un ataque que marcaría el desenlace del combate. Si lo lograba, ganaría, si lo erraba, perdería.

Realizó el golpe, pero no fue lo suficiente para tumbar a su rival y ahora, con sus fuerzas casi extintas, aguardaba el destino de la derrota. 

La Víbora Roja lanzó un ataque directo y desesperado, viendo que poco a poco iba ganándole terreno. Dejé que me impactara para tenerle a mi merced. Con el escudo a un lado y su cuerpo justo enfrente, sin posibilidad de protegerse, lancé un poderoso golpe vertical que tendría que acabar con el combate definitivamente. Solo esperaba que la herida fuera mortal y privara a Poniente de este valeroso guerrero. Usando todas mis postreras fuerzas, alcé el espadón y descargué todo su peso sobre el cuerpo de Oberyn. Después, poca fuerza me quedaría si fallaba, para defenderme...

"Solo esperaba que la herida fuera mortal y privara a Poniente de este valeroso guerrero."**

Lady Brienne no es una sanguinaria, xD! No se escribió el NO entre "... herida NO fuera ..."

Lógicamente, no buscará la muerte de su rival y será la primera en ayudarle si ve que su vida corre peligro. El príncipe Oberyn ha sido un grandísimo adversario.

Solo espero que a partir de ahora, se tome más en cuenta a las mujeres que quieran ser caballero. (Guiño, guiño, a Arya Stark)

-Espero me armen caballero y pueda servir bajo el estandarte de Renly Baratheon.-