Tras el encuentro en el comedor en el que muchos aprovechan para socializar y distenderse con una cerveza en la mano, cada uno de los participantes se retira para pensar o para dedicar tiempo a su trabajo.
Es entonces cuando Víctor busca un momento apartado con el que poder hablar con Shannon, esta vez sí, sin cámaras u otros invitados presentes.
Esta escena estará disponible para hablar libremente entre ambos durante una semana. El primero en escribir puede decidir en qué escenario y circunstancias ocurre el encuentro, o lo pactan entre ambos.
Ho-hola.
Bien, ya está. Os habéis apartado. ¿Y ahora...? ¿Pensará que eres un pervertido?
Se encuentran en la linde de unos árboles. Hierba alta y olor a naturaleza, así como el sonido de un riachuelo.
Creo que compartimos algunos gustos -una sonrisa sutil, no se refería sólo a aquellas piernas de una falda rajada-. Y tal vez... podríamos ¿llegar a algún acuerdo?
Pregunta. Desde luego la seguridad a veces no era su fuerte.
La voz de Ciara me abstrajo de mis pensamientos y me volví un poco interrogante.
Normalmente el que se acercaba a mi salía al cabo de unos segundos con el rabo entre las piernas, bien fuera por mi cara de perro o mi actitud seca, si el que se me acercaba lo hacía normalmente para meterme mano. O intentarlo. Odiaba a os babosos. Si, bueno, alguna vez estaba bien, pero dado que mi relacciones sociales eran nefastas, solían acabar normalmente a la mañana siguiente. A veces incluso antes del desayuno.
- Hola, hombre del pañuelo.- Dije tímidamente. Quizá fuera porque le veía tan cortado que me inspiro algo mas de confianza. Al menos no es un baboso..espero.- Victor Ciara. Si, era broma. - Sonreí y me encogí de hombros.- Dicen que bromear a veces es bueno.
Le invité a acercarse mas.
- Supongo que con gustos no se refiere a los caballos, señor Ciara. - dije bajando la vista.- No.. se me dan muy bien, me temo- rei levemente.
Luego escuche sus palabras y levante una ceja mientras le miraba, intentando ver que ocultaba. Ahora si me intrigaba algo mas, porque, no sabía exactamente a lo que se refería.
- ¿Llegar a un acuerdo? Es una nueva frase para ligar, ¿señor Ciara?- Pregunté. - Lo siento, emm... - me disculpé negando con la cabeza. - He sido poco profesional respondiendo así a su pregunta. - Paré un segundo y respiré profundo antes de responder.- Un acuerdo...¿eh? ¿por que? Va ganando en las pruebas y... bueno, supongo que ayudar a los demás es algo bueno también. ¿Teme no llegar hasta el final? ¿ A que se dedica su departamento? - Pregunté interesada en ello.
Dicen que lso mejores negocios surgen entre copas. Así que dejé mi Martini encima de tablón de madera. Entre copas, no sumergida en ellas, Shany.
Lleva la cerveza a sus labios mientras ella habla, sin comprender bien el gesto de sus cejas o, en general, algunas de las cosas que se estaban terciando. Debe carraspear en algún momento, pues se le nota realmente fuera de lugar, sonriendo con la broma, eso sí. Extraña, pero al menos no resultaba incómoda.
A mí tampoco se me dan demasiado bien -confiesa-, supongo que fue un golpe de suerte. A veces tengo... demasiados de esos.
El puesto será para alguien que lo merezca. Y creo que usted puede ser una de ellas. Tengo buen ojo para encontrar fallos.
Una ligera risa nerviosa y un largo trago de cerveza para calmarse.
Si usted está aquí, es porque quiere algo. Verá, yo soy el la mano derecha del CIO de la rama troncal, superviso la calidad de todos los proyectos informático. Y sé... conozco de primera mano algunos de los contratos o programas militares que firma la empresa. Algunos que son, a mi parecer... invasivos.
¿Qué opina de ello?
Tamborileo un poco la jarra fría con mis dedos, antes de acariciar un poco la yerba alta.
- Vaya, gracias...supongo- ¿Había sido un piropo? Se me daba fatal confraternizar asi que supongo que debía serlo, al verlo un poco nervioso. - Yo también tengo fallos pero me agrada que crea que no tengo demasiados.
Mientras le escuchaba, tamborileaba con las uñas ligeramente sobre la copa de Martini. Una forma de esquivar mi timidez.
- Interesante.- Sentencié asintiendo con la cabeza.- Así que encuentra fallos, ¿no? Bueno evidentemente no conozco los contratos militares de nuestra empresa, pero si usted dice que son invasivos... debería creerle.- Bebí un sorbito muy corto, lo justo para mojar los labios levemente.-¿Deberíamos tomar parte moral en eso? Me explico: desarrollan un software - si, soy ingeniera en biotecnología y se algo- digamos que para espiar los movimientos de la milicia islamista. Eso supondría una ventaja en la guerra, pero... ¿ Y mañana? ¿ Que impediría que esa tecnología se usase para, digamos, espiarnos al resto? Supongo que se refiere a eso con lo de invasivas...
-Vera, yo me dedico al tratamiento legal de los resíduos de Hydra. Cuando dicen que una fábrica a nuestro cargo ha contaminado un rio, soy yo la que me encargo de ver si es cierto o no, así como de posibles indemnizaciones a terceros. También soy la que desarrolla un método efectivo cuando ocurre algún desastre, pongamos una marea negra, y se encarga de hacerla desaparecer y que las consecuencias no sean perjudiciales para el medio ambiente. Legalmente, también acuden a mi departamento aquellos terceros que desean, jurídicamente, que se les represente frente a un desastre ecológico.-
Lo sonreí.
-Básicamente soy la cabrona que le dice donde debe tirar el papel de culo, y como hacerlo. Ya que si no lo hace así, le quitaré hasta los empastes de oro. Aun así, no me confunda con GreenPeace... esos solo gritan y hacen ruido. Intento creer que hago, moralmente lo correcto. Así que, sinceramente, me gustaría rodearme de gente que intenta, al menos, hacer lo correcto. Creo que... sería interesante que camináramos en la misma dirección.
Un ligero trago mientras ella hablaba. Habla demasiado, joder. Casi me duele la cabeza. No es que no diga nada interesante, pero sí es demasiado... intensa. Se esfuerza en sonreír con amabilidad y bebe otro trago, antes de suspirar y mostrarle unos papeles.
Es una declaración de intenciones, un compromiso. Obviamente nada puede obligarle a cumplirlo.
En él afirmo que haremos lo posible por hacer la empresa un poco más humana mediante la revocación de contratos militares y la inclusión de un concepto relativamente moderno: la empresa social. Destinar una buena parte de los beneficios netos, si no todos, a la mejora de calidad de la propia empresa y de sus empleados.
Esto es lo que me gustaría. Y creo que usted puede... puede lograrlo. Y yo puedo apoyarla.
Obviamente, usted querrá algo a cambio, así que soy todo oídos.
Y así es como NO se hacen negocios. Se recrimina al terminar. No obstante, le gustaba ir de cara, aunque fuese contraproducente para él. Le mira directo a los ojos, esperando alguna reacción de ella, mientras le ofrecía algo más temeroso que sus palabras un bolígrafo.
Queda poco para cerrar. Les doy tiempo para que expriman un último post por cabeza ;)
- Querer algo?- Pregunté algo inquieta pero sin perder mi media sonrisa.
- Señor Ciara, creo que su trabajo es, posiblemente, mas visualmente importante que el mio. Vera. La gente piensa que, con dinero, se arregla todo mal. Si una compañía contamina un rio, con una multa y una indemnización se soluciona todo. Eso si la empresa es mediana. Si es Grande, el dinero no es problema, pero de repente saltan las alarmas y, digamos la imagen de la empresa, baja. Las acciones...etc...
Veía que hablaba mucho. Suele pasarme cuando estaba nerviosa. Esquivar las palabras y encauzarlas a algo mas laboral era algo recurrente en mi. Entonces, paré y respiré hondo.
- No estoy para pisar el trabajo de nadie. Si llego a ser su jefa, solo quiero que me trate como a una igual. Eso es todo. Como lo hace ahora mismo. Al igual que el resto.- Era lo mas sincera que podía ser y sonreí amablemente.- Y si llega a ser mi jefe, solo quiero que no se olvide de mi departamento. ¿ que le parece? Todo lo que sea mejorar la interinidad de la empresa me parecerá bien.
En efecto, no todo se arregla con dinero -concede a la mujer, que de repente había tomado un tono entre más timorato y más profesional-: es precisamente por ello que quiero oponerme a los contratos y darle un cáliz más humano a la empresa. Es lo que le pido y, si llego a ser su jefe, cosa que dudo -ríe un poco nervioso-, puede contar conmigo y con que ayudaré a su departamento. No me gustan los vertidos o las pruebas nucleares.
Una leve sonrisa mientras le extiende la mano, tratando de sellar así un trato entre ambos.
¿Socios entonces?
Iba a usar otra palabra, quizá amigos o aliados, pero ella había tomado un momento muy profesional y no iba a forzarle a cambiarlo.
- Me parece bien. - Miré al cielo y puse los ojos en blanco, como si fura a contradecirme a mi misma con lo próximo.- Sonará raro que yo lo diga, ya que normalmente yo soy...- rei un poco ante aquello-... demasiado fria. Pero, si, me gustaría que la empresa adquiriera esa tesitura, señor Ciara.
Vi su mano extendida y por un momento casi me aparto de ella, inconscientemente, como temiendo que estuviera llena de bacterias o algo así. Pero luego recuperé la compostura y apreté los labios formando una fina sonrisa.
- Compañeros, mejor- le estreché la mano a Victor. Un suave pero firme apretón de manos. - Los socios suelen romper sus tratos si hay dinero de por medio. Si la intención es que todos colaboremos con todos, qué mejor que empezar por nosotros mismos.
Al fin y al cabo era lo mismo, pero con otras palabras.
¿Fría? -el tono incrédulo de Viktor era apenas capaz de contener una risa- No lo creo. Conozco pocas mujeres tan... vivas.
Dice, como tratando de buscar la palabra. Ante la corrección de ella, asiente con convicción.
Compañeros entonces. A mí también me gusta cómo se perfila para ambos.
Le guiña un ojo, inconsciente, con confianza. Pero al darse cuenta enseguida aparta la mirada y suspira algo avergonzado.
Finalmente, el tiempo de la reunión toca a su fin