Al final del día cada uno de los participantes se retira para pensar o para dedicar tiempo a su trabajo.
Es entonces cuando Ximena busca un momento apartado con el que poder hablar con Víktor, esta vez sí, sin cámaras u otros invitados presentes... lo que no sospechaba es que Víktor se encuentra "Casualmente" con ella, buscándola desde la dirección contraria.
Un encuentro mutuamente buscado.
Aunque habitualmente estas escenas están disponibles durante una semana, en este caso podrán hablar entre ambas libremente durante dos. La primera en escribir puede decidir en qué escenario y circunstancias ocurre el encuentro (o la sucesión de encuentros más cortos entre esta noche y los dos días siguientes), o lo pactan entre ambos.
Caminaba con paso rápido, frotándome las manos nerviosamente. No estoy segura de qué decir, sino que solo estoy caminando. Han sido días extraordinarios, por decir lo menos. Eludía las cámaras como podía, aprovechando los puntos ciegos. El atardecer daba a todo las tonalidades rojizas del fuego.
Llegué bajo un árbol, con otros bloqueándome de la vista de cámaras. Después de esto podré seguir. Esto es tan... clandestino. Me muerdo el labio, sonriendo. Siempre me ha divertido saltarme algunas reglas.
De aquí seguiré para buscar a Viktor. Busco otro punto por el que caminar, cuando una alarma suena en mi teléfono. Me llevo una mano a la bolsa, cuando escucho pasos. Asomo medio cuerpo y se me corta el aliento.
Me quedé francamente impresionada. Vuelvo a guardar mi celular y salgo de mi escondite.
- Parece que hemos tenido la misma idea. - me acerqué, sonriendo.
Tras alejarse un buen rato de las cámaras y dar con un árbol enorme, creyendo que se encuentra solo, se apoya en el árbol con la intención de, tal vez, descansar un poco. Mira alrededor, como buscando algo... cuando una voz le hace alzar un poco sus cejas: lo había encontrado.
Bueno... me alegra que mi intuición haya sido buena. Pensé que... necesitabas algo.
Dice tras meditar un poco las palabras y sonreír, un tanto tímido. Ahora estaba con ella... y no era tan fácil como parecería.
Lamento que mi descripción te haya decepcionado.
Comenta en casi un susurro, con un gesto de resignación en el rostro.
– Aunque adivinó algunas cosas, el caballero Erik solo acertó a atinar a mis dotes de modelaje y audacia, asi que no me siento ofendida. – me encojo de hombros – Además, no me hubiera molestado que me hubieras descrito asi. Al menos tu descripción tenía más lírica y poesía que los veinte dedos en manos y pies. – No hay forma en que pueda superar el absurdo de Jesus.
Me acerqué un poco a Viktor, para verlo mas de cerca. Estaba sonriendo, aunque no de manera cínica. Sino, cauta. Pero una cautela del que está buscando un aliciente en el otro. Miro al suelo, sonriendo ahora con un ligero nerviosismo.
– Si hubiera sido mi nombre en la libreta, ¿Qué habrías dicho? – le pregunto, atreviéndome a alzar la mirada y verlo a los ojos.
Mi descripción fue unos adornos sobre el teatro del día anterior. Creo que no nos conocemos lo suficiente para emitir juicios.
Se esfuerza por sonreír un poco, al menos tenía razón en aquello de que ella era mucho más que veinte dedos. Verla nerviosa le sorprende y hace que lleve una mano a su hombro y busque cruzar su mirada.
¿Una descripción? ¿Como la hubiese hecho ayer... u hoy?
Pese a su pregunta, no espera mucha respuesta, cierra los ojos para dejar que algo hablase por él, suspirando ligeramente.
Es fácil perder el sentido cuando uno mira directamente al Sol y aunque quedase con la mirada fija en él sería incapaz de comprender lo que abarca. Es ello en lo que creo, pues es lo que soy.
Para comprenderme debes ser capaz de sentirme con todo cuanto eres, sólo así entenderías porqué no me detengo, porqué día tras día me alzo como el amanecer. A veces las nubes tapan el sol y a veces algún insensato ha tratado de hacerme sombra, pero siempre estoy ahí sin importar el qué. Ayudo a los demás a alzarse, a desarrollarse y aún equivocándome a veces siempre aprendo de los que me rodean.
Podría seguir hablando sobre mi persona, sobre lo que hago o lo que intento, pero seguiríais sin comprender. ¿Acaso tiene sentido el Sol sin plantas que se alimenten de él, sin los colores, el baile con la noche? Eso es lo que soy, una estrella en el firmamento, una que no quiere apagarse.
Titilo, sin embargo, cuando nadie mira. Sigues sin conocer nada de mí... ¿o has cerrado los ojos?
Vale, gran cagada, peor descripción. Sigue sin abrir los ojos. No entendía ni qué estaba haciendo ni cómo había llegado hasta allí. Se esforzaba por intentar sonreír, pero no le salía demasiado bien. No era un tipo tímido normalmente, pero los fallos eran una de esas cosas que no le gustaban. Además, si estaba hablando del Sol, mirarla no era lo más apropiado ¿no? Ahora sí sonrió, con su propia broma interna.
Me llegaron hondo sus palabras. Fue hermoso. Dios, no soy tan sentimentalmente la mayor parte del tiempo (o eso me gusta creer) pero sus palabras fueron honestas. No cualquier baratija de drama barato, sino una descripción se sida, hecha por alguien que no tiene experiencia en esto y sin embargo habla desde adentro.
Estoy sonriendo estúpidamente, pero por Dios, que me encanta que me describan así. Me acerco un poco más, quedando sentada tan cerca de él que nuestros brazos se tocan.
– Creo que fue mejor que mi nombre no hubiera estado en tu libreta. Porque esas palabras las quiero solo para mi. – y agradezco desde el fondo de mi alma que no hayan testigos. – ¿Sabes en qué terminaba mi descripción, y que no me di cuenta de que habia escrito hasta que fue tarde?
Aun tenía la libreta en mi bolsa. Se la pasé. Estaba su nombre, claramente. Y todo el discurso.
En un primer momento, pensarías que no se me dan las multitudes..Pero bajo las capas que ves se encuentra un interior profundo. Miras a mis ojos y pareciera que encontrarás cansancio, pero bajo una mirada taciturna hay un intelecto cultivado. A primera vista no te parezco alguien sociable, pero es porque soy cauteloso. Miro a todos, como un espectador en una obra en la que yo mismo estoy actuando. Si aplicamos la metáfora del teatro, este es un circo de máscaras y burlas,
trampas de víboras que esconden la cabeza en la arena,de supuesta sana competición y teatrales discursos; donde los reyes observan la función desde el palco y nosotros probamos ser dignos de brindar al emperador nuestro consejo. Todos somos a una manera, bufones. Entre los verdaderos héroes de la obra no se aprecia a los silenciosos, que miran y aprenden, y ayudan. Miro bajo la máscara, con mis ojos cansados pero inteligentes, brindándote un apoyo sincero. Tras los ladridos de fondo y la retórica local, yo doy frases simples, pero cargadas de sentido.Mi máscara negra y roja, como los arlequines, no muestra gesto o expresión, pero es porque no te has tomado el tiempo de hablar conmigo. Soy un escudo invisible para la seguridad que todos damos por sentada. Se me busca por mis conocimientos, pero es la sabiduría detrás de mis candados ojos verdes te dará una certeza. No, yo no voy a entrar al ruedo ni blandiré una espada falsa de líder, sino que con palabras amables y una sonrisa leve te guiaré a tu camino. Si me buscas encontrarás que es fácil sentirte a salvo a mi lado...
– Ese era el final. Estaba desvelada por tu culpa, no puedes culparme por lo meloso que ha salido eso. – me reí, pero algo nerviosa. Recargué la cabeza en su hombro, señalándole la última parte. – Me quedé trabada porque no solo daba pistas de quién eras, sino que entre el enojo por lo que hicieron a Nadine y lo amable que fuiste conmigo no... No sabria explicarlo... – volvi a hablar demasiado. Me rei de mí misma.
En lugar de algún tipo de queja o réplica o algo peor... es un roce entre sus brazos el que llega y hace que Viktor abra lentamente los ojos y le mire, con una sonrisa... ¿apacible? Se sentía como hacía bastante que no lo hacía. Aunque cuando menciona lo de quedarse ella las palabras un ligero rubor baña sus mejillas. Bendita barba que bien disimula.
En realidad...
Lo que fuere a decir se acalla cuando ella le ofrece la libreta para, al fin, saciar su curiosidad por aquella descripción a medias. Contiene la respiración mientras lee, costando verse reflejado en lo que ella describe, sonando casi maravilloso. Pero había algo en todo ello, quizá minúsculo para la mayoría, pero que le llama la atención. Gira la cabeza para mirarla y nota su cabeza sobre su hombro, lo que hace que deje de respirar por medio segundo... y finalmente se relaje, deslizando la mano hacia el hombro contrario de ella con, más que probablemente, demasiada confianza.
Bueno... lo mío tampoco se queda corto de ñoño. Lo que me resulta curioso es... que te hayas fijado en el color de mis ojos.
Le comenta la tontería que estaba rondando su cabeza. Medita un momento antes de volver a hablar.
No te preocupes por Nadine, la competición saca lo peor de la mayoría. Yo mismo he sido víctima esta noche de una campaña de desprestigio y, viendo el tablero... la cosa está complicada. ¿Has notado cómo cambian los colores? Son los que menos puntuación tienen cuando amanece. Es, creo, gente que se ha quedado fuera de la carrera por el puesto. Aunque estoy seguro de que muchos buscan algo más que sólo el puesto.
Y ya estaba, una conversación agradable convertida en trabajo, pero ella hablaba de sentirse segura y necesitaba comunicarle lo que sabía, que no era demasiado la verdad. Apoya su cabeza contra la de ella un momento y suspira.
¿Por qué no iba a ser amable contigo? Estás dando lo mejor de tí, aunque a algunos les cueste verlo... y otros te tengan miedo.
Esta escena se cierra este fin de semana, pero se abrirá una nueva línea ambientada dos días más tarde (entre el día 5 y el 6)
Creo que se nos acaba el tiempo...
Suspira, mirando un poco hacia el infinito.
Se ha pasado rápido, la verdad -ríe un poco nervioso- ¿no crees?