Con Fendoriel en el piso, desangrado y a punto de ser aplastado por la enorme mole metalica, Akin corre hacia un costado, buscando la zona central en donde el portador de los soles ha logrado abrir una brecha en las grandes bisagras centrales.
El arquero carga cuatro flechas a la vez en su potente arco, y las arroja en el momento oportuno cuando la metalica criatura gira para golpear nuevamente al elfo contra el suelo. Las flechas, entran en el mecanismo como una catapulta, destruyendo y haciendo saltar engranajes y extrañas arandelas dientadas.
La gran maquina metalica, trata de girar pero no puede, un grupo de pinzas surgen de una abertura dispuestas a reparar el daño, pero son arrancadas de raiz con una cuarta flecha bien colocada.
Al final, lanzando una oleada de chispas, la extraña criatura gira mal y chilla, deteniendosé...Sus dos cuchillas de adamantita, siguen girando torpemente, en un solo y fijo angulo, sin lograr dañar a nadie...
fin del combate!
Fendoriel se aparta de la criatura arrastrando y tras llegar a una distancia segura se levanta apoyándose en su arma.
Azrael necesitaría de nuevo del poder que te otorga tu fé para restaurar mi salud, este reto ha sido demasiado para mi.
Este nuevo mundo estaba resultado más hostil de lo que había supuesto antes de embarcarse en su épico viaje. Debería estar más atento de ahora en adelante.
¿ya? pero si me quedan todabía 11 puntos de vida.. ¡saca otro! xDDD
En lo alto, el dragon negro y su jinete parecían haberse esfumado durante los pocos segundos que durara el combate, o quizas permanecían invisibles, pero demasiado alejados como para que alguien pudiera descubrir la ilusión.
De cualquier modo, permanecian alertas, y sin embargo ninguna nueva amenaza surgia desde los cielos...Si es que aun estaba allí, el jinete no se decidia a atacarlos.
Azrael, alzó en alto su poderosa maza grabada y tallada en relieve con la figura del fenix, y murmurando una plegaria a Serinda, curó por completo las graves heridas del portador de los soles.
A pesar de que la criatura parecía haber caido, Dominic siguió atento unos instantes más por si acaso aparecia alguna nueva amenaza.
Al ver que nada los amenazaba se acercó al elfo caido mientras hacía desaparecer sus hojas, y le tendió la mano para ayudarle a levantarse.
Maldita sea, como odio los bichos mecanicos. Apenas les puedo dañar.
Menos mal que teníamos un clerigo con nosotros.
- Yo suelo hacer daño... cuando mis flechas consiguen pasar las defensas de los enemigos, lo que peor llevo es precisamente enemigos con defensas muy poderosas. Pero está claro que si el enemigo tiene muchos juguetes como éste, las vamos a pasar canutas.
Debemos seguir... Dijo el clérigo reuniendo los pocos hombres que quedaban.
Poco tiempo más avanzaron por el bosque.
Hasta que Azrael señaló un árbol, igual a los demás.
Es por allí...
Hasta aquí llego yo y mis hombres, confío en su buen criterio de aquí en adelante, muchas cosas están por suceder y muchas ya han sucedido.
Los héroes no dudaban a esta altura de ninguna palabra del clérigo así que se dirigieron directamente al árbol pasaron a través de él como si no existiera, un resplandor los cegó por un momento hasta que lograron acostumbrarse a la luz del lugar donde habían llegado.
En la base de una montaña un árbol junto a otros, no pudieron evitar tocarlo pero se dieron cuenta que este portal tenía un sólo camino, de ida.
El paisaje invernal era hermoso, aunque inmediatamente comenzaron a arroparse ya que el frío era intenso.
A lo lejos una pequeña ciudad podía verse.