—No es el nombre lo que tiene que hablar por nosotros Rogen, sino nuestras historias—dijo Ax brindando—. Además la realidad es que somos Caracolas. Es lo que nos une y cimenta nuestro vínculo. Si no lo fuéramos nada de esto tendría sentido.
La mujerona pelirroja miró entonces a Lia.
—Si tus líos vienen a buscarte, le saltaremos los dientes a puñetazos.
Lav se quedo mirando a Lia, la respuesta era.... no tel doto satisfactoria, así que la juzgo durante unos largos segundos, y finalmente cambio de cara y alzo el brazo, pues la jarra ya la había soltado.
- Sea. ¡Caracolas de Troll en Jarra!.-
No dijo nada más a su compañera, así que seguramente había quedado satisfecho con la peculiar pregunta que había formulado, y más pronto que tarde, corrió escaleras abajo para sacar lustre a su catalejo.
Lav no tardó en marcharse y el resto del grupo de aventureros se quedó terminando la comida y la bebida que Jalester había dejado. La verdad es que pese a su difícil situación económica (en el estándar de un aventurero, claro) y teniendo en cuenta que éste se iba a ir yendo poco a poco a la ruinosa mansión Craneo de Troll, la situación había cambiado de forma sensible. No por el trabajo que ya tenían ante sí. Las veintiún piezas de oro por cabeza no iba a cambiarlo su situación de forma radical. Lo importante era la puerta que esto abría.
Era irónico pensar que la narración de Kernie sobre sus peripecias, hubiera sido la que había disparado esta oferta de trabajo.
El grupo continúa aquí.