La Villa Noitmeer era un edificio de cuatro plantas muy parecido a la Mansión Cráneo de Troll, aunque ubicado en una mejor zona de la ciudad. El edificio también tenía una construcción más uniforme, estaba claro que lo habían levantado de una sola vez. Había sido el hogar de Dagult Noitmeer en su época anterior a convertirse en el Gran Señor de Aguasfrías y después de que éste abandonara la ciudad, su hijo se había quedado con ella.
El trío formado por Lav, Rogen y Lia se plantó en la puerta de la casa y justo cuando iban a llamar a la puerta, ésta se abrió y vieron aparecer al propio Renaer. El joven noble sonrió alegremente cuando vio a los tres aventureros. En contra de lo que pensaba el capellán, los reconoció inmediatamente dando prueba de que no había olvidado sus rostros.
—¡Hola chicos!—saludó alegremente a los aventureros cando los vio—¿Qué tal estáis? Ya me enteré de cómo acabó todo, me encontré con el bueno de Floon la pasada noche.
¿Otra vez de fiesta? Renaer miró fugazmente por encima de los aventureros.
—Salí para tomar un café en la Pastelería de Madame Prune. Los mejores cruasanes de la ciudad. Y los buñuelos rellenos está espectaculares. Si queréis podemos coger algo para llevar y lo traemos a casa.
Lia se quedó un poco cortada al ver de tan buen humor al joven Renaer. Debido a su reciente secuestro, y a su condición de noble, se lo esperaba de otra manera.
- Buen día, señor Noitmeer -saludó cordialmente- ¿no debería ponerse un sombrero, bufanda, unas gafas enormes, un cambio de peinado... algo? Ya sabe, por aquello de ser reconocido en cualquier esquina.
- Me alegra oír que ambos estáis bien y recuperados -añadió con una sonrisa.
Desde luego si el tipo aquel había aprendido alguna lección después de lo que había pasado, esta no era la de ser más discreto o tener un poco más de cuidado a la hora de salir.
-Que tío. No ha esperado ni un día a que se calme las cosas por si acaso.-
Asintió a Lia.
-Cierto. ¿No tenéis sirvientes que os puedan hacer recados? Lo mismo deberíais tomaros las cosas con calma unos días.-
Aunque desde luego no le iba a decir que no a la invitación del noble. La Pastelería tenía una reputación increíble.
Los nobles están a otro nivel, está claro. Seguro que piensa que si le vuelven a raptar otro grupo de pringados le va a rescatar. XDDD
Renaer sonrió divertido a las preguntas de los aventureros.
—¿Por qué? ¿Por lo del secuestro? No, no voy a preocuparme por eso—el noble tocó con su mano izquierda el sable que llevaba al cinto—. Si esa panda de malnacidos quieren hacerle daño a alguien prefiero que vengan a por mí.
Mantenía una actitud similar a la de la noche que lo rescataron del almacén. No tenía problemas para exponerse a que fueran a por él.
—Además con lo ocupados que están matándose los unos a los otros, tardarán en hacer algo así de nuevo. Y eso que gracias a una maravillosa carambola del destino, ahora tendrán que prepararse para un eventual rescate si repiten la operación.
El noble caminaba por las calles del Distrito Marítimo acompañado de los tres aventureros con aire distendido.
—Pero bueno, ¿a qué se debe esta visita de cortesía?
Lav se había quedado con la boca abierta al cruzarse en la misma puerta con el Noble. Había ido preparandose para esperarlo durante horas, para algun desplante o para que se los quitara de encima como una garrapata.
La naturalidad del hola chicos del principio lo desarmo completamente e iba caminando dos pasos por detrás “papando moscas” en el aire.
Cuando la conversación viro de forma brusca a lo que habían ido a hacer allí el mismo balbuceo la respuesta de una manera nada locuaz.
- Yo, osea, nosotros. Una casa, con cabeza, no cabeza, un craneo, sabes, de troll. Osea, propietarios, y el sanguijuela del dinero, y claro, tu, osea, te salvamos, entonces, ayuda. ¿No?.-
Era la conversación mas estupida y atragantada que habían visto tener a Lav desde que le intento pedir una cita a Ax a los 12 años. Cosa que acabo con un ojo morado.
Pero era aun mas rara sabiendo como el Lav capellan de Altair opinaba del noble. Era como si su mente se hubiera atascado en algún punto. Y la realidad es que así era, se había atascado en el hola chicos. Hola chicos…. ¿Hola chicos?. Que
Rogen no pudo evitar sonreir ante los balbuceos de Lav, aunque procuró que este no le viese. No obstante aprovechó que no había aclarado muy bien el tema de qué hacían allí para añadir alguna cosa más.
-Como dice nuestro devoto de Altair, recientemente hemos adquirido una casa. Aunque no está precisamente en buen estado, muchas reformas y demás. Por lo que hay necesidad de buscar dinero de manera honrada. Y a raíz de eso se ha recordado algo que se comentó cuando le rescatamos.
Supongo que estará harto de que le pregunten pero...¿Hay algo de cierto sobre el tesoro que escondió vuestro padre? Si lo encontráramos seguro que podríamos hacer frente a los pagos que necesitamos. Y a lo mejor hasta nos sobra algo para mejoras.-
Aquella leyenda llevaba tiempo en la ciudad, por lo que casi todo el mundo la sabía. El guerrero no creía que fuera cierta, pero a lo mejor Noitmeer al escucharles aquella tontería se daba cuenta de lo necesitados que estaban y puede que se apiadara de ellos y les dejase algo de dinero. Después de todo, le habían salvado la vida.
Lia caminaba poco convencida de la seguridad de Renaer. ¿ ''Maravillosa'' carambola?
- Que se preparen de cara a un futuro rescate, eso debería preocuparle, aunque sea un poquito.
Pero tampoco habían ido hasta allí para darle un sermón.
- Cuando Lav dice sanguijuela, se refiere a un prestamista del banco -añadió con una sonrisa- todavía no ha venido a visitarnos ningún chupóptero.
Como era de esperar, Renaer no entendió a Lav y las explicaciones de Lia tampoco le aclararon mucho. Así que el nobleprestó atención a las palabras de Rogen, aunque no pudo evitar torcer el gesto cuando le preguntó por su padre y el supuesto tesoro. Estaba claro que se trataba de un tema que le desagradaba. Sin embargo el noble no la tomó a malas con los aventureros ni mucho menos.
—La verdad es que no tengo ni idea—respondió de forma rotunda—. ¿Esconder un gran cantidad de dinero es algo que se adapta a su manera de proceder? Sin duda. Pero hay muchos huecos en esa historia. Entre otras cosas la investigación que acabó con él fuera de la ciudad. Si lo hubiera hecho...
El hombre se encogió de hombros.
—Pero dejemos el tema si no os importa. Bastante tengo ya con ser hijo de mi padre. Además espero que hayáis venido para algo más que para hablar de sus desmanes. Y si no es así, por favor, me mentís y me decís que habéis venido a aseguraros de que estaba bien—terminó con una sonrisa.
- No, no para ver si estabas bien. Sino porque ahora nos han endosado una casa, y queremos, quiero, osea, que ya hay mucha gente intentando sacar tajada de esa casa, y puede que necesitemos financiación.
Yo creo que bien podrías dejarnos el dinero, sin intereses.-
Y ahí estaba, ya se había organizado su mente, gracias al espacio dado hablando del padre del noble que le importaba mas bien tirando a 100 cominos, y eran muchos cominos.
La piedra estaba en el aire, ahora quedaba ver si el petulante y descuidado Renaer la dejaba caer al suelo como el esperaba, o eso de invitar a croasanes iba de verdad en serio.
- No hace falta mentiros señor Noitmeer, precisamente para asegurarnos que estáis bien luego comentaremos a un conocido que aumenten la vigilancia en esta zona -respondió Lia- trabaja para la ciudad, pero no tengo del todo claro que conozca la situación.
La elfa no sabía qué la incomodaba más: la excesiva confianza del noble o la inminente petición de su amigo.
Y cuando Lav organizó sus ideas habló sin atragantarse, con la seguridad que le caracterizaba. Cómo reaccionaría Renaer, tras el morro torcido por la mención de su padre, ahora lo comprobarían. Peligraban los cruasanes.
- O tal vez conozcáis alguien honesto que pueda necesitar nuestros servicios a cambio de la financiación -se apresuró a añadir- Preferimos deberle dinero a una persona decente que a un usurero.
A Rogen no le gustaba el tema de pedir dinero. Nunca le había gustado. Prefería ganarse el pan con el sudor de su frente. Incluso hacer algunos trabajillos no demasiado honrados era preferible para él en lugar de hacer de pedigüeño, pero Lav ya había hablado y no podía hacer nada al respecto.
-No nos malinterprete. Es cierto que también venimos para ver cómo estaba. Después de todo es el único noble al que conocemos que le caemos bien.-
Sonrió ante la gracia. En realidad eran el único noble al que conocían. Al menos que el guerrero supiera.
Al escuchar a Lav, Renaer se echó a reír.
—¡Jajajajajajajajajajajajajajajajajajaja!—rió con ganas—. Que vinierais a verme para ver si estaba bien, era una buena opción y algo gratificante. Que lo hiciérais para preguntarme por los desmanes de mi padre… Lo podía entender. ¡Pero que hayáis venido a pedirme dinero así de buenas era un giro que no podía esperarme!
No parecía enfadado.
—No gestiono directamente mis finanzas, así que no sé si puedo prestaros alegremente mil dragones de un dá para otro—explicó Renaer desinflando las expectativas—. Podría revisarlo con mi secretario, pero me va a pedir bastante información sobre lo que queréis hacer. Es bastante escrupuloso al respecto. Sobre otras vías de financiación, cualquier miembro del gremio de banqueros podría servir.
Justo como el que acababan de despachar esa misma mañana.
—Pero todos os van a cobrar intereses, por supuesto. Nadie da escudos a nueve reales.
Finalmente sus pasos acabaron por llevarles a la pastelería.
—Bueno yo mantengo mi invitación—dijo el noble—¿Pedimos algo para llevar y nos lo tomamos en mi casa?
Rogen se rascó la cabeza para intentar disimular su vergüenza, aunque afortunadamente el noble no se lo había tomado a mal. Como mínimo le debían el acompañarlo y aceptar su invitación.
-Por mi parte sin problema. Quiero ver si esa pastelería es tan buena como dicen.-
El guerrero no había tratado mucho con la nobleza, más bien nada, pero aquel tipo no parecía ser el típico. Lo cuál le gustaba, ya que eso quería decir que habían salvado a alguien que se lo merecía realmente.
- Secretario, sí, sí, pero que le vamos a devolver el dinero. Eh. Además, tenemos un amigo, Angus, un tipo decente aunque algo patoso, que ha echo cuentas, de esas con muchos números.
No soy un mago ilustrado, no sé si realmente sí necesitamos ya los 1.000 oros, o se va haciendo por tramos. Pero le aseguro que me fio un poco mas de usted que de los banqueros.-
Ya esa frase le estaba costando un disgusto, porque le tipo andaba poniendo pegas, pero no negándose de plano, que era lo que se esperaba.
- Y no por su padre, su padre me importa entre, a sí claro, coja lo que quiera para comer.- dijo indicandole que entrara en la tienda sin siquiera terminar de hablar. - vamos, que por mi puede quedarse donde este, yo quiero que me pague el favor con otro favor, no es que le este atracando ni nada de eso. No somos ese tipo de gente.-
Lav estaba dando muchas vueltas, por no decirle cuatro cosas al noble, porque estaba claro que a los demás no les convencía que echara todo el rato pestes de los petulantes. Y si a eso le sumas que Renaer le había desarmado desde el primer minuto, era cómo ver a un perro intentando morderse la cola.
- Por intentarlo, que no quede -añadió. Lav ya había plasmado bien las inquietudes del grupo.
No parecía que fueran a sacar mucho de aquello, pero quién sabe, si ese secretario veía que los Caracolas formaban parte del entorno de Renaer...
Nadie podía negar que el aroma de la pastelería era algo remarcable.
- ¡Claro! Tenemos tiempo de sobra. Madame Prune una vez trajo al taller un regalo por haber cumplido un encargo en tiempo récord. Y sí, la verdad es que estaba bastante bueno -respondió a Rogen.
Renaer miró con una sonrisa indulgente a Lav.
—Guau. Así que un poco mejor que los banqueros. ¿Debería sentirme orgulloso?—preguntó manteniendo la sonrisa—. Como os he dicho, no puedo daros una respuesta. La gente cree que los nobles pueden sacar una bolsa con mil dragones como quien sirve una jarra de cerveza, pero no funciona exactamente así.
El noble abrió la puerta e hizo un ademán para que los tres aventureros entraran en la cafetería. Diez minutos después la abandonaban con una bandeja de dulces y dos termos con café y leche. Tras estar algo más de una hora en la Villa Noitmeer charlando tranquilamente con Renaer y disfrutando del ágape, los tres aventureros se despidieron del noble y se marcharon. Tenían una cita esa noche.
Lav, Lia y Rogen continúan aquí.