- Oh, seguro que encontrarás las palabras -respondió chocando su jarra de cerveza con la de Ax- al fin y al cabo, las estrellas solo brillan cuando alguien las observa.
Lia observó a Remalia y por un momento vio en sus palabras un mensaje similar al de Mirt. Y al igual que aquella vez, no pudo evitar sentirse algo incómoda. Una manera de pensar que la elfa no llegaba a comulgar del todo. Pero allí estaba, trabajando con y para los Halcones, no precisamente por los ''ideales''.
Sin embargo, no replicó. No porque quisiera ocultar nada, pues en su rostro seguro que se veía a la legua. Pero no era el momento adecuado. Estaban de celebración y no la recordarían como Lia ''la ceniza'' Siannodel. Asintió y esquivó contestar.
Alzó el dedo amenazadoramente de manera cómica.
- Igual Floon sí que está en peligro, no le vi ayudar aquí con las reformas, ni con la limpieza, ni a traer muebles... un par de cosas le voy a decir -dijo en tono de broma- Pero tienes toda la razón, Rogen. Ni un tiburón gigante podría hacernos daño si estamos juntos. Bueno, igual un tiburón gigante sí, pero espero no encontrarnos uno detrás de la barra -añadió riendo.
Rishaal se quedó pensativo unos segundos.
—No estoy seguro. Tengo algunos ejemplares de la Guía de Monstruos de Kernie, aunque diría que en él no hay mención alguna a las sagas—el dracónido dejó su jarra vacía en una de las bandejas que llevaban los camareros—. Tendría que hacer una revisión. La mayoría de los eruditos no escriben sobre monstruos. Dragones, infernales y celestiales son la excepción, ¿pero el resto? Demasiado mundano.
Floon se puso a hablar con el primero que se puso a tiro con una sonrisa de bobalicón. No debía de haber sido nunca el más listo de la clase, aunque era un buen tipo.
—La noche discurría tranquilamente hasta que de detrás de entre los barriles surgió... ¡un hombre tiburón!—dijo Renaer con teatralidad entre risas—. Por cierto él no es un halcón si es que lo estás pensando, aunque con el estilo que viene que tiene podría ser un buen espía. Si prestara atención...
El noble parecía que había calado a Lia.
—Por cierto tengo entendido que hace poco estuvisteis en el cuartel general de Aegis. ¿Qué hacían unos aventureros como vosotros en un lugar como ese?
- ¡¿Espía!? Sí, seguro -exclamó dando vuelta a los ojos- nadie sospecharía de él, eso se lo puedo conceder... un poco.
Lia dio un pausado trago a la cerveza haciendo esperar la respuesta, correspondiendo la teatralidad de Renaer.
- Aegis es una sociedad de aventureros, de los mejores, eso dicen. Unos aventureros como nosotros encajamos en el perfil. ¿O acaso no nos ves a la altura?
Volvió a dar otro sorbo aún más exagerado. Cuando acabó la jarra, sonrió y dejó la interpretación.
- Cuando ves la boca al lobo, todo posible aliado es bienvenido. Llámame paranoica si quieres, no serías el primero que me lo dice esta noche -añadió riendo y mirando de soslayo la mesa de Jalester- en los viajes aprendí a la fuerza que ''elfa prevenida, vale por cuatro''.
Miró alrededor.
- Un lugar como ese. ¿Algo que quieras contarnos? -enarcó velozmente las cejas varias veces, sugerente.
Rogen le dio otro sorbo a la jarra mientras seguía la conversación sin meterse demasiado. Aunque la pregunta de Raenar le descolocó un poco.
-Sí. Es una manera un tanto...despectiva de llamar a un lugar que se considera el bastión para los aventureros. O al menos los que quieran ser buenos aventureros. ¿Qué es lo que pasa? ¿Pagan mal?
Tampoco me extrañaría. Encontrar un trabajo bien remunerado en esta ciudad está siendo algo complicado.-
—No, no, respeto mucho a Aegis. Mi sorpresa era más bien por vuestra presencia allí—sonrió Renaer.
—¿Estás insinuando que los tipos que te salvaron no están a la altura de Aegis?—le soltó Beatrice medio en broma medio en serio como quien suelta un codazo en las costillas.
—Lo de insinuarlo se quedo atrás hace ya un rato, pero si la broma no se entiende no tiene gracia—Renaer se resignó a su fallido chiste encogiéndose de hombros—. Siendo honestos y ya que os tengo en alta estima, os queda mucho camino para estar al nivel de lo que se espera de un aventurero de Aegis. Y de un trabajo realmente bien pagado. Así que sí, estoy sorprendido de que hayáis ido a ese lugar.
El noble se recostó sobre la barra e intercambió su jarra vacía por otra llena.
—Aunque todavía nadie me ha dicho qué hacíais allí—sus ojos chispearon burlones—. Parece que queráis ocultarme algo.
Lia se acercó a Beatrice y le dijo en un ''susurro'' exagerado, lo más alto que pudo susurrar para hacerlo audible.
- ¿Le puedo dar una colleja a tu novio? -pidió con ojos de corderito, y acto seguido miró al noble y volvió a hablar normal- Magdalenas, eso hicimos. La cocina de ese sitio es magnífica.
Con agilidad alargó la mano a la jarra nueva de Reaner y la cogió antes de que pudiera rechistar.
- Bromas aparte, todavía no tenemos el nivel de la élite, pero todo camino empieza por algún lugar. De la misma forma que nos llegó una invitación al Teatro Lieztchaner, también nos invitaron a acudir a la Sede de Aegis. Becarios y aprendices, ya sabes, y con suerte en el futuro podremos decir que estamos al nivel requerido y cobrando dignamente.
Dio un trago y añadió:
- ¿Por qué nosotros? Pues eso no lo sé, le caeremos bien al Arcano de Hierro. O no se fía de nosotros y nos quiere tener cerca.
-O sabe que si le da la gana nos envía a misiones sin cobrar, porque para eso nos están evaluando y enseñando. Sinceramente yo me decanto más por esa opción.-
A Rogen aquello le salió del alma.
-Sinceramente no sé donde quedó aquello que los grupos de aventureros ganaban dinero y recompensas haciendo misiones para otros. Que sí. Que ayudar está bien y esas cosas. Pero hay que comer.-
Se encogió de hombros y se fue a por algo de comer.
Hasta los becarios cobran más que nosotros. XDDD
—¡Ostras el Arcano de Hierro!—esa si que no se la esperaba Renaer—. Creo que en vuestra situación tampoco me importaría ser su aprendiz. ¿Sabéis la de aventureros que se pasan la vida queriendo entrar en Aegis y después nada de nada?
El noble rió con ganas. Parecía estar contento de vuestra "suerte".
—¿Sabéis al menos cómo se enteró de vosotros? No os lo toméis a mal pero no estamos hablando de los metomentodos Halcones Argénteos.
—Somos unos metomentodos Remi, la fama es justificada—se excusó—. Pero el resultado merece la reputación.
—Pues parece que fue cosa de Kernie—respondió Ax.
—¡Ostras con el escritor! Esa tampoco la había visto venir—reconoció Renaer antes de volver a romper a reír.
- Aliados y contactos -dio un golpecito con el dorso de la mano en el hombro de Rogen, un golpecito de esos de llamar la atención- Influencia -le dio otra palmadita- Y una casa -terminó la enumeración con un último toque- Eso tenemos. No todo son monedas. Pero no puedo quitarte la razón, porque también la tienes -y concluyó la argumentación con la misma mano de los golpecitos, pero esta vez apoyándola sobre el brazo del guerrero y dando un apretón cariñoso.
Hizo un aspaviento de afirmación.
- Tendríais que haber visto la cara de ilusión de Elaziana cuando conoció a Aspros, no tuvo desperdicio -añadió dirigiéndose a los Halcones y sumándose a la risa del noble.
- Que por cierto, hablando de Chispa, voy a ponerla al tanto de todo y decirle que has vuelto Beatrice, seguro que también se le iluminan los ojos.
Giró sobre sus talones en dirección a la hechicera y al dracónido dorado.
por mi parte, poco más que añadir
—Bueno, ya me pasaré por allí. Tampoco quiero hacerle trabajar ahora. — respondió al dracónido —Pero creo que sí deberían escribir sobre esos monstruos aunque sea tan mundano. Vendría bien a gente como yo.
¡Y ese alguien podía ser ella! O puede que no... Posiblemente se aburriera al poco de empezar. Ella no era de sentarse largas horas en una mesa a escribir, sino de acción y diversión. Y después de todo, el señor Kernie ya iba a hacerlo.
Miró alrededor apurando la jarra, viendo cómo iba la fiesta.
Lav termina con otro par de habituales de las barras y las jarras en una mesa, tomando y riendo y seguramente inventándose cosas, muchas cosas, cada vez mas exageradas y gordas.
Pero así eran las noches para Lav, beber y olvidar. Olvidar las cosas que no podia controlar.
Claro. Como si uno pudiera comer aliados y contactos. Pero no tenía sentido seguir con aquel tema. Ni tampoco señalar que si tenían una casa y no una ruina con deudas era gracias a Noitmeer que la pagó, no al escritorucho aquel.
-Claro. Es verdad. Chispa no se ha fijado que está aquí Beatrice. Seguro que se alegra.-
La verdad es que la fiesta de inauguración le había gustado. Buena bebida, comida, y estaba con amigos. Y la sorpresa de Beatrice contrarrestaba la de otros invitados. En definitiva, una buena velada.
Por intermediación de Lia, Chispa vio a Beatrice y corrió a verla para darle un abrazo gigantesco. La amistad, el cariño, la alegría, el jolgorio, la comida y la bebida gratis corrieron por doquier esa noche. No había duda de que los lazos que ese grupo de niños conocido como la Banda de las Caracolas habían establecido muchos años atrás seguían siendo fuertes. Un vínculo fuerte, como había dicho el anciano de la Orden de los Justos. Y unos vínculos que tenían la capacidad de extenderse y fortalecerse, igual que los hilos en un telar daban lugar a una resistente tela.
Tal vez no tuvieran mucho dinero y sus trabajos fueran esporádicos. Y seguramente se habían jugado la vida más de lo que los pagos que habían recibido merecían. Pero seguramente por noches como esa, todo merecía la pena.