Los vigilantes no tardaron en llegar acompañados por Ax.
—Buenas tardes—saludó uno de ellos adelantándose junto a la Norteña—. Vuestra compañera ya nos ha puesto al corriente de la situación. Si queréis nos encargamos nosotros a partir de aquí.
Era realmente notable el cambio en las formas de la guardia con respecto a anteriores encuentros. Pero era tal y como había dicho Jalester. Mientras estuvieran de misión para la Confederación, tendrían el status de autoridad. Era algo de agradecer y seguramente también algo que echarían de menos cuando al día siguiente el contrato expirase. Porque no era sólo el trato, los vigilantes también se ofrecían a encargarse del papeleo. Por lo menos en la parte que a la limpieza se refería.
Los Vigilantes acabaron por hacerse cargo de todo y llamaron a un nuevo grupo de limpieza. Stepan y los demás barenderos continuaron con sus tareas y la Banda de las Caracolas siguió con sus labores de escolta. Como era de esperar, no pasó nada más. Ni ese día ni el siguiente. Un incidente en siete días ya era demasiado.
Al acabar la jornada, como otros días, el grupo de aventureros se marchó al Portal Bostezante a tomar algo y cenar. Jalester ya le había avisado que se se reuniría con ellos allñu para saldar cuentas. Aunque en esta ocasión fueron los chicos los que llegaron primero. Ya les estaba sirviendo Bonnie unos cuencos de humenate sopa cuando el hombre hizo acto de presencia.
—Buenas noches, ¿qué tal todo?—dijo tomando asiento con una sonrisa en la cara— Tranquilo hasta casi el final, ¿no?
Bonnie saludó con una sonrisa al recién llegado.
—¿Quieres sopa?—preguntó mientras se colocaba la bandeja debajo del brazo después de haber servido los cuencos.
—No Bonnie, gracias—declinó la propuesta—. Ponme sólo una jarra de cerveza, ¿quieres?
Rogen ya se estaba llevando una cucharada a la boca cuando llegó Jalester.
-Ya lo puedes decir. Aunque supongo que tampoco es tan malo que sólo hayamos tenido problemas una vez. De hecho hasta podría decirse que es raro.-
El guerrero tenía mucha hambre, así que no esperó a que le trajesen la cerveza y siguió comiendo.
Sinceramente creía que esta escena ya estaba finiquitada y no le hacía el menor caso. XDD
- ¡Hola Jalester! -saludó con un trozo de pan en la mano- y vaya sorpresa nos llevamos, esperando matones de barrio y nos sale un bicho enorme. ¡Y tan raro! -añadió al comentario de Rogen.
Dejó la hogaza junto al plato y se inclinó un poco hacia el humano para bajar la voz y que le escuchara bien.
- ¿Sabes algo? No me gustan las casualidades, y si eso fue soltado como distracción para algo más gordo... ¿Alguna noticia?
Quienes no conociesen a Lia podrían pensar que era un poco cotilla; quienes la conocen saben que además tiene mucha imaginación.
- Casualidad no creo. Yo creo que otra cosas mas grande y mas fea lo echo de abajo. No se me ocurre otra explicación. Porque no me creo que alguien lo pescara y lo devolviera para robar hogazas de pan.-
Y pan estaba metiendo en trozos grandes y gordos en la sopa para hacer que el caldo bajase. Era un manía de cuando era un muchacho que no había caído nunca en que a lo mejor no daba la mejor de las impresiones, pero que de momento no importaba en absoluto al Capellán.
Yo también daba la escena por cerrada la verdad.
Jalester sonrió al escuchar a Lía y a Lav teorizar.
—Cuando llevas lo suficiente en este trabajo te das cuenta de que las casualidades a veces si existen.
—¿Se supone que debemos conformarnos?
—No, no—el hombre desdibujó su sonrisa—. Claro que no. Una casualidad siempre es algo incómodo. Tienes que acallar esa vocecita que te dice al oído que no es casualidad y que no estás buscando lo suficiente. Pero no todo tiene una explicación racional o forma parte de un plan elaborado. Pero nos gusta que lo sea, eso lo hace todo más fácil.
Jalester se inclinó hacia adelante.
—Para bien o para mal, Benerluxia y en concreto Aguasfrías, son el centro del mundo. De alguna manera todo se ve arrastrado casi a este lugar igual que el suelo arrastra nuestros pies. Sobre todo los problemas. Así que el número de eventos inusuales y sin explicación que por aquí ocurren son más. Y no olvidéis lo que tenemos justo debajo de nuestros pies—señaló el pozo en clara referencia a Ark Olaramordin—. Por eso el trabajo de los agentes de la Confederación es tan importante y por eso hay tanta exigencia. El ecosistema de Benerluxia es tremendamente complicado. Siempre buscamos respuestas e intentamos atar cabos, pero a veces...
El hombre se encogió de hombros con cara de circunstancias.
—¿Entonces el carroñero...?—insistió Ax que quería una respuesta concreta.
Jalester volvió a sonreir al tiempo que Bonnie llegaba con las cervezas
—Gracias Bonnie—le dijo a la camarera cuando se marchaba para después mirar a Ax—. Te sorprendería lo que hay en las alcantarillas de las grandes ciudades. Además de aguas putrefactas, excrementos y bases de bandidos. Quizás os venga bien un trabajillo de batida por allí abajo. Hace cinco años nos encontramos con un asentamiento de unos treinta kobolds bajo el distrito del Puerto.
El hombre le dio una trago a su bebida.
—Los carroñeros reptantes tienen un gran olfato. Puede que oliera carne en mal estado o sangre. Esa podría ser una explicación. Lo que puedo aseguraros es que no ha ocurrido nada que podamos vincular a la aparición de esa cosa. Aunque siempre me gusta añadir la coletilla que sepamos.
- Ja-
Dijo Lav tras toda la cháchara entre Jalester y Ax. Porque el Capellán lo seguía teniendo claro.
- Lo que yo digo, otro depredador más grande lo ha echado de su zona de comida, eso es todo. No tengo pruebas, pero no tengo dudas. Hay algo mas grande y mas apestoso ahí abajo.
Y antes de que nos ofrezcas ese trabajo, te digo que tiene que haber un motivo de peso para que vuelva a caminar por esas infectas cloacas otra vez. Lo mio es el mar abierto sabes. El sagrado aire de Altair hinchando las velas, la espuma del mar flotando en el ambiente, el vaivén de tus pies al sentir que el mundo es mucho más grande y....-
Vio a Bonnie mirando mal mientras atendía otra mesa no muy lejos.
- Y alejado de perfidas sirenas berrugosas.-
Bonnie no tenia berrgua alguna, pero hacía semanas que Lav no localizaba a la hermana, y mira que la había buscado. Es más, sus "conquistas en tierra" llevaban tiempo esquivándole, y tenia pocas ganas de ponerse a pescar mujeres...
- Bueno, creo que mañana sacare un chalana e iré a pescar en los muelles, ¿alguien se apunta?.-
Con cada pregunta de Ax, Lia asentía. A Jalester no le faltaba razón, pero a Lia no le faltaba imaginación. Una cosa estaba clara: no sabían nada de lo que pasaba por debajo de las calles, ni en las alcantarillas ni más abajo. Un escalofrío recorrió la espalda de la elfa al imaginarse, como decía Lav, un bicho más grande.
- Bueno... Si es un suceso aislado, mejor para todos -encogió los hombros con conformismo, pero sin convencimiento pleno.
Alzó la jarra.
- Trabajo completado, entonces. ¿Hay más a la vista, o como nos dijiste el otro día, esperamos a que contactéis con nosotros?
- Oh, ¿pescar? Te acompaño, será entretenido.
—Contactaré yo con vosotros cuando tenga algo—asintió Jalester a la pregunta de Lia—. Puede que pronto, así que estad atentos. Y ahora lo importante.
Con una sonrisa, el hombre sacó cinco bolsitas y las puso encima de la mesa.
—Veintiún dragones para cada uno de vosotros.
¡Podéis anotaros 84 piezas de oro! Que por cierto, esta el tema del equipo de Rogen de por medio y descontado en el tesoro.
El buen oro de Lav desapareció de la mesa un ágil movimiento, y fue a un bolsillo interior de su chaqueta de marino. Y siguió sonriendo, que Lia se apuntar a pesar era buena cosa además.
Así podrían tener un rato solo para ellos. Y quizás le diera por contarle que demonios era lo que le había echo volver a AguasFrias.
- Bien ese oro, y bien por esta empresa.-
Rogen prefería no buscarle los seis pies al gato. Había salido, lo habían derrotado y no habían encontrado más. Caso resuelto. Si luego había más fiesta ya les llamarían, que eso significaría más trabajo para ellos.
-Genial. Pues ya sabes donde encontrarnos si hay más trabajo. Ha sido un experiencia interesante. Todo sirve para avanzar y ganar reputación. Poco a poco. Que seguro que todos los grandes héroes empezaron por abajo. Fijo que alguno limpiaba almacenes de ratas antes de salir de aventuras por ahí.-
- ¡Vale! Estaremos atentos a la llamada.
Con un gesto rápido recogió la bolsita con las monedas.
- ¿Sabéis? Casi me había acostumbrado a dar paseos por la ciudad -soltó una carcajada y alzó la jarra para beber- Jalester, dentro de poco se abrirá una taberna bajo casa, si algún día quieres pasarte avísanos también.
Jalester vació su jarra.
—Se dice más lo de las ratas de lo que realmente es—rió entre dientes mientras se levantaba antes de girarse hacia Lia—. En el Callejón Cráneo de Troll, ¿verdad? Puede que nos veamos por allí. No os quito más tiempo. Buenas noches y buen trabajo.
Y tras despedirse, se marchó de la taberna.