Partida Rol por web

¡Niñas! ¡¿Qué estáis haciendo?! ¿Creéis que no me daría cuenta de que me habíais robado? ¿Dónde está esa galleta?

Batgirl notó la mirada de terror en la imagen de Stompa del recuerdo, pero detrás de ella Harriet ya se había comido la galleta.

¡AAAAAAGH! ¡NOOOOO! ¡MALDITA NIÑA!

Abuela Bondad, por favor... Harriet no hizo nada. Fui yo quién robó la galleta y luego se la di a ella.

Se interpuso entre la Abuela Bondad y Harriet. El látigo de la Abuela Bondad restalló amenazante. Sin embargo, el dolor llegó de su espalda: la garra afilada de Harriet atravesó la espalda de Stompa y emergió del otro lado por su vientre.

¡MUAHAHAHAHA! ¿Puedes sangrar? No sabía que podías sangrar. Es algo tan... ¡estimulante!

El rostro de Harriet había cambiado, como si la sustancia que había comido la hubiera desquiciado.

Mira lo que has hecho, Stompa. Querías hacer algo desinteresadamente por ella. Pero ahora Harriet está loca. ¿No lo sabías? En Apokolips no cocinamos galletitas para comer. En mi cocina no se hacen dulces, se experimenta con armas biológicas. El contenido de la receta no estaba destinada para Harriet. Pero por culpa de tus buenas intenciones, ella pagará las consecuencias.

Harriet se lanzó sobre Stompa dispuesta a matarla. La Abuela Bondad la hizo retroceder a latigazos. Cuando la arrinconó contra la pared, Abuela Bondad pulsó un botón de su cinto y se deslizó una puerta oculta mostrando una jaula en el interior del muro. Para tener preparado algo así, Apokolips debería ser prácticamente un planeta de presidio. Encerraron a Harriet y el suelo se la tragó.

Quizás aún haya posibilidades para convertirla en un soldado. Y en cuanto a ti, Stompa... Las niñas malas necesitan un correctivo para aprender a comportarse. ¿Cuántas veces te he dicho que no se debe hacer el bien? ¿Cuántas que no se debe hacer nada por los demás?

Las últimas imágenes fueron de la anciana fustigando a la grandullona. Cuando se fueron, quedó solo el perfil rocoso de la batcueva.

Bárbara, no creo que tengas razón. Ayudar a los demás solo empeora las cosas.

La gigantesca mano de Stompa se posó sobre el hombro de Batgirl. No le costaría nada alzarla y aplastarla cerrando los dedos.

Pero sí es cierto que las guerras son malas. Si no hubiera guerras... Si Apokolips no se estuviera preparando en una guerra armamentística sin fin... Tal vez Abuela Bondad cocinaría galletas que solo sirven para comer. Tal vez Harriet no se habría vuelto loca. Tal vez yo no habría causado tantos problemas a la gente que me rodeaba.

Gracias, Bárbara...

La figura de Stompa se difuminó, haciéndose cada vez más imperceptible.

Bárbara...

Bárbara, sigue mi voz...

Eran las palabras del Doctor Fate. Todo se volvió oscuridad. Pero, al parpadear, una luz se formó al final del túnel.

Bárbara... Sigue mi voz, Bárbara...

Cuando cuente tres, despertarás.

Una.

Dos...

¡Despierta!

Batgirl abrió los ojos. Estaba en la cama de una de las habitaciones de huéspedes de la mansión Wayne. Allí estaban todos: el Doctor Fate, Red Robin, la Cazadora... ¡incluso Alfred! ¡Alfred seguía vivo!

No hagas muchos esfuerzos. Helena nos contó que nada más tocar el cadáver de la Furia en la Batcueva perdiste el conocimiento. Me proyecté en tu mente para poder guiarte. ¿Cómo te encuentras?

- Cansada... desorientada... - Incrédula. ¿Realmente había terminado todo? Estaba acomodada en la cama y miré uno a uno a todos en silencio. Mis ojos se pararon en Timmy, ¿realmente fue mi hijo y este era un nuevo mundo? Traté de percibir aquello que noté en la cocina cuando le vi.

Luego miré a Alfred, quien nos había traicionado y muerto y ahora estaba allí. Helena, desmayada por aquel veneno que nos dio y finalmente el doctor Fate, quien aseguró ser otro doctor Fate de otra dimensión y que creó ese nuevo mundo donde no éramos reales...

- Doctor Fate... ¿soy... soy real? - Le pregunté queriendo saber si seguía sumergida en aquel mundo. Sabía que la pregunta dejaría a todos desorientados y confusos, pero no más que yo quien había vivido aquella pesadilla.

Cansada, les expliqué lo básico de lo ocurrido. - Stompa... tenía un sistema de ataque más aún fallecida. Todos los seguidores de Darkseid deben tener uno igual. Se metió en mi  mente y quiso destruírla... de alguna manera podía contagiarse de unos a otros... o eso la entendí, pero logrué llegar a ella y derrotarla... hizo su mayor acto de bondad, sacrificándose y anulando así su sistema final de vida y destrucción... Creo que sería justo para ella, enterrarla o más bien incinerarla como se hacía con los guerreros vikingos... sé que ha sido enemiga, pero si vivo ahora, si no estamos en su mente es gracias a ella... al menos se merece lo mejor que se la pueda dar.

Y teníamos un río cercano  y suficiente madera para hacer aquel entierro que solo se le daba a los héroes vikingos.

- Necesito un poco de agua y algo para el dolor de cabeza... - Dije en un susurro final antes de dejar caer mi cabeza de nuevo el la almohada, tratando de descansar un poco y repasar lo ocurrido.

En otra vida Dick y yo hubiésemos sido los padres de Timmy... y ahora... ahora no éramos nada más que parte de la familia de Batman, donde yo aún era demasiado joven e inmadura como para saber como volver a recuperarle o bien olvidarle para siempre.

Alfred se acercó y sostuvo la cabeza de Bárbara mientras acercaba el vaso de agua a su boca. Pero allí había una presencia más. Una presencia que no debería estar allí.

Bárbara Gordon... Aún no estás despierta. Por eso estoy aquí. Y eso es terrible, porque significa que Alfred sigue muerto. Y que el Doctor Fate no logró sacar una de las balas de su cuerpo a tiempo, quedando parapléjico. Y Helena sigue dormida por el té, sabiendo que su hermanastro no era quién ella pensaba. Y Tim sueña con la vergüenza preguntándose cómo será su relación contigo ahora que ya sabes sus secretos.

Me despido, Bárbara Gordon. Lo hago sabiendo que volveremos a vernos. Serán tiempos más terribles. Pero esa será otra historia. Debes luchar primero las batallas del presente.

Nura Nal besó a Bárbara en la frente. Despertó, ahora sí, de verdad. Estaba en la batcueva, más solitaria que nunca. El cadáver de Stompa se había consumido dejando no más que un cuerpo semiderretido del que asomaban algunos huesos blancos.

¿Hola?

En el panel de control, una voz habló a Batgirl. Era Selina, la madre de Helena. Era Catwoman.

¿Alfred? ¿Helena? ¿Alguien puede responderme? Soy yo. Catwoman. Vuelvo a casa.

Catwoman mantenía el equilibrio en el tejado de uno de esos autobuses turísticos que viajaban por Gotham mostrando las casas de los famosos y los lugares emblemáticos. Le habló a la caja madre para que retransmitiera su voz a la batcueva, mientras su otro brazo sujetaba el tótem.

En serio, ¿todo el mundo está luchando contra Darkseid? Tengo un objeto importante que él quiere. ¿Podéis responderme por lo menos? Este bus ya casi ha llegado a la Mansión Wayne.

- Somos una familia igualmente, lo superaremos todo... salvo lo de Alfred... - Respondí a la mujer mientras me besaba la frente y se esfumaba, despertando en el suelo de la batcueva. ¿Lo podía haber hecho mejor? No lo sabía, pero sí sabía que estaba demasiado débil para enfrentarse ella sola a Stompa y que lo de Alfred... las lágrimas brotaron por sus ojos al recordar aquello.

Si el doctor Fate creó ese mundo, la creó a ella, podría volver a caminar, podría devolvernos a Alfred, a nuestro Alfred, ¿verdad?

O no, y todo aquello no había sido más que el inicio de lo que Nura Nal avisó y no había cambiado nada...

Cansada, me levanté al escuchar la voz de Selina por la frecuencia secreta de la Batcueva. Aún se me hacía raro tenerla allí cuando era una de las malas...

Me costó llegar a la radio. - Selina... corre... ha pasado algo horrible... - Fue lo poco que pude decirle antes de romper a llorar. Demasiada presión para alguien de mi edad... tenía un hijo dos años menor que yo con alguien que amaba y... Alfred muerto, Helena aún dormida... y Fate...

Me giré hacia Stompa. Al menos parecía que su defensa una vez muerta se había eliminado, al igual que lo que pudiesen sacar de su cuerpo. Hice un esfuerzo para ponerme en pie, me sentía aún mareada y confusa. Iba a necesitar al menos la silla de ruedas o una camilla para empezar a mover a todos... y una manta para tapar a Alfred o lo que quedase de él.

Un silencio se hizo por el comunicador. El término "horrible" tenía ciertas connotaciones para los superhéroes, y Selina lo sabía.

No digas nada. Estoy llegando. Las malas noticias son mejor contarlas cara a cara.