Partida Rol por web

El bote hinchable de color amarillo chillón cedido por los piratas del Zurcido tocó tierra. Ante ellos, tanto a izquierda como a derecha, las largas playas de arena blanca de Orre seguidas de un bosque igual de largo por el que ya habían visto entrar a varias tripulaciones pirata. 

Uno a uno, el grupo de piratas fue bajándose del bote, mojándose las piernas hasta las espinillas (aunque nada que debiera preocupar a los usuarios de elixires demoníacos) y entrando en la playa. El rumbo parecía claro, internarse en el bosque. Entonces todos vieron como Max se tropezaba con algo y se caía a la arena.

Furioso (como si tuviera algún otro estado de ánimo), el artillero miró enfadado contra qué se había encontrado para encontrarse con... ¡una bomba! ¡Así entera y sin usar! Era negra y brillante, como las balas de cañón, con una mecha vigorosa, ¡e incluso el armero había grabado el artefacto con su propio sello! Parecía una pinta de un cangrejo. ¿Qué clase de bomba sería?

Usted está aquí.

Era lógico que el tropezar contra algo encabronara aún más a Max Powder, por lo que al girarse con la clara intención de hacer estallar lo que fuera que hubiera encontrado; probablemente atándolo a una de las bombas que fuera a usar se encontró con... eso...

¡TE MATO!

La forma esférica impoluta, el color negro mate sin ningún tipo de mancha más allá de la propia arena que, cual huevo de tortuga marina, lo acurrucaba; con una mecha grande, potente, vigorosa y gruesa. Y, ya ni hablemos del grabado del propio armero, un sello de calidad que solo los mejores ponían a sus mejores obras.

_¡Oh!

Eso fue lo único que Max alcanzó a decir con un hilo de voz mientras observaba a la bomba del cangrejo. Aquella belleza, aquella majestuosidad no se veían todos los días. El artillero tenía que saberlo todo acerca de ella, una belleza así no podía estar tirada porque sí, tenía que tener algún motivo para estar ahí.

Rendam saltó de la barca jadeando, con los brazos/alas entumecidos del esfuerzo. Dio unos pasos hasta quedar fuera del agua, hasta la arena seca, se tiró sin resistencia y se quedó tumbado bocabajo.

- Ya hemos... llegado.- Y sin más se quedó dormido.

   Aunque era cierto que el sueño me ganara en casi todo los ambientes y que todo este viaje ya me debería haber generado un juicio mayor hacia el navío plastico de color amarillo, una vez mis piernas comenzaba a mojarse parte de la paranoia que viene gratis con el elixir me obligaba a estar en vigilia hasta que me pudiera secar.

        Hmmmmmm....- musitaba mientras miraba con cierta curiosidad tanto a Max y aquel artilugio explosivo, como el que Rendam ya estaba probando la comodidad de la arena ... pedirle luego que me cuente su experiencia... ,por lo que cumpliendo la parte del trato que hicimos con aquellos piratas empezaría a desinflar el Navío -  Mayor facilidad para entregarlo a sus propietarios... -  para girarme al resto y con el morro apuntar a los palos de madera con los que venia el bote - evitar dañar los remos... 

Eran muchas las cosas que se podía contar de la bomba que Max había encontrado. Había sido armada en Alchemira, en el continente de Zen, por un maestro forjador llamado Rak que había hecho de la pinza de cangrejo su propio símbolo. ¿Por qué? Porque una vez vio a uno de estos animales cortar la mecha de una bomba y evitar la explosión. ¿Increíble verdad? La bomba no tenía nada de especial, sobretodo teniendo en cuenta que había sido armada en la región en la que el Imperio se dedica al desarrollo de la industria armamentística. Pero Rak no tenía miramientos a quién le vendía su producto y así acabó vendiéndoselo a una tripulación pirata. Y así acabo en Orre.

Por supuesto, Max no sabía nada de eso. Sí, el tío era muy crack en eso de las bombas. Qué menos cuando encima son tu fetiche sexual. Pero no es como si el artillero tuviera alguna habilidad especial que le permitiera ver el pasado de los objetos. Para él se trataba de una bomba buena. No mejor que cualquiera de las que el usaba, pero era decente. Mejor que C.A.S.Y.O.P.E.A. sin duda alguna. Y más bonita.

Si C.A.S.Y.O.P.E.A. era considerada como una bomba "hembra", C.A.N.G.R.E.J.O. era considerada como una bomba "macho", aunque en verdad ninguno de aquellos dos objetos inanimados fuera ni "hembra" ni "macho" sino simplemente un objeto y ya. Pero al parecer el hecho que fuera una "bomba macho" en el imaginario de Max Powder no le importaba en lo más mínimo mientras se desabrochaba lentamente la camisa.

-Ey... ¿Vienes muy a menudo por aquí?...

Siobhan se había quedado plantada en la orilla con la mirada fija en aquel bosque que se encontraba al final de la playa. Absorta en sus pensamientos,  la doctora volvió en si cuando escuchó a Max gritar.

Se acercó a sus compañeros, vió a Rendam durmiendo y a Mary recogiendo la balsa mientras Max le hablaba a... ¿ Otra bomba? - Ojalá yo tuviera su misma suerte. -se dijo a si misma mientras pensaba lo bien que le vendría encontrar un kit con suministros médicos o unas chuches.

- Chicos si nos vamos a tomar un descanso,  me gustaría preguntar a las tripulaciones que aún están por aquí cerca, por si me pueden dar algunas cosas para tratar nuestras heridas. -comentó mientras señalaba a Rendam. - Aunque quizás haya algun centro médico donde se celebre el torneo, por lo que tampoco deberíamos demorarnos en apuntarnos al mismo. 

De nuevo lanzó una visual al bosque, ¿ Cuanto tendrían que caminar? ¿Habría tal centro? Tenía muchas preguntas y muy pocas respuestas. Entonces echo mano de la radio y dijo:

- ¿Qué puede decirnos al respecto Tong-Hu? ¿Ha habido otros años un lugar así? Y a propósito ¿Quien era ese Charles?

Cuando el bote llegó a tierra, Sira suspiró aliviada; de momento no iban a morir. Siguió al grupo hasta la orilla y cuando vio todo el percal con la bomba, volvió a ponerse nerviosa. ¿Es que esto es una broma? No obstante, no comentó nada, estaba cansada y su plan era llevar a sus compañeros a alguna posada para descansar. Luego, ya se encargaría de investigar lo del torneo, entre otras cosas.

El problema estaba en que no sabía nada de este sitio y que encima se veía mucho bosque a la distancia. Cuando Gominola habló, estuvo de acuerdo con su idea, y se quedó a la espera de saber qué es lo que iba a decir Tong-Hu.

        Joven Powder... absténgase de incurrir en.... cualquier cosa que este planeando  - comentaba mientras doblaba con la mayor tranquilidad del mundo aquel plástico sin aire, que a este punto parecía solo un pliego grueso de un color particularmente brillante - Aun tenemos muchos asuntos en nuestro itinerario como para pensar ya en dejarse llevar por los instintos... - con los ojos cerrados iba diciendo esto y si alguien se me quedaba viéndome podrían notar cierta tensión en los parpados, como si estuviera forzando aquella sensación para no caer dormida.

    En cuanto la capitana le empieza a pedir consejos al comunicador de nuestro jefe a cargo, no puedo evitar ladear con cierta duda en la cabeza, pero... aprovechando que el mensaje fuera contestado, me adelantaría...

    R...respecto a...ah.. - tomando fuerzas para no irme de lona al suelo - s...si quieren explorar y dialogar con las otras tripulaciones, capitana Vetev, le recomiendo que la señorita Starkov le acompañe... -mientras hacia el ademan con la mano de apuntarle, pero con los ojos cerrados, simplemente mi mano quedaba apuntando al oleaje mas allá de la isla - Su arte le puede venir bien... mas cuando hablamos de primeras impresiones... el resto.... - abriendo ligeramente los ojos para mirar una vez mas tanto a Max como a Rendam  -nos encargamos de que sigamos en una pieza hasta que vuelvan... -para empezar a farfullar entre mi aletargado rumio -  _{y asi no me muevo lo que esta bien, digo.... a^{l final apenas y comimos de aquellas lentejas y creo que el otro muchacho lo habrá botado todo con lo del purgante....}}

—El torneo siempre es en Orre, conozco bien esa playa y ese bosque. ¡Pero no os voy a decir lo que os espera! ¿Dónde se queda al aventura entonces? Aunque si os voy a dar un consejo. ¡Id a apuntaros al torneo cuanto antes! Las plazas son limitadas.

¿Por eso estaba la playa vacía? ¿Todos se dirigían a apuntarse al dichoso torneo?

—Respecto a Charles bueno, es como Gigi. Cuando uno consigue llegar a viejo, acaba conociendo al resto de viejos. ¡Así que tened mucho cuidado! Es un pirata sanguinario y desalmado. El tipo disfruta matando. Dicen que una vez pilló a uno de su tripulación robándole. Lo soltó en alta mar con una barca, dándole una mísera oportunidad para salvarle la vida. Pues no. Había una bomba debajo de la barca y en cuanto se hubo alejado...

El anciano dejó de hablar y empezaron a escucharse unos ronquidos. ¿Se había quedado dormido?

Al parecer estar tumbados en la playa, medio descamisado no encendía el ambiente suficiente por tener de fondo al resto de los de la tripulación estando molestos. Mucho menos ponía el ambiente a tono tener a Mary Shepherd recordándole que había cosas por hacer. Con un suspiro, Max recogió la bomba y la guardó para continuar con el viaje.

-¡Ya voy! ¡Ya voy!. -Gritó molesto al resto de su grupo- ¡Uno no puede tener intimidad!. -Aunque eso no parecía importarle demasiado con la anterior bomba, pero quizás esta merecía un poco más por su hermosura- ¡Bueno!. ¡Pues vamos yendo que es Geronimo o algo así!. -Y con esto dicho, se acercó a Rendam y pasó su ala por encima de su cuello para arrastrarlo hasta la aventura. -¡Cocinera, sujétale la otra ala y nos lo llevamos! ¡Que al parecer el viejo se quedó dormido en la parte interesante!.

Levi respiró profundamente, sentada al borde de la balsa inflable una vez que esta llegó a tierra. Parecía enormemente aliviada de que por fin pudiese descartar la posibilidad hundirse en altamar y, en parte, de por fin tener un instante, aunque sea breve, de descansar. Mantendría una mano sobre su hombro derecho, lugar donde antes habría impactado la bala y que muy posiblemente allí seguía, sin mayor cobertura que algo de tela de su propia ropa. 

-Ese anciano desagradable sí que suena a problemas, Capitana.- Comenta refiriéndose al anciano, aunque mirando al piso ciertamente distraída... O concentrada en seguir aguantando el dolor. Tal vez eso impidió que se lanzase a detener al sujeto antes de que acabasen con una demanda por pensión alimenticia por parte de una bomba, aunque su "petición" no pasó por alto. La cual, por supuesto, fue respondida con un bufido.

-Llévalo tú, te vendría bien hacer algo de trabajo para variar.- Obviamente no parecía muy contenta de haber recibido esa petición y lo dejaba entrever en el tono de voz que usaba. ¿Quizá estaba picada porque Max no se hubiese encargado de los remos? Era una posibilidad válida, aunque igualmente lo era el no querer seguir forzándose.

-Honestamente preferiría acompañar a Miss Sira y a recientemente electa capitana. No me fío de enviarlas a solas a ese antro de la perdición lleno de sucios piratas.- Asintió para sí misma, cruzándose de brazos de forma que una mano al menos quedó tapándole el hombro. -De todas formas no creo que pedirle nada a ninguna tripulación sea buena idea, los piratas no son conocidos por su generosidad ni altruismo. Siempre pedirán algo a cambio.- Definitivamente no cae en que ella también cuenta como pirata a este punto. Y eso que ya ha pasado tiempo, eh.

Era evidente que este comentario molestó más de la cuenta a Max, pero aún tenía que cargar con Rendam y tanto la batalla previa como el "veneno" que le dio Gigi lo habían debilitado lo suficiente como para no agarrar por las patas a su emplumado compañero y usarlo como garrote contra Levi.

-Grrrrrrrr... -Gruñó molesto a Levi, mientras se imaginaba la escena en su mente- Jeje... Rendarrote...

Y viendo que tanto la Capitana Siobhan, como Levi como Sira parecían querer adelantarse a tener "tratos sociales" con otros piratas, las opciones de Max para llevar a Rendam se limitaron a la secretaria del lugar, por lo que acercándose a Mary, este esperaría a que esta agarrara la otra ala del compañero para continuar el camino.

-Quizás haya una posada o algo así que podamos usar para descansar... o... -Max se giró hacia el barco cercano y esbozó una amplia sonrisa.- Podemos buscar otro tesoro...

   Bzzzzzt...brss.....ghhhhhhh.....zzzzzzz...- ya me estaba quedando dormida de pie ... para variar... en el momento en que las señales de nuestro artillero llegaron a mi fatigada persona, tal que mientras analizaba que es lo que quería que hiciera ... que estaba apunto de volver a quedar dormida... dadme algo de vidilla... se me enciende ligeramente la cabeza.

.... s...si me mantengo concentrada en una tarea banal... igual puedo evitar la pereza hasta la hipotética residencia...

 Joven Powder... me lo carga, por favor... - mientras le entregaba tanto mis lentes de descanso, como la bitácora salvada de aquel funesto incendio, para acto seguido empezar a mutar en otra forma, mucha mas esponjosa... mucha mas sedosa y como no... mucho mas facil de cargar peso...

     Mer~rehhhh mahhhhhhh marh...    - balia a mi compañero rubio mientras con el hocico  señalaba primero a Rendam y luego a mi lomo - Bahhhhhhh....mehhhhhhh.... - y entonces si mi señales eran del todo entendías, no demorar mas - Brahmmmmm...maaaahhhhhh - para empezar a darle topetazos ligeros a Max para que fuera guiando a la vez que avanzaba detrás de el.

Por desgracia para Mary Shepherd, el alocado de Max Powder apenas tenía espacio por donde cargar con más cosas, pues no solo cargaba con sus bombas habituales, con C.A.S.Y.O.P.E.A. y con la reciente adquirida C.A.N.G.R.E.J.O. sino que también cargaba con Rendam... por lo que ante la falta de brazos, Max agarró tanto las gafas como la bitácora con la boca.

-GBSBSDDDD... -Dijo Max mientras asentía con la cabeza y Mary se transformaba- MGMGMGGFFFMMFFF...

Y con esto, colocó a Rendam en el lomo de Mary Sheperd, y finalmente más aliviado habló con el resto de los compañeros que aún no se habían ido a hacer sus cositas por ahí. Y en especial hacia Levi Devereneux a la cual no le caía demasiado en gracia por sus más recientes comentarios.

-¡GGBBBBMMMDFFFFF! -Le gritó a la par que con su mano al fin libre le hacía el gesto que se alejara, pero porque aún tenía las gafas y la bitácora en la boca no se entendió nada.

El cielo estaba cubierto por una enorme tormenta y nubes oscuras. Llovía de forma cruel con un viento desagradable, y Rendam se encontraba en la cubierta de un barco. Un barco enemigo, el suyo estaba al lado; estaban abordando aquel barco. Veía a los tripulantes de aquel barco horrorizados, corriendo de un lado a otro. No parecían piratas, ni siquiera luchadores. Pero a Rendam le daba igual; sacaba sus plumas dándole forma de aguja y las lanzaba sin miramientos sobre los cuellos y los puntos débiles del cuerpo de esa gente que pedía piedad. Todos morían casi al instante.

- ¡Capitán, aquí no está!- le dijo uno de sus tripulantes. Parecía su segundo al mando. No podía verlo bien ni a él ni al resto de su tripulación, eran todos como figuras negras y borrosas.

- ¡Inútiles! ¡Sois todos unos inútiles! Sobre todo tú... - acto seguido alzó las plumas de su ala, las convirtió en una cuchilla y cercenó el cuello de su segundo al mando.

- La próxima vez que me hagáis perder el tiempo con información falsa, os desmembraré las extremidades uno a uno y os tiraré por la borda. ¿Queda lo bastante claro? Y ahora, quemad este barco y volved.- Tenía una mirada cruel, parecía no sentir apego por quienes lo acompañaban. Y el sentimiento finalmente parecía mutuo, ya que su tripulación, pese a no verse sus caras, desprendían un odio y una desconfianza plena.

Tanto fue así que, en cuanto se dio la vuelta para volver a su barco, pensando en lo inútiles que eran todos, en lo necesario de su búsqueda... Notó un enorme porrazo en la cabeza y todo se volvió negro.

Rendam abrió un poco los ojos mientras se mecía al ser cargado por una montura. - ¿Mary? Estaba en la arena y... - volvió a cerrar los ojos, estaba muy cansado por algún motivo.

¿Había sido una pesadilla? O tal vez...

Pues... que Rendam no estuviera muy espabilado no auguraba nada bueno. ¿Cuándo despertaría? ¿Estaría bien? ¿Tendrá algún problema médico? Más allá de su extraña pérdida de memoria, claro.. Sira decidió que había que actuar ya, fuera como fuese.

–Vale. Gominola, tenemos tres opciones. Ir a la aventura e intentar encontrar el camino por nuestra cuenta, seguir a alguna tripulación o preguntar directamente... Aunque estoy con Levi en este aspecto. No creo que debamos de ir preguntando por ahí, puesto que podrían aprovecharse de nuestra situación... Ya parecemos bastante perdidos...–reflexionó Sira–. Personalmente, no me importaría ir a la aventura, soy buena navegante, pero quizás no sea complicado encontrar el camino en tierra. Además, apuesto a que locarizaremos a más participantes por el camino. Lo importante es llegar para apuntarnos lo antes posible al torneo.–Acto seguido miró a Max.–¿Todo bien, Max? ¿Preparado?

En ese momento, Sira vio a Mary...

–Oh, Mary, ¡ESTÁS PRECIOSA! –gritó Sira al ver su nueva forma.

Mientras el resto de la tripulación hablaba, Siobhan con un oído puesto en lo que decían, vio que en la playa ya no quedaba nadie que pudiera prestarles ayuda y tomó una decisión. Se quitó el cárdigan y empezó a hacer jirones de tela de sus mangas, así como de la parte baja del mismo. A su vez, algunos de los cabellos de la misma empezaron a convertirse en enredaderas que fueron entrelazándose los unos con los otros hasta conformar lo que parecía una fuerte rama. Por último, se arrancó dos o tres de esas ramas del cabello, se puso en pie y se dirigió al resto.

- No creo que sea muy difícil de encontrar el camino Sira, con tantos piratas como han desembarcado solo hay que seguir el rastro y los voceríos que van dando. Además, ya no hay nadie que nos pueda ayudar aquí, por lo que lo mejor sería que fuésemos a apuntarnos directamente al torneo, por la prisa que se han dado todos parece que la inscripción al mismo acabara relativamente pronto –dijo mientras se lamentaba de no haber recibido más información de Tong-Hu, sobre todo por no saber si ciertamente hay un hospital de campaña o algo similar. - Si queréis ir a buscar una posada donde descansar, os veremos más tarde cuando hayamos inscrito a la banda. Pero antes de que os marchéis, es el momento de pasar revisión –añadió sonriente.

La doctora se afanó en sanar las heridas de la mejor manera que tenía al alcance. Utilizó las ramas para inmovilizar aquellos brazos lesionados, utilizó media botella de ron que alguien había dejado tirada para limpiar heridas y los jirones de tela para envolverlas. Incluso uso unas finísimas lianas que salieron de sus dedos para sacar restos de disparos.

- Bueno, esto es todo lo que puedo hacer por ahora –comentó al cabo de un momento, mientras se secaba las gotas de sudor que le bajaban por la bandana de su frente. - ¿Nos vemos entonces en un rato no? No olvidéis que no tenemos doblones, aunque confió en que Mary no os deje hacer grandes dispendios…

Parecía haber terminado de hablar cuando hizo un gesto de recordar algo y añadió:

- Ah, Max hay algo en lo que necesitaré tu ayuda cuando nos encontremos. Por si alguna de las heridas más profundas se abre, espero que puedas prestarme algo de pólvora.

Siobhan había acabado de hablar, volvió a mirar hacia el bosque, debido a su cansancio esperaba que no hubiese mucha distancia hasta el lugar de inscripción.

El aguerrido artillero asintió con la cabeza a lo que fuera que Sira quisiera decir con "estar preparado", y con esto se dispuso a marchar hasta que la nueva Capitana le llamó para algo que, en un principio no comprendió, escupiendo la bitácora de Mary así como sus gafas y apenas atrapándolas en el aire, se giró hacia la capitana.

-¿¡SI SE ABREN LAS HERIDAS LAS HARÁS EXPLOTAR POR LOS AIRES?!. -Gritó sorprendido- ¡Eso es lo contrario a curar!. ¡Es... DES-CURAR!. Aunque supongo que hacerlas explotar les enseñará saber quien manda...

Tras la improvisada cura de Siobahn a base de trozos de su cardigan y pólvora, el grupo de piratas inició su marcha. Sí, iban a separarse, pero claro fuera para buscar información o un lugar para descansar, estaba claro que cruzar el bosque era lo primero. Así que, ¿para qué separarse?

El grupo se internó en el bosque de pinos y comenzó a atravesarlo. Desde la radio se seguían escuchando los ronquidos de Tong-Hu, el viejo pirata seguía dormido. No parecía haber nadie ni a izquierda ni a derecha, sólo los altos pinos que conformaban la zona. Seguramente las otras tripulaciones piratas que habían visto entrar en la foresta ya lo habían cruzado. Pero, ¿y si había algún grupo escondido preparando una emboscada? La situación se tensó un poco pero, antes de que pudieran darse cuenta... ¡el bosque terminó!

Ante ellos tenían un sencillo pueblo conformado por casas de piedra o madera, desperdigados de forma destartalada por la zona conformando callejuelas y plazoletas. Ante ellos, producto de la casualidad, había una calle ancha aunque sin asfaltar (como todas las del pueblo) que iba directamente hacia el centro del poblado. Justo hacia donde se encontraba el que sin duda alguna era el edificio más importante de la isla.

El coliseo de Orre.

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